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Capítulo 12 - "Hanbeonman" (Una vez más) - Parte 1



Andaba relajado hasta casa, no le importaba que la gente se fijara en él. Que las fans le parasen para hacerle fotos. Él simplemente seguía andando con los cascos puesto, las gafas de sol, sus manos metidas en los bolsillos y un único rumbo. Se sentía más relajado después de haber hablado con su psicóloga. Hacía más de tres años que no iba a verla. Pues no había tenido la necesidad, hasta ahora. Creyó que podía aguantarlo todo, pero no siempre se veía con fuerzas de afrontar lo que estaba pasando. Y llegó a un punto en el que creía que ella jamás volvería.
Mil y un pensamientos pasaban por su cabeza, y aún no entendía ni la mitad de ellos. Solo quería entenderlos y dejar pasar el tiempo. Que los dos años terminasen. Que ella fuese feliz, haciendo lo que ella quisiera y con quien quisiera. Y que él pudiese disfrutar otra vez, aunque fuese solo un día, de la normalidad. De lo que realmente quería.
Subió otro día más a ese maldito ascensor que lo llevaba a casa, pero hoy con una nueva sensación. “¿Qué me pasa?”, pensaba. Era calidez lo que lo llenaba. Quería llegar ya. Entrar, sentarse en el sofá y disfrutar de la compañía. “¿Compañía? ¿Estará en casa?”, pensaba en ella. “¿Qué me pasa?”, volvía a caer.
-Annionghaseyo (Hola).- entró en casa creyendo que habría alguien.
Levantaba su cabeza y miraba por toda la sala buscando una respuesta. Nadie contestó.
-¿No esta? Que raro... ya es tarde.- miraba su reloj- ¿Hoy tampoco dormía aquí?- se preocupó, frunció el ceño y cogió su móvil para llamarla.
Empezó a escuchar el tono de llamada de Kim Hanna. Se asustó y empezó a mover la cabeza bruscamente buscando de donde procedía.
-¿De dónde...?- se dirigía al baño.
Antes de abrir la puerta se paró en seco. Ningún fallo más. Tocó a la puerta y esperó unos segundos. Pero nadie contestaba, y el móvil seguía sonando. Abrió la puerta poco a poco. Estaba abierta. No había nadie allí, solamente el móvil, sonando aún, encima del lavabo.
-¿Pero a quién se le ocurre dejarse el móvil aquí? Jinjja (De verdad), esta chica...- hizo animo de cogerlo.
-¡Ya!- alguien le grito contundentemente detrás suyo. Lo que le asustó muchísimo.
-OMO! Mi corazón...- se cogía la camiseta, a la altura del pecho, con mucha fuerza.
-¿Qué haces con mi móvil? ¿Espiándome otra vez?- lo cogía del lavabo.
-¡¿Pero cuándo has llegado?!- Hanna se sorprendió.
-Llevo aquí desde hace una hora.
-¿Una hora? ¿Y no sabes saludar o qué?- se indignaba, mientras seguía quejándose de su dolor de corazón provocado por su susto.
-¿Me estabas llamando?
-DEE (SÍI), no te espiaba, te estaba llamando. ¡Porque no estabas en casa y estaba preocupado! Ais, mocosa.- le decía enfadado.
-Bueno, bueeeno. Tranquilo. ¿Qué te pasa? ¿Desde cuando te preocupo tanto a ver? Eh?
-Anny. (No)- se ponía rojo mientras intentaba salir de esa situación.- Pe-pero...
-Pe-pero ¿qué?- lo imitaba seria a la vez que burlona.
-Pues me preocupo porque es muy tarde y no deberías ir sola tan tarde.
-¿Qué dices Joonchae-ah?- Hanna lo miraba con cara de no entender nada.
-Ais, déjame, parece que me haya dado un derrame cerebral por culpa de tu susto...- se llevaba la mano a la cabeza mientras intentaba ir a la habitación.
-Dee, uno muy fuerte. Porque te ha dejado tonto, tooonto.- Joonchae la miró con desprecio.- Ya!
-Weo? (¿Qué?) ¿Y ahora por qué me gritas?
-Que sea la última vez que emparejas mi ropa íntima. ARASSEO? (¿VALE?)- le decía intimidante. Joonchae se hacía hacia atrás asustado de que le pegasen.- No metas las manos en ese cajón. ARASSEO? (¿VALE?)- le repetía con fuerza, lo que hizo que se asustara y se sentara en la cama asintiendo muy rápido.- Pervertido...- le dijo bajito con desprecio mientras le cerraba la puerta del cuarto.
-Aigooo... Ya sabía yo que no debía de haber tocado nada. Ais, michin. (loca)- le pegaba al aire.
Joonchae se cambió de ropa y salió a dónde estaba Kim Hanna. Se sentó a su lado en el sofá. Ella estaba comiendo fresas mientras revisaba unos documentos en el portátil. Quería preguntarle todo aquello que le preocupaba desde hace mucho tiempo, pero... no se sentía seguro.
-¿Qué haces?- le preguntó él con un hilo de voz. Ella lo miró fulminante.
-Cosas.
-¿Qué cosas?- aumentaban las ganas de Hanna de matarlo.
-Trabajo.
