-Soori...
-Oppa, jebal, jebal. (Por favor, por favor) No sabes como me duele saber que dentro de dos días te vas a casar.
Jebal (Por favor), Oppa, yo te lo daré todo. Llevo mucho tiempo esperando a
decirte esto, pero no sabía como. Jebal (Por favor) oppa no te cases con
ella...- lo miraba con los ojos llenos de lágrimas.
Joonchae no podía
articular palabra. En ese momento hubiese sido muy fácil decirle que
no se casaría con Kim Hanna, aunque no hubiesen estado juntos, ¿o
sí? Tenía en la cabeza más de mil preguntas que no sabía como
contestar, pero no sabía como contestarle a Soori. Como debía
decirle que no podía estar con ella. Que si las cosas hubiesen sido
distintas... ¿qué hubiese pasado? Pero no podía decir nada, no
sabía que decir. No la quería herir.
-Mianhaeyo...
Soori... mianhaeyo... (Lo siento... lo siento)- se levantó y se fue.
. . .
Frenó en seco en el semáforo. Su respiración era rápida. De verdad estaba muy preocupado por su futuro. ¿Qué hubiese sido de él si le dice que sí a Im Soori? ¿La quería? ¿Era solamente una amiga, podría ser algo más? ¿Sabía qué quería hacer? ¿Debía seguir con el contrato? ¿Y Hanna, qué pasaba con lo qué sentía?
Se cogía fuerte la
cabeza y apretaba sus sienes. El dolor que sentía en ese momento
nunca había sido peor. Y volvía un recuerdo de forma intermitente
cuando pensaba en ella. Kim Hanna. No sabía que le estaba pasando.
Se sentía el ser más inútil en esos momento. Su vida se estaba
convirtiendo en un circo que no podía controlar. Él era un payaso
más que no podía escapar. ¿O sí? ¿Qué debía de hacer?
Apareció una hora
más tarde Lee Kibum por la puerta del bar que siempre frecuentaban.
Joonchae ya llevaba unas copas de más. Era la primera vez que su
amigo lo veía beber así.
-Ya, hyung, museum
iliya? (¿Qué ha pasado?)
Kibum venía
corriendo hacia él muy asustado. No sabía en que estado podría
encontrarse Joonchae. Y su voz tras el teléfono le preocupó
demasiado.
-Kibum-ni...- logró
decir y se agarró de su chaqueta. Kibum lo cogió antes de que se
cayera.
-Hyung, hyung!- lo
cogió como pudo y lo trasladó de la barra a una de las mesas
apartadas que habían.- Hyung, daedaphae. (Respondeme.)
-Me duele mucho
Kibum-nim...- se llevaba la mano a la cabeza.
-¿Te llevo al
hospital?- le decía preocupado.
-Annyo, annyo (No, no)...- se
tiraba a un lado.
-Ya,
odi...? (¿Dónde...?)- lo cogió con fuerza- Museun
il-i iss-eossneunji malhaebwa. (Dime qué ha pasado.)
-Soori-ni...
-Soori-ah?
¿Qué le ha pasado a Soori-ah?
-Kim
Hanna-ya...
-Hanna-shi?
Ya, Joonchae-hyung céntrate.- se comenzaba a preocupar.
-El
contrato...
-¿Qué
contrato? Hyung, daedaphae! (Respondeme)- lo levantó. Joonchae estaba llorando de
la impotencia.- Hyung...
-Kibum-ah...
toda mi vida es una farsa. Hanna-ya y yo solo estamos juntos por
culpa de un maldito contrato.- Kibum solo lo miraba sorprendido, no
sabía bien que contestarle a su amigo.- Que se supone que
beneficiará a las compañías. Mi vida con ella es una mentira. Ella
me odia. Ella no quiere estar aquí. Y solo es una pesadilla para mí.
Una pesadilla que no acaba nunca. Y Hanna-ya es el monstruo de mi
pesadilla y no se va. Y no responde. Y me mira y me juzga. Y me quema
por dentro con sus palabras de odio...
-Hyung...
tranquilo.- Joonchae rompía a llorar.
-Kibum-ni
estoy perdido, no sé dónde estoy. Y todo desde que llegó. He
empezado a sentirme extraño, todos mis sentimientos han vuelto a
florecer y cada vez con más fuerza. Y guardo silencio y los sigo. Y
me pierdo entre ellos. Es una musa que altera mi vida.- le vino un
fuerte dolor de cabeza.
-Choi
Joonchae-hyung!
-Y
Soori-ni...- Kibum quería sacarlo de allí y llevárselo consigo,
pero él no quería- me quiere... Lee Kibum-ah, Soori-ni me quiere.-
lo miraba a los ojos- Y no puedo corresponderla... ¡por el maldito
contrato!- apartó con fuerza y rabia la chaqueta que había dejado
en la mesa.
-Jebal (Por favor),
hyung, explícate mejor. Me estas preocupando.
-Nosotros...
Hanna-ya y yo... tenemos un contrato de dos años. Tenemos que
casarnos, para que las compañías se unan y “the WORLD”
prospere...
Kibum
se quedó paralizado. Muchos momentos venían a su cabeza. Muchos
comentarios de los dos que ahora tenían sentido. Aunque explicaban
el comportamiento de los dos cuando Hanna apareció la primera vez,
pero... ¿y la última? Kibum no estaba muy seguro de todo lo que
estaba pasando. La curiosidad, la preocupación y la impotencia lo
quemaban por dentro. Y algo más vino a su mente. Algo que le hizo
comprender más ese contrato.
