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Capítulo 16 - ¿Cómo sería sin ti?


-Soori...
-Oppa, jebal, jebal. (Por favor, por favor) No sabes como me duele saber que dentro de dos días te vas a casar. Jebal (Por favor), Oppa, yo te lo daré todo. Llevo mucho tiempo esperando a decirte esto, pero no sabía como. Jebal (Por favor) oppa no te cases con ella...- lo miraba con los ojos llenos de lágrimas.
Joonchae no podía articular palabra. En ese momento hubiese sido muy fácil decirle que no se casaría con Kim Hanna, aunque no hubiesen estado juntos, ¿o sí? Tenía en la cabeza más de mil preguntas que no sabía como contestar, pero no sabía como contestarle a Soori. Como debía decirle que no podía estar con ella. Que si las cosas hubiesen sido distintas... ¿qué hubiese pasado? Pero no podía decir nada, no sabía que decir. No la quería herir.
-Mianhaeyo... Soori... mianhaeyo... (Lo siento... lo siento)- se levantó y se fue.

. . .

Frenó en seco en el semáforo. Su respiración era rápida. De verdad estaba muy preocupado por su futuro. ¿Qué hubiese sido de él si le dice que sí a Im Soori? ¿La quería? ¿Era solamente una amiga, podría ser algo más? ¿Sabía qué quería hacer? ¿Debía seguir con el contrato? ¿Y Hanna, qué pasaba con lo qué sentía?
Se cogía fuerte la cabeza y apretaba sus sienes. El dolor que sentía en ese momento nunca había sido peor. Y volvía un recuerdo de forma intermitente cuando pensaba en ella. Kim Hanna. No sabía que le estaba pasando. Se sentía el ser más inútil en esos momento. Su vida se estaba convirtiendo en un circo que no podía controlar. Él era un payaso más que no podía escapar. ¿O sí? ¿Qué debía de hacer?
Apareció una hora más tarde Lee Kibum por la puerta del bar que siempre frecuentaban. Joonchae ya llevaba unas copas de más. Era la primera vez que su amigo lo veía beber así.
-Ya, hyung, museum iliya? (¿Qué ha pasado?)
Kibum venía corriendo hacia él muy asustado. No sabía en que estado podría encontrarse Joonchae. Y su voz tras el teléfono le preocupó demasiado.
-Kibum-ni...- logró decir y se agarró de su chaqueta. Kibum lo cogió antes de que se cayera.
-Hyung, hyung!- lo cogió como pudo y lo trasladó de la barra a una de las mesas apartadas que habían.- Hyung, daedaphae. (Respondeme.)
-Me duele mucho Kibum-nim...- se llevaba la mano a la cabeza.
-¿Te llevo al hospital?- le decía preocupado.
-Annyo, annyo (No, no)...- se tiraba a un lado.
-Ya, odi...? (¿Dónde...?)- lo cogió con fuerza- Museun il-i iss-eossneunji malhaebwa. (Dime qué ha pasado.)
-Soori-ni...
-Soori-ah? ¿Qué le ha pasado a Soori-ah?
-Kim Hanna-ya...
-Hanna-shi? Ya, Joonchae-hyung céntrate.- se comenzaba a preocupar.
-El contrato...
-¿Qué contrato? Hyung, daedaphae! (Respondeme)- lo levantó. Joonchae estaba llorando de la impotencia.- Hyung...
-Kibum-ah... toda mi vida es una farsa. Hanna-ya y yo solo estamos juntos por culpa de un maldito contrato.- Kibum solo lo miraba sorprendido, no sabía bien que contestarle a su amigo.- Que se supone que beneficiará a las compañías. Mi vida con ella es una mentira. Ella me odia. Ella no quiere estar aquí. Y solo es una pesadilla para mí. Una pesadilla que no acaba nunca. Y Hanna-ya es el monstruo de mi pesadilla y no se va. Y no responde. Y me mira y me juzga. Y me quema por dentro con sus palabras de odio...
-Hyung... tranquilo.- Joonchae rompía a llorar.
-Kibum-ni estoy perdido, no sé dónde estoy. Y todo desde que llegó. He empezado a sentirme extraño, todos mis sentimientos han vuelto a florecer y cada vez con más fuerza. Y guardo silencio y los sigo. Y me pierdo entre ellos. Es una musa que altera mi vida.- le vino un fuerte dolor de cabeza.
-Choi Joonchae-hyung!
-Y Soori-ni...- Kibum quería sacarlo de allí y llevárselo consigo, pero él no quería- me quiere... Lee Kibum-ah, Soori-ni me quiere.- lo miraba a los ojos- Y no puedo corresponderla... ¡por el maldito contrato!- apartó con fuerza y rabia la chaqueta que había dejado en la mesa.
-Jebal (Por favor), hyung, explícate mejor. Me estas preocupando.
-Nosotros... Hanna-ya y yo... tenemos un contrato de dos años. Tenemos que casarnos, para que las compañías se unan y “the WORLD” prospere...
Kibum se quedó paralizado. Muchos momentos venían a su cabeza. Muchos comentarios de los dos que ahora tenían sentido. Aunque explicaban el comportamiento de los dos cuando Hanna apareció la primera vez, pero... ¿y la última? Kibum no estaba muy seguro de todo lo que estaba pasando. La curiosidad, la preocupación y la impotencia lo quemaban por dentro. Y algo más vino a su mente. Algo que le hizo comprender más ese contrato.
