-Yo veo poner
orquídeas en los centros de mesas, para que resalte la delicadeza y
la belleza.- asentían todas.
-Oh, dee! (¡Sí!)- saltó
Hanna del sofá- Yo veo poner todo el salón lleeeeeeno de orquídeas
para que nadie pueda pasar. ¿Qué os parece?- les decía sarcástica.
-Ahórrate tus
comentarios infantiles.- la fulminaba con la mirada Yoona.
-Dee, te ves más
mona callada.- le decía su madre. Hanna las miraba con cara de
desprecio.
-Mm, dee, yo también
os quiero.- seguía observando una revista callada.
-Kim Beakha-shi,
¿qué le parece este tipo de detalles?
-Omo, Yoona-ah que
bonitos.
-A ver, déjame ver.-
decía levantándose del sofá.
-Anny. (No)
-Ya, que es mi boda.
No la tuya.- la seguía mirando mal.
-Dee, pero con lo
poco que ayudas es mejor que no te metas.
-¿Entonces para qué
he venido?- se indignaba- Podría estar en la agencia haciendo cosas
que hacen falta. ¡Y no aquí!
-Kuge! (¡Pues!) Yo tampoco se
qué haces aquí.- las dos amigas se miraron desafiantes.
-¿Cómo vais con
los preparativos de la boda?- bajaba Moonsoo por las escaleras hacia
el comedor.
-¡Mal!- dijeron las
dos amigas a la vez.
-¡Sanchomi llévame a la agencia!- cogía Hanna sus cosas y se colocaba la rebeca.
Moonsoo las miraba sorprendido.
-¡Eso, llevatela!-
le chillaba Yoona. La madre de Hanna las miraba atónitas.
-¡Cuando vaya a ver
el vestido IRÉ SOLA!- decía mientras salía por la puerta.
-¡Más quisieras
tú!- contestaba la amiga.
Saliendo por la
puerta de la casa de los Kim, Hanna y Moonsoo se montaban rápido en
el coche, para dirigirse a la agencia a seguir trabajando. Llegaban
días muy duros de trabajo y debían pasar mucho tiempo juntos.
-¿Pero tu ves
normal el comportamiento de Park Yoona? Dios mío, ¡me saca de mis
casillas!
-Bueno fiera, tranquilízate. Encima de que lo hace por ti.- Hanna lo fulminaba con
la mirada- Más gusto que tú tiene.
-¡Pero bueno! Esto
ya es de locos. ¡Todos intentando controlar mi vida y mis
decisiones! ¡¿Y qué más?! ¡¿QUÉ MÁS?!
Bajaba del coche
cabreada ahora con Kim Moonsoo. Cuando menos paciencia tenía parecía
que la gente se volvía más insoportable. Su cara reflejaba el
cabreo que llevaba encima. Y su andar rudo y fuerte, con aquellas
botas militares retumbaban por la agencia, y asustaban a más de uno.
Cuando llegó a su despacho cogió el planning que Park Yoona había
dejado para las próximas semanas. Y algo más aproximado para ese
mes de mayo. La agenda de Hanna y del estudio número tres era
extensa. Pero todo se resumía en una cosa: “Dorama Like You”.
Tenían que
trabajar este mes muy duro para sacar el dorama adelante, y a poder
ser terminarlo. Y todo ello acompañado con el proyecto “the World”
que empezaría a llevarse a cabo el 10 de junio, dos días después
de la maldita boda.
-Maldita Yoona...
maldita boda... maldito Moonsoo...- se quejaba Hanna muy enfadada.
Todo eso tenía
algo bueno. Cómo preveían aquel duro mes, todo lo más duro y arduo del proyecto ya se había llevado a cabo. Solamente faltaba todo el
papeleo con todas las empresas que se iban a asociar. Que implicaba
reuniones casi todos los días, pero de las que sus padres, Kim
Moonsoo y algunos ejecutivos más se estaban encargando. Hanna y
Joonchae solamente aparecían por allí para presentar el proyecto y
firmar contratos. Igual pasaba con todos los contratos de aquellas
personas que se unían al proyecto. Los equipos se encargaban de todo
aquello.
Iban a hacer que el
día 10 de junio fuese un espectáculo para todos. Habrían
actuaciones, pasarelas, etc, todo para que el mundo viese que iba a
ser “the World”. La mayor fusión de compañías de la historia.
El dorama, en
cambio, iba a tener su primera emisión el día dos de mayo. Ese
mismo día de la emisión tenían previsto hacer una pequeña reunión
en una de las salas de televisón de la agencia, para ver el primer
capítulo. Comentarían impresiones y verían los resultados de
emisión.
Llevaban grabados
siete capítulos del dorama de momento, y quedaban otros siete más.
Los capítulos se emitirían lunes y viernes, por lo que debían
darse prisa en terminarla. Se calculaba que para el 16 de junio el
dorama ya se habría emitido entero en televisión.
