Andaba relajado
hasta casa, no le importaba que la gente se fijara en él. Que las
fans le parasen para hacerle fotos. Él simplemente seguía andando
con los cascos puesto, las gafas de sol, sus manos metidas en los
bolsillos y un único rumbo. Se sentía más relajado después de
haber hablado con su psicóloga. Hacía más de tres años que no iba
a verla. Pues no había tenido la necesidad, hasta ahora. Creyó que
podía aguantarlo todo, pero no siempre se veía con fuerzas de
afrontar lo que estaba pasando. Y llegó a un punto en el que creía
que ella jamás volvería.
Mil y un
pensamientos pasaban por su cabeza, y aún no entendía ni la mitad
de ellos. Solo quería entenderlos y dejar pasar el tiempo. Que los
dos años terminasen. Que ella fuese feliz, haciendo lo que ella
quisiera y con quien quisiera. Y que él pudiese disfrutar otra vez,
aunque fuese solo un día, de la normalidad. De lo que realmente
quería.
Subió otro día
más a ese maldito ascensor que lo llevaba a casa, pero hoy con una
nueva sensación. “¿Qué me pasa?”, pensaba. Era calidez lo que
lo llenaba. Quería llegar ya. Entrar, sentarse en el sofá y
disfrutar de la compañía. “¿Compañía? ¿Estará en casa?”,
pensaba en ella. “¿Qué me pasa?”, volvía a caer.
-Annionghaseyo (Hola).-
entró en casa creyendo que habría alguien.
Levantaba su cabeza
y miraba por toda la sala buscando una respuesta. Nadie contestó.
-¿No esta? Que
raro... ya es tarde.- miraba su reloj- ¿Hoy tampoco dormía aquí?-
se preocupó, frunció el ceño y cogió su móvil para llamarla.
Empezó a escuchar
el tono de llamada de Kim Hanna. Se asustó y empezó a mover la
cabeza bruscamente buscando de donde procedía.
-¿De dónde...?- se
dirigía al baño.
Antes de abrir la
puerta se paró en seco. Ningún fallo más. Tocó a la puerta y
esperó unos segundos. Pero nadie contestaba, y el móvil seguía
sonando. Abrió la puerta poco a poco. Estaba abierta. No había
nadie allí, solamente el móvil, sonando aún, encima del lavabo.
-¿Pero a quién se
le ocurre dejarse el móvil aquí? Jinjja (De verdad), esta chica...- hizo animo
de cogerlo.
-¡Ya!- alguien le
grito contundentemente detrás suyo. Lo que le asustó muchísimo.
-OMO! Mi corazón...-
se cogía la camiseta, a la altura del pecho, con mucha fuerza.
-¿Qué haces con mi
móvil? ¿Espiándome otra vez?- lo cogía del lavabo.
-¡¿Pero cuándo
has llegado?!- Hanna se sorprendió.
-Llevo aquí desde
hace una hora.
-¿Una hora? ¿Y no
sabes saludar o qué?- se indignaba, mientras seguía quejándose de
su dolor de corazón provocado por su susto.
-¿Me estabas
llamando?
-DEE (SÍI), no te espiaba,
te estaba llamando. ¡Porque no estabas en casa y estaba preocupado!
Ais, mocosa.- le decía enfadado.
-Bueno, bueeeno.
Tranquilo. ¿Qué te pasa? ¿Desde cuando te preocupo tanto a ver?
Eh?
-Anny. (No)- se ponía
rojo mientras intentaba salir de esa situación.- Pe-pero...
-Pe-pero ¿qué?- lo
imitaba seria a la vez que burlona.
-Pues me preocupo
porque es muy tarde y no deberías ir sola tan tarde.
-¿Qué dices
Joonchae-ah?- Hanna lo miraba con cara de no entender nada.
-Ais, déjame, parece
que me haya dado un derrame cerebral por culpa de tu susto...- se
llevaba la mano a la cabeza mientras intentaba ir a la habitación.
-Dee, uno muy
fuerte. Porque te ha dejado tonto, tooonto.- Joonchae la miró con
desprecio.- Ya!