-¿Qué hago Kibum-ni...? Me he ido... No le he podido decir nada más que “mianhaeyo”... Soy un cobarde. Me siento con las manos atadas.- pegaba golpes en la mesa.
-Choi Joonchae! ¡Tranquilízate!- le chilló Kibum.
Se hizo el silencio entre los dos. Cada uno pensaba en lo qué estaba ocurriendo. Pero de forma distinta.
-Es verdad...- se limpiaba las lágrimas- desde que ella esta aquí todo a cambiado por completo. Mi vida era más tranquila sin ella... Todo iba bien, sin ningún sobre salto. Todos eramos felices... por fin tenía el amor y la salud que necesitábamos...- Kibum se alarmó.
-¿Salud?- dijo flojito y miró a Joonchae. “Entonces, es verdad.”, pensó.
-¿Por qué si tanto me odiaba dijo que sí y volvió? ¿Qué hubiese pasado si no la hubiese visto?¿Quién sería realmente si nunca la hubiera conocido Kibum?
-Nunca lo sabrás...
-¿Pero y qué habría pasado? ¿Hubiese sido más feliz? ¿Sería cantante? A lo mejor no habría pasado lo se Seungchae-ni... ¿qué hubiese pasado?
-Imagínate qué simplemente no hubiese regresado.
-¿Estaría con Soori-ni?- los dos se miraron- A lo mejor... con el tiempo... No creo que encontrase a otra persona que me quiera tanto como ella.
-Pero no solamente cuenta eso Joonchae-hyung... Tú también tienes que querer a esa persona.
-Yo. Yo la querría... no tanto como ella a mí. Pero si que la querría. Todo sería tan distinto... Incluso podría ser mejor que ahora.
-No sabía que fuera todo tan mal...- miraba a la nada pensativo.
-Ella lo intenta, pero no soporta estar conmigo. Tiene mucho dolor... por algo.- vino el recuerdo de nuevo a su cabeza. Se llevó las manos a ella.- Ash...- se quejó de dolor.
-¿Te encuentras bien?
-Anny (No)... últimamente me viene a la cabeza un recuerdo. Es como un estruendo en mi cabeza. Solo me pasa cuando hablo de ella.
-¿Qué es?
-Paljjieyo...(Es una pulsera).
-Paljji? (¿Pulsera?)
-Dee... alguien la arranca y se cae al suelo en mil pedazos...
-¿Cómo es la pulsera?- preguntaba muy curioso. Joonchae lo miró.
-Azul perla... con... bolitas...- se llevaba las manos a la cabeza y movió su pelo con fuerza- Mollayo (No lo sé)...
-Gwenchanna hyung, gwenchanna...(Esta bien, esta bien...)- le daba palmadas en la espalda.
-No tengo fuerzas para seguir Kibum-nim... la cuesta es muy empinada...
-Joonchae-hyung...- lo miró a los ojos. Quería decirle lo que estaba empezando a sospechar de todo aquel contrato.- Hay algo...
-Weo Kibum-ni? (¿Qué?)- Joonchae lo miró preocupado. Algo que no le trajo buenos recuerdos.
-Annyo... no me hagas caso.- Joonchae suspiró.
-Podría todo ser mucho más fácil... y podría ser feliz... pero no.
-No sabes si aunque ella no hubiese aparecido todo sería feliz. A lo mejor serías más triste...- Joonchae se estremeció.
-A lo mejor ella si sería feliz...
-Neo musuem sori ya? (¿De qué hablas?)
-Weo? (¿Qué?) No he dicho nada.
-Hyung... ¿vas a seguir con la boda?- Joochae lo miró sin saber que responder.
-Debo...
-¿Y Hanna-shi?- los ojos de Joonchae se abrieron.
-Tengo que hablar con Jihoo-hyung.
Por mucho que Choi Joonchae quisiera en ese momento ir con Kang Jihoo, Kibum lo subió a su coche para llevarlo a su casa. Joonchae se tambaleaba por todos lados. A él el alcohol solamente le afectaba de forma motora y sentimental. Pero a la mañana siguiente estaría nuevo y podría ir directo a hablar con Jihoo.
Kibum lo dejó en su cama, y él fue a acostarse en el sofá. No había cenado ni nada. Se levantó de nuevo del sofá y fue a la cocina. No paraba de pensar y pensar. Cogió su móvil y marcó.
-Yeobushaeyo? Uisa Lee Kibum-imnida. (¿Hola? Soy el doctor Lee Kibum) Necesito hablar con usted respecto al contrato.

. . .

-Kimbum-shi.- lo llamaba una compañera desde lejos.
-He visto que vas a estar con el Doctor Lee Minhyunk-shi.
-Dee.- seguía revisando el papeleo.
-¿Me dirás quién es ese paciente tan misterioso qué tiene?
-Annyo.
-Omo, weoo? (¿Qué?) Vengaa, Kibum-shi.
-Anny, no me vas a convencer. Si el doctor Minhyunk-shi lo ha guardado en secreto será por algo. Y además, no creo que lo veamos hoy. Hace mucho tiempo que no viene, o eso me dijo el otro chico de prácticas que estuvo con el doctor Minhyunk-shi.
-Anny, oí la semana pasada que tenía cita con el doctor el día dos de junio. Y hoy es lunes dos de junio.- Kibum la miró asombrado- Puede que tengas suerte y lo veas. Jebal, aunque sea dame una pista después, arasseo? (¿de acuerdo?)- le dijo tiernamente.