Para hacer eso
realidad algunos de los chicos y chicas del estudio número tres
habían ido con Kim Hanna a ayudar a grabar muchas de las escenas del
dorama. Hanna estaba muy entusiasmada porque le habían propuesto
ayudar en la edición y el montaje, era algo que nunca había tocado
mucho y siempre le había gustado, por lo que estaba dispuesta a
aprender. Y se proponía con fuerza y confianza ser la mejor en
aquello. Como se consideraba en la fotografía. Siempre había sido
una chica más de estar detrás de la cámara, que de estar detrás
de una mesa de despacho. Por eso su despacho no parecía estar
habitado por nadie. Salvo por los montones de cajas de focos o de
lentes, que allí habían. Hacían que más que un despacho pareciera
un almacén.
Kim Hanna después
de dejar sus cosas en el despacho y coger lo necesario para empezar a
trabajar, fue directa al lugar dónde estaban grabando. Eran unas
escenas de Joonchae bailando en la calle. Llegó justo a tiempo para
ver toda la actuación antes de que terminarán la última toma.
Una sonrisa
orgullosa asomaba por su boca. Creía sinceramente que era el mejor artista que había pisado este planeta, y sus movimiento y
gesticulaciones solo hacían que reafirmarla más. No era como
cualquier otro artista, era “el artista”.
-Hey, ¿ya has
llegado?- Hanna lo saludaba con la mano- Creía que ibas a pasar la
mañana mirando cosas de la boda.- Hanna quito la poca cara de
felicidad que llevaba y volvió a poner su cara de máxima amargada.
Joonchae se sorprendió.
-Se va a encargar de
la boda RITA LA CONTAORA.
-Nugu? (¿Quién?)- preguntó
Joonchae mientras la veía que se iba.
-Oish...- se llevó
las manos a la cabeza- nadie... Que me da igual la boda, araji? (¿vale?)-
Joonchae seguía asustado.
-Arasseo (Vale)... ya veo
que estas de mal humor.- dijo bajito.
-Ya!- se asustó
porque creía que le había escuchado- ¡Si quieren encargarse de la
maldita boda que se encarguen, estoy harta!- chillaba nerviosa a
punto del ataque. Joonchae al ver que empezaba a elevar mucho la voz
la cogió del brazo y la llevó a un lugar más tranquilo, y sin
tanta gente.
-Hanna-ya, la gente
te puede escuchar, gwenchanna? (¿estás bien?)
-¿A CASO VES QUE
ESTE BIEN?- no le estaba chillando pero su voz sonaba muy fuerte. Él
no sabía que contestarle.- Yoona-ni se cree que puede controlar
nuestras vidas, igual que todo el mundo. ¡Pues ala! Que celebré
ella sola la boda. A ver que gracia le va a hacer cuando no haya
novia el día de la boda.
-Weo? Weo? (¿Qué? ¿Qué?)- dijo
desconcertado- ¿Y-y el contrato?- Hanna se fijo en la cara de
preocupación de Joonchae.
-Ais... No quería
decir eso. Era una forma de hablar. ¡Es que me saca de mis casillas!
-Ya...
jogeumman
swieo la.
(Descansa un poco) Déjala que haga lo que quiera. ¿Acaso tú
quieres organizar la boda?- Hanna lo miró- ¿O prefieres trabajar en
el proyecto?
-Dios
mío...
-Weo? (¿Qué?)-
Joonchae se volvió a asustar, no sabía porque Hanna se estaba
sorprendiendo tanto.
-¿Quién
eres y qué has hecho con Choi Joonchae?
-WEO? (¿QUÉ?)
-¿Te
has vuelto listo otra vez?- empezó a mirar los pelos de su cabeza-
Omo, omo!- Joonchae la apartó agitado.
-Eish!
¡Siempre he sido listo!- Hanna se llevaba la mano a la boca atónita
mientras señalaba a la cabeza de Joonchae.-Ya... wae? Ottokae? (¿por qué? ¿qué pasa?)
-Tu
raíz...
-¿Qué,
qué le pasa?- se tocaba la cabeza.
-Tu
pelo negro intenta salir de nuevo. Por eso dices cosas coherentes.
-¡YA!-
apartó las manos de Hanna que todavía lo señalaban y la miraba muy
enfadado- ¡TE VAS A ENTERAR MOCOSA!
Hanna
al ver su cara de enfado empezó a correr por el set como alma que
llevaba al diablo. Él detrás suya la llamaba, y la señalaba. Pero
intentaba disimular su enfado ante todas aquellas personas y cámaras.
Realmente la quería matar.
. . .
El
tiempo estaba pasando muy rápido, pero sobre todo para nuestro joven
Im Soodae. Su hermana lo había invitado a ir a la agencia con ella
para ver con todos los del rodaje el primer capítulo de dorama. Iban
a celebrar como una pequeña fiesta de productores y actores, y
claramente podían llevar alguien con ellos, y los hermanos Im,
aunque no parecía así, eran inseparables.
Im
Soodae desde que supo de la existencia de la fiesta, y desde que
habló con Kim Hanna, se encontraba más nervioso de lo normal. Se
había propuesto hablar con Joonchae. Debía explicarle su situación
y pedirle disculpas por su comportamiento infantil. Pero no sabía
que decir exactamente, sin crear mal entendidos.
-Ya,
dongsaeng-i ka! (vamos) Tenemos que coger sitio.- decían entrando por la
puerta del estudio.