-Weo? (¿Qué?) ¿Y ahora por
qué me gritas?
-Que sea la última
vez que emparejas mi ropa íntima. ARASSEO? (¿VALE?)- le decía intimidante.
Joonchae se hacía hacia atrás asustado de que le pegasen.- No metas
las manos en ese cajón. ARASSEO? (¿VALE?)- le repetía con fuerza, lo que
hizo que se asustara y se sentara en la cama asintiendo muy rápido.-
Pervertido...- le dijo bajito con desprecio mientras le cerraba la
puerta del cuarto.
-Aigooo... Ya sabía
yo que no debía de haber tocado nada. Ais, michin. (loca)- le pegaba al
aire.
Joonchae se cambió
de ropa y salió a dónde estaba Kim Hanna. Se sentó a su lado en el
sofá. Ella estaba comiendo fresas mientras revisaba unos documentos
en el portátil. Quería preguntarle todo aquello que le preocupaba
desde hace mucho tiempo, pero... no se sentía seguro.
-¿Qué haces?- le
preguntó él con un hilo de voz. Ella lo miró fulminante.
-Cosas.
-¿Qué cosas?-
aumentaban las ganas de Hanna de matarlo.
-Trabajo.
-Aaah... ¿qué
trabajo?- Hanna dejó lo que estaba haciendo para girarse por
completo y mirarlo, lo que le sorprendió.- Kamjakkia. (Que susto)
-Ya, ¿no tienes
nada qué hacer? ¿No tienes que estudiarte algún diálogo?
-Debería...- se
tocaba las manos nervioso porque no le venían las palabras.
-Pues ala, trabaja y déjame en paz. Que estoy haciendo cosas importantes.- se volvió a
girar y se colocó las gafas.
-Oye...- la miraba
atentamente con un nudo en la garganta, mientras Hanna resoplaba- ¿Me
das una fresa? - no lo pudo decir.
-A-NNYO. (NO) Comprate
comida.
-Amargada.
-Shut up! Rubia mal
teñida.- Joonchae se ofendió y le robo el bol de fresas con rabia.
Hanna dejó
corriendo su portátil en el sofá y fue a perseguirlo. Joonchae
corría por la cocina, tratando de escapar de ella y se metía las
fresas en la boca.
-Ya! Maldito
devuélveme mis fresas.
-Annyo. (No)- no se le
entendía bien con la boca llena.
-Ais. ¡Te vas a
enterar! ¡Devuélvemelas!- fue hacia él una Kim Hanna voladora, que
acabó subiéndose a su espalda.- ¡Deja de comer maldito!- le decía
mientras le estiraba del pelo.
-AH! AH! ¡Que me
haces daño garrapata!
-¡Dame mis fresas!
-¡NUNCA! ¡Me las
comeré todas!- se metía dos más a la boca. Hanna intentó meter su
mano para que este no se las comiera.
-¡No te las comas!
¡AAAH!- recibió un mordisco. Quitó la mano en seguida, quejándose.
Joonchae sonrió victorioso.- ¡Maldita piraña!- se miraba la mano
mientras bajaba bruscamente de encima de él.
-Es que, solamente a
ti se te ocurre meter la mano en la boca de alguien que esta
comiendo.- se reía de ella con la boca llena de fresas.
-¡Alguien que se
esta comiendo mis fresas!- Joonchae se metió otra en la boca con
rintintín. Lo que provocó la ira de la hambrienta Hanna.- Con la
comida no se juega.- sentenciaba mientras se dirigía hacia él para
morderle la mejilla.
-¡AAAAAH!- dejó
caer el bol al suelo- ¡¿Estas loca?! ¡Tú sí que eres una piraña!
¡Una piraña pirada!- se tocaba la cara con dolor.
-Si quieres comida
compratela.
-ARASSEO. Arasseo. (VALE. Vale) Pero no me vuelvas a morder, mm? EISH. Michin... DEE, DEE,...(Loca... SÍ, SÍ...)- seguía quejándose. Hanna se miraba la mano enfadada mientras se sentaba en
el sofá de nuevo- déjame comer de tu comida, jebal (por favor)...