-Aaah... ¿qué trabajo?- Hanna dejó lo que estaba haciendo para girarse por completo y mirarlo, lo que le sorprendió.- Kamjakkia. (Que susto)
-Ya, ¿no tienes nada qué hacer? ¿No tienes que estudiarte algún diálogo?
-Debería...- se tocaba las manos nervioso porque no le venían las palabras.
-Pues ala, trabaja y déjame en paz. Que estoy haciendo cosas importantes.- se volvió a girar y se colocó las gafas.
-Oye...- la miraba atentamente con un nudo en la garganta, mientras Hanna resoplaba- ¿Me das una fresa? - no lo pudo decir.
-A-NNYO. (NO) Comprate comida.
-Amargada.
-Shut up! Rubia mal teñida.- Joonchae se ofendió y le robo el bol de fresas con rabia.
Hanna dejó corriendo su portátil en el sofá y fue a perseguirlo. Joonchae corría por la cocina, tratando de escapar de ella y se metía las fresas en la boca.
-Ya! Maldito devuélveme mis fresas.
-Annyo. (No)- no se le entendía bien con la boca llena.
-Ais. ¡Te vas a enterar! ¡Devuélvemelas!- fue hacia él una Kim Hanna voladora, que acabó subiéndose a su espalda.- ¡Deja de comer maldito!- le decía mientras le estiraba del pelo.
-AH! AH! ¡Que me haces daño garrapata!
-¡Dame mis fresas!
-¡NUNCA! ¡Me las comeré todas!- se metía dos más a la boca. Hanna intentó meter su mano para que este no se las comiera.
-¡No te las comas! ¡AAAH!- recibió un mordisco. Quitó la mano en seguida, quejándose. Joonchae sonrió victorioso.- ¡Maldita piraña!- se miraba la mano mientras bajaba bruscamente de encima de él.
-Es que, solamente a ti se te ocurre meter la mano en la boca de alguien que esta comiendo.- se reía de ella con la boca llena de fresas.
-¡Alguien que se esta comiendo mis fresas!- Joonchae se metió otra en la boca con rintintín. Lo que provocó la ira de la hambrienta Hanna.- Con la comida no se juega.- sentenciaba mientras se dirigía hacia él para morderle la mejilla.
-¡AAAAAH!- dejó caer el bol al suelo- ¡¿Estas loca?! ¡Tú sí que eres una piraña! ¡Una piraña pirada!- se tocaba la cara con dolor.
-Si quieres comida compratela.
-ARASSEO. Arasseo. (VALE. Vale) Pero no me vuelvas a morder, mm? EISH. Michin... DEE, DEE,...(Loca... SÍ, SÍ...)- seguía quejándose. Hanna se miraba la mano enfadada mientras se sentaba en el sofá de nuevo- déjame comer de tu comida, jebal (por favor)...
-Jebal... weo? (Por favor... ¿qué?)
-Jebal, Hanna-shi? (Por favor, ¿señorita Hanna?)- Hanna lo fulminó con la mirada, no era lo que quería escuchar- Jebal (por favor), ¿no me volveré a quejar de lo que compres?
-Ves, así sí.- le sonrió- Ahora puedes comer fresas.- le señalaba las fresas que estaban en el suelo.
-Eish, que graciosa.- Hanna simulaba una risa ruidosa y después volvía a poner cara seria.
Empezó a sonar el teléfono de Kim Hanna. ¿Quién sería?
-¿Cris?- Joonchae se giró bruscamente al escuchar ese nombre.

. . .

Hanna esperaba impaciente fuera de una cafetería cerca de casa de Choi Joonchae. Aún no la consideraba su casa, y ni si quiera tenía aún toda su ropa allí. Esperaba con café en mano, café de caramelo; a que su tío llegará a recogerla para llevarla al aeropuerto. Iban a ir a recoger a Alba y a Cristian.
Cris la llamó el día 14 para decirle que cogerían al día siguiente un avión hasta Corea. Le explicó que Alba quería que fuese todo una sorpresa, pero Cris no se fiaba de la orientación de Alba en un lugar nuevo y desconocido, y menos con su nivel de coreano. Que era más bien nulo o inexistente. Y bueno, aún así seguía siendo una sorpresa. Lo importante es que se verían en nada, y por fin podría cobrarse ese favor que le debía.
Kim Hanna sonreía al recordarlo. Estaba muy nerviosa por ver a Cris, sentía mucha nostalgia por él. Por Alba también, claro, pero no era el mismo sentimiento. Kim Hanna estaba reprimiendo tantos sentimientos a la vez esos dos meses que sentía que con el único que podía hablar ahora debía ser Cris.
El avión llegaba a las ocho y media de la mañana a Seúl. Y ya eran las ocho y Kim Moonsoo no aparecía.
-Espero que se haya acordado de que habíamos quedado.- sorbía café- Seguro que se ha quedado dormido. Maldita sea.- cogió su móvil para llamarlo.
Al rato, un coche paró en seco en frente suya. Hanna lo miró poco a poco mientras se iba bajando lentamente la ventanilla. Agachó un poco su cabeza para ver quién había dentro. Era Moonsoo.
-Su carroza de caballos a llegado Miss Kim.- hacia rugir el motor del coche.
-Que tonto eres.- le sonreía.