-¿Qué
hago Kibum-ni...? Me he ido... No le he podido decir nada más que
“mianhaeyo”... Soy un cobarde. Me siento con las manos atadas.-
pegaba golpes en la mesa.
-Choi
Joonchae! ¡Tranquilízate!- le chilló Kibum.
Se
hizo el silencio entre los dos. Cada uno pensaba en lo qué estaba
ocurriendo. Pero de forma distinta.
-Es verdad...- se
limpiaba las lágrimas- desde que ella esta aquí todo a cambiado por
completo. Mi vida era más tranquila sin ella... Todo iba bien, sin
ningún sobre salto. Todos eramos felices... por fin tenía el amor y
la salud que necesitábamos...- Kibum se alarmó.
-¿Salud?- dijo
flojito y miró a Joonchae. “Entonces, es verdad.”, pensó.
-¿Por qué si tanto
me odiaba dijo que sí y volvió? ¿Qué hubiese pasado si no la
hubiese visto?¿Quién sería realmente si nunca la hubiera conocido
Kibum?
-Nunca lo sabrás...
-¿Pero y qué
habría pasado? ¿Hubiese sido más feliz? ¿Sería cantante? A lo
mejor no habría pasado lo se Seungchae-ni... ¿qué hubiese pasado?
-Imagínate qué
simplemente no hubiese regresado.
-¿Estaría con
Soori-ni?- los dos se miraron- A lo mejor... con el tiempo... No creo
que encontrase a otra persona que me quiera tanto como ella.
-Pero no solamente
cuenta eso Joonchae-hyung... Tú también tienes que querer a esa
persona.
-Yo. Yo la
querría... no tanto como ella a mí. Pero si que la querría. Todo
sería tan distinto... Incluso podría ser mejor que ahora.
-No sabía que fuera
todo tan mal...- miraba a la nada pensativo.
-Ella lo intenta,
pero no soporta estar conmigo. Tiene mucho dolor... por algo.- vino
el recuerdo de nuevo a su cabeza. Se llevó las manos a ella.-
Ash...- se quejó de dolor.
-¿Te encuentras
bien?
-Anny (No)... últimamente
me viene a la cabeza un recuerdo. Es como un estruendo en mi cabeza.
Solo me pasa cuando hablo de ella.
-¿Qué es?
-Paljjieyo...(Es
una pulsera).
-Paljji? (¿Pulsera?)
-Dee... alguien la
arranca y se cae al suelo en mil pedazos...
-¿Cómo es la
pulsera?- preguntaba muy curioso. Joonchae lo miró.
-Azul perla...
con... bolitas...- se llevaba las manos a la cabeza y movió su pelo
con fuerza- Mollayo (No lo sé)...
-Gwenchanna hyung,
gwenchanna...(Esta bien, esta bien...)- le daba palmadas en la espalda.
-No tengo fuerzas
para seguir Kibum-nim... la cuesta es muy empinada...
-Joonchae-hyung...-
lo miró a los ojos. Quería decirle lo que estaba empezando a
sospechar de todo aquel contrato.- Hay algo...
-Weo Kibum-ni? (¿Qué?)-
Joonchae lo miró preocupado. Algo que no le trajo buenos recuerdos.
-Annyo... no me
hagas caso.- Joonchae suspiró.
-Podría todo ser
mucho más fácil... y podría ser feliz... pero no.
-No sabes si aunque
ella no hubiese aparecido todo sería feliz. A lo mejor serías más
triste...- Joonchae se estremeció.
-A lo mejor ella si
sería feliz...
-Neo musuem sori ya?
(¿De qué hablas?)
-Weo? (¿Qué?) No he dicho
nada.
-Hyung... ¿vas a
seguir con la boda?- Joochae lo miró sin saber que responder.
-Debo...
-¿Y Hanna-shi?- los
ojos de Joonchae se abrieron.
-Tengo que hablar
con Jihoo-hyung.
Por mucho que Choi
Joonchae quisiera en ese momento ir con Kang Jihoo, Kibum lo subió a
su coche para llevarlo a su casa. Joonchae se tambaleaba por todos
lados. A él el alcohol solamente le afectaba de forma motora y
sentimental. Pero a la mañana siguiente estaría nuevo y podría ir
directo a hablar con Jihoo.
Kibum lo dejó en
su cama, y él fue a acostarse en el sofá. No había cenado ni nada.
Se levantó de nuevo del sofá y fue a la cocina. No paraba de pensar
y pensar. Cogió su móvil y marcó.
-Yeobushaeyo? Uisa
Lee Kibum-imnida. (¿Hola? Soy el doctor Lee Kibum) Necesito hablar con usted respecto al contrato.
. . .
-Kimbum-shi.- lo llamaba una compañera desde lejos.
-He visto que vas a
estar con el Doctor Lee Minhyunk-shi.
-Dee.- seguía
revisando el papeleo.
-¿Me dirás quién
es ese paciente tan misterioso qué tiene?
-Annyo.
-Omo, weoo? (¿Qué?) Vengaa,
Kibum-shi.
-Anny, no me vas a
convencer. Si el doctor Minhyunk-shi lo ha guardado en secreto será
por algo. Y además, no creo que lo veamos hoy. Hace mucho tiempo que
no viene, o eso me dijo el otro chico de prácticas que estuvo con el
doctor Minhyunk-shi.
-Anny, oí la semana
pasada que tenía cita con el doctor el día dos de junio. Y hoy es
lunes dos de junio.- Kibum la miró asombrado- Puede que tengas
suerte y lo veas. Jebal, aunque sea dame una pista después,
arasseo? (¿de acuerdo?)- le dijo tiernamente.