-Dee
noona...- le seguía frotándose las manos.
-Oh!
Im Soori-ni, annyong. Oda. (Hola. Ven)- Joonchae los saludaba con la mano y
le indicaba dos asientos justo a su lado.
A
Soori le brillaba la cara, simplemente con el gesto de Joonchae ya
era feliz. Y podía ver como al lado suyo estaban Ok Jiyoung y Lee
Hyunmin.
No había gente insoportable a su alrededor, o eso creía ella. En
cambio, Soodae comenzó a sudar cual cerdito de los nervios que
tenía. Los dos se acercaron a dónde estaba Joonchae. Soori fue
corriendo hacia él, para cogerle del brazo y pegarle emocionada.
-Oppa!!
Estoy muy nerviosa.- su voz de pito subía de decibelios. Joonchae,
Jiyoung y Hyunmin se reían de ella.
-Kochomaaan. (No te preocupes) Seguro que salimos genial.- decía Lee Hyunmin.
-Unni,
vamos a ser SUPER famosas.- se reían las dos actrices. Habían hecho
muy buenas migas.
Los
cuatro protagonistas del dorama recordaban escenas del primer día de
rodaje y se reían. Im Soodae esperando su momento para poder hablar
con Choi Joonchae los miraba y se reía unos pasos más atrás.
-¿No
te atreves a integrarte?- apareció Hanna a su lado. Im Soodae se
asustó por unos segundos- ¿Tan esnobs son?- Soodae se reía.
-Annyo (No),
no los quiero interrumpir.- se balanceaba nervioso.
-¿Estás
nervioso?- Hanna lo miraba de reojo.
-Annyo! (¡No!)-
este paró en seco.
-Ya... yeogi anjaisseo. (Siéntate allí)- le señalaba las sillas que
estaban al lado del grupo de actores.
Estos
ya habían decidido como sentarse, Ok Jiyoung estaba al lado de uno de
los productores, después iba Lee Hyunmin, Im Soori y Choi Joonchae.
Ninguno se había percatado de que Hanna y Soodae estaban allí.
Este, comenzó a ir primero hacia ellos, dándose cuenta de que se
sentaría al lado de Joonchae y no sabía aún que decirle.
-Oh!
Soodae-ah? Me había olvidado de ti. Mianhaeyo.(Lo siento)- le dijo Joonchae
sorprendido y avergonzado.
Él
también seguía nervioso. Llevaban mucho tiempo sin hablarse, y no
sabía aún porque. Im Soodae sonrío nervioso y le saludó con la
mano. No quería sentarse a su lado. Miraba la silla con miedo, y se
dio la vuelta. Hanna paró en seco al ver que se iban a chocar.
-Ya!
¿Qué haces Soodae-ah?
-Siéntate tú ahí.- Hanna lo miró extrañado.
-¿Aún
no habéis hablado?- Soodae la miró alarmado y la cogió de los
hombros llevándosela a otro sitio.
Causo
algo de revuelo entre algunos de allí. Pero sobre todo porque
Joonchae al ver quién estaba detrás de Soodae se levantó corriendo
de la silla, llamando la atención de todos.
-Por
una vez en tu vida Kim Hanna-ya. No hagas de las tuyas. No ayudes. No
ayudas.- Hanna lo miraba ojiplatica y con una risilla ladina. El pobre Soodae la miraba desesperado.
-Dee,
dee, arasseo. Arasseo. (Sí, sí, vale. Vale.)- le daba palmaditas en la espalda- Yo me
sentaré a su lado. Tu siéntate a mi lado.- Im Soodae la miraba con
los ojos llorosos por lo agradecido que estaba por esas palabras- Y
así piensas tranquilamente lo que le vas a decir.
-Kim
Hanna.- la llamó Joonchae. Soori se estremeció al escucharlo y la
miró fulminante. Soodae y ella se acercaron a dónde estaba.-
¿Cuándo has llegado?
-Hace
unos minutos. Mianhaeyo (Lo siento), la reunión se ha alargado mucho.- se sentaron-
Estoy muy cansada y solo son las seis de la tarde.- se llevaba las
manos al cuello.
-Gwenchanna? (¿Estás bien?)-
Joonchae se giró hacia Hanna y puso su mano en su hombro para
masajearlo. Soori los miraba y se moría por dentro de la rabia.
-Omo,
apo. (me duele)- se quejaba.
-Oh,
mianh. (perdón)- se lo hacia más suave. Soori no podía contener su mirada,
de verdad que quería gritar y apartarle la mano.
-Ya,
igo bwa. (mira esto)- le enseñaba el móvil- Yoona-unni se ha vuelto
completamente loca.
Los
dos desprendían una seguridad y un cariño que antes Soori no había
visto en ellos. Le hizo estremecerse de verdad. No sabía bien
porque, pero siempre había tenido la esperanza de que todo aquello
podía llegar a ser un teatrillo de niños pequeños. Habían pasado muchos años sin que se hubiesen visto, y ella creía que Joonchae se
quedaría con ella, sobre todo después de que Hanna se fuera de
Corea. Pero su miedo de estar sin él había vuelto.
