A la mañana
siguiente todos despertaron temprano para recoger. La abuela de Hanna
se había levantado mucho antes que los demás para preparar un
desayuno digno de un rey. Hanna y Joonchae recogieron las
habitaciones una vez ya estaban vestidos. Había silencio entre
aquellos dos, del cual Joonchae disfrutaba, pues parecía estar muy
contento. No paraba de tararear, de moverse de un lado a otro y de
estudiar su guión para la radio. Ya que hoy, iba en calidad de
invitado además de como locutor. E iba a estar ella, así que quería
que todo saliese bien.
Sin embargo Hanna,
seguía con una sensación extraña en el estómago y en la garganta,
como si necesitara vomitar. No tenía muy buena cara, seguía más
bien confusa, pero intentaba reponerse cuando alguien estaba delante.
Aunque solamente seguía con la mirada a Joonchae de un lado a otro.
Salieron de la
habitación en dirección a la cocina. Cogerían algo de comer para
el camino y poco más, no les daba tiempo a sentarse tranquilamente a
desayunar. Joonchae no quería llegar tarde a la radio.
-Mianhaeyo (Lo sentimos), halmoni.
Te prometo que otro día nos quedamos más tiempo.
-Otro día os
preparare otro tipo de platos para desayunar mucho mejores.
-Déjeme que le
ayude.
Joonchae dejo sus
cosas encima de la encimera de la cocina para ayudar a preparar las
fiambreras.
-¿Te pasa algo
Soffie?- su abuela la miró de reojo.
-Eh? Nega? (¿A
mi?)- negó con la cabeza- Estoy leyendo el guión.- señalaba a los
papeles que Joonchae había dejado junto con sus cosas.
-Oh...- no la convenció, pero tampoco quiso decirle nada más- Joonchae-ni,
querido. Acércame el cucharon.
-Dee (Sí), halmoni.
El móvil de
Joonchae comenzó a sonar.
-Joonchae-ah, tienes
una... llamada.
Hanna que tenía el
móvil en frente. Se asomó para ver si podía coger por él la
llamada. Se asusto al ver lo que aparecía en la pantalla.
-Voy, ya voy.-
terminó de colocar las cosas en las bolsas.
Ella apartó su
mirada, y disimuladamente empezó a hacer otras cosas. Joonchae al
ver quien era se inquietó un poco. Habían mucha gente mirando y que
podía escuchar, así que colgó sin responder.
-¿Quién... era?-
preguntó ella sin ninguna curiosidad, y con la voz temblorosa.
-Eh? Nadie
importante...
Joonchae cogió sus
cosas y su móvil, introduciendolo en su bolsillo, y fue directo a la
puerta. Hanna estaba muy preocupada por aquello. Esa llamada
significaba que todavía estaba yendo a la psicóloga. Y podría
asegurar que su llegada lo había empeorado todo.
-Kaja? (¿Vamos?)-
le decía muy apurado desde la puerta- No podemos llegar tarde a la
radio.
-Dee, kaja... (Sí,
vamos...)
-Muchísimas gracias,
halmoni.- le hacia una reverencia Joonchae a la abuela de Hanna que
los estaba esperando en la puerta.
-Dee, dee. Venir
siempre que queráis. Cuando yo este claro. Ah, y no olvides la
comida.- se reía.
Joonchae fue
corriendo a cogerla, le hizo otra reverencia y con una gran sonrisa
se despidió de la abuela de Hanna yéndose dirección al coche. Se
había puesto un poco más nervioso tras la llamada, pero seguiría
preparando el programa de radio. Centrarse en el trabajo le ayudaría,
además, no iba tan mal.
-Muchísimas gracias
por todo, halmoni.- se abrazaron las dos muy fuerte.
Su abuela noto en
aquel abrazo de Hanna que estaba dejando caer un poco de peso que
llevaba encima.
-Nunca te lo dije...
pero... me alegre mucho de que te fueras.- aprovechó su abuela a que
nadie las estaba escuchando.