Hanna subió rápido al coche. Moonsoo iba muy elegante con su camisa azul, sus pantalones de vestir grises y sus zapatos de punta marrones, a juego con su pañuelo del cuello.
-Toma.- le dio una mochila- Aquí tienes tu ropa.
-Go-ma-wo sanchom. (Gra-ci-as, tío)
-A-nny-ni-da. (De na-da)- la imitaba.
-Oye, ¿no vas demasiado...- gesticulaba con las manos de forma exagerada señalándolo- como muy elegante?
-Dee? (¿Sí?) Voy muy normal.- se miraba en el espejo del parasol.
-Yo. Yo voy normal.- se señalaba, su tío la observaba.
Hanna vestía una camiseta ancha roja con un dibujo en el centro, unos pantalones pitillos negros y unos mocasines rojos con estampado de cocodrilo.
-Tú vas echa un cuadro.- criticaba su tío.
-¡Pero bueno! ¡El dios de la moda! Vaya divas que tengo a mi alrededor, que asco me dais.
-¡EIHS! Un respeto a tus mayores.- le apretaba por encima de la rodilla haciéndole cosquillas. Lo que hizo que Hanna saltara del asiento y apartara su mano.
-Es verdad. Entre tú y Choi Joonchae-ah me vais a volver loca.
-¡Te prohíbo que me compares con él!- le decía al borde de la histeria.
-Aigooo, no te quejes tanto... sigue conduciendo.
Moonsoo siguió lo que quedaba de trayecto enfadado con ella, no concebía de ninguna manera que los comparase. Él odiaba tanto a Choi Joonchae que no podía escuchar algo relacionado con él, y menos que viniera de Hanna. Aún no se creía como ella estaba tan tranquila, como le seguía el juego de esa manera, de verdad que quería pensar que era un simple actuación, ya que , si era así, después de estos dos años le propondría para que se metiese en el mundo del espectáculo como actriz. Porque estaba siendo muy buena. Pero algo le hacia pensar que no es oro todo lo que reluce, y que el amor que ella representaba podría ser el amor que un día sintió por él. Lo quemaba por dentro, pero confiaba en que ella fuese astuta.
Llegaron al aeropuerto sobre las nueve menos diez. El avión ya habría aterrizado, aunque no pasaba nada que llegasen tarde, porque esas cosas suelen llevar su tiempo. Los dos fueron a esperar a que los dos amigos saliesen con sus respectivas maletas y preparados para pasar unos días espectaculares. Algunas personas reconocieron a Kim Moonsoo, pero no molestaron mucho, ya que ellos se mostraron indiferentes, aunque tuvieron que explicar su situación a más de una persona. Kim Hanna agradecía que nadie la reconociese y que más de una persona pensase que era una de las asistentes de Moonsoo.
-Estoy nerviosa.- se frotaba las manos.
-Chs, se te nota mucho. Córtate un poco cuando lo veas aparecer.- le dijo con una sonrisa.
-Ya, no mucha gente sabe lo de Cris. Jebal sanchom (Por favor, tío), no se lo digas a nadie.
-Con no decírselo a nadie, ¿a quién te refieres?- la miraba por encima de las gafas de sol.
-Pues... lo saben Yoona-ni y Jihoo-ya.
-Okay, entiendo lo que me quieres decir.
-Bueno, y tú.- le señalaba y él sonreía cómplice.
-No se lo diré a tus padres tranquila.
-Ah, y creo que Joonchae-a también lo sabe...- decía pensativa. Moonsoo se alarmó.
-Otteokae?! (¡¿Cómo?!)
-Es que le digo tantas cosas para fastidiarlo, que ya ni se que le he dicho.- se llevaba las manos a la cara.
-YA!- Hanna se sorprendió- Me parece muy mal. ¿Qué es eso de que él lo sabe?
-Bueno, tiene una explicación.
-¡Que explicación ni que nada, Kim Hanna!
-No es confianza ni nada de eso.- le intentaba explicar y calmarle al mismo tiempo.
-¡¿Confianza?!- Moonsoo estaba apunto de empezar a hiperventilar.
-Anny. Jebal (No. Por favor), relax. ¿Cómo te puede afectar más este tema a ti qué a mi?
-YES, this is the question, darling. WAEO? (SÍ, esa es la cuestión, señorita. ¿POR QUÉ?) ¿Le sigues queriendo?- preguntó sin ningún reparo su tío.
-WEO? (¿QUÉ)- a Kim Hanna solo le faltaba matarlo de verdad, por si su mirada no había sido suficiente.
-A mi no me puedes mentir, ¿qué te esta pasando por esa cabeza?
-¿Pero te estas escuchando? Please, piensa antes de decir nada sobre este tema.- se giró indignada.
Moonsoo se cruzó de brazos. A lo mejor había dicho de más, aunque ni ella misma sabía que estaba pasando por su cabeza, pero quería creer que no era eso.
-¡Sofía!- escuchó desde lejos.
-Por fin...- suspiró aliviada al ver aquellos dos.
Fue corriendo hacia ellos. Moonsoo la seguía pero con un paso más tranquilo y elegante, intentando olvidar aquel amargo momento. Por lo que se colocaba su preciado pañuelo y los saludaba con la mano. Mientras que Hanna se lanzó a los brazos de Cris que iba a su encuentro efusivamente. Se fundieron en un hermoso abrazo, que era cómplice de todos los sentimientos que Hanna quería expresarle.