-Lo dudo.- esta le
hizo un puchero y siguió su camino al ver que Kibum seguía sin
hacerle caso.
Lee Kibum no sentía
curiosidad alguna de saber quién era aquel paciente. Él solamente
tenía en mente aprender y poder darle una solución viable para
poder curar su enfermedad. De lo que si estaba curioso es de saber
que tipo de enfermedad iría a tratar, pero sabiendo que el doctor
Lee Minhyunk era oncologo, se hacía una idea de que podía ser.
Caminaba con paso
firme hasta la sala de hospital más alejada que había. El doctor le
había mandado un busca para que fuera a aquella sala. Si que se
reuniría al final con aquel misterioso paciente de oncología. No
llegó tarde. Lee Minhyunk ya estaba dentro, esperando a que el
paciente se presentara. Kibum hizo una reverencia y antes de que los
dos médicos pudieran hablar sobre cualquier cosa, Minhyunk le logró
decir que por favor mantuviera la privacidad del paciente, y este
entró por la puerta.
-Buenos días Doctor
Lee Minhyunk-shi.
-Oh, buenos días
Choi Jungsoo-shi, adelante. Pase por favor. Sabe usted ya el
procedimiento.
-Dee.
-Este es mi nuevo
alumno en prácticas, el doctor Lee...
-Kibum-ah.- dijo
sorprendido Jungsoo.
-Oh...
Jungsoo-shi... usted...- Kibum no quería creer lo que estaba viendo.
El paciente de
oncología misterioso era el señor Choi, el padre de Joonchae. Los
dos se quedaron sorprendidos por la situación que estaban viviendo.
Kibum se había quedado petrificado por unos segundos, no podía
creer que el señor Jungsoo tuviera cáncer.
Kibum se quedó
toda la sesión callado, no podía articular palabra. Solamente
escuchaba a los dos hombres hablar. En la sesión no dijeron nada que
los dos hombres no sabía. El doctor le volvía a explicar de nuevo,
y muy por encima su enfermedad, mientras que el señor Choi le
asentía como si con él no fuese el tema. Y le volvía a recalcar
que iba a seguir sin someterse a ningún tipo de tratamiento para
alargar su vida más de lo que podía. Que era nada.
No fue más de
quince minutos lo que duró. El señor Choi venía de vez en cuando a
estas sesiones más que nada por la preocupación del doctor Lee
Minhyunk. Aunque la respuesta de Jungsoo siempre era que no.
-Lee Minhyunk-shi,
nos dejas a Kibum-ah y a mí a solas unos segundos.
-Por supuesto. Nos
vemos en la próxima sesión.- se estrecharon las manos- Doctor Lee
Kibum-shi, le espero en la segunda planta, tenemos aún muchos
pacientes que visitar.
-Dee, algessubnida. (Sí, entendido.)
Le hizo una pequeña
reverencia y el doctor salió.
-Choi
Jungsoo-shi...- fue a hablar.
-Lee Kibum-ah, no
tienes que entender nada de esto.- Kibum se quedó callado mirándole-
Y tampoco me tienes que dar explicaciones de la enfermedad, de lo que
conlleva o puede llegar a pasar. Lo sé todo. Y ya he tomado una
decisión...- se hizo un pequeño silencio- Lo único que espero que
comprendas es que esto es un secreto entre médico-paciente. Muy poca
gente sabe de mi situación. Mis hijos no saben nada...- Kibum abrió
sus ojos de preocupación- y espero que sigan sin saber nada.- se
hizo un silencio. Choi Jungsoo esperaba la respuesta de Kibum.
-Dee... Choi
Jungsoo-shi... algessubnida. (Sí... lo entiendo.)
-Buen chico.- le dio
unas palmadas en la espalda y salió de la habitación.
Dejó al pobre
Kibum con más de un remordimiento en su interior. “Joonchae-hyung...
osito... mianhaeyo (lo siento), no podré cumplir mi promesa de protegeros a
todos...”, apretaba fuerte la placa de su bata.
. . .
Era sábado siete de junio. Solo faltaba un día para la boda, y Joonchae se levantó de casa de Kibum con un único pensamiento: “Debo hablar con Kang Jihoo y arreglar esto.”. Marcó el número de Kim Hanna. Quería hablar con ella. Debían quedar con Kang Jihoo y ver si había alguna manera de deshacer ese maldito contrato, y unir la empresas con otros métodos.
Kim Hanna no
respondía a ninguna de sus llamadas, se comenzaba a impacientar
demasiado. Kibum salió del baño arreglado de pies a cabeza, parecía
que él también iba a ir a algún sitio.
-Hyung, ¿te
encuentras mejor?
-Dee, gomawoyo
Kibum-nim. (Sí, gracias)- se movía nervioso.
-¿Ocurre algo más?-
lo miraba preocupado.
-Estoy intentando
contactar con Kim Hanna-ya pero no me coge el teléfono.
Kibum se quedó
pensativo mientras lo miraba. Él se hacía una vaga, pero certera
idea, de dónde podría estar Kim Hanna. Él también quería hablar
con ella sobre todo a lo referente al contrato, y pedirle a ella que
por favor, parase esta farsa cuanto antes. Era lo mismo que quería
hacer Joonchae, pero Kibum tenía mucha más información que él.
Lo seguía mirando
con pena. Quería contarle todo lo que sabía, pero no podía ni
debía hacerlo. Su moral actuaba a favor y en contra de sus
decisiones. Pero esperaba que al ir a hablar con Kim Hanna todo se
arreglase. Sí, siempre tenía que él intentar arreglarlo todo. Choi
Joonchae seguía aún muy nervioso porque nadie le cogía el
teléfono.