-Halmoni...- Hanna
se apartó asustada.
-Soffie... fue un
acto muy valiente.
-Gracias,
halmoni...- no sabía bien que decir, puesto que ya no sabía lo que
había hecho bien y lo que no.
-Pero no creas, que
porque fue un acto valiente y yo me alegrara de que lo hicieras eso
signifique que fue lo correcto.
-O-otteoke?
(¿Cómo?)- “¿A caso alguien puede encontrar un punto medio entre
toda esa locura?”, pensaba Hanna.
-Soffie... Me alegre
de que pusieras un punto y final a las tonterías de tu abuelo y tu
padre. Y me pareció muy valiente que para ello siguieras a tu tío.-
remarcaba- Que ya sabemos que no es el más cuerdo de la familia.-
Hanna y ella se sonrieron- Y que encima lo siguieras a un lugar
lejano para empezar de cero. Pero... mi Soffie- le acariciaba la cara
con delicadeza- esa no eras tú.
Hanna se quedó
paralizada del miedo. No sabía a que se quería referir su abuela
con todo eso. ¿Por qué no era ella? ¿Entonces quién era? ¿Por
qué había pasado todo eso? ¿Y quién debía ser?
-El dolor te
cambio...
Su abuela la volvió a abrazar. Hanna estaba en shock, y todos aquellos malos momentos
estaban pasando por delante de sus ojos, como si aquel abrazo se
tratase del último. Y después de todo aquello llegase su fin. Se
sentía muy perdida.
-Ya es hora de que
cures todo ese dolor.- la separó de ella- Y así... podrás
perdonarlo y perdonarte a ti también...
-Halmoni...
-Nada, nada. Los dos
habéis pasado por mucho dolor.- Hanna recordaba la llamada que había
tenido Joonchae- Y en vuestros ojos- la cogió de la cara- veo a esos
dos niños, que están deseando salir a jugar juntos otra vez. No les
digas que no, o te arrepentirás...
“¿Arrepentirme...?”,
pensaba Hanna.
-Mírame a mi.- se
señalaba- Por no seguir mi corazón he obtenido un divorcio y un
ex-marido cascarrabias que me lo quiere quitar todo.... maldito...-
refunfuñaba y apretaba su puño con fuerza- Pero...- intentaba
tranquilizarse- nunca es tarde para seguir al corazón.
Pasaron unos
segundos hasta que Hanna pudo contestarle. Intentaba digerir todo
aquello que le había dicho su abuela. E intentaba que todos los
recuerdos parasen por un segundo, pues no la dejaban pensar con
claridad.
-Halmoni...
-Dee? (¿Sí?)
-Entonces... ¿tu
sabes lo de Joonchae-ah...?
-Ois Soffie, con
todo lo que te he dicho y solo me preguntas eso, de verdad.- miraba a
Hanna que estaba con la mirada perdida, sin brillo- Dee, ¿crees que
tu tío no me diría nada? Es un cotilla, y además... te quiere
muchísimo. Sabes que es el primero que se ha opuesto a esto desde el
principio. Y yo... también lo hubiese hecho...
A la cabeza de la
abuela de Hanna vino un leve recuerdo. Pues por casualidades de la
vida, solía ir a visitar a una muy buena amiga suya a la consulta de
psicología que esta dirigía. Cuando, muy discretamente alguien
entraba bien tapado de pies a cabeza. Sin querer escuchó como la
psicóloga lo llamaba antes de que se cerrara la puerta: “Choi
Joonchae, adelante. Tome asiento.”.
-Pero... creo en las
casualidades. Y también en el perdón... ¡un perdón justificado
claro, no el de tu abuelo!- comenzó a enfadarse otra vez.
Hanna la abrazó
otra vez, apaciguando su cabreo y calmando sus ganas de llorar.
-Hannaaaaaa-ya. Nos
tenemos que ir.- se escuchaba la voz nerviosa de Joonchae desde
fuera.