-Haney...- Cristian la acercaba fuerte contra él- te he echado de menos.- una lágrima cayó por la mejilla de Hanna. Cristian la bajó para verla mejor- Estas guapísima.- le dio una vuelta. Hanna reía avergonzada.
-¿Y qué? ¿Yo no existo?- decía Alba por detrás.
-¡AAAAAAAAAH!- gritaban a la vez.
-Me vais a dejar sordo.- se quejaba Cris, mientras ellas se abrazaban y pegaban saltitos.
-Tía, trabajar aquí te va a encantar.
-Tranquila, que me puedo hacer una idea de lo mucho que me va a gustar.- lo decía mientras veía como Moonsoo se acercaba a donde estaban ellos. Lo miraba de arriba a bajo.- Por favor, estoy en el cielo.
-Por dios, que pava eres. Si ya lo habías visto otras veces.
-Ya lo sé, y no me cansaré de verlo nunca.- Hanna y Cris se reía mientras que Moonsoo que estaba cada vez más cerca no entendía nada.
-Mm, contrólate. Que estas salida.- le advertía Cris mientras seguía riéndose.
-¿Cómo estáis chicos?- Moonsoo intentaba comunicarse con ellos todo lo que podía y sabía en castellano.
-Muy bien, hacía mucho que no te veíamos.- Cris le tendió la mano para saludarlo, lo que Moonsoo apreció.
-Después de verte, yo estoy mucho mejor.- Moonsoo la miró sorprendido, pero hizo como que no había entendido aquel comentario.
-Alba, por favor.- Hanna se llevaba las manos a la cara.
-¿Qué? Es verdad.- buscaba la mirada cómplice de Moonsoo.
-Anda, vayámonos ya.- decía Hanna mientras cogía una de las maletas de Alba y la arrastraba junto a ella fuera del aeropuerto.
Cris y Alba se quedarían en el piso que Kim Moonsoo tenía en Seúl, ya que él no lo estaba utilizando porque estaba quedándose en casa de su hermano por petición de Kim Beakha. En uno de sus mil y un intentos por juntar a la familia, para que su relación no se deteriorara. Pero como siempre, era un intento fallido más. Sobre todo por las diferencias que habían entre ellos, y más aún en relación al contrato de Kim Hanna, que siempre salía en cualquier discusión de los dos hermanos.
Llegaron a casa de Moonsoo después de pasar por algo de comer. Moonsoo fue directo a la cocina para tenerlo todo listo y así poder disfrutar de la comida. Los demás siguieron a Hanna, que les estaba enseñando la casa e indicando dónde estaba todo para que tuviesen una buena estancia. La casa de Moonsoo era grande, tenía dos pisos. En la planta baja estaban el salón, la cocina, la lavandería y el aseo, mientras que arriban habían dos habitaciones y un vestidor.
-Sois afortunados de poder estar aquí.
-La verdad, la casa es preciosa.
-Ya me veo viviendo aquí.- fantaseaba Alba.
-No quiero... Oh por dios. Anda, deja de soñar.
-Pero que mala amiga eres Sofía.- todos rieron.
-De mala amiga nada, lo hago por tu bien. Moonsoo es un mujeriego. No es para ti.
-Cambiará. Tu tranquila, que cambiará.
-Soñar es gratis.- la cogió de los hombros Cris mientras la empujaba hacia la planta de bajo.
-Chicos, ya podéis sentaros a comer.- les decía Moonsoo desde la cocina.
Se sentaron a comer tranquilamente. La mayoría de las veces hablaban en castellano, hasta que Moonsoo no entendía algo y les pedía que se lo dijeran en inglés. Que era con el otro idioma con el que ellos se podían comunicar de forma más fácil con él. Aunque conversaban entre los cuatro, a menudo surgían pequeños grupos de dos dónde Alba aprovechaba para conversar con Moonsoo. Se notaba desde lejos que le gustaba, todos lo notaban. Pero entre los dos todo era muy ameno, lo que le resultaba extraño a Hanna. Aunque ella y Cris aprovechaban cada una de estas situaciones para acercarse y disfrutar de esos segundos solos, aunque los dos sabían que no debían.
Al estar sentados en el suelo Hanna se apoyó en Cris para observar la conversación que Moonsoo y Alba tenían. Cris la abrazó. Pasaron unos segundos hasta que Moonsoo los sorprendió.
-Vamos a ver. A mi me parece muy bien que en un sitio cerrado hagáis estas cosas. Pero recuerda que fuera no podéis comportaros así. A ver si voy a ser ahora el único maduro aquí.- les reñía a la parejita abrazada mientras se levantaba para recoger la mesa. Hanna rápidamente se separó de Cris y suspiró.
-Lo siento.- se dirigía a Cris.
-No, a mi no me tienes que pedir disculpas. Y menos por esto.- le masajeaba los hombros- Sabes que yo te apoyo en todo lo que estas haciendo.- Hanna acarició su mano.
-¿Alguien me explica?- Alba los miraba desconcertados.
-Te acuerdas que siempre nos decías que por qué lo habíamos dejado, qué parecía que estuviéramos juntos de todas formas.