-Jebal... weo? (Por favor... ¿qué?)
-Jebal, Hanna-shi? (Por favor, ¿señorita Hanna?)-
Hanna lo fulminó con la mirada, no era lo que quería escuchar-
Jebal (por favor), ¿no me volveré a quejar de lo que compres?
-Ves, así sí.- le
sonrió- Ahora puedes comer fresas.- le señalaba las fresas que
estaban en el suelo.
-Eish, que
graciosa.- Hanna simulaba una risa ruidosa y después volvía a poner
cara seria.
Empezó a sonar el
teléfono de Kim Hanna. ¿Quién sería?
-¿Cris?- Joonchae
se giró bruscamente al escuchar ese nombre.
.
. .
Hanna esperaba impaciente fuera de una cafetería cerca de casa de Choi Joonchae. Aún no la consideraba su casa, y ni si quiera tenía aún toda su ropa allí. Esperaba con café en mano, café de caramelo; a que su tío llegará a recogerla para llevarla al aeropuerto. Iban a ir a recoger a Alba y a Cristian.
Cris la llamó el
día 14 para decirle que cogerían al día siguiente un avión hasta
Corea. Le explicó que Alba quería que fuese todo una sorpresa, pero
Cris no se fiaba de la orientación de Alba en un lugar nuevo y
desconocido, y menos con su nivel de coreano. Que era más bien nulo
o inexistente. Y bueno, aún así seguía siendo una sorpresa. Lo
importante es que se verían en nada, y por fin podría cobrarse ese
favor que le debía.
Kim Hanna sonreía
al recordarlo. Estaba muy nerviosa por ver a Cris, sentía mucha
nostalgia por él. Por Alba también, claro, pero no era el mismo
sentimiento. Kim Hanna estaba reprimiendo tantos sentimientos a la
vez esos dos meses que sentía que con el único que podía hablar
ahora debía ser Cris.
El avión llegaba a
las ocho y media de la mañana a Seúl. Y ya eran las ocho y Kim Moonsoo no aparecía.
-Espero que se haya
acordado de que habíamos quedado.- sorbía café- Seguro que se ha
quedado dormido. Maldita sea.- cogió su móvil para llamarlo.
Al rato, un coche
paró en seco en frente suya. Hanna lo miró poco a poco mientras se
iba bajando lentamente la ventanilla. Agachó un poco su cabeza para
ver quién había dentro. Era Moonsoo.
-Su carroza de
caballos a llegado Miss Kim.- hacia rugir el motor del coche.
-Que tonto eres.- le
sonreía.
Hanna subió rápido
al coche. Moonsoo iba muy elegante con su camisa azul, sus pantalones
de vestir grises y sus zapatos de punta marrones, a juego con su
pañuelo del cuello.
-Toma.- le dio una
mochila- Aquí tienes tu ropa.
-Go-ma-wo sanchom. (Gra-ci-as, tío)
-A-nny-ni-da. (De na-da)- la
imitaba.
-Oye, ¿no vas
demasiado...- gesticulaba con las manos de forma exagerada señalándolo- como muy elegante?
-Dee? (¿Sí?) Voy muy
normal.- se miraba en el espejo del parasol.
-Yo. Yo voy normal.-
se señalaba, su tío la observaba.
Hanna vestía una
camiseta ancha roja con un dibujo en el centro, unos pantalones
pitillos negros y unos mocasines rojos con estampado de cocodrilo.
-Tú vas echa un
cuadro.- criticaba su tío.
-¡Pero bueno! ¡El
dios de la moda! Vaya divas que tengo a mi alrededor, que asco me
dais.
-¡EIHS! Un respeto
a tus mayores.- le apretaba por encima de la rodilla haciéndole cosquillas. Lo que hizo que Hanna saltara del asiento y apartara su
mano.
-Es verdad. Entre tú
y Choi Joonchae-ah me vais a volver loca.
-¡Te prohíbo que
me compares con él!- le decía al borde de la histeria.
-Aigooo, no te
quejes tanto... sigue conduciendo.