-Lo dudo.- esta le hizo un puchero y siguió su camino al ver que Kibum seguía sin hacerle caso.
Lee Kibum no sentía curiosidad alguna de saber quién era aquel paciente. Él solamente tenía en mente aprender y poder darle una solución viable para poder curar su enfermedad. De lo que si estaba curioso es de saber que tipo de enfermedad iría a tratar, pero sabiendo que el doctor Lee Minhyunk era oncologo, se hacía una idea de que podía ser.
Caminaba con paso firme hasta la sala de hospital más alejada que había. El doctor le había mandado un busca para que fuera a aquella sala. Si que se reuniría al final con aquel misterioso paciente de oncología. No llegó tarde. Lee Minhyunk ya estaba dentro, esperando a que el paciente se presentara. Kibum hizo una reverencia y antes de que los dos médicos pudieran hablar sobre cualquier cosa, Minhyunk le logró decir que por favor mantuviera la privacidad del paciente, y este entró por la puerta.
-Buenos días Doctor Lee Minhyunk-shi.
-Oh, buenos días Choi Jungsoo-shi, adelante. Pase por favor. Sabe usted ya el procedimiento.
-Dee.
-Este es mi nuevo alumno en prácticas, el doctor Lee...
-Kibum-ah.- dijo sorprendido Jungsoo.
-Oh... Jungsoo-shi... usted...- Kibum no quería creer lo que estaba viendo.
El paciente de oncología misterioso era el señor Choi, el padre de Joonchae. Los dos se quedaron sorprendidos por la situación que estaban viviendo. Kibum se había quedado petrificado por unos segundos, no podía creer que el señor Jungsoo tuviera cáncer.
Kibum se quedó toda la sesión callado, no podía articular palabra. Solamente escuchaba a los dos hombres hablar. En la sesión no dijeron nada que los dos hombres no sabía. El doctor le volvía a explicar de nuevo, y muy por encima su enfermedad, mientras que el señor Choi le asentía como si con él no fuese el tema. Y le volvía a recalcar que iba a seguir sin someterse a ningún tipo de tratamiento para alargar su vida más de lo que podía. Que era nada.
No fue más de quince minutos lo que duró. El señor Choi venía de vez en cuando a estas sesiones más que nada por la preocupación del doctor Lee Minhyunk. Aunque la respuesta de Jungsoo siempre era que no.
-Lee Minhyunk-shi, nos dejas a Kibum-ah y a mí a solas unos segundos.
-Por supuesto. Nos vemos en la próxima sesión.- se estrecharon las manos- Doctor Lee Kibum-shi, le espero en la segunda planta, tenemos aún muchos pacientes que visitar.
-Dee, algessubnida. (Sí, entendido.)
Le hizo una pequeña reverencia y el doctor salió.
-Choi Jungsoo-shi...- fue a hablar.
-Lee Kibum-ah, no tienes que entender nada de esto.- Kibum se quedó callado mirándole- Y tampoco me tienes que dar explicaciones de la enfermedad, de lo que conlleva o puede llegar a pasar. Lo sé todo. Y ya he tomado una decisión...- se hizo un pequeño silencio- Lo único que espero que comprendas es que esto es un secreto entre médico-paciente. Muy poca gente sabe de mi situación. Mis hijos no saben nada...- Kibum abrió sus ojos de preocupación- y espero que sigan sin saber nada.- se hizo un silencio. Choi Jungsoo esperaba la respuesta de Kibum.
-Dee... Choi Jungsoo-shi... algessubnida. (Sí... lo entiendo.)
-Buen chico.- le dio unas palmadas en la espalda y salió de la habitación.
Dejó al pobre Kibum con más de un remordimiento en su interior. “Joonchae-hyung... osito... mianhaeyo (lo siento), no podré cumplir mi promesa de protegeros a todos...”, apretaba fuerte la placa de su bata.

. . .

Era sábado siete de junio. Solo faltaba un día para la boda, y Joonchae se levantó de casa de Kibum con un único pensamiento: “Debo hablar con Kang Jihoo y arreglar esto.”. Marcó el número de Kim Hanna. Quería hablar con ella. Debían quedar con Kang Jihoo y ver si había alguna manera de deshacer ese maldito contrato, y unir la empresas con otros métodos.
Kim Hanna no respondía a ninguna de sus llamadas, se comenzaba a impacientar demasiado. Kibum salió del baño arreglado de pies a cabeza, parecía que él también iba a ir a algún sitio.
-Hyung, ¿te encuentras mejor?
-Dee, gomawoyo Kibum-nim. (Sí, gracias)- se movía nervioso.
-¿Ocurre algo más?- lo miraba preocupado.
-Estoy intentando contactar con Kim Hanna-ya pero no me coge el teléfono.
Kibum se quedó pensativo mientras lo miraba. Él se hacía una vaga, pero certera idea, de dónde podría estar Kim Hanna. Él también quería hablar con ella sobre todo a lo referente al contrato, y pedirle a ella que por favor, parase esta farsa cuanto antes. Era lo mismo que quería hacer Joonchae, pero Kibum tenía mucha más información que él.