-Saranghaeyo (Te amo),
halmoni.
-Je t'aime, ma
petite Soffie. (Te amo, mi pequeña Soffie.)
Las dos se
separaron lentamente de aquel abrazó, y se despidieron de nuevo en
la puerta de la casa de su abuela. Tenían mucha prisa por llegar a
los estudios de radio. Allí, terminarían de maquillar y vestir a
los recién casados. El manager de Joonchae había llevado a la radio
todo lo necesario para que se cambiasen de ropa.
Ninguno de los dos
había cambiado la actitud con la que habían dejado la casa de la
abuela de Hanna. Él seguía feliz y nervioso por el programa, tenía
una sorpresa para todos, y el hecho de que Hanna estuviera presente
en el programa lo iba a poner mucho más nervioso de lo que estaba. Y
ella seguía perdida entre todos los recuerdos y pensamientos que
venían a su cabeza. Seguía teniendo esa sensación como de querer
vomitar, y visitaba el baño de vez en cuando para que, por lo menos,
no hacerlo de verdad en público.
-¿Estáis listo?
Preguntó alguien
de producción. Joonchae asintió con una gran sonrisa. No se había
percatado si quiera de la cara de terror que tenía ella. Salió disparado de la habitación. Hanna con un suspiro se levantó de la
silla y se apoyó en la mesa de maquillaje. Se quedo mirándose al
espejo unos segundos más. “¿De qué dolor te tienes que
desprender?”, pensaba.
-Hanna-shi, cinco
minutos.
-Dee!(¡Sí!)- sonó asustada.
La reclamaban.
Salió de allí, caminó por aquellos pasillos que llevaban a la sala
donde estaban grabando, y saludaba a la gente que se encontraba. Pero
no sentía que estuviese en su cuerpo en esos momentos. Tenía la
sensación de ser dos personas. Una que estaba dando la cara al
público con una sonrisa de oreja a oreja, y otra que miraba hacia
otro lado con miedo de no saber si le estaría haciendo daño a
alguien más. Parecía que solo servía para hacer daño a la gente,
y es lo que se repetía una y otra vez.
Entró en una de
las salas de espera del programa de radio. Allí era dónde los
invitados esperaban hasta que los llamaban o dónde algunos
trabajadores o acompañantes podían ver el programa. Había otra
sala aparte, pero esa estaba reservada a todas aquellas fans que
entraban a ver el programa en directo, que casualmente estaba
abarrotada. Hanna observaba desde el cristal de separación como
todos aquellos fans miraban embobados y llamaban exaltados a
Joonchae.
El programa a penas
había empezado cuando Hanna se sentó en una de las sillas de
aquella sala. Todo estaba pasando a su alrededor demasiado rápido.
Tenía la mirada enfocada en Joonchae y veía como sus labios se
movían, pero cada vez escuchaba menos la voz de los demás, y
comenzaba a escuchar más la suya.
“-Joonchae-ni...
palli ka....(vayámonos rápido)”
Y
no solamente fue el sonido que la rodeaba. Poco a poco dejó de ver
nítidamente a su alrededor y se fundió con su recuerdo.
“-Joonchae-ni...-
le estiraba de la camiseta.
-Hanna! Kuman!
(¡Para!) Déjame pensar...- sonaba muy cabreado.
-Dee... Pero
tenemos que ir al colegio..
-¡¿De verdad te
importa ahora ir al colegio más que esto?!- seguía muy alterado.
-Annyo, kunde (No, es solo que)...-
ella lo miraba con miedo.
-Entonces piensa
algo. Algo inteligente para salir de este lío. Esto... Esto no me
puede pasar a mi. ¡Si yo no quiero la empresa! ¡Me da igual lo que
haga con ella!- le pegaba a todo.
-A lo mejor es
por eso...- Joonchae la miró fríamente.
-¿Tú la
quieres?
-Eh?- los ojos de
Joonchae la incomodaban- Ya lo sabes...