Aunque
los dos no lo admitieran sus miradas decían más de mil palabras, y
más de mil sentimientos, pero todos lo veían, menos ellos. Podía
llegar a resultar triste sobre todo para más de uno. Soori ya tenía
claro de que debía intentar con todas sus fuerzas estar con él, era
su última oportunidad... ¿pero cómo lo haría? En cambio, para
otros era una señal de renuncia de todo aquello que había llegado a
sentir alguna vez. Y al pensar así, el alivio y la tranquilidad
invadieron el pecho de Im Soodae.
Empezó
el capítulo, pero aquellos dos se habían olvidado de todo. Los dos
comentaban solos, como si nadie más estuviera a su alrededor. Por fin
parecían una pareja delante de todos. Aunque a su parecer
simplemente estaban agusto con la persona que iban a compartir parte
de su vida. Simplemente se daban otra oportunidad para ser amigos.
Cuando
el capítulo acabó todos se levantaron para aplaudir. Habían hecho
un buen trabajo, predijeron un gran existo para el dorama. Habían
tenido mucha audiencia ese día en la cadena, les comunicaban.
Estaban todos eufóricos y muy agradecidos. Esto les motivaba para
seguir haciendo grandes capítulos, y cerrar con broche de oro este
dorama.
-Oppa.
deberíamos quedar para ver juntos los capítulos, ¿qué te parece?-
lo cogía Soori del brazo llevándoselo para la salida.
-Oh,
dee (sí), es una gran idea. Cuando terminemos del rodaje los lunes y los
viernes podemos coger una sala y verlos. Johahae! (Me gusta)- Joonchae le sonrió,
Soori se colocó la mano en la cara avergonzada.
-Oppa,
ahora vengo.- Soori salió de la sala y fue al baño de mujeres.
-Neo
jal haesseo. (Lo has hecho bien)- le daba palamitas en la espalda
Hanna, Joonchae se giró para mirarla- Ves a hablar con Im
Soodae-ya.- le señalaba con la cabeza a Soodae, que se había
quedado petrificado en la silla, de lo nervioso que estaba.- Esta
deseando hablar contigo todo el día.- Joonchae se entristeció pero
le hizo caso.
Se
acercó dónde Soodae estaba, y esperó unos segundos. Carraspeó para que este se diera cuenta.
-Omo,
hyung! Kamjakia! (¡Que susto!)- se levantaba de la silla nervioso.
-Ei...
¿te ha gustado el capítulo?- preguntaba apenado.
-Dee.
Chukahae! (Sí. ¡Felicidades!)- dijo algo emocionado de más, y se quedaron mirándose un
tanto incómodos.
-Naneun
gipeunda... (Me alegro)- se rascaba la cabeza.
-Hyung...-
consiguió decir- Mianhaeyo... jongmal mianhaeyo... (Lo siento... de verdad lo siento...)
-Soodae-ya...
-Annyo, déjame terminar... He sido un inmaduro todo este tiempo... Puse en
peligro nuestra amistad, el trabajo... todo, por un simple
pensamiento que no podía quitar de mi mente. Pero por fin he
comprendido que tú no eras el que tenía la culpa...- Joonchae lo
miró sorprendido, “¿La culpa de qué?”- Lo siento mucho
hyung... juro que nunca volveré a ocultarte nada.- Joonchae no
estaba entendiendo muchas de las cosas que decía- Y espero que nunca
me lo tengas en cuenta, solamente eran pensamientos de niño de
colegio. Pero ya soy mayor. Y os lo voy a demostrar, y me lo voy a
demostrar a mi mismo. Porque ella me ha hecho abrir los ojos...
después de todo no tengo tan mal gusto.- se reía, Joonchae seguía
sin entender nada- Tengo el mismo gusto que mi hyung.- Soodae lo
abrazó efusivo y empezó a hacer el tonto. Joonchae lo apartó riéndose por las cosquillas que el otro le estaba haciendo, pero aún
no sabía a que se refería.- Hyung, cuídala mucho. Kim Hanna-ya se
merece lo mejor. Y se que tú se lo vas a dar.- le puso la mano en el
hombro y lo miró con una gran sonrisa.
Im
Soodae de verdad creía que el único que la podía hacer feliz en
ese momento era él, su hyung. Al que tanto admiraba. Sentía la
certeza de que si estaban juntos era porque se querían de verdad, y
que se iban a cuidar el uno a otro.
-Soodae-ya...
-Puff,
hyung. Teutgie gamsahaeyo. (Gracias por escuchar) ¡Eres el mejor!-
lo abrazó otra vez rápidamente y se fue.- Nos vemos hyung,
saranghaeyo! (Te quiero)
-¿Qué
acaba de pasar?- miraba atónito como Soodae se iba de la sala para
buscar a su hermana.
Im
Soori, mientras aquellos dos amigos hablaban, salía de uno de los
aseos, dispuesta a retocarse el maquillaje en uno de los tres lavabos
que habían. Frenó en seco cuando vio que Hanna estaba allí.
-Chukahae (Felicidades)...-
se lavaba las manos mientras Im Soori miraba al espejo con desprecio-
Parece que el dorama será todo un éxito.