Lo seguía mirando con pena. Quería contarle todo lo que sabía, pero no podía ni debía hacerlo. Su moral actuaba a favor y en contra de sus decisiones. Pero esperaba que al ir a hablar con Kim Hanna todo se arreglase. Sí, siempre tenía que él intentar arreglarlo todo. Choi Joonchae seguía aún muy nervioso porque nadie le cogía el teléfono.
-Hyung...- Joonchae lo miró nervioso- me tengo que ir.- dijo muy serio- Pero te puedes quedar todo el tiempo que quieras.
-Gomawo (Gracias), espero que me contesten rápido.
-Kuge... Tto bayo. (Entonces... Nos vemos)
Kibum salió de allí. Cogió su teléfono y llamó a Park Yoona. Seguramente si no contestaba Kim Hanna a su móvil sería porque estarían preparando cosas para la boda, y Yoona debía estar allí.
Efectivamente así era. Todas y cada una de las amigas de Hanna estaban allí con ella, esperando impacientes a que esta saliera del probador para la última prueba del vestido de novia.
-¿Os imagináis que ha engordado de un día para otro y no le cabe el vestido para mañana?-se reía Alba de su propio comentario.
-Ojalá...- se apoyaba Ana en la pared mientras contemplaba con cara de poker toda aquella emoción. Que le ponía aún más nerviosa.
-Unni? Que va, en todo caso, de los nervios a adelgazado. Y se lo tendrán que arreglar otra vez.
-Seguro que va preciosa.
-Yo si que voy a ir preciosa mañana. Espero encontrarme otra vez a Taemin.
-Aún no me creo que lo hayas conocido.
-¡Pero que si que es verdad! Lo tenía así de cerca.- representaba Nerea.
-¿Seguro qué no lo soñaste?
-ANNYO! (¡NO!)
-Nerea, contrólate. Ya suficiente tengo con ir a una boda mañana. No quiero ir a un funeral.- la cogía de los hombros y le masajeaba.
-Gracias Ana...- suspiraba su hermana.
-¿Tú me crees Ana?- la amiga asentía con la cabeza.
-Omoo, yeppeuda. (Que bonita)- se levantó la madre de Hanna de uno de los sillones.
Una de las dependientas abrió por fin la cortina que comunicaba el probador con la sala de espera. Kim Hanna estaba encima de una pequeña tarima con su elegante y ceñido vestido de boda. Era todo de encaje, con un escote en forma de “V” y una pequeña cola. Pero lo que más destacaba de él eran las mangas que llevaba. El vestido era de media manga, con un poco de bordado en los hombros y que dejaba caer un largo trozo de tela que acompañaba a la cola del vestido. Simplemente estaba preciosa. Todas las amigas la miraban asombradas, algunas con tímidas lágrimas en los ojos, y otras ya habían empezado a llorar.
-Madre mía Hanna, nunca creía que te vería de esta manera. Estas preciosa.- decía Andrea, su compañera de “Colorful”.
Esta, comenzó a sacar fotos de aquel precioso momento. Esta vez no sería Hanna la que inmortalizaría cada segundo de aquel gran momento que ocurriría en su vida. Porque ella ahora era la protagonista de sus fotos. Por una vez iba a ser la que estuviese delante de las cámaras, y no sería la última.
-Unni, vas muy bonita.
-Muchas gracias chicas.- dijo con una dulce sonrisa- ¿De verdad voy bien?
-Dee! (¡Sí!)- dijeron todas.
-Yo lo veo un poco escotado...
-Umma. (Mamá.)
-Pero-pero esta bien. Vas preciosa.- se acercó y le cogió la mano- Da igual cuanto tiempo pase, tu exterior siempre refleja lo grande y bonito que es tu corazón.
-Umma...- le hacía pucheros- Voy a llorar por tu culpa.- se abrazaron.
-Yo ya estoy llorando.- se quitaba las lágrimas Alba, mientras las demás asentían con pucheros.
-Menos mal que estoy yo aquí para daros pañuelos, aiis, no se que haríais sin mí.- iba repartiendo Ana sus pañuelos.
-Dongsaeng... Siento que nos hayamos peleado tanto este mes.
-Annyo, tú siempre quieres hacer lo mejor para mí, arayo (lo sé). ¿Alguna quiere decirme alguna palabra bonita más? Porque no quiero llorar más.
-Baboya (Tonta)...- le pegaba flojito en el hombro.
-Os quiero mucho chicas, gracias por estar aquí hoy, y mañana, claro.
-Sobre todo mañana.
-Mañana que nadie se olvide de apuntarse en el libro de la novia.- empezó a decir repelente Yoona.
-Yoona querida, ahora no es el momento.- le cogía Alba del brazo y la llevaba consigo.
-Dee, arasseo. (Sí, vale)- todas reían.
-Bueno, venga. Vamos a hacer unas cuantas fotos.- le decía Andrea para que se colocaran.
-Sí, y después unos buenos chupitos.
-Tenemos que emborrachar a la novia.
-Bueno, si le dejáis la botella seguro que lo hace ella sola, ¿verdad capi?
-Dee.- asentía graciosa.
-Chicas debéis beber menos.- les decía preocupada Kim Beakha. Hanna la abrazó por detrás mientras las demás se reían.
En ese momento alguien toco a la puerta. Aquellas, entre risas y carcajadas, y la búsqueda perfecta para la foto, no escucharon aquel sonido, y tampoco como la puerta se abrió. Simplemente la persona que había tocado ya estaba dentro, y esperaba a que todas hicieran menos ruido para poder hablar.