-Hyung...- Joonchae
lo miró nervioso- me tengo que ir.- dijo muy serio- Pero te puedes
quedar todo el tiempo que quieras.
-Gomawo (Gracias), espero que
me contesten rápido.
-Kuge... Tto bayo. (Entonces... Nos vemos)
Kibum salió de
allí. Cogió su teléfono y llamó a Park Yoona. Seguramente si no
contestaba Kim Hanna a su móvil sería porque estarían preparando
cosas para la boda, y Yoona debía estar allí.
Efectivamente así
era. Todas y cada una de las amigas de Hanna estaban allí con ella,
esperando impacientes a que esta saliera del probador para la última
prueba del vestido de novia.
-¿Os imagináis que
ha engordado de un día para otro y no le cabe el vestido para
mañana?-se reía Alba de su propio comentario.
-Ojalá...- se
apoyaba Ana en la pared mientras contemplaba con cara de poker toda
aquella emoción. Que le ponía aún más nerviosa.
-Unni? Que va, en
todo caso, de los nervios a adelgazado. Y se lo tendrán que arreglar
otra vez.
-Seguro que va
preciosa.
-Yo si que voy a ir
preciosa mañana. Espero encontrarme otra vez a Taemin.
-Aún no me creo que
lo hayas conocido.
-¡Pero que si que
es verdad! Lo tenía así de cerca.- representaba Nerea.
-¿Seguro qué no lo
soñaste?
-ANNYO! (¡NO!)
-Nerea, contrólate.
Ya suficiente tengo con ir a una boda mañana. No quiero ir a un
funeral.- la cogía de los hombros y le masajeaba.
-Gracias Ana...-
suspiraba su hermana.
-¿Tú me crees
Ana?- la amiga asentía con la cabeza.
-Omoo, yeppeuda. (Que bonita)- se
levantó la madre de Hanna de uno de los sillones.
Una de las
dependientas abrió por fin la cortina que comunicaba el probador con
la sala de espera. Kim Hanna estaba encima de una pequeña tarima con
su elegante y ceñido vestido de boda. Era todo de encaje, con un
escote en forma de “V” y una pequeña cola. Pero lo que más
destacaba de él eran las mangas que llevaba. El vestido era de media
manga, con un poco de bordado en los hombros y que dejaba caer un
largo trozo de tela que acompañaba a la cola del vestido.
Simplemente estaba preciosa. Todas las amigas la miraban asombradas,
algunas con tímidas lágrimas en los ojos, y otras ya habían
empezado a llorar.
-Madre mía Hanna,
nunca creía que te vería de esta manera. Estas preciosa.- decía
Andrea, su compañera de “Colorful”.
Esta, comenzó a
sacar fotos de aquel precioso momento. Esta vez no sería Hanna la
que inmortalizaría cada segundo de aquel gran momento que ocurriría
en su vida. Porque ella ahora era la protagonista de sus fotos. Por
una vez iba a ser la que estuviese delante de las cámaras, y no
sería la última.
-Unni, vas muy
bonita.
-Muchas gracias
chicas.- dijo con una dulce sonrisa- ¿De verdad voy bien?
-Dee! (¡Sí!)- dijeron
todas.
-Yo lo veo un poco
escotado...
-Umma. (Mamá.)
-Pero-pero esta
bien. Vas preciosa.- se acercó y le cogió la mano- Da igual cuanto
tiempo pase, tu exterior siempre refleja lo grande y bonito que es tu
corazón.
-Umma...- le hacía
pucheros- Voy a llorar por tu culpa.- se abrazaron.
-Yo ya estoy
llorando.- se quitaba las lágrimas Alba, mientras las demás
asentían con pucheros.
-Menos mal que estoy
yo aquí para daros pañuelos, aiis, no se que haríais sin mí.- iba
repartiendo Ana sus pañuelos.
-Dongsaeng... Siento
que nos hayamos peleado tanto este mes.
-Annyo, tú siempre
quieres hacer lo mejor para mí, arayo (lo sé). ¿Alguna quiere decirme
alguna palabra bonita más? Porque no quiero llorar más.
-Baboya (Tonta)...- le
pegaba flojito en el hombro.
-Os quiero mucho
chicas, gracias por estar aquí hoy, y mañana, claro.
-Sobre todo mañana.
-Mañana que nadie
se olvide de apuntarse en el libro de la novia.- empezó a decir
repelente Yoona.
-Yoona querida,
ahora no es el momento.- le cogía Alba del brazo y la llevaba
consigo.
-Dee, arasseo. (Sí, vale)-
todas reían.
-Bueno, venga. Vamos
a hacer unas cuantas fotos.- le decía Andrea para que se colocaran.
-Sí, y después
unos buenos chupitos.
-Tenemos que
emborrachar a la novia.
-Bueno, si le dejáis
la botella seguro que lo hace ella sola, ¿verdad capi?
-Dee.- asentía
graciosa.
-Chicas debéis
beber menos.- les decía preocupada Kim Beakha. Hanna la abrazó por
detrás mientras las demás se reían.
En ese momento
alguien toco a la puerta. Aquellas, entre risas y carcajadas, y la
búsqueda perfecta para la foto, no escucharon aquel sonido, y tampoco
como la puerta se abrió. Simplemente la persona que había tocado ya
estaba dentro, y esperaba a que todas hicieran menos ruido para poder
hablar.