-Sí, claro. Y lo sigo pensando.
-No estamos juntos.- Hanna se puso seria, lo que asustó a Alba- Porque yo me voy a casar con Choi Joonchae.
-¿Con tu socio? Madre mía, si que te lo tenías guardado chica. Por eso has montado todo este alboroto de proyectos.- todos se sorprendieron al ver que Alba se lo estaba tomando mejor de lo que esperaban.
-Debería habéroslo dicho hace tiempo, pero nunca me vi con fuerzas.
-Pero bueno, pero si no es nada malo, ¿no?- miró a Cris, pero él solamente agachó la cabeza- Vale creo que ya se por dónde va la cosa.
-No sé que lío has montado en tu cabeza. Pero te aseguro que no es como crees.
-Los dos estabais juntos, pero ella se enamora de otro. Que pasa, que lo dejáis, pero tú la amas demasiado como para echarla de tú vida. Por eso seguís siendo amigos, y ella sigue confiando en ti como si estuvieseis juntos. Peeero, ella se va a casar con otro y has vuelto a corea para recuperarla. ¿No es así?- Hanna y Cris la miraban atónitos por la dramática y liosa historia que su amiga se acababa de sacar de la manga.
-Sssi... ¿puede que sea así?- improvisaba él mientras esperaba la aprobación de Hanna.
-¿Puedes repetirlo todo?- le preguntaba Hanna, los dos la miraron.- Es que creo que me he perdido.
-A ver. Digamos que es así tú historia. Pero yo no he venido a recuperarla.
-Eso espero. Porque a ver si voy a ser yo ahora la mala amiga.- se levantaba indignada- Hombre, imagínate. Le traigo al ex antes de la boda, y este desbarata todos los planes. Que percal.- se iba voceando hacia la cocina con vasos en la mano.
-Creo que ha visto demasiadas novelas.- los dos se miraron y después echaron a reír.
-Es la mejor.
Alba fue directa a la cocina, no podía aguantarse las ganas de reír. Tenía que comentar con Moonsoo lo que estaba pasando.
-Que bueno.- se reía- Soy una buena actriz. Debería empezar a dar clases de interpretación.
-¿Qué has hecho?- curioseaba Moonsoo.
-Es que tú eres poco discreto. Si Hanna aún no me ha dicho nada, ¿cómo se te ocurre reñirles en frente mía?
-¡OMG! Se me había pasado por completo.- Moonsoo se llevaba las manos a la cabeza mientras se mojaba la cara, ya que estaba fregando los platos.
-Que torpe.- Alba le secaba la cara con un trapo.- Casi nos descubres.
-Tranquila. Nunca podría delatar a mi espía favorita.- Alba le pegó una palmada en el trasero, que hizo que Moonsoo tirara uno de los cubiertos.- Discreción, please.
-Yes, sir.- Alba se asomó por la puerta de la cocina para ver que estaban haciendo aquellos dos, y así asegurarse de que no los escuchaban.- Míralos, haciéndose cosquillitas. Me gustan mucho como pareja...
-Si siguen así alguien se va a dar cuenta. Ahora que ella se va a casar deberá de tener más cuidado.
-Me gustaría ver la cara de él cuando sepa que Cris es el ex-novio de Sofía. Tiene que ser un cuadro.- se reía Alba.
-Sí. Lo malo es que Joonchae ya sabe quién es Cris.
-¿Enserio?- le decía Alba indignada- Y yo que se lo quería decir...- Moonsoo comenzó a reírse.
-Que mala eres.
-¿Yo? Nunca, solo que hubiese sido gracioso.
-Tranquila, no disimules, yo había pensado hacer lo mismo. Lo tenía pensado desde que me dijiste que veníais, pero mira... tenemos mala suerte.- sonreían cómplices.
Aquellos dos llevaban “juntos” desde que Kim Moonsoo empezó a ayudar a Hanna con el estudio que tenía junto a Andrea, “Colorful”. Desde que se conocieron sintieron confianza, tranquilidad y una conexión el uno por el otro, que no sabían explicar. Era algo especial, porque los dos comprendían que eran almas libres y que no podían atarse, pero que cuando estaban juntos eran puro fuego. Decidieron seguir su juego de niños escondiéndose a ojos de todo el mundo, lo que beneficio mucho a los dos. Con el tiempo, Alba mejoró mucho su trabajo con los consejos que él le iba proporcionando para prosperar y ayudar a consolidar lo que hoy en día era “Colorful”. Consejos que Moonsoo intentaba darle a Hanna pero que ella no quería recibir y siempre le rechazaba, pero que si venían de Alba, era diferente. Y Moonsoo ganó en tranquilidad porque estaba informado de lo que Kim Hanna hacia o dejaba de hacer.
Kim Moonso apreciaba a Hanna más de lo que ella se creía, para él más que una sobrina era como una hija. Y juró que no volvería a dejarla sola, ni a dejar que nadie le hiciese daño.

. . .

Era por la tarde, y después de que Moonsoo se fuera, para sustituir a Hanna y organizar los preparativos del casting, Alba se había dormido y Cristian y Hanna conversaban aún en el sofá . Ella llevaba un rato rara. En su cabeza solo habían ideas que ella consideraba estúpidas, y se las quería decir pero se sentía que estaba traicionando a alguien.