-Omo, Kibum-oppa, neon yeogi. (Tú aquí)- dijo Park Yoona, y todas se giraron hacia la puerta para ver de quién se trataba.
-Oh Kibum-ni!- dijo muy feliz Hanna. Kibum tenía una expresión muy seria, pero aún así le hizo una reverencia.
Esa expresión extrañó a Hanna, y la preocupó a la vez.
-Buenos días, puedo hablar contigo Hanna-shi.
-Wae kure oppa? Malhaeba, kojeonmaseyo. (¿Qué pasa? Dínoslo, no te preocupes.)- todas las chicas estaban impacientes.
-Kim Hanna... Lo sé todo.- ella lo miraba extrañada. Kibum la miró directamente a los ojos- Se lo del contrato.
-Weo? (¿Qué?)- llegó a exclamar Park Yoona muy preocupada.
Hanna no sabía como reaccionar, en ese momento pidió a todas que salieran fuera y la dejaran a solas con Kibum. Ninguna se opuso, aunque estaban un poco asustadas por lo que estaba pasando. No entendían que podía saber Kibum y porque era tan importante. ¿Qué contrato? Ana no pudo evitar sacar conclusiones de todo aquello. Conclusiones algo acertadas, aunque aún le faltaban demasiados detalles. Pero evitó comentarlos en ese momento con nadie.
Dentro de aquel probador a Hanna le empezaba a molestar el maldito vestido de novia, y todo de los nervios que le había provocado en un segundo el oportuno Kibum.
-¿Qué sabes Lee Kibum-shi?- le dijo muy seria, tanto que preocupó al mismo Kibum.
Mientras, intentaba quitarse parte del vestido porque no la dejaba respirar de lo ceñido que era. Kibum la ayudó a quitarse una parte. Logró desabrochar todo aquello, y se pudo sentar tranquilamente a asimilar todo lo que le estaba pasando.
-Hace unos días tuve que hacerle la revisión a un paciente VIP del hospital. Aunque ni yo ni él sabíamos que nos conocíamos.
-Kuman (Para)...- seguía seria, Kibum paró como ella le había dicho- ¿te lo dijo él?
-Anny... Joonchae-hyung. Estaba muy agobiado y me lo confesó. Yo solamente tuve que unir mis hilos.
-Joonchae-ah no lo sabe.
-Hanna-shi...
-Ni lo va a saber.- lo miró enfadada- Arasseo? (¿Vale?)- Kibum no reconocía a esa Hanna- Kibum-shi, arasseo? (¿vale?)- le volvió a repetir.
-Es injusto y lo sabes.
-Yo no soy quién para contar cosas de los demás.
-¿Y lo haces por él?
-Igual que lo iba a hacer por la empresa hace ocho o nueve años. Esta vez lo hago por él sí. Y lo haría siempre porque son como mi familia, y Joonchae-ah... es más importante para mí de lo que yo recordaba.
-¿Le vas a mentir?
-¿Crees de verdad que yo quiero todo esto? ¿De verdad crees que lo hago por mí? ¿Crees que no me gustaría decirle la verdad y que él decidiese lo que quiere? ¿Por qué crees qué el contrato es de dos años Kibum?- comenzó a llorar desgarrada Hanna- Mm? Ese es el tiempo de vida que le daban. Si Joonchae-ah se entera estará destrozado.
-Igual que con Seungchae-ah...- dijo para si mismo.
-No es tan fuerte como él se cree, su padre solo quiere protegerlo una última vez. Y además, Joonchae-ah nunca hubiese aceptado que no hubiese luchado contra eso...
-Aún sabiendo que ya era demasiado tarde...- Kibum se contestaba él solo a lo que Hanna le estaba tratando de decir.
En ese momento solo pudo abrazarla. La cogió de la cabeza y la acercó a él con delicadeza. Podía entender todo lo que estaba haciendo por Joonchae, para su bienestar, para que todo fuera normal para él, y pareciese una muerte normal después de todo.
-Hanna... siempre que quieras puedes contar conmigo.
-Gomawoyo (Gracias) Kibum-shi... Nadie se hace una idea de lo difícil y lo duro que esta siendo este momento para mí. En un par de días he pasado de pensar en lo que sería lo mejor para mí, a lo que podría ser lo mejor para él... Si de mí dependiese no hubiese vuelto nunca, pero Joonchae-ah... realmente lo ha pasado mal. Y ahora no sé si incluso fue por mi culpa.
-Kim Hanna.- la separó de él- Las cosas pasan. Nunca te arrepientas de lo que has hecho. No podemos volver hacia atrás. Simplemente tenemos que mejorar para que nuestro futuro sea mejor.- le acariciaba y le quitaba las lágrimas de las mejillas.
-Kibum...
-Además... puede ser que era lo que tú necesitabas en ese momento. Jebal... nunca te culpes por lo que le pasó a Joonchae-hyung...
Hanna intentaba hacer caso a las palabras que le decía Kibum, pero una pequeña duda ya se había insertado en su cabeza, y sería más difícil de quitar o de ignorar de lo que ella se creería.
-Mianhaeyo (Lo siento)... He venido aquí a pedirte explicaciones, y a intentar acabar con todo esto, pensando que había algo que...
-Anny, no hace falta que lo digas. Es más, me alegro por ello. Significa que proteges a Joonchae-ah y que no esta, no ha estado, ni estará solo.