-Omo, Kibum-oppa,
neon yeogi. (Tú aquí)- dijo Park Yoona, y todas se giraron hacia la puerta para
ver de quién se trataba.
-Oh Kibum-ni!- dijo
muy feliz Hanna. Kibum tenía una expresión muy seria, pero aún así
le hizo una reverencia.
Esa expresión
extrañó a Hanna, y la preocupó a la vez.
-Buenos días, puedo
hablar contigo Hanna-shi.
-Wae kure oppa?
Malhaeba, kojeonmaseyo. (¿Qué pasa? Dínoslo, no te preocupes.)- todas las chicas estaban impacientes.
-Kim Hanna... Lo sé
todo.- ella lo miraba extrañada. Kibum la miró directamente a los
ojos- Se lo del contrato.
-Weo? (¿Qué?)- llegó a
exclamar Park Yoona muy preocupada.
Hanna no sabía
como reaccionar, en ese momento pidió a todas que salieran fuera y
la dejaran a solas con Kibum. Ninguna se opuso, aunque estaban un
poco asustadas por lo que estaba pasando. No entendían que podía
saber Kibum y porque era tan importante. ¿Qué contrato? Ana no pudo
evitar sacar conclusiones de todo aquello. Conclusiones algo
acertadas, aunque aún le faltaban demasiados detalles. Pero evitó
comentarlos en ese momento con nadie.
Dentro de aquel
probador a Hanna le empezaba a molestar el maldito vestido de novia,
y todo de los nervios que le había provocado en un segundo el
oportuno Kibum.
-¿Qué sabes Lee
Kibum-shi?- le dijo muy seria, tanto que preocupó al mismo Kibum.
Mientras, intentaba
quitarse parte del vestido porque no la dejaba respirar de lo ceñido
que era. Kibum la ayudó a quitarse una parte. Logró desabrochar
todo aquello, y se pudo sentar tranquilamente a asimilar todo lo que
le estaba pasando.
-Hace unos días
tuve que hacerle la revisión a un paciente VIP del hospital. Aunque
ni yo ni él sabíamos que nos conocíamos.
-Kuman (Para)...- seguía
seria, Kibum paró como ella le había dicho- ¿te lo dijo él?
-Anny...
Joonchae-hyung. Estaba muy agobiado y me lo confesó. Yo solamente
tuve que unir mis hilos.
-Joonchae-ah no lo
sabe.
-Hanna-shi...
-Ni lo va a saber.-
lo miró enfadada- Arasseo? (¿Vale?)- Kibum no reconocía a esa Hanna-
Kibum-shi, arasseo? (¿vale?)- le volvió a repetir.
-Es injusto y lo
sabes.
-Yo no soy quién
para contar cosas de los demás.
-¿Y lo haces por
él?
-Igual que lo iba a
hacer por la empresa hace ocho o nueve años. Esta vez lo hago por él
sí. Y lo haría siempre porque son como mi familia, y Joonchae-ah...
es más importante para mí de lo que yo recordaba.
-¿Le vas a mentir?
-¿Crees de verdad
que yo quiero todo esto? ¿De verdad crees que lo hago por mí?
¿Crees que no me gustaría decirle la verdad y que él decidiese lo
que quiere? ¿Por qué crees qué el contrato es de dos años Kibum?-
comenzó a llorar desgarrada Hanna- Mm? Ese es el tiempo de vida que
le daban. Si Joonchae-ah se entera estará destrozado.
-Igual que con
Seungchae-ah...- dijo para si mismo.
-No es tan fuerte
como él se cree, su padre solo quiere protegerlo una última vez. Y
además, Joonchae-ah nunca hubiese aceptado que no hubiese luchado
contra eso...
-Aún sabiendo que
ya era demasiado tarde...- Kibum se contestaba él solo a lo que
Hanna le estaba tratando de decir.
En ese momento solo
pudo abrazarla. La cogió de la cabeza y la acercó a él con
delicadeza. Podía entender todo lo que estaba haciendo por Joonchae,
para su bienestar, para que todo fuera normal para él, y pareciese
una muerte normal después de todo.
-Hanna... siempre
que quieras puedes contar conmigo.
-Gomawoyo (Gracias) Kibum-shi... Nadie se hace una idea de lo difícil y lo duro que esta
siendo este momento para mí. En un par de días he pasado de pensar
en lo que sería lo mejor para mí, a lo que podría ser lo mejor
para él... Si de mí dependiese no hubiese vuelto nunca, pero
Joonchae-ah... realmente lo ha pasado mal. Y ahora no sé si incluso
fue por mi culpa.
-Kim Hanna.- la
separó de él- Las cosas pasan. Nunca te arrepientas de lo que has
hecho. No podemos volver hacia atrás. Simplemente tenemos que
mejorar para que nuestro futuro sea mejor.- le acariciaba y le
quitaba las lágrimas de las mejillas.
-Kibum...
-Además... puede
ser que era lo que tú necesitabas en ese momento. Jebal... nunca te
culpes por lo que le pasó a Joonchae-hyung...
Hanna intentaba
hacer caso a las palabras que le decía Kibum, pero una pequeña duda
ya se había insertado en su cabeza, y sería más difícil de quitar
o de ignorar de lo que ella se creería.
-Mianhaeyo (Lo siento)... He
venido aquí a pedirte explicaciones, y a intentar acabar con todo
esto, pensando que había algo que...
-Anny, no hace falta
que lo digas. Es más, me alegro por ello. Significa que proteges a
Joonchae-ah y que no esta, no ha estado, ni estará solo.