-No
me las des...- la miraba de reojo con un tono de superioridad. Hanna
apretaba fuerte sus dientes mientras la otra se retiraba el pelo- Yo
solamente hago mi trabajo.- Hanna abrió su pintalabios y se hizo
unos segundo de silencio.- Chukahae (Felicidades)...- Hanna no la miraba, seguía poniéndose el pintalabios delicadamente- Al final vas a conseguir que
Joonchae-oppa se case contigo...- decía con resquemor.
-No
me las des...- cerraba el pintalabios y la miraba directamente- Él
ha elegido a la mejor.
Hanna
tras una falsa sonrisa salió del aseo decidida pero enfadada. La osadía de Soori la traía de cabeza, pero debía contenerse. Por lo
menos hasta después de la boda. En cambio, Soori se quedó dentro
del lavabo de señoras maldiciéndola y pegando con el bolso el lavabo.
-Vamos
a ver quién es la mejor para Joonchae-oppa. Si ella. O yo.-
sentenciaba con rabia frente al espejo, y salió de allí con rabia.
. . .
-Fuu...
isanghae (que raro)...- entraba por la puerta de casa.
-¿Qué
es raro?
-La
conversación que tuve con Soodae-ya... me pedía perdón por tener
un pensamiento, que había puesto en peligro todo, y después me
decía que tenía mis gustos, y luego que te cuidará.- la señalaba-
Isang (es raro)...
-Ya,
neo babo ya? (¿Tú, eres tonto?)- los dos pararon en seco y se miraron.- Soodae-ah te
estaba hablando de mí.
-Weo? (¿Qué?)
-Pues
que a Im Soodae-ah le gusto desde que eramos niños, babooo (tooonto).
-WEO? (¿QUÉ?)
-Babo,
babo, igo. Chs, mollaseo? (Tonto, tont, eso. Chs, ¿no lo sabías?)
-ANNYO. (NO.)
-Aigoo...
De lo que no me enteré yo es que le seguía aún gustando. Pero
bueno, tampoco era tan difícil de hilar.- se quitaba la chaqueta y
se sentaba en el sofá estirándose.
-Ya!
¿Y sí sabías todo esto por qué no me lo has dicho antes?
-Nega? (¿Yo?)-
se señalaba, Joonchae se ponía en frente suya en jarras- No es algo
que me incumba. Geunun nae chinguga aniya. (No es mi amigo)
-Aniya? (¿No?)
-Bueno,
tampoco somos tan amigos. Ya, kuman (para), era un problema de los dos. Not
me.
-Aigo...-
se tiró en el sofá pensativo- ¿cómo es eso de que tenemos los
mismos gustos?
-Neo (Tú)...
¿te has vuelto a tintar el pelo?- Joonchae giró su cara instantáneamente y llevó con él el cojín, estampándolo en la cara
de Hanna. Ella se quedó quieta unos segundos, hasta que Joonchae ya
no pudo contener más la risa y esta comenzó a atacarle también-
¡MALDITA RUBIA OXIGENADA TE VAS A ENTERAR!
. . .
-Dongsaengi...- no
podía articular palabra alguna.
-Wae? (¿Por qué?)) ¿Tan mal
voy?- decía Hanna buscando a alguien que le respondiera.
-Vas preciosa
unni...
Kim Beakha y Yoona
no pudieron evitar echarse a llorar, unas pequeñas las lágrimas que
abrumaron a Hanna.
-Yaa, yaaa, uljimaa (No lloréis).
¿Pero cómo se os ocurre estar llorando? Solo es un vestido.
Hanna se giró para
mirarse en el espejo del probador. La verdad es que se veía
preciosa. El vestido era precioso. Todo ceñido, largo con una
pequeña cola, de encaje muy sutil y con mangas abiertas. Era algo
clásico y a la vez un poco sexy. Era muy ella, pero... ¿era para
ella?, pensaba. ¿Era para el día de su boda? ¿Una boda ficticia o
una de verdad? ¿Y a quiénes se lo enseñaría? ¿Amigos o gente
desconocida? ¿Estaba segura de lo qué hacía? ¿Debía llevar algo
que mostrará ser totalmente ella? Y lo más importante, ¿por qué
no dudaba de que él no fuese el indicado?
Ordenó que se lo
quitasen. Quería ver más vestidos. Y encontrar uno que no reflejase
todo lo que era ella. Algo que fuese sin sentimientos, ni recuerdo
alguno.
Ese día fue muy
largo pero no tan duro como habría esperado. Acabaron eligiendo un
vestido por votación. Incluso Jongdong que había pasado unos
minutos por aquella tienda pudo votar. Era precioso el vestido, todos
quedaron muy contentos, pero nadie sabría mucho más hasta el día
de la boda. Exactamente hasta el día de antes, que irían para la
última prueba del vestido, ya que debían arreglar muchas cosas.
Jongdong salió
primero de allí. Iba un tanto preocupado.
-Gwenchanayo
Jongdong-ni? (¿Te encuentras bien?)- se acercó Hanna.
-Omo, Boss-ni, dee.
-Te noto preocupado,
¿es por algo de la agencia?- Jongdong la miró ojiplatico pero
distraído.