-Nunca.
-Joha (Me gusta)...- le dedicó una pequeña sonrisa.
-Siento haber montado todo este escándalo delante de tus amigas...- Hanna suspiró y se llevó las manos a la cabeza.
-Me haces un favor...
-Por supuesto, pídeme lo que quieras.
-No sé cuanto de agobiado estará... pero de verdad que mañana tenemos que casarnos. Tráelo. Jebal.
-Allí estará.- Kibum le dedicó su mejor sonrisa y a continuación beso la mano de Hanna y salió.
Al ver que Kibum salía del probador y las despedía con una sonrisa, todas entraron corriendo en el probador como alma que lleva el diablo, curiosas por saber que estaba pasando.
-Dongsaengi!- exclamó muy fuerte Yoona. Era una de las más nerviosas, ya que sabía de que podía haberse tratado la conversación.
-Gwenchanna unni. (No pasa nada)- aquellas palabras no la tranquilizaron.
-Hanna, ¿qué esta pasando?
-Madre mía que percal...- se llevaba las manos a la cara Alba.
-Me suena a que esto es lo que no nos podía contar.- susurraba Nerea.
-Elementary, my darling.- se cruzaba de brazos Ana.
-Dejar que me cambie y os lo explicaré todo.
-¡¿Todo?!- saltó nerviosa Yoona y Alba, lo que le sorprendió a Hanna.
-Dee, dee. (Sí, sí)
-¿Pero todo?- preguntó Ana.
Hanna la fulminó con la mirada y corrió la cortina para quitarse el vestido con ayuda de las dependientas de la tienda. Una vez arreglada con su ropa de calle otra vez. Decidió que el mejor sitio para contar todo aquello debía ser uno dónde las paredes no tuvieran oídos. Las llevó a su casa directamente.
-Sentaos.
Todas se acomodaron en los sillones del salón. Para todas, menos para Park Yoona, era la primera vez que visitaban la casa de los padres de Kim Hanna. Ese día su padre y su abuelo habían salido a pescar, y su tío Moonsoo debía de estar en el cuarto de invitados durmiendo o siguiendo alguna de sus terapias raras de belleza.
-Os voy a traer algo para tomar chicas.- comentó Kim Beakha.
Salió de la habitación acompañada de Lin para preparar un pequeño almuerzo. Así ellas podrían tener la intimidad que necesitaban.
-Te lo juro, me tienes muy intrigada con este tema.
-Antes de nada... quiero deciros que no vais a lograr disuadirme de ninguna de mis decisiones. Las he llevado a cabo por el bien de mi familia, por el bien de mi futuro, y por el bien de Joonchae-ah...
-¿Te casas con Choi Joonchae por hacer contratos entre las dos empresas?
-¡Ana!- dijeron alarmadas y la miraron.
-¿Qué? ¿Tengo razón, o no?
-Dee... tienes razón.
-Veis... a mí no me engaña nadie.
-Pero... ¿y por qué unni?
-Chicas, esto no puede salir de aquí. Ya son demasiadas personas las que lo saben, y más si os lo cuento a vosotras. Prometedme que nunca diréis nada.
-Claro, confía en nosotras.
-No volveréis a sacar el tema. Ni se lo contaréis a vuestras parejas, o a David.- señalaba a Andrea- No insinuéis nada en ningún sitio.- miró a Ana, y esta se ofendió.
-Pero bueno.
-Solamente lo saben las dos familias, Kang Jihoo-sambenim porque es nuestro abogado, y lo sabía Yoona-unni.- hizo un pequeño saludo- Nadie del trabajo lo sabe.- miró fulminantemente a Alba.
-Soy la mejor guardando secretos, no sé porque me mira así.
-Los amigos de Joonchae-ah no lo sabían, hasta hoy que Joonchae-ah se lo ha contado a Kibum-ni... pero bueno, lo hubiese descubierto tarde o temprano...- se llevó las manos a la nuca desesperada.
-¿Pero exactamente que implica el contrato?
-Tienen que permanecer casados dos años para que Choi Joonchae-oppa recupere las acciones que tiene la familia Kim de CJS Entertaiment.
-Eso es lo que sabe Choi Joonchae-ah...
-¿Qué significa?
-Que hay algo más, pero que solo lo sabe ella.- Ana y Hanna se miraron.
Ana había acertado y por desgracia Kibum sabía esa parte de la historia. Pero si las dos versiones se unían saldría la verdad de todo. El verdadero sentido del contrato, y la verdadera razón de porque contactaron antes con Kim Hanna para saber que hacer.

. . .

Hace unos dos años que mi padre me llamó al estudio muy desesperado. Estaba en medio de una sesión de fotos que estaba haciendo con Cristian, y tuve que interrumpirla y salir fuera para poder hablar mejor.
-Princesita...
-Appa, wae kure? (¿Papá, qué pasa?) Me asustas cada vez que me llamas así.
-Tengo que decirte algo. Pero esta vez no voy a imponerte nada. Quiero que seas libre para elegir tu camino, y para decidir y tomar tus propias decisiones. Igual que yo pude hacer gracias a mi madre...
-Appa... museum... (Me asustas)
-Hanna, a mi amigo Jungsoo-ah le han detectado un cáncer incurable.
-Omo... ¿al señor Choi? ¿El padre de...?
-Dee. Hanna...¿te casarías con Joonchae-shi para devolverle la empresa?