-Nunca.
-Joha (Me gusta)...- le dedicó
una pequeña sonrisa.
-Siento haber
montado todo este escándalo delante de tus amigas...- Hanna suspiró
y se llevó las manos a la cabeza.
-Me haces un
favor...
-Por supuesto,
pídeme lo que quieras.
-No sé cuanto de
agobiado estará... pero de verdad que mañana tenemos que casarnos.
Tráelo. Jebal.
-Allí estará.-
Kibum le dedicó su mejor sonrisa y a continuación beso la mano de
Hanna y salió.
Al ver que Kibum
salía del probador y las despedía con una sonrisa, todas entraron
corriendo en el probador como alma que lleva el diablo, curiosas por
saber que estaba pasando.
-Dongsaengi!-
exclamó muy fuerte Yoona. Era una de las más nerviosas, ya que
sabía de que podía haberse tratado la conversación.
-Gwenchanna unni. (No pasa nada)-
aquellas palabras no la tranquilizaron.
-Hanna, ¿qué esta
pasando?
-Madre mía que
percal...- se llevaba las manos a la cara Alba.
-Me suena a que esto
es lo que no nos podía contar.- susurraba Nerea.
-Elementary, my
darling.- se cruzaba de brazos Ana.
-Dejar que me cambie
y os lo explicaré todo.
-¡¿Todo?!- saltó
nerviosa Yoona y Alba, lo que le sorprendió a Hanna.
-Dee, dee. (Sí, sí)
-¿Pero todo?-
preguntó Ana.
Hanna la fulminó
con la mirada y corrió la cortina para quitarse el vestido con ayuda
de las dependientas de la tienda. Una vez arreglada con su ropa de
calle otra vez. Decidió que el mejor sitio para contar todo aquello
debía ser uno dónde las paredes no tuvieran oídos. Las llevó a su
casa directamente.
-Sentaos.
Todas se acomodaron
en los sillones del salón. Para todas, menos para Park Yoona, era la
primera vez que visitaban la casa de los padres de Kim Hanna. Ese día
su padre y su abuelo habían salido a pescar, y su tío Moonsoo debía
de estar en el cuarto de invitados durmiendo o siguiendo alguna de
sus terapias raras de belleza.
-Os voy a traer algo
para tomar chicas.- comentó Kim Beakha.
Salió de la
habitación acompañada de Lin para preparar un pequeño almuerzo.
Así ellas podrían tener la intimidad que necesitaban.
-Te lo juro, me
tienes muy intrigada con este tema.
-Antes de nada...
quiero deciros que no vais a lograr disuadirme de ninguna de mis
decisiones. Las he llevado a cabo por el bien de mi familia, por el
bien de mi futuro, y por el bien de Joonchae-ah...
-¿Te casas con Choi
Joonchae por hacer contratos entre las dos empresas?
-¡Ana!- dijeron
alarmadas y la miraron.
-¿Qué? ¿Tengo
razón, o no?
-Dee... tienes
razón.
-Veis... a mí no me
engaña nadie.
-Pero... ¿y por qué
unni?
-Chicas, esto no
puede salir de aquí. Ya son demasiadas personas las que lo saben, y
más si os lo cuento a vosotras. Prometedme que nunca diréis nada.
-Claro, confía en
nosotras.
-No volveréis a
sacar el tema. Ni se lo contaréis a vuestras parejas, o a David.-
señalaba a Andrea- No insinuéis nada en ningún sitio.- miró a Ana,
y esta se ofendió.
-Pero bueno.
-Solamente lo saben
las dos familias, Kang Jihoo-sambenim porque es nuestro abogado, y lo
sabía Yoona-unni.- hizo un pequeño saludo- Nadie del trabajo lo
sabe.- miró fulminantemente a Alba.
-Soy la mejor
guardando secretos, no sé porque me mira así.
-Los amigos de
Joonchae-ah no lo sabían, hasta hoy que Joonchae-ah se lo ha contado
a Kibum-ni... pero bueno, lo hubiese descubierto tarde o temprano...-
se llevó las manos a la nuca desesperada.
-¿Pero exactamente
que implica el contrato?
-Tienen que
permanecer casados dos años para que Choi Joonchae-oppa recupere las
acciones que tiene la familia Kim de CJS Entertaiment.
-Eso es lo que sabe
Choi Joonchae-ah...
-¿Qué significa?
-Que hay algo más,
pero que solo lo sabe ella.- Ana y Hanna se miraron.
Ana había acertado
y por desgracia Kibum sabía esa parte de la historia. Pero si las
dos versiones se unían saldría la verdad de todo. El verdadero
sentido del contrato, y la verdadera razón de porque contactaron
antes con Kim Hanna para saber que hacer.
. . .
Hace unos dos años que mi padre me llamó al estudio muy desesperado. Estaba en medio de una sesión de fotos que estaba haciendo con Cristian, y tuve que interrumpirla y salir fuera para poder hablar mejor.
-Princesita...
-Appa, wae kure? (¿Papá, qué pasa?) Me asustas cada vez que me llamas así.
-Tengo que
decirte algo. Pero esta vez no voy a imponerte nada. Quiero que seas
libre para elegir tu camino, y para decidir y tomar tus propias
decisiones. Igual que yo pude hacer gracias a mi madre...
-Appa...
museum... (Me asustas)
-Hanna, a mi
amigo Jungsoo-ah le han detectado un cáncer incurable.
-Omo... ¿al
señor Choi? ¿El padre de...?
-Dee. Hanna...¿te
casarías con Joonchae-shi para devolverle la empresa?