-¡Pues
quedatela! Vamos a decirles eso. Vamos- la cogió del brazo muy
fuerte.
-Joonchae...
Joonchae-ni...- intentaba separarse- me... haces daño.
-¿A caso quieres
que esto continúe?- su cabreo cada vez la asustaba más.
-ANNYO! (¡NO!)- dijo
entre rabia y miedo.
-Ttarawa.
(Sígueme.)”
El
flash de una cámara la cegó despertandola de su recuerdo. Le
estaban dando pie para entrar en la sala y realizar la entrevista en
la radio. Sería algo cortito, pues la entrevista importante había
sido sobre el comeback de Joonchae en octubre.
Hanna se levantó
de su asiento algo perdida para sentarse en otro, aún más perdida.
Saludaba a todo el mundo con reverencias, pues no sabía muy bien que
tenía que hacer. Se le había olvidado todo de principio a fin.
-Muchísimas gracias
por venir al programa de hoy, Kim Hanna-shi.
-Dee... gracias por
invitarme. Me puedes llamar Hanna, si lo prefieres.
-Oh, dee, dee.(Sí, sí.) Bueno. Ya habéis pasado por muchas entrevistas desde que se hizo
oficial vuestra relación.
-Dee. (Sí.)
-Y, por lo que
vemos, ¿estáis ahora mismo grabando un episodio de “A day in your
life”?
-Dee, dee.-
contestaba emocionado Joonchae- Esta siendo muy divertido grabar el
programa. Aunque creo que esta durando más de un día ya. Pero ha
sido genial. Esperamos que os guste.
-¿Cuándo saldrá
el episodio?
-El martes de la
semana que viene. Nos lo hemos pasado muy bien grabándolo, kuji? (¿verdad?)-
Joonchae miró a Hanna.
Esta sintió que
simplemente debía asentir y sonreír. No se había enterado de nada
de la conversación, y se sentía fatal. Debía volver al mundo real,
pero era como estar mareada.
-Hanna, cuéntanos.
¿Cómo es estar saliendo con un idol?
-Bueno...- intentó
centrarse un poco más y actuar normal- Es extraño... y no lo es al
mismo tiempo.
-¿Cómo es eso?-
todos reían.
-Pues, no es extraño
por una parte porque hay cosas que no han cambiado...- paraba para
darse cuenta y digerir lo que ella misma decía- sigue siendo el
mismo Choi Joonchae... y yo sigo siendo la misma...
Todo el mundo allí
la escuchaba muy atento, sentían su voz muy cariñosa a la hora de
contar las cosas. Él era el único que notaba una voz temblorosa de
bajo de esa sonrisa, pero quería seguir escuchándola.
-Pero... es extraño.
Porque no podemos hacer las mismas cosas que hacíamos antes. No puedes
llevar una vida cien por cien normal. Aún no estoy acostumbrada a
que me reconozcan por la calle. Porque no me considero nadie
importante.
-¿Cómo que no?-
saltaba Joonchae.
-No lo soy, y
tampoco quiero serlo. Quiero que el famoso sea él, como siempre. Yo
me muevo mejor en otros ámbitos.
-Bueno, es verdad.
Tu siempre has trabajado detrás de las cámaras, no delante de
ellas. Como decías en otras entrevistas.
-Exacto. Hacer todas
estas cosas... son un poco duras para mi.
-Dee...- Joonchae
puso su mano sobre la suya, y muchas fans empezaron a chillar- Desde
el principio hemos tenido que explicar muchas cosas... y creo que por
eso nos vimos forzados a que Hanna-ni fuera más presente en los
medios.
-Omo, chicos, de
verdad que hacen una hermosa pareja.
-Gamshamnida. (Gracias.)-
dijeron a la vez.
La entrevista a los
dos duró más de lo esperado, pero consiguió relajar un poco a
Hanna. El programa estaba siendo más divertido que profundo, ya que
intentaron retransmitir algún que otro juego de parejas que el
programa “A day in your life” solicitó.