-Geogjeong maseyo. (No te preocupes)-
dijo muy serio.
-Si me dices que no
me preocupe me das más motivos para hacerlo. Malhaebwa. Kaja! (Dímelo. ¡Venga!)-
Jongdong no quería comentarle nada pero sabía que podía confiar en
Hanna, aunque no quería meterla en ningún lío.
-Hanna-ni... jebal
geogjeong maseyo. (Por favor, no te preocupes) No se lo diga a nadie, tampoco es algo seguro.-
Hanna ya se estaba impacientando de más, realmente no sabía que
pensar con lo que estaba diciendo.
-Tienes mi palabra
tranquilo.
-Hace unos días que
Hang Taeyang estaba muy rara. Y sabes que nosotros nos llevamos muy
bien.- Hanna le asentía con la cabeza- entonces le pregunté si le
pasaba algo, y me dijo que no, que no me preocupara. Y desde ese día
comenzó a hacerme evasivas.
-Isange (Que raro)...
-Dee... Pues, esta
mañana entré a uno de los almacenes para coger un recambio de foco
que hacía falta para el rodaje del dorama y...- se quedó callado
unos segundo, Hanna lo miró alarmada.
-¡¿Y qué
Jongdong-ni, y qué?!- le había dejado con la miel en los labios y
no quería esa sensación, y menos con lo preocupada que estaba en
esos momentos.
-Escuche un grito.
-¿De quién?-
preguntó muy rápido y preocupada.
-Pues no lo supe
hasta que me encontré de frente a Taeyang-shi. Ella salió corriendo
y la perseguí para ver que le pasaba pero la perdí de vista. Así
que me quedé a escasos metros de la puerta del almacén y vi salir a
Ok Jiyoung...
-Ok Jiyoung-shi?
Paeu? (actor)- Jongdong solo asentía con la cabeza.
-¿Crees qué...?
-Anny, daehae
saenggaghaji mala. (No, no pienses en ello.) No podemos sacar cosas de
contexto Jongdong-ni.
-Espero que todo sea
un mal entendido...
-Dee, nado. (Sí, yo también)
Los dos siguieron
andando preocupados y algo incómodos hasta la parada del taxi, el
cual les llevaría de nuevo a la agencia. Estaban a mediados de mayo
y, aunque el dorama estaba teniendo mucho éxito, debían continuar
con el gran ritmo de trabajo que llevaban, e incluso esforzarse más.
O eso era lo que les decía siempre Kim Hanna a su equipo.
No se quitarían de
la cabeza, ninguno de los dos amigos, las sospechas que tenían sobre
Ok Jiyoung, pero debían ser precavidos, no podían generar sospechas
de alguien sin ser ciertas. Aunque era eso lo que había hecho
Jongdong con Kim Hanna, pero los dos sabían que tenían un buen
corazón y que las casualidades y las segundas oportunidades
existían. Eran los reyes de las segundas, terceras, cuartas y hasta
quintas oportunidades. Así que continuaron el rodaje como siempre.
Esas semanas Hang
Taeyang no fue a trabajar porque no se encontraba muy bien, creía
haber cogido la gripe, y Jongdong le pidió a Kim Hanna que por favor
hiciera la vista gorda una semana más. Jongdong estaba dispuesto a
hacer sus horas y las de Taeyang si hacía falta. Aquello parecía
afectarle más de lo esperado y a Hanna se le hacía raro porque
sospechaba que Jongdong sentía algo más que cariño por aquella
chica, pero no le había comentado nada al respecto.
Jongdong cada vez
se irritaba más con el tema. Iban pasando los días y Taeyang seguía
sin comentarle nada sobre lo que había pasado en el almacén.
-Ya, Taeyang-shi!-
la cogió del brazo.
-Geum Jongdong-shi,
jebal. (por favor) Solamente se cayó una caja. Jebal geumandwo. (Por favor
detente)- ella salió de allí lo más rápido que pudo.
-Ya, Jongdong-ni.-
Hanna que vio la escena se acercó a él- Mwohago? (¿Qué haces?)-
lo cogió de los dos brazos mientras intentaba que Jongdong la
mirara.
-Taeyang-shi naege
geojismalhagohaeyo. (Taeyang-shi me está mintiendo)- decía con la
mirada triste y perdida.
-Ya! Kumane! Wae
uneungeoya? (¡Para! ¿Por qué lloras?)
-Estoy preocupado
por ella...
-Ya, neoneun
babocheoreom ulda. Kumaneee! (Lloras como un tonto. ¡Para!)
-Hanna-ni... joha...(me gus...)
-Ara, arayo, naega
babo anya.(Lo sé, lo sé, no soy tonta)- Jongdong no llego ni a
sorprenderse, se habían hecho muy amigos, tanto que no hacía falta
decir cosas así para saber lo que el otro pensaba- Este tema cada
vez me preocupa más Jongdong-ni...- él la miró alarmado- Yo creo
que también lo veo... Ella solo viene a trabajar nerviosa cuando se
trata del rodaje.- los dos suspiraron.
-Eso solo me
preocupa más...