-¿Qué tal estas?- le cogía de la mano. Ella lo miraba de reflejo.
-No lo sé.- tenía la mirada pérdida.
-¿Tienes miedo?
-¿Miedo?- Hanna despertaba de su trance- ¿Miedo de qué?
-¿Tienes miedo de sentir?- al escuchar esas palabras y notar como Cris la cogía fuerte de la mano Hanna no pudo evitar echar a llorar. Cris la acercó a él para abrazarla de nuevo. Ella no dejaba de llorar.- Tranquila... sabes que a mi no me molesta saber la verdad.
-¿Qué verdad?- se separó de él secándose con rabia sus lágrimas- ¿Eh? Lo odio Cristian. Lo odio. No tengo otro sentimiento hacia él. Odio. Porque por culpa suya tengo que mentir a mi gente, a mi entorno, y a todo el mundo. Y tengo que decir que todo esta bien cuando es una farsa. Un puto teatro que lo único que va hacer es dañarnos un poco más. Porque él nunca va a cambiar. Porque sigue siendo un niñato insolente que no sabe apreciar a las personas que siempre estuvieron con él. Las personas que lo quieren y lo apoyan. Prefiere tirar por tierra años de amistad por no madurar y pensar las cosas dos veces. JODER.- se levantaba de la rabia, dándole una patada al cojín.
-Estas cegada por el rencor Haney...
-¿Cegada por el rencor? Pero es que tú no lo has visto. Sigue siendo el mismo. No ha cambiado. Sigue haciendo caso a gente que no tiene razón, y protegiéndola sin escuchar a los demás. Haciendo caso a gente que no vale la pena. Porque por mucho que haga o diga nunca me va escuchar. Nunca lo hizo y nunca lo hará.
-¿Entonces quieres qué él te escuche?
-¡Sí! Digo... no. Quiero que escuche la verdad. Que abra los ojos y vea como son realmente las cosas. Que madure... - Cris se acercó para acompañarla hasta el sofá para que se tranquilizara- Ojalá pudiera volver atrás... cambiaría tantas cosas.
-Eso no te garantiza su amor.
-Da igual...- se secaba las lágrimas- Yo sé que él nunca me amó y que nunca me va amar... Yo solo quiero estar como antes... me conformo con tener a mi mejor amigo. Solamente con eso...- ella lo miraba con los ojos llenos de lágrimas. Su angustia y tristeza le dolían como si fuese suya. No le gustaba verla llorar.
-Tu mejor amigo está ahí, escondido en algún rincón de él. Solo tienes que buscarlo.- la abrazaba.
-A lo mejor ya es demasiado tarde...

. . .


A la mañana siguiente Hanna miraba la puerta de casa de Choi Joonchae. Muchos sentimientos la atormentaban. Pero solo tuvo que levantar la mano y poner aquel código para que todos ellos desaparecieran. Cerró la puerta detrás de ella con cuidado, pues no sabía si Joonchae estaba dormido. Sintió como le invadía la tranquilidad y la paz, lo que le puso la piel de gallina.
-¿Hace frío?- quería pensar.
Se descalzó con cuidado y entró al baño. Cuando salió Joonchae que estaba allí.
-Oh, ¿estas despierto? ¿Te he despertado?
-Annyong. (Hola)- levantaba su cabeza algo sorprendido pero cansado- Anny, gwenchana. (No. Estoy bien)- se dirigía a la cocina con trapos en la mano
-¿Qué haces?- lo seguía con la mirada.
-Estaba limpiando la habitación. Últimamente no duermo mucho. Así que aprovecho para hacer cosas.
-Vaya...- entró a la habitación- veo que te aburres mucho.- relucía hasta lo que no tenía brillo.
-La que no se aburre eres tú.- pasó por su lado.
-Weo? (¿Qué?)- preguntaba indignada.
-Eh, anny, no me hagas caso.
-Estaba con mis amigos, arasseo? (¿vale?)
-Dee, nadie te ha preguntado.- le decía con tono condescendiente mientras seguía haciendo cosas en la habitación.
-¿Pero te estas escuchando?- Hanna lo miraba enfadada.
-Kim Hanna.- él también lo estaba- Vete con tus amigos. Arasseo? (¿Vale?) Ya tienes lo que quieres. Pues vete a buscarlo. Aquí no se te ha perdido nada.- sus palabras eran puñales para ella.
Hanna se quedó unos segundo parada mirándolo, conteniendo todo lo que tenía dentro y que reflejaba su mirada. Cogió la mochila que llevaba y antes de irse se acercó a él. E intentando no llorar puedo decirle:
-Me – das – asco...- Joonchae no pudo ni respirar, esas palabras rompieron en él con un recuerdo. Pero algo distinto a lo que él recordaba.
-Me – das – asco, olvídate de mí.” Solamente vino esa frase a su cabeza, pero no sabía bien quien la decía. “¿Era Hanna-ya?”, pensaba.
-AAAAH!- escuchó como la puerta se cerraba de un portazo- ¡No voy a preocuparme más por ti! Maldita extranjera.- tiraba los trapos al suelo con fuerza y se sentaba en la cama alborotando con rabia su pelo.