-Bueno, chicos.
Habéis estado impresionantes. Me gusta muchísimo vuestra
compenetración. Se nota que os conocéis de toda la vida.
-Demasiado tiempo
juntos.- decía gracioso Joonchae.
-Pero, vamos a
centrarnos en tu comeback otra vez. Y con esto tengo una última
pregunta para Hanna. ¿Vas a realizar su comeback?
-Supongo que si...
la verdad es que no hemos hablado sobre eso aún. Todavía esta con
las grabaciones de las canciones.
-¿Has podido
escuchar algunas?
-Annyo (No)...
-Wae? (¿Por qué?)
-Lo esta llevando
todo con mucho secreto.
-Si que ha escuchado
alguna. Pero ni se acuerda, porque solamente pongo partes de las
maquetas en casa. Entonces no sabe si son las del comeback, si son
otras.
Hanna lo miró
extrañada. Claro que recordaba partes de aquellas maquetas. No las
recordaba muy bien, pero la mayoría eran simplemente música.
-Nos tienes a todos
muy intrigados. ¿Entonces cuál es la sorpresa que nos ibas a dar?
-Voy a cantaros una
de las maquetas que esta terminada.
Todo el mundo
comenzó a chillar y aplaudir de la emoción. Hanna lo miró
sorprendida. No creía que iba a ser esa la gran sorpresa del
programa. No tenía ni idea de que ya tenía canciones grabadas.
-¡Que gran noticia!
Todos estamos muy emocionados. Pues, chicos. Con esta canción
exclusiva del nuevo CD de Choi Joonchae, vamos a despedir el programa
de hoy. Nos ha encantado estar con vosotros. Esperamos verte por aquí
más a menudo, Kim Hanna.
-Nomu gamsahamnida. (Muchísimas gracias.)-
Hanna se quitó los cascos y los dejó poco a poco en su sitio.
Deseaba salir de allí.
-Y para ti
compañero. Muchas gracias por estar aquí otra semana más. Nos
vemos dentro de poco.
-Gomawoyo. (Gracias.)- Joonchae
se levantó para prepararse.
-Y con todos
ustedes, y en exclusiva en el programa de hoy. Choi Joonchae.
Adelante.
Hanna salió de la
sala de grabación, y volvió a la sala de espera de antes. La música
ya estaba sonando por la cabina de radio. Él estaba más que
preparado para empezar a cantar. Era una canción lenta. La melodía
le sonaba de algo, pero no conseguía ubicarla.
Por
un momento míranos en nuestros recuerdos
Tú y yo, ambos dentro de buenos recuerdos
Estamos riendo, estamos llorando
Hemos compartido tantos momentos juntos
¿Qué tipo de recuerdos te quedan?
Realmente era así de indiferente hacia ti
Quiero preguntarte, quiero saber
¿Realmente soy el único que se quedó con buenos recuerdos?
Tú y yo, ambos dentro de buenos recuerdos
Estamos riendo, estamos llorando
Hemos compartido tantos momentos juntos
¿Qué tipo de recuerdos te quedan?
Realmente era así de indiferente hacia ti
Quiero preguntarte, quiero saber
¿Realmente soy el único que se quedó con buenos recuerdos?
Era
aquella canción. Era la canción del estudio de grabación. A Hanna
le dio un vuelco al corazón. La letra estaba siendo más
esclarecedora que cualquier otra palabra que ellos se habían dicho.
Un aura a su alrededor cambio, y volvió la angustia y la pesadez en
sus hombros. “¿Qué recuerdas Joonchae-ah?”, comenzaron a caer
sus lágrimas y apoyo su mano en el cristal, quería tocarlo. Pero él
seguía muy concentrado en la canción. No miró a ningún lado, no
se sentía preparado para abrir los ojos y verla a ella allí.