-Ya, no vayas al
rodaje hoy. Ves a ayudar a Kim Moonsoo-sanchom. Palli, ka. (Rápido, ve) Es una
orden.
Hanna debía
mantener a su preocupado amigo lo más distraído posible, no sabía
porque pero se sentía responsable de él, como si fuera su hermana
mayor. Nunca había visto a Jongdong así y necesitaba salir de dudas
con todo aquello, pero alguien la estaba esperando.
Era sábado 31 de
mayo y Choi Joonchae estaba en el coche esperándola fuera. Debían ir
al aeropuerto a recoger a Ana. Ana se lo habían pedido
explicitamente con un gran mensaje:
“Maldita,
espero que estés en el aeropuerto el sábado. Porque voy a matarte
tarde o temprano. Esto no va a acabar así.”
Hanna
entraba nerviosa en el coche mientras miraba su teléfono.
-Ya, gwenchana? (¿estás bien?)- le
preguntó Joonchae, ella asintió con la cabeza- Okay. Kaja. (Vamos)- salió
del aparcamiento en dirección al aeropuerto- ¿Y puedo saber por qué
tengo que ir yo?
-No tengo coche.
-¿Qué soy tu chófer?
-Por supuesto. Mi chófer, mi esclavo, mi futuro marido... simplemente son sinónimos.
-Excuse me, ¿tú
esclavo?
-Si bueno, he dicho
sinónimos.- sonreía sin ganas.
-Yo no soy esclavo
de nadie.
-Dee, pero sigue
conduciendo.
-A la próxima te va
a llevar otro, porque no pienso hacerte otro favor más.
-Encima que lo hago
por ti, para que no te aburras y salgas a que te de el aire. Que
llevas todo el día trabajando.
-Ui gracias, que
considerada eres. Debería estar estudiando.
-Si te lo sabes, yo
confió en ti.- le daba palmaditas en el hombro y miraba el móvil
distraída.
Joonchae se sonrojó
al escucharla. “¿Qué me pasa señor mío? ¿Confía en mí?”
pensaba, la miró de reojo.
-Nado (Yo también)...- dijo
bajito.
Bajaron del coche y
formaron algo de revuelo en el aeropuerto. Nadie se esperaba verlos
allí a los dos juntos. La gente comenzaba a seguirles, ha hacerles
fotos y a cuchichear. Hanna cogió de la mano a Joonchae y lo
arrastró a la puerta de salidas que marcaba el avión que Ana le
había dicho. Las fans que los estaban viendo se morían por dentro
de verlos cogidos de la mano. Choi Joonchae solo les hacía
reverencias y una gran sonrisa. Kim Hanna aún seguía nerviosa
porque iba a ver a una de sus mejores amigas, a la amiga que desmontó
su teatro con solo contarle que se iba a casar con él. No sabía qué
iba a hacer, qué iba a decir, podía soltar cualquier cosa, sobre
todo algo como: “¡TÚ NO TE CASAS, ESTO ES UNA MALDITA LOCURA!”,
o algo por el estilo.
De repente la
vieron aparecer a lo lejos. Iba con su pantalón negro pitillo, unas
vans y una camisa granate. Se quitaba el coletero que llevaba y
dejaba caer su mela corta y rizada.
-¡Anaaaa!- le decía
con los brazos abiertos y una gran sonrisa.
-¡Te voy a matar!
-Yo también me
alegro de verte.- le abrazó con fuerza, esta la separo.
-Esto no te libra de
la que te va a caer señorita.
-Do you know Choi
Joonchae?- lo cogió del brazo y lo colocó en frente de Ana. Lo que
sorprendió mucho a los dos.
-Ui, ui, ¿es este?-
se hizo hacia atrás asustada y avergonzada. Hanna asentía con la
cabeza.
-Hello, nice to meet
you.- dijo él ofreciéndole la mano con una media sonrisa.
-Nice to meet you.-
dijo seria y un tanto extrañada, mientras le estrechaba la mano.
-¿Te ayudo con el
equipaje?- preguntó Joonchae muy educado.
-No, no hace falta.-
le decía Ana ahora si muy abrumada por la situación. Pero Joonchae
no le hizo caso.- De-de verdad que no hace falta.- se rascaba
incómoda la cabeza. Oye, ¿y toda esta gente haciendo fotos?- Hanna
cogió la otra maleta de Ana y fueron directos al coche.
-Las fans...- dijo
Hanna con resquemor y Joonchae se rió.
-¿Te lo has traído
para que no te eche la bronca, ¿verdad?- le preguntaba Ana a Hanna
bajito muy seria mientras se acercaba.
-Correcto.
-¿No entiende el
español, verdad?
-Ni papa.
-Pues te vas a
cagar.
-Joonchae-ah,
¿sabías qué a Ana le encanta tu programa en la radio?- se aproximó
al lado de Joonchae.
-Dee? (¿Sí?)- este se giró
hacia la susodicha, la cual sonreía sarcástica por ver en el lío en
el que su “supuesta” amiga le acababa de meter.