-Appa...- se
quedó en shock.
-Hanna, no te lo
diría si no fuese necesario. Jungsoo-ah no le ha dicho a sus hijos
nada de la enfermedad. Y ellos creen que simplemente tenemos unas
acciones de la empresa, pero... hace unos años, con el problema de
Seungchae-shi, todo fue cuesta abajo para Jungsoo-ah. Y para que no
perdiese la empresa decidí comprarla. Pero solamente él y yo lo
sabemos.
-Appaga... ¿qué
quieres que diga?- sentía que iba a llorar.
-Anny,
princesita, jebal (por favor)... piensa en ti. Esto simplemente es algo que se
nos ha ocurrido para que nadie se entere de esto. Pero si ocurre de
otra forma... es lo que hay.
Comencé a
llorar, me giré hacia el estudio, y Cristian vio desde lejos como me
tapaba la boca con la mano y lloraba. Se acercó corriendo a
preguntar que estaba ocurriendo, pero no podía hablar.
-No sabemos aún
cuanto tiempo de vida pueda quedarle a Jungsoo-ah, pero si en algún
momento se va... intentaré que Joonchae-shi y su familia tengan una
buena vida, y una estabilidad. Choi Jungsoo-ah es mi mejor amigo.
Esa última
palabra resonó en mi cabeza como si fuera un gran tambor. Y algo
en mi interior me hizo darme cuenta de quién había sido esa
persona. Y ni todo el dolor, ni el odio, pudieron parar las palabras
que salieron de mi boca.
-Appa... lo haré.
Me casaré con Choi Joonchae-shi. Por el bien de vuestra amistad, y
por el bien de su familia.
Al escuchar esas
palabras mi padre apretó muy fuerte su puño izquierdo, dónde
sostenía una de sus plumas, y poco a poco de la fuerza que ejercía
se la iba clavando. No quería verme sufrir. Él más que nadie se
arrepentía de esa llamada, y de las palabras que estaba diciendo.
Pero nada como la mirada que Cristian me hizo en ese momento.
-Algesseo...(Lo entendí) - no
podía decir casi nada.
-Saranghaeyo
appa... (Te amo papá...)- colgué.
-Haney...-
Cristian me miraba con los ojos brillosos.
-Cris...- me tiré
en sus brazos a llorar- lo siento...
-¿Qué acaba de
pasar Haney?
. . .
En el otro lado de la ciudad Joonchae había conseguido contactar con Kang Jihoo. Su amigo estaba en ese momento en el despacho revisando unos papeles, y trabajando un poco en un caso que tenía la semana que viene. Y al estar la boda, preveía que no iba a tener mucho tiempo para trabajar, y sí mucho para estar con sus amigos.
Joonchae acudió
corriendo al despacho de Jihoo. Irrumpió en el despacho muy nervioso
y acelerado. Llamaba como por décima vez a Kim Hanna pero seguía
sin cogérselo.
-Ya, ¿qué son
estas maneras de entrar en el despacho de otra persona?
-Hyung, ¿sabes
dónde esta Hanna-ya? ¿Ha venido por casualidad?
-Pero bueno, sin
pedir disculpas si quiera.
-Hyung!- estaba
alterado.
-ANNY!- se puso el
también nervioso- ¡Hanna-ni esta en la última prueba del vestido
con todas sus amigas! ¡Hoy tenían una especie de día de chicas!-
le decía alterado- ¡Y le han quitado el móvil para que nadie la
moleste!
-Chs... Voy a
contactar con Yoona-ni.
-Anny!- le cogió el
teléfono- Micheosseo? (¿Estás loco?) A ver, ¿qué problema tienes con el contrato?
-Hyung, tiene que
haber alguna manera de que se lleve todo acabo sin perder nuestras
vidas. Nuestra libertad.
-Joonchae-ah,
solamente son dos años.
-Hyung, ¿sabes lo
que puede pasar en dos años?- Jihoo lo miró extrañado- ¡Muchas
cosas, muchísimas cosas! Los dos podríamos estar viviendo nuestras
vidas.- se movía nervioso por el despacho- Hanna tendría sus
proyectos, yo tendría mi carrera. A lo mejor estaría con otra
persona... ella... ella estaría con la persona que quiere... y no
tendría que estar soportando contener su odio hacia mi...
-Joonchae-ah...
-Hyung, ayúdame. Es
lo mejor para los dos. Antes de que sea demasiado tarde.- lo miró
desesperado.
-¿Demasiado tarde
para qué?
Joonchae se quedó
mirándolo nervioso. A lo mejor sería demasiado tarde para borrar
todo lo que estaba sintiendo por ella.
-Jebal (por favor), hyung.
-Mianhae (Lo siento) Joonchae-ah. No se puede hacer nada al respecto.
-Pero...
-Y si se pudiera,
créeme que yo lo habría propuesto. Créeme amigo. Creo que es lo
mejor.- le daba golpecitos en la espalda.
-Tiene que haber
algo Jihoo-hyung.- Jihoo le negó con la cabeza.
-No sin crear un
escándalo. Ya es demasiado tarde Joonchae-ah. Piensa en tu familia.
Se hizo un pequeño
silencio por parte de los dos amigos.
-Gomawo hyung...
jigum... tto bayo. (Gracias... ahora... nos vemos.)
Joonchae salió del
despacho en dirección desconocida. Él sabía en el mundo que se
había metido. Todo era muy mediático, todo el mundo sabía de ti, y
todo el mundo hablaba de tu vida sin apenas conocerte. Le había
costado mucho conseguir toda aquella fama, todo aquel prestigio. ¿De
verdad quería tirarlo todo por la borda? A lo mejor si que era
demasiado tarde para pensar en echarse hacia atrás con ese proyecto.