Hanna corría llorando por aquel pasillo. Seguía corriendo para bajar rápido aquellas escaleras, para llegar a la calle y poder tener algo de aire. Siempre recordaba aquel momento y siempre lo recordaba sin aliento. No podía respirar cuando bajaba esas escaleras, porque ese día no recuerda respirar en ningún momento. Y seguía bajando y bajando. Nunca acaban aquellas malditas escaleras, igual que ese maldito día. 

Abrió con fuerza la puerta y siguió corriendo hasta llegar a la calle. Pero siguió corriendo por la calle. Parecía estar experimentando ese mismo día. Corría y corría, no sabía dónde parar. Pero por desgracia algo la hizo detenerse. Tropezó con una roca. Cayó de cara en el suelo, estuvo unos segundos en la misma posición lamentándose de su torpeza. Cuando fue a moverse el dolor recorría todo su cuerpo. Se dio la vuelta y se quedó mirando el cielo. Estaba en el suelo de tierra de un parque que le resultaba familiar.
-Ella o yo.- sonaba en su cabeza una voz femenina que no era la suya.
-Baekshi-ni...- Joonchae se quedó pensativo.
-Por dios. ¿Me lo dices enserio? ¿Te lo estas pensando?- él no respondía- Patético...- decía bajito Hanna- ¡Eligela a ella venga!- él la miró sorprendido- Porque estas demasiado ciego como para darte cuenta de lo sucio y rastrera que es.
-¡Kim Hanna!
-WEO!? (¡¿QUÉ?!) ¿Digo mentiras?
-Dee! La única sucia, rastrera y mentirosa aquí eres tú niñata. Que lo único que has hecho siempre es intentar que Joonchae-ni se quedara sin amigos.
-Weo? (¿Qué?) Pero si ese siempre ha sido tu plan no el mió.- las jóvenes cada veces se acercaban más y más cabreadas.
-Omo, ¿cómo permites qué diga eso Joonchae-ni? Estas obsesionada con Choi Joonchae. Todos lo sabemos, pero él es demasiado bueno como dejarte sola. Pero ya estoy cansada de que lo manipules y que lo utilices a tu antojo. ¡Déjalo en paz! Este plan tuyo ya ha ido demasiado lejos.
-¿Has sido tú?- le preguntaba Joonchae furioso aunque triste.
-ANNYO! (¡NO!) Pero como... ¿Enserio te la crees?- lo miraba a él buscando un ápice de confianza. Pero en los ojos de Joonchae ya no había nada. Su mejor amigo ya no estaba.
-Seguro que convenció a su padre, y sobornaron al señor Choi para tener parte de la empresa.- intervenía una de las amigas de Oh Beakshi.
-¿Pero qué locura es esa?
-Hanna-ya, explícate.- sentenciaba Choi Joonchae. Kim Hanna lo miraba sorprendida no sabía que tenía que explicarle, porque ella no había hecho nada.
-Joonchae, no sé de están hablando, te lo juro...- se acercaba a él para cogerle de la mano.
-Como siempre, haciéndote la inocente y la niña buena, delante de él. No ves que no vas a conseguir su amor.- se colocaba rápidamente Oh Beakshi entre él y ella.
-Cállate de una vez víbora venenosa.- se lanzaba hacia ella mientras decía esas palabras. La cogía muy fuerte del pelo al mismo tiempo que la otra joven gritaba y se quejaba.
-YA! KEUMANE! (¡ESTATE QUIETA!)- gritaba Joonchae mientras cogía a Hanna del brazo para separarla de Oh Baekshi. Pero la separó con tanta fuerza que la tiró al suelo.
Se hizo un silencio en ese momento. Hanna no sentía dolor físico. Solo estaba en shock. Pero nunca se esperaba lo que le dijo él después.
-Me – das – asco... olvídate de mí. Ya he aguantado muchos berrinches tuyos Kim Hanna. Kaja. (Vamos)- cogió a Oh Beakshi y se fue.
Hanna cerró los ojos y respiró fuerte. Igual que hizo aquella vez. Se levantó del suelo y siguió su camino sin rumbo, sin importarle ni un poco el ir completamente manchada de tierra. Que más daba. Se sintió como en ese mismo instante que recordaba. Sin dignidad.

. . .


-Jeobo (Cariño), ven aquí.- la perseguía con las maletas.
-Annyo. (No.)- decía enfadada. Aunque su voz sonaba como la de una perrito abandonado por lo que no podía tomarla enserio- Siempre me haces lo mismo Jihoo-ni. En mi luna de miel también. Te vas a tener que trabajar mejor la disculpa si quieres que te perdone esta vez.
-Araa, araa, mianhada. (Lo sé, lo sée, lo siento)- le ponía puchero. Park Yoona le pegó en la cabeza.
-Llama a un taxi, y lleva las maletas, palli (rápido).
-Aigooo, jeoboo. (cariñooo)- se quejaba el susodicho.- Pero si sabes que no se pueden aplazar los juicios.
-Me da igual. Palli (Rápido), venga.- le ordenaba con voz de pito mientras se sentaba en una de las maletas a esperar a que su ahora marido llamase un taxi.- Aissh, maldito Jihoo-ni. Me va a hacer trabajar antes de lo previsto.