Llegaron a casa de
Kim Moonsoo. Aquella casa parecía un hotel, todos y cada uno de los
amigos de Hanna se estaban quedando allí. Lo que no sabían es que
iban a perturbar el nidito de amor que estaban teniendo esos meses
Alba y el propio Moonsoo. Llegaron a la casa, Hanna tenía las
llaves. Tras abrir y pasar al interior Joonchae dejó las maletas de
Ana.
-¿Las dejo aquí?-
Hanna le asintió con la cabeza- Bueno, pues chicas yo me tengo que
ir ahora. Pasar buena mañana y comer bien. Nos vemos luego en casa.
-Dee, gomawoyo. (Sí, gracias)- los
dos se quedaron un poco incómodos porque no sabían como se tenían
que despedir. Ana los miró incrédula. Y Hanna simplemente le dedicó
una sonrisa mientras con la mano le indicaba que se fuese.
-¿Qué? ¿Me vas a
decir que es todo este teatro amiga? Y yo de ti empezaría rápido
antes de que vengan las gemes. Si es eso lo que te da miedo. De que
se entere todo el mundo.
-Ana...
-Ni Ana ni mierdas.
Dispara.
-Me tengo que casar
con él... ya lo tengo asumido. No te preocupes por mi.
-¡¿Qué no me
preocupe?! ¿Perdona he escuchado bien? Eres mi amgia y me voy a
preocupar por ti siempre. Y si haces este tipo de cosas, y encima me
mientes pues me voy a preocupar mucho más.
-¡Sí, te he
mentido! Pero no puedo explicarte por qué... aún no.
-Bueno... me parece
muy fuerte aún el hecho de que me hayas mentido. Por lo menos
tendrás una razón de peso para ello.
-Sí... lo que estoy
haciendo lo hago por mi familia, pero sobre todo por la familia de
Joonchae... él no sabe nada, y no seré yo quién se lo diga.- le
decía muy seria.
-Me acabas de
asustar...
-Yo también me
asuste, por eso dentro de una semana me voy a casar.
Las dos se miraron cómplices y suspiraron, Ana posó su mano en los hombros de Hanna. Y
tras eso, unos minutos después el móvil de Ana sonó. Eran Andrea y Nerea.
Habían quedado para comer, hacía mucho que no se veían y
necesitaban su preciado sushi para cuatro.
. . .
Era viernes seis de junio e Im Soori caminaba más nerviosa de lo normal hacía la sala
de televisión. Como todos los viernes, desde que salió el primer
capítulo del dorama, había quedado con Choi Joonchae para ver los
capítulos de esa semana. Estaba nerviosa desde hace unos días,
nerviosa y triste, aunque con mucha rabia. No había conseguido
ningún avance con respecto a Joonchae. Él la seguía tratando como
siempre, como su amiga. Una amiga cercana, pero aún así una simple
amiga. Se sentía muy frustrada. Ni las insinuaciones, ni los celos,
ni tenerlo para ella sola durante horas le estaba sirviendo para que
él se fijase en ella. A lo mejor simplemente necesitaba decirle la
verdad. Aunque sus intentos de frustrar su boda no habían sido del
todo buenos, solo había conseguido con eso alejarse de él. Debía
esta vez simplemente decirle lo que sentía. Decirle que ella estaba
allí, y que estaba esperando por él desde hace mucho tiempo.
Llegó a la puerta
de la sala y abrió poco a poco la puerta. En su interior esperando
con el móvil en la mano y sentado cómodamente en una de los sillones
estaba Joonchae.
-Hey! Come on
Soori-ni. Estaba impaciente, quiero ver esa escena del beso de
Jiyoung-shi.- ponía rápidamente el capítulo antes de que se
sentase.
-Annyeong (Hola), oppa. Dee,
nado. (Sí, yo también)- su voz seguía seria.
-Este capítulo es
triste, ulgima. (no llores)- le advertía con una sonrisa.
-Yaksheokhae. (Te lo prometo)- le
decía con una sonrisa tierna.
Pusieron el
capítulo y simplemente Soori se dedicaba a resaltar cosas
superficiales que le estaban gustando. En cambio, Joonchae comentaba
todo aquello que veía y hacía chistes, que el creía graciosos,
pero que veía que a Soori no le hacían mucha gracia. La miró
preocupado.
-¿Qué te pasa
Soori-ni? Te veo muy decaída estos días.
-Eh? Gwenchana. (Estoy bien) Sólo
intento adaptarme bien al papel.
-Pues sonríe un
poco aunque sea fuera de cámara.- cogía las palomitas y el mando
mientras la miraba con una gran sonrisa- ¿lo harás por mí?
-Oppa...- él
buscaba otra palomita para llevarse a la boca- No te cases.
-Soori-ni...- la
miró abrumado.
-Jebal (Por favor), oppa.- Soori
lo miró con los ojos brillosos y le cogió las manos.- Saranghae. (Te amo)
Algo en Joonchae
empezó a derrumbarlo poco a poco. Nunca se fijo, pero todo aquel
cariño que Im Soori le expresaba diariamente no era simplemente
porque eran amigos desde jóvenes. No sabía exactamente que hacer
ante aquella proposición. Nuevas dudas invadieron su cabeza. ¿Qué
hubiese pasado si Kim Hanna no hubiese vuelto a Seúl?
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