Moonsoo siguió lo
que quedaba de trayecto enfadado con ella, no concebía de ninguna
manera que los comparase. Él odiaba tanto a Choi Joonchae que no
podía escuchar algo relacionado con él, y menos que viniera de
Hanna. Aún no se creía como ella estaba tan tranquila, como le
seguía el juego de esa manera, de verdad que quería pensar que era
un simple actuación, ya que , si era así, después de estos dos
años le propondría para que se metiese en el mundo del espectáculo
como actriz. Porque estaba siendo muy buena. Pero algo le hacia
pensar que no es oro todo lo que reluce, y que el amor que ella
representaba podría ser el amor que un día sintió por él. Lo
quemaba por dentro, pero confiaba en que ella fuese astuta.
Llegaron al
aeropuerto sobre las nueve menos diez. El avión ya habría
aterrizado, aunque no pasaba nada que llegasen tarde, porque esas
cosas suelen llevar su tiempo. Los dos fueron a esperar a que los dos
amigos saliesen con sus respectivas maletas y preparados para pasar
unos días espectaculares. Algunas personas reconocieron a Kim
Moonsoo, pero no molestaron mucho, ya que ellos se mostraron
indiferentes, aunque tuvieron que explicar su situación a más de
una persona. Kim Hanna agradecía que nadie la reconociese y que más
de una persona pensase que era una de las asistentes de Moonsoo.
-Estoy nerviosa.- se
frotaba las manos.
-Chs, se te nota
mucho. Córtate un poco cuando lo veas aparecer.- le dijo con una
sonrisa.
-Ya, no mucha gente
sabe lo de Cris. Jebal sanchom (Por favor, tío), no se lo digas a nadie.
-Con no decírselo a
nadie, ¿a quién te refieres?- la miraba por encima de las gafas de
sol.
-Pues... lo saben
Yoona-ni y Jihoo-ya.
-Okay, entiendo lo
que me quieres decir.
-Bueno, y tú.- le
señalaba y él sonreía cómplice.
-No se lo diré a
tus padres tranquila.
-Ah, y creo que
Joonchae-a también lo sabe...- decía pensativa. Moonsoo se alarmó.
-Otteokae?! (¡¿Cómo?!)
-Es que le digo
tantas cosas para fastidiarlo, que ya ni se que le he dicho.- se
llevaba las manos a la cara.
-YA!- Hanna se
sorprendió- Me parece muy mal. ¿Qué es eso de que él lo sabe?
-Bueno, tiene una
explicación.
-¡Que explicación
ni que nada, Kim Hanna!
-No es confianza ni
nada de eso.- le intentaba explicar y calmarle al mismo tiempo.
-¡¿Confianza?!-
Moonsoo estaba apunto de empezar a hiperventilar.
-Anny. Jebal (No. Por favor), relax.
¿Cómo te puede afectar más este tema a ti qué a mi?
-YES, this is the
question, darling. WAEO? (SÍ, esa es la cuestión, señorita. ¿POR QUÉ?) ¿Le sigues queriendo?- preguntó sin ningún
reparo su tío.
-WEO? (¿QUÉ)- a Kim Hanna
solo le faltaba matarlo de verdad, por si su mirada no había sido
suficiente.
-A mi no me puedes
mentir, ¿qué te esta pasando por esa cabeza?
-¿Pero te estas
escuchando? Please, piensa antes de decir nada sobre este tema.- se
giró indignada.
Moonsoo se cruzó
de brazos. A lo mejor había dicho de más, aunque ni ella misma
sabía que estaba pasando por su cabeza, pero quería creer que no
era eso.
-¡Sofía!- escuchó
desde lejos.
-Por fin...- suspiró
aliviada al ver aquellos dos.
Fue corriendo hacia
ellos. Moonsoo la seguía pero con un paso más tranquilo y elegante,
intentando olvidar aquel amargo momento. Por lo que se colocaba su
preciado pañuelo y los saludaba con la mano. Mientras que Hanna se
lanzó a los brazos de Cris que iba a su encuentro efusivamente. Se
fundieron en un hermoso abrazo, que era cómplice de todos los
sentimientos que Hanna quería expresarle.