Se siente como si siempre estuviera solo
Las historias que me contaste
Pensé que solo estabas quejándote
Pensé que siempre te sentías igual que yo
Caminando el mismo camino que tú, sintiéndome igual que tú
Dentro de mi ilusión, dentro de mi cabeza, tú te veías feliz
Yo era malo, era horrible
Hanna
ya no podía controlar sus lágrimas, sus manos intentaban tapar
cualquier sonido que salía de su boca. No podía contener los
sollozos, pues aquellas palabras la atravesaban con recuerdos de
aquel nefasto día. “-Joonchae...
Joonchae-ni... me... haces daño. -¿A caso quieres que esto continúe?” “-YA!
KEUMANE!... Me – das – asco... olvídate de mí. Ya he aguantado
muchos berrinches tuyos. Kaja.” ¿Cómo
podía olvidar esas palabras? ¿Cómo podía olvidar esas heridas?
Con mis métodos egoístas hasta el final
Era horrible, tú todavía estás luchando
Un recuerdo feliz para mí hasta el final
No te vayas, no te vayas
Tú en mis recuerdos olvidados
No te vayas, por favor no me dejes
Sabes que colapsaré así
Tú todavía sigues luchando, soy tan horrible
Lo siento, lo siento
Estás luchando mucho, ¿soy el único que está bien?
Seguiré disculpándome irresponsablemente
Lo siento, lo siento, ahora estoy bien, lo siento
Lo siento, realmente lo siento, lo siento, lo siento
No aguantó hasta
el final de la canción. En su cabeza solamente se escuchaba la misma
voz. Era él chillándole una y otra vez. “KUMANE! (¡PARA!)”. Sentía
que le faltaba el aire, quería salir de allí. Abrió la puerta de
la sala de espera para salir, todos los presentes la miraban
asustados.
La canción
terminó, y cuando Joonchae se giró para mirar el cristal dónde se
encontraba Hanna, ya no estaba allí. Se alarmó unos segundos, e
intentó ir a buscarla, pero estaban en medio de la grabación del
programa otra vez y no podía irse sin más.
Hanna intentaba
correr cabizbaja hacia algún lugar dónde nadie pudiera ver como
seguían cayendo las lágrimas de sus ojos. Se agarraba del pecho y
apretaba con gran fuerza. En aquel momento le daba miedo volver a
recordar aquella época pero al mismo tiempo se arrepentía de todo.
De todo aquello que había pasado en esos cinco meses. Tantos errores
cometidos, tanto miedo reprimido, tanto rencor y dolor guardados
juntos. No creía que fuese verdad, no quería creerlo. El dolor se
apoderaba de ella y no sabía como pararlo. Pero podía ser que él
no se acordara de lo que pasó, y había estado recriminándole cosas
que ni si quiera él sabía.
“-No,
no me conoces. -Cierto, dejé de
conocerte hace mucho tiempo. -¿A caso te hice algo? -Ja... No sé,
¿a lo mejor hiciste el imbécil, o el idiota? Bueno eso son
sinónimos. A lo mejor, ¿la diva? -¿Diva?”,
ese momento en la balconada de casa de los Choi regresaba a su
cabeza. “-¿A
caso te hice algo?”,
esa frase de Joonchae resonaba en ella cada vez más y más. Empezó
a correr y correr, la gente se apartaba confusa, pues algunos no
sabían quien era y quienes la reconocían no sabían que estaba
pasando. Hanna se estaba quedando sin aire, las paredes se le hacían cada vez más y más estrechas, y comenzó a subir y subir escaleras,
las cuales parecían no acabar nunca. Paró en seco en una planta
cualquiera. Cayó al suelo exhausta, un zumbido horrible se apodero
de sus oídos, y envuelta en un ovillo en el suelo quería huir de
allí. Pasaron unos minutos cuando sintió como alguien se tiró al
suelo con fuerza, la incorporó y la abrazó.
-Me
has dado un susto de muerte...- lograba decir mientras la abrazaba
fuerte y le acariciaba el pelo.- En cuanto he podido salir y me han
dicho que han visto a una chica llorar...- Joonchae resistía las
lágrimas- puff...