-Appa...- se quedó en shock.
-Hanna, no te lo diría si no fuese necesario. Jungsoo-ah no le ha dicho a sus hijos nada de la enfermedad. Y ellos creen que simplemente tenemos unas acciones de la empresa, pero... hace unos años, con el problema de Seungchae-shi, todo fue cuesta abajo para Jungsoo-ah. Y para que no perdiese la empresa decidí comprarla. Pero solamente él y yo lo sabemos.
-Appaga... ¿qué quieres que diga?- sentía que iba a llorar.
-Anny, princesita, jebal (por favor)... piensa en ti. Esto simplemente es algo que se nos ha ocurrido para que nadie se entere de esto. Pero si ocurre de otra forma... es lo que hay.
Comencé a llorar, me giré hacia el estudio, y Cristian vio desde lejos como me tapaba la boca con la mano y lloraba. Se acercó corriendo a preguntar que estaba ocurriendo, pero no podía hablar.
-No sabemos aún cuanto tiempo de vida pueda quedarle a Jungsoo-ah, pero si en algún momento se va... intentaré que Joonchae-shi y su familia tengan una buena vida, y una estabilidad. Choi Jungsoo-ah es mi mejor amigo.
Esa última palabra resonó en mi cabeza como si fuera un gran tambor. Y algo en mi interior me hizo darme cuenta de quién había sido esa persona. Y ni todo el dolor, ni el odio, pudieron parar las palabras que salieron de mi boca.
-Appa... lo haré. Me casaré con Choi Joonchae-shi. Por el bien de vuestra amistad, y por el bien de su familia.
Al escuchar esas palabras mi padre apretó muy fuerte su puño izquierdo, dónde sostenía una de sus plumas, y poco a poco de la fuerza que ejercía se la iba clavando. No quería verme sufrir. Él más que nadie se arrepentía de esa llamada, y de las palabras que estaba diciendo. Pero nada como la mirada que Cristian me hizo en ese momento.
-Algesseo...(Lo entendí) - no podía decir casi nada.
-Saranghaeyo appa... (Te amo papá...)- colgué.
-Haney...- Cristian me miraba con los ojos brillosos.
-Cris...- me tiré en sus brazos a llorar- lo siento...
-¿Qué acaba de pasar Haney?

. . .

En el otro lado de la ciudad Joonchae había conseguido contactar con Kang Jihoo. Su amigo estaba en ese momento en el despacho revisando unos papeles, y trabajando un poco en un caso que tenía la semana que viene. Y al estar la boda, preveía que no iba a tener mucho tiempo para trabajar, y sí mucho para estar con sus amigos.
Joonchae acudió corriendo al despacho de Jihoo. Irrumpió en el despacho muy nervioso y acelerado. Llamaba como por décima vez a Kim Hanna pero seguía sin cogérselo.
-Ya, ¿qué son estas maneras de entrar en el despacho de otra persona?
-Hyung, ¿sabes dónde esta Hanna-ya? ¿Ha venido por casualidad?
-Pero bueno, sin pedir disculpas si quiera.
-Hyung!- estaba alterado.
-ANNY!- se puso el también nervioso- ¡Hanna-ni esta en la última prueba del vestido con todas sus amigas! ¡Hoy tenían una especie de día de chicas!- le decía alterado- ¡Y le han quitado el móvil para que nadie la moleste!
-Chs... Voy a contactar con Yoona-ni.
-Anny!- le cogió el teléfono- Micheosseo? (¿Estás loco?) A ver, ¿qué problema tienes con el contrato?
-Hyung, tiene que haber alguna manera de que se lleve todo acabo sin perder nuestras vidas. Nuestra libertad.
-Joonchae-ah, solamente son dos años.
-Hyung, ¿sabes lo que puede pasar en dos años?- Jihoo lo miró extrañado- ¡Muchas cosas, muchísimas cosas! Los dos podríamos estar viviendo nuestras vidas.- se movía nervioso por el despacho- Hanna tendría sus proyectos, yo tendría mi carrera. A lo mejor estaría con otra persona... ella... ella estaría con la persona que quiere... y no tendría que estar soportando contener su odio hacia mi...
-Joonchae-ah...
-Hyung, ayúdame. Es lo mejor para los dos. Antes de que sea demasiado tarde.- lo miró desesperado.
-¿Demasiado tarde para qué?
Joonchae se quedó mirándolo nervioso. A lo mejor sería demasiado tarde para borrar todo lo que estaba sintiendo por ella.
-Jebal (por favor), hyung.
-Mianhae (Lo siento) Joonchae-ah. No se puede hacer nada al respecto.
-Pero...
-Y si se pudiera, créeme que yo lo habría propuesto. Créeme amigo. Creo que es lo mejor.- le daba golpecitos en la espalda.
-Tiene que haber algo Jihoo-hyung.- Jihoo le negó con la cabeza.
-No sin crear un escándalo. Ya es demasiado tarde Joonchae-ah. Piensa en tu familia.
Se hizo un pequeño silencio por parte de los dos amigos.
-Gomawo hyung... jigum... tto bayo. (Gracias... ahora... nos vemos.)