-Haney...- Cristian
la acercaba fuerte contra él- te he echado de menos.- una lágrima
cayó por la mejilla de Hanna. Cristian la bajó para verla mejor-
Estas guapísima.- le dio una vuelta. Hanna reía
avergonzada.
-¿Y qué? ¿Yo no
existo?- decía Alba por detrás.
-¡AAAAAAAAAH!-
gritaban a la vez.
-Me vais a dejar
sordo.- se quejaba Cris, mientras ellas se abrazaban y pegaban
saltitos.
-Tía, trabajar aquí
te va a encantar.
-Tranquila, que me
puedo hacer una idea de lo mucho que me va a gustar.- lo decía
mientras veía como Moonsoo se acercaba a donde estaban ellos. Lo
miraba de arriba a bajo.- Por favor, estoy en el cielo.
-Por dios, que pava
eres. Si ya lo habías visto otras veces.
-Ya lo sé, y no me
cansaré de verlo nunca.- Hanna y Cris se reía mientras que Moonsoo
que estaba cada vez más cerca no entendía nada.
-Mm, contrólate. Que
estas salida.- le advertía Cris mientras seguía riéndose.
-¿Cómo estáis chicos?- Moonsoo intentaba comunicarse con ellos todo lo que podía y
sabía en castellano.
-Muy bien, hacía
mucho que no te veíamos.- Cris le tendió la mano para saludarlo, lo
que Moonsoo apreció.
-Después de verte,
yo estoy mucho mejor.- Moonsoo la miró sorprendido, pero hizo como
que no había entendido aquel comentario.
-Alba, por favor.-
Hanna se llevaba las manos a la cara.
-¿Qué? Es verdad.-
buscaba la mirada cómplice de Moonsoo.
-Anda, vayámonos ya.-
decía Hanna mientras cogía una de las maletas de Alba y la
arrastraba junto a ella fuera del aeropuerto.
Cris y Alba se
quedarían en el piso que Kim Moonsoo tenía en Seúl, ya que él no
lo estaba utilizando porque estaba quedándose en casa de su hermano por
petición de Kim Beakha. En uno de sus mil y un intentos por juntar a
la familia, para que su relación no se deteriorara. Pero como
siempre, era un intento fallido más. Sobre todo por las diferencias
que habían entre ellos, y más aún en relación al contrato de Kim
Hanna, que siempre salía en cualquier discusión de los dos
hermanos.
Llegaron a casa de
Moonsoo después de pasar por algo de comer. Moonsoo fue directo a la
cocina para tenerlo todo listo y así poder disfrutar de la comida.
Los demás siguieron a Hanna, que les estaba enseñando la casa e
indicando dónde estaba todo para que tuviesen una buena estancia. La
casa de Moonsoo era grande, tenía dos pisos. En la planta baja
estaban el salón, la cocina, la lavandería y el aseo, mientras que
arriban habían dos habitaciones y un vestidor.
-Sois afortunados de
poder estar aquí.
-La verdad, la casa
es preciosa.
-Ya me veo viviendo
aquí.- fantaseaba Alba.
-No quiero... Oh por
dios. Anda, deja de soñar.
-Pero que mala amiga
eres Sofía.- todos rieron.
-De mala amiga nada,
lo hago por tu bien. Moonsoo es un mujeriego. No es para ti.
-Cambiará. Tu
tranquila, que cambiará.
-Soñar es gratis.-
la cogió de los hombros Cris mientras la empujaba hacia la planta de
bajo.
-Chicos, ya podéis
sentaros a comer.- les decía Moonsoo desde la cocina.
Se sentaron a comer
tranquilamente. La mayoría de las veces hablaban en castellano,
hasta que Moonsoo no entendía algo y les pedía que se lo dijeran en
inglés. Que era con el otro idioma con el que ellos se podían
comunicar de forma más fácil con él. Aunque conversaban entre los
cuatro, a menudo surgían pequeños grupos de dos dónde Alba
aprovechaba para conversar con Moonsoo. Se notaba desde lejos que le
gustaba, todos lo notaban. Pero entre los dos todo era muy ameno, lo
que le resultaba extraño a Hanna. Aunque ella y Cris aprovechaban
cada una de estas situaciones para acercarse y disfrutar de esos
segundos solos, aunque los dos sabían que no debían.