-Vayámonos... a casa.-
decía con la voz rota y vacía.
Joonchae la miró a
los ojos, no tenían brillo alguno pero de ellos no paraban de brotar
lágrimas. La levantó poco a poco y no la soltó. Intentaron salir
de allí lo más sigilosos posibles. Llegaron al coche, y durante
todo el trayecto Joonchae no dejó de abrazarla. Ella ya no estaba
pensando en nada, su cabeza había explotado. Y la respiración de él
la ayudó a relajarse y dormir. Aunque él intentaba aparentar ser
fuerte y estar relajado, la abrazaba con fuerza pidiendo que se
pusiera bien pronto.
Llegaron por fin, y
después de despertarla con delicadeza, subieron hasta llegar a casa.
Joonchae la acompañó hasta el sofá.
-Menudo susto me has
dado...- Joonchae le acarició el pelo y ella abrió los ojos-
¿Quieres algo de beber?- él hizo el amago de levantarse.
-Joonchae-ah...-
ella lo cogió del brazo parandolo.
Joonchae se giro mirándola extrañado. No había dicho nada, y aunque él quería
preguntarle muchas cosas, comprendía que a lo mejor ella no quería
eso.
-Tenemos que
hablar...- su voz era seria. Ella soltó su mano. Él tocó con
delicadeza dónde ella le había tocado, pues se sintió más extraño
de lo normal.- Estoy... estoy harta del rencor...- se llevó las
manos a la cabeza.
Él se sentó a su
lado de nuevo. Lo hizo poco a poco, no sabía porque, pero no quería
asustarla o incomodarla.
-¿Qué rencor
Hanna-ya...?- preguntaba asustado.
-¡Del mío,
Joonchae-ah, del mío!- decía alterada a punto de romper a llorar.
-Hanna-ya... cálmate...- ella respiraba con fuerza, y él le acariciaba el brazo
asustado.
Joonchae había
esperado tanto tiempo para hablar de esto. Pero ahora le daba miedo
enfrentarse a todos esos demonios. No quería saber ahora, lo que
realmente ocurrió. Su vida ahora le gustaba demasiado como para
volver a empezar todo de nuevo.
-¿Lo que decías en
la canción era de verdad? ¿No recuerdas nada de ese día?- lo
miraba con los ojos vidriosos.
-Es...- Hanna lo
miraba desesperada por saber la respuesta. Él lo hacía con miedo.-
verdad...
Hanna se levantó
con rabia y pateó con fuerza un cojín que había en el suelo.
Joonchae se asustó por su reacción, juraría que nunca la había
visto así. Ella se acuclilló y pegó un puñetazo fuerte contra el
suelo, no sentía el dolor en la mano, solamente las lágrimas que
caían por sus mejillas.
-Hanna-ya...
gwenchanna? (¿estás bien?)- preguntaba temeroso.
-No sé cómo tengo
que sentirme ahora mismo...-se dejó caer en el suelo, quedándose sentada.
-Wae? (¿Por qué?)-
Joonchae fue corriendo a sentarse junto a ella.
-Porque yo me sentí
muy herida, pero tú...- decía con rabia- tú no recuerdas nada.
-Ayúdame...
-¿Qué te ayude?-
se echo hacia atrás- ¿Quieres recordar todos los desplantes?
¿Quieres recordar las malas palabras? ¿Las heridas en mis manos?-
Joonchae la miraba asustado, no quería creer todo eso- ¿Eso es lo
que quieres?
La cabeza de
Joonchae se estaba empezando a nublar. No podía creer todo eso, no.
No quería creerlo. “¿Qué has hecho Joonchae?”, pensaba él una
y otra vez mientras tragaba saliva y la veía sufrir.
-Molla... (No
sé...)- dijo con un hilo de voz.
-No quieres...- se
quitó las lágrimas de los ojos- Y yo tampoco...- se levantaba del
suelo.