¿Y de verdad quería dejar sola a Hanna? ¿Pensaba dejarla por otra
persona? Se le vino algo a la cabeza. Lanzó una moneda al aire.
-Si es cara, me
quedo con Kim Hanna-ya.
. . .
Ya era casi la hora de comer, y aún seguían debatiendo y hablando en aquel salón Kim Hanna y todas sus amigas.
-¡¿PERO CÓMO SE
TE OCURRE DECIR QUE SÍ?!
-Ana,
tranquilízate.- An la intentaba sentar en el sofá pero esta no
podía parar de dar vueltas por la habitación.
-¡Pues porque me
importa mi familia, y se cuan de importante es el señor Choi para mi
padre!
-¿Y qué pasa, si
te digo que me estoy muriendo y que para salvarme te tienes que tirar
de un puente, lo harías?
-¡SÍ, Y SIN
DUDARLO!- se hizo un pequeño silencio después de aquel momento de
tensión.
-A mi también me
parece una soberana estupidez. Y creo que tu padre hizo muy mal en si
quiera preguntártelo de nuevo, pero... no soy yo quién se va a
casar. Eres tú. Tú eres la que controla tu vida, no los demás. Por
lo tanto tu decisión.
-El señor Kim
solamente quería...
-Da igual, si Hanna
ya salió mal parada de ahí una vez. ¿Qué le hacía pensar que no
podría ocurrir una segunda?
-¡Gracias, una
persona racional! Escucha a Nerea, si no me vas a escuchar a mi.
-Bueno, pero yo solo
digo. Que aunque yo no lo haría, creo que ninguna somos quién para
entrometernos en su decisión.
-Sí, Ana. Y además,
ya nos ha dicho desde un principio que no la haríamos cambiar de
idea.
-¿Qué te hacía
pensar que te daríamos la razón?
-No lo sé... solo
quería que entendierais mi postura.
-Dongsaengi siempre
ha tenido mucho aprecio por Joonchae-oppa. No os hacéis una idea de
lo duro que fue irse de allí...
-Pues por eso, por
lo duro que fue irse y empezar una nueva vida. Volver otra vez con
una persona que te ha hecho daño.
-Pero el también
sufrió.- Yoona intentaba que entendieran también la parte de él.
-Oh, vaya. Lo siento
mucho. ¿Y por eso tiene derecho a que ella sufra?
-Alba... no digas
eso.
-Es que me parece
muy fuerte.
-Unni, ¿y tiene qué
ser tan pronto, tan jóvenes?
-Dee...
-Es mucha carga para
una sola persona unni...
-Siento que es mi
deber ahora cuidarlo.
-Pues ya tiene una
edad para cambiarse el solito los pañales.- Hanna la fulminó con la
mirada.
-Ha sufrido una
depresión, no quiero que vuelva otra vez.
-Bueno... así no te
arrepentirás por no haberlo intentado. Porque tu futuro esta en
juego.
-Pues procura no
morir en el intento, sino cobrará la pensión de viudedad, así. Por
la cara.
-¡Oh, dios mío!
¡Que bruta eres!
-¿Qué? Solo digo
la verdad.- Alba le tiró un cojín a la cara.
-Solo por ese
comentario mereces quedarte aquí sin comer.
-La verdad es que
sí.
-¡Además!- saltó
irritada, todas la miraron extrañada- ¡Son solo dos años de
contrato! ¿¡Me quieres matar con 27 años!?
-No, yo solamente,
pongo mi granito de arena como abogada.
-Gracias, Ana.
-De naaada, darling.
Mis honorarios los cobraré después de comer.
-JA! No te lo crees
ni tu.
-Bueno, bueno
después de toda esta gran noticia tan... rara. ¿Nos vamos a comer?
Please.
-Dee.- dijeron
todas.
Parecía que el
ambiente se había destensado un poco más. Todas cogieron sus cosas
y se dirigieron a la salida para ir rumbo al restaurante. En ese
momento Yoona recibió una llamada. Era Kang Jihoo un tanto
preocupado. Le contaba que Joonchae había ido a su despacho para
hablar del contrato. Y aunque lo había intentado convencer no estaba
muy seguro de si lo había hecho.
-Oh, ara jeobo. Dee,
kkuuut. (Vale, cariño. Sí, cuelgo)
-¿Pero es algo malo
unni?
-Annyo, solamente
estará nervioso, si habló con Kibum-oppa seguramente sería por
algo que le estaría rondando la cabeza.
-Pues... si cancela
la boda podemos demandarle por daños y prejuicios. Yo solo digo
eso.- comentó Ana muy sutilmente. Hanna la empujó hacia el coche.
-KUMANEE! (¡PARA!)
-Es que es de lo que
no hay.- An se llevaba las manos a la cabeza avergonzada.
-¡Kibum-ni me ha
dicho que lo llevará, así que allí estará! ¡ADEMÁS! ¡El mayor
perjudicado es él, que es el famoso!
-Sí, la verdad es
que sí.- se quedo Nerea pensativa- ¡Calla! ¡Si no no podré ver a
Taemin!
Todas comenzaron a
reírse. Parecía que todo podía salir bien. Aunque ninguna
estuviese de acuerdo con la decisión que Kim Hanna había tomado,
sabían que su amiga lo hacia con todo su corazón. Y allí estarían
ellas para apoyarla en todo. Sería su gran secreto.
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