Al estar sentados
en el suelo Hanna se apoyó en Cris para observar la conversación
que Moonsoo y Alba tenían. Cris la abrazó. Pasaron unos segundos
hasta que Moonsoo los sorprendió.
-Vamos a ver. A mi
me parece muy bien que en un sitio cerrado hagáis estas cosas. Pero
recuerda que fuera no podéis comportaros así. A ver si voy a ser
ahora el único maduro aquí.- les reñía a la parejita abrazada
mientras se levantaba para recoger la mesa. Hanna rápidamente se
separó de Cris y suspiró.
-Lo siento.- se
dirigía a Cris.
-No, a mi no me
tienes que pedir disculpas. Y menos por esto.- le masajeaba los
hombros- Sabes que yo te apoyo en todo lo que estas haciendo.- Hanna
acarició su mano.
-¿Alguien me
explica?- Alba los miraba desconcertados.
-Te acuerdas que
siempre nos decías que por qué lo habíamos dejado, qué parecía
que estuviéramos juntos de todas formas.
-Sí, claro. Y lo
sigo pensando.
-No estamos juntos.-
Hanna se puso seria, lo que asustó a Alba- Porque yo me voy a casar
con Choi Joonchae.
-¿Con tu socio?
Madre mía, si que te lo tenías guardado chica. Por eso has montado
todo este alboroto de proyectos.- todos se sorprendieron al ver que
Alba se lo estaba tomando mejor de lo que esperaban.
-Debería habéroslo dicho hace tiempo, pero nunca me vi con fuerzas.
-Pero bueno, pero si
no es nada malo, ¿no?- miró a Cris, pero él solamente agachó la
cabeza- Vale creo que ya se por dónde va la cosa.
-No sé que lío has
montado en tu cabeza. Pero te aseguro que no es como crees.
-Los dos estabais juntos, pero ella se enamora de otro. Que pasa, que lo dejáis, pero
tú la amas demasiado como para echarla de tú vida. Por eso seguís
siendo amigos, y ella sigue confiando en ti como si estuvieseis
juntos. Peeero, ella se va a casar con otro y has vuelto a corea para
recuperarla. ¿No es así?- Hanna y Cris la miraban atónitos por la
dramática y liosa historia que su amiga se acababa de sacar de la
manga.
-Sssi... ¿puede que
sea así?- improvisaba él mientras esperaba la aprobación de Hanna.
-¿Puedes repetirlo
todo?- le preguntaba Hanna, los dos la miraron.- Es que creo que me
he perdido.
-A ver. Digamos que
es así tú historia. Pero yo no he venido a recuperarla.
-Eso espero. Porque
a ver si voy a ser yo ahora la mala amiga.- se levantaba indignada-
Hombre, imagínate. Le traigo al ex antes de la boda, y este desbarata
todos los planes. Que percal.- se iba voceando hacia la cocina con
vasos en la mano.
-Creo que ha visto
demasiadas novelas.- los dos se miraron y después echaron a reír.
-Es la mejor.
Alba fue directa a
la cocina, no podía aguantarse las ganas de reír. Tenía que
comentar con Moonsoo lo que estaba pasando.
-Que bueno.- se
reía- Soy una buena actriz. Debería empezar a dar clases de
interpretación.
-¿Qué has hecho?-
curioseaba Moonsoo.
-Es que tú eres
poco discreto. Si Hanna aún no me ha dicho nada, ¿cómo se te
ocurre reñirles en frente mía?
-¡OMG! Se me había
pasado por completo.- Moonsoo se llevaba las manos a la cabeza
mientras se mojaba la cara, ya que estaba fregando los platos.
-Que torpe.- Alba le
secaba la cara con un trapo.- Casi nos descubres.
-Tranquila. Nunca
podría delatar a mi espía favorita.- Alba le pegó una palmada en
el trasero, que hizo que Moonsoo tirara uno de los cubiertos.-
Discreción, please.