Joonchae salió del despacho en dirección desconocida. Él sabía en el mundo que se había metido. Todo era muy mediático, todo el mundo sabía de ti, y todo el mundo hablaba de tu vida sin apenas conocerte. Le había costado mucho conseguir toda aquella fama, todo aquel prestigio. ¿De verdad quería tirarlo todo por la borda? A lo mejor si que era demasiado tarde para pensar en echarse hacia atrás con ese proyecto. ¿Y de verdad quería dejar sola a Hanna? ¿Pensaba dejarla por otra persona? Se le vino algo a la cabeza. Lanzó una moneda al aire.
-Si es cara, me quedo con Kim Hanna-ya.

. . .

Ya era casi la hora de comer, y aún seguían debatiendo y hablando en aquel salón Kim Hanna y todas sus amigas.
-¡¿PERO CÓMO SE TE OCURRE DECIR QUE SÍ?!
-Ana, tranquilízate.- An la intentaba sentar en el sofá pero esta no podía parar de dar vueltas por la habitación.
-¡Pues porque me importa mi familia, y se cuan de importante es el señor Choi para mi padre!
-¿Y qué pasa, si te digo que me estoy muriendo y que para salvarme te tienes que tirar de un puente, lo harías?
-¡SÍ, Y SIN DUDARLO!- se hizo un pequeño silencio después de aquel momento de tensión.
-A mi también me parece una soberana estupidez. Y creo que tu padre hizo muy mal en si quiera preguntártelo de nuevo, pero... no soy yo quién se va a casar. Eres tú. Tú eres la que controla tu vida, no los demás. Por lo tanto tu decisión.
-El señor Kim solamente quería...
-Da igual, si Hanna ya salió mal parada de ahí una vez. ¿Qué le hacía pensar que no podría ocurrir una segunda?
-¡Gracias, una persona racional! Escucha a Nerea, si no me vas a escuchar a mi.
-Bueno, pero yo solo digo. Que aunque yo no lo haría, creo que ninguna somos quién para entrometernos en su decisión.
-Sí, Ana. Y además, ya nos ha dicho desde un principio que no la haríamos cambiar de idea.
-¿Qué te hacía pensar que te daríamos la razón?
-No lo sé... solo quería que entendierais mi postura.
-Dongsaengi siempre ha tenido mucho aprecio por Joonchae-oppa. No os hacéis una idea de lo duro que fue irse de allí...
-Pues por eso, por lo duro que fue irse y empezar una nueva vida. Volver otra vez con una persona que te ha hecho daño.
-Pero el también sufrió.- Yoona intentaba que entendieran también la parte de él.
-Oh, vaya. Lo siento mucho. ¿Y por eso tiene derecho a que ella sufra?
-Alba... no digas eso.
-Es que me parece muy fuerte.
-Unni, ¿y tiene qué ser tan pronto, tan jóvenes?
-Dee...
-Es mucha carga para una sola persona unni...
-Siento que es mi deber ahora cuidarlo.
-Pues ya tiene una edad para cambiarse el solito los pañales.- Hanna la fulminó con la mirada.
-Ha sufrido una depresión, no quiero que vuelva otra vez.
-Bueno... así no te arrepentirás por no haberlo intentado. Porque tu futuro esta en juego.
-Pues procura no morir en el intento, sino cobrará la pensión de viudedad, así. Por la cara.
-¡Oh, dios mío! ¡Que bruta eres!
-¿Qué? Solo digo la verdad.- Alba le tiró un cojín a la cara.
-Solo por ese comentario mereces quedarte aquí sin comer.
-La verdad es que sí.
-¡Además!- saltó irritada, todas la miraron extrañada- ¡Son solo dos años de contrato! ¿¡Me quieres matar con 27 años!?
-No, yo solamente, pongo mi granito de arena como abogada.
-Gracias, Ana.
-De naaada, darling. Mis honorarios los cobraré después de comer.
-JA! No te lo crees ni tu.
-Bueno, bueno después de toda esta gran noticia tan... rara. ¿Nos vamos a comer? Please.
-Dee.- dijeron todas.
Parecía que el ambiente se había destensado un poco más. Todas cogieron sus cosas y se dirigieron a la salida para ir rumbo al restaurante. En ese momento Yoona recibió una llamada. Era Kang Jihoo un tanto preocupado. Le contaba que Joonchae había ido a su despacho para hablar del contrato. Y aunque lo había intentado convencer no estaba muy seguro de si lo había hecho.
-Oh, ara jeobo. Dee, kkuuut. (Vale, cariño. Sí, cuelgo)
-¿Pero es algo malo unni?
-Annyo, solamente estará nervioso, si habló con Kibum-oppa seguramente sería por algo que le estaría rondando la cabeza.
-Pues... si cancela la boda podemos demandarle por daños y prejuicios. Yo solo digo eso.- comentó Ana muy sutilmente. Hanna la empujó hacia el coche.
-KUMANEE! (¡PARA!)
-Es que es de lo que no hay.- An se llevaba las manos a la cabeza avergonzada.
-¡Kibum-ni me ha dicho que lo llevará, así que allí estará! ¡ADEMÁS! ¡El mayor perjudicado es él, que es el famoso!
-Sí, la verdad es que sí.- se quedo Nerea pensativa- ¡Calla! ¡Si no no podré ver a Taemin!
Todas comenzaron a reírse. Parecía que todo podía salir bien. Aunque ninguna estuviese de acuerdo con la decisión que Kim Hanna había tomado, sabían que su amiga lo hacia con todo su corazón. Y allí estarían ellas para apoyarla en todo. Sería su gran secreto.

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