-Jebal! (¡Por
favor!)- se levantó también muy rápido. Estaba al borde del
ataque, ahora quería saber cosas.
-Joonchae-ah...
-¡Algo, cuéntame algo de lo que paso!- los dos se miraron, estaba muy nerviosos.-
Llevo, mucho tiempo, intentando recordar. Muchos años. Y vienes tú
a mi vida otra vez...- intentaba no llorar- Y por fin... vienen
imágenes a mi cabeza. Dónde antes solo había un agujero... ahora
hay imágenes.
Hanna comenzó a
llorar, porque él no se había dado cuenta pero ya estaba llorando.
A los dos se les rompía el corazón. No podían ver al otro tan
mal... tan perdido.
-No sabes...- casi
no podía hablar- lo duro que es, solamente tener una imagen en la
cabeza. Una sola imagen de tu hermana, tendida en el suelo... rodeada
de sangre...
Joonchae rompió en
lágrimas y sollozos. Hanna se lanzó a abrazarlo, nunca lo abrazó
tan fuerte y con tantas ganas de protegerlo que en ese momento. Ella
lo llevó al sofá, y no dejó de abrazarlo hasta que se tranquilizó.
¿Qué importaba ya todo? Esa era la pregunta que más temía ella.
Pues todo hubiese sido distinto si esa misma pregunta se la hubiese
hecho años atrás.
-Mianhae... (Lo
siento...)- le dio un leve beso en la frente- Ojalá todo hubiese
sido distinto...
-Anny...(No...)- se
incorporó- No podemos cambiar las cosas ya... y no somos héroes...
-Seungchae-ni esta
bien...- le decía buscando sus ojos.
-Ara... (Lo sé...)
Nado... (Yo también...) Pero tú... has hecho que mi vida se vuelva
más loca.- intentaba sonreír.
-Mianh... (Lo
siento...) Solamente sé cometer errores...
-Annyo (No), yo soy el
que comete siempre los errores...
Sus miradas de
vergüenza se cruzaron. Tras apartarlas sonrieron. Eran un buen
desastre, siempre lo habían sido, y no tenía porque cambiar.
-Recuerdo...- Hanna
volvió a buscar sus ojos- frases...- “Me – das – asco”,
venía a su cabeza- Recuerdo una pulsera...- Hanna abrió los ojos
sorprendida.
-¿Lo recuerdas?
-Dee...- Joonchae la
miro aliviado, parecía que si era real- También recuerdo
perseguirte por la empresa... hasta encontrarme con Seungchae-ni.
Él se llevó la
mano a la cabeza adolorido. Un pinchazo lo atravesó muy fuerte, y
junto a él una imagen.
“¡Choi JoonChae!
¡Niño insolente! ¡Si crees que tus niñerías van a afectar este
contrato lo tienes difícil!”
-Joonchae-ah!
Gwenchanna?! (¿Estas bien?)- Hanna se asustó tras verlo retorcerse
de dolor.- Joonchae-ah?
-Dee...
Gwenchanna... (Estoy bien...) Mi padre me chillaba...- Hanna lo
miraba asustada- “¡Choi Joonchae! ¡Niño insolente!”
Hanna se llevó las
manos a la boca sorprendida. Había recordado parte de la
conversación con su padre de aquel día.
-Joonchae-ah...- él
la miro con miedo- es un recuerdo de aquel día. De antes de que me
vieras, de antes del accidente...
No podía creerlo,
estaba recordando por fin. Era algo raro, porque no tenía muy claro
de si quería, pero se sentía tan bien.
-Hanna-ya...-
Joonchae la miro muy serio, aunque algo triste- Llevo mucho tiempo queriéndote preguntar esto...- ella estaba más nerviosa que nunca- y
espero que hoy puedas decírmelo.
-Joonchae-ah...
-¿Por qué te
fuiste? ¿Qué paso ese día para que tu me... para que te fueras?
-Te voy a contar...
como viví yo ese momento...- Joonchae tragó saliva y se puso
totalmente serio.
. . .
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