-Yes, sir.- Alba se
asomó por la puerta de la cocina para ver que estaban haciendo
aquellos dos, y así asegurarse de que no los escuchaban.- Míralos, haciéndose cosquillitas. Me gustan mucho como pareja...
-Si siguen así
alguien se va a dar cuenta. Ahora que ella se va a casar deberá de
tener más cuidado.
-Me gustaría ver la
cara de él cuando sepa que Cris es el ex-novio de Sofía. Tiene que
ser un cuadro.- se reía Alba.
-Sí. Lo malo es que
Joonchae ya sabe quién es Cris.
-¿Enserio?- le
decía Alba indignada- Y yo que se lo quería decir...- Moonsoo
comenzó a reírse.
-Que mala eres.
-¿Yo? Nunca, solo
que hubiese sido gracioso.
-Tranquila, no
disimules, yo había pensado hacer lo mismo. Lo tenía pensado desde
que me dijiste que veníais, pero mira... tenemos mala suerte.-
sonreían cómplices.
Aquellos dos
llevaban “juntos” desde que Kim Moonsoo empezó a ayudar a Hanna
con el estudio que tenía junto a Andrea, “Colorful”. Desde que
se conocieron sintieron confianza, tranquilidad y una conexión el
uno por el otro, que no sabían explicar. Era algo especial, porque
los dos comprendían que eran almas libres y que no podían atarse,
pero que cuando estaban juntos eran puro fuego. Decidieron seguir su
juego de niños escondiéndose a ojos de todo el mundo, lo que
beneficio mucho a los dos. Con el tiempo, Alba mejoró mucho su
trabajo con los consejos que él le iba proporcionando para prosperar
y ayudar a consolidar lo que hoy en día era “Colorful”. Consejos que Moonsoo intentaba darle a Hanna pero que ella no quería recibir y siempre le rechazaba, pero que si venían de Alba, era diferente. Y
Moonsoo ganó en tranquilidad porque estaba informado de lo que Kim
Hanna hacia o dejaba de hacer.
Kim Moonso
apreciaba a Hanna más de lo que ella se creía, para él más que
una sobrina era como una hija. Y juró que no volvería a dejarla
sola, ni a dejar que nadie le hiciese daño.
. . .
Era por la tarde, y
después de que Moonsoo se fuera, para sustituir a Hanna y organizar
los preparativos del casting, Alba se había dormido y Cristian y
Hanna conversaban aún en el sofá . Ella llevaba un rato rara. En su
cabeza solo habían ideas que ella consideraba estúpidas, y se las
quería decir pero se sentía que estaba traicionando a alguien.
-¿Qué tal estas?-
le cogía de la mano. Ella lo miraba de reflejo.
-No lo sé.- tenía
la mirada pérdida.
-¿Tienes miedo?
-¿Miedo?- Hanna
despertaba de su trance- ¿Miedo de qué?
-¿Tienes miedo de
sentir?- al escuchar esas palabras y notar como Cris la cogía fuerte
de la mano Hanna no pudo evitar echar a llorar. Cris la acercó a él
para abrazarla de nuevo. Ella no dejaba de llorar.- Tranquila...
sabes que a mi no me molesta saber la verdad.
-¿Qué verdad?- se
separó de él secándose con rabia sus lágrimas- ¿Eh? Lo odio
Cristian. Lo odio. No tengo otro sentimiento hacia él. Odio. Porque
por culpa suya tengo que mentir a mi gente, a mi entorno, y a todo el
mundo. Y tengo que decir que todo esta bien cuando es una farsa. Un
puto teatro que lo único que va hacer es dañarnos un poco más.
Porque él nunca va a cambiar. Porque sigue siendo un niñato
insolente que no sabe apreciar a las personas que siempre estuvieron
con él. Las personas que lo quieren y lo apoyan. Prefiere tirar por
tierra años de amistad por no madurar y pensar las cosas dos veces.
JODER.- se levantaba de la rabia, dándole una patada al cojín.
-Estas cegada por el
rencor Haney...