. . .

-¿Dónde esta?- se movía nervioso por la habitación- ¿Por qué no me contesta al maldito teléfono? Esta niña me va a volver loco. AIIIHS!- decía alterado a la vez que preocupado. Se revotó y se tiró al suelo- ¿Me habré pasado...? - pensaba mientras miraba a la puerta- Debería pedirle perdón...
Mientras seguía en el suelo lamentándose por su comportamiento alguien tocó a la puerta.
-¡¿Es ella?!- se emocionó por unos segundos. Pero levantándose rápido para abrir su pensamiento cambió- Oh, se va a enterar. ¿Qué es esto de irse pegando portazos? ¿Eh?- abrió la puerta.
-OPPA!- gritaba feliz y emocionada.
-Kamjakhia! (¡Que susto!)- se hacia hacía atrás del susto. No era Hanna, era Park Yoona.- ¿Qué haces aquí?- ella entraba sin ser invitada tras empujarlo hacia un lado.
-Aigoo, oppa, tu maldito amigo que tenía hoy un juicio por la tarde y hemos tenido que cancelar nuestra luna de miel... aish- pataleaba mientras se sentaba en el sofá.
-Claro siéntate...- decía bajito.
-Siempre está igual, con sus malditas cosas de abogado perfecto.
-¿Y te sorprendes ahora después de dos años en ese bufete?
-Anny... kunde... (No... pero...) ¿dónde esta Kim Hanna? ¿Hoy trabaja?
-Hanna... no esta... Esta mañana hemos discutido.- se estiraba.
-YA!- le levantaba la mano- ¡¿Qué has hecho?!
-NEGA?! (¡¿YO?!)
-DEE! Siempre eres tú. Voy a llamarla.- buscaba su móvil en su bolso.
-Anny...- le cogió la mano para que dejara de hacerlo- No te lo va a coger... Ya lo he intentado yo. Lo tiene apagado.
-¿Pero se puede saber qué has hecho para enfadarla tanto que no quiera hablar con nadie? ¿EH? Explícate.
-¡Nada! ¡Te lo juro!- se ponía de rodillas, pero a Yoona no le convencían sus palabras, por lo que recibió un golpe contundente en la cabeza.- Ya! Que soy mayor que tú.
-Pues no lo parece. Cuando te comportes como tal, te trataré así.
-Sois igualitas...
-Calladito estas más guapo. Aigoo... os dejo unos días solos y solo os falta mataros.
-Todo iba relativamente bien, hasta que ha aparecido el maldito “Cris”.- decía su nombre con asco.
-¿Cris? Nugu? (¿Quién?)
-¡El ex-novio de Kim Hanna-ya!- la miraba alterado.
-Aaah, Crisu.- Yoona sonreía.
-Ya. ¿Tú lo conoces?- preguntaba curioso, y un poco furioso, aunque lo intentaba disimular.
-Dee, siempre que hemos ido a visitar a Kim Hanna-ah a España estaba con Cris. Es muy buen chico.- la cara de Joonchae era un cuadro. Claramente a Yoona le encantaba verlo así, que sufriera un poco. Y sobre todo, porque estaba notando algo que hacía mucho que no veía en él. Los celos.- Es muy guapo. Y muy musculoso.
-Okay, arasseo. (Vale, de acuerdo.) No me interesa saber nada más.- se cruzaba de brazos- No me interesa lo que haga con su vida.
-¿No te importa? Ah pues entonces te dará igual saber que Kim Hanna-ah estaba muy enamorada de él.
-SARANG?! (¡¿AMOR?!)- se le escapó de la rabia.
-Dee, sarang. (Sí, amor)- sonreía pícara por haber conseguido lo que quería.
-Oh, oh, kure (claro), mmm me da igual. Que haga con su vida lo que quiera.- volvió a cruzarse de brazos como si la cosa no fuese con él.
-Oppa!- lo volvió a sorprender- No seas niño. Haz las cosas bien. Da igual lo que le hayas dicho hoy, o ella haya dicho. Los dos sois iguales. Os decís cosas para molestaros y después os arrepentís. No lo vuelvas a hacer, otra vez no. Mide tus palabras cuando estés celoso- él la miró atónito “¿Yo celoso? Por favor, ¿qué dice?”, pensaba él.- o cabreado. Araji? (¿Entendiste?)
-Ara, ara. (Lo sé, lo sé)- le decía para que se callase, aunque lo había captado todo, pero no con indiferencia.
-Kamda. (Me voy)
-Omo, ijen? (¿Ahora?)
-Dee, voy a ver dónde esta nuestra pequeña rebelde. Creo que me puedo hacer una idea.
-Dee? (¿Sí?)- se le iluminaron los ojos por un segundo.
-Pero tú no vienes. Te quedas aquí castigado.- sentenciaba con la voz fina pero con mano firme. Él se volvió a sentar con pucheros.- Anniong oppa. Tto bayo. (Adiós. Nos vemos.)
Joonchae solo se quedó callado mientras veía irse a Park Yoona.
-Aigo...- se acostaba en el sofá- Esta chica... jiltu? Nega? (¿celoso? ¿yo?) Aigoo, ¡NUNCA!- se levantó de repente mirando enfadado a la puerta.- Michin. (Loca)

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