-¿Cegada por el
rencor? Pero es que tú no lo has visto. Sigue siendo el mismo. No ha
cambiado. Sigue haciendo caso a gente que no tiene razón, y protegiéndola sin escuchar a los demás. Haciendo caso a gente que no
vale la pena. Porque por mucho que haga o diga nunca me va escuchar.
Nunca lo hizo y nunca lo hará.
-¿Entonces quieres
qué él te escuche?
-¡Sí! Digo... no.
Quiero que escuche la verdad. Que abra los ojos y vea como son
realmente las cosas. Que madure... - Cris se acercó para acompañarla
hasta el sofá para que se tranquilizara- Ojalá pudiera volver
atrás... cambiaría tantas cosas.
-Eso no te garantiza
su amor.
-Da igual...- se
secaba las lágrimas- Yo sé que él nunca me amó y que nunca me va
amar... Yo solo quiero estar como antes... me conformo con tener a mi
mejor amigo. Solamente con eso...- ella lo miraba con los ojos llenos
de lágrimas. Su angustia y tristeza le dolían como si fuese suya.
No le gustaba verla llorar.
-Tu mejor amigo está
ahí, escondido en algún rincón de él. Solo tienes que buscarlo.-
la abrazaba.
-A lo mejor ya es
demasiado tarde...
. . .
A la mañana
siguiente Hanna miraba la puerta de casa de Choi Joonchae. Muchos
sentimientos la atormentaban. Pero solo tuvo que levantar la mano y
poner aquel código para que todos ellos desaparecieran. Cerró la
puerta detrás de ella con cuidado, pues no sabía si Joonchae estaba
dormido. Sintió como le invadía la tranquilidad y la paz, lo que le puso la piel de gallina.
-¿Hace frío?-
quería pensar.
Se descalzó con
cuidado y entró al baño. Cuando salió Joonchae que estaba allí.
-Oh, ¿estas
despierto? ¿Te he despertado?
-Annyong. (Hola)- levantaba
su cabeza algo sorprendido pero cansado- Anny, gwenchana. (No. Estoy bien)- se dirigía
a la cocina con trapos en la mano
-¿Qué haces?- lo
seguía con la mirada.
-Estaba limpiando la
habitación. Últimamente no duermo mucho. Así que aprovecho para
hacer cosas.
-Vaya...- entró a
la habitación- veo que te aburres mucho.- relucía hasta lo que no
tenía brillo.
-La que no se aburre
eres tú.- pasó por su lado.
-Weo? (¿Qué?)- preguntaba
indignada.
-Eh, anny, no me
hagas caso.
-Estaba con mis
amigos, arasseo? (¿vale?)
-Dee, nadie te ha
preguntado.- le decía con tono condescendiente mientras seguía
haciendo cosas en la habitación.
-¿Pero te estas
escuchando?- Hanna lo miraba enfadada.
-Kim Hanna.- él
también lo estaba- Vete con tus amigos. Arasseo? (¿Vale?) Ya tienes lo que
quieres. Pues vete a buscarlo. Aquí no se te ha perdido nada.- sus
palabras eran puñales para ella.
Hanna se quedó
unos segundo parada mirándolo, conteniendo todo lo que tenía dentro
y que reflejaba su mirada. Cogió la mochila que llevaba y antes de
irse se acercó a él. E intentando no llorar puedo decirle:
-Me – das – asco...- Joonchae no pudo ni respirar, esas palabras rompieron en él con
un recuerdo. Pero algo distinto a lo que él recordaba.
“-Me – das –
asco, olvídate de mí.” Solamente vino esa frase a su cabeza,
pero no sabía bien quien la decía. “¿Era Hanna-ya?”, pensaba.
-AAAAH!- escuchó
como la puerta se cerraba de un portazo- ¡No voy a preocuparme más
por ti! Maldita extranjera.- tiraba los trapos al suelo con fuerza y
se sentaba en la cama alborotando con rabia su pelo.
Hanna corría
llorando por aquel pasillo. Seguía corriendo para bajar rápido
aquellas escaleras, para llegar a la calle y poder tener algo de
aire. Siempre recordaba aquel momento y siempre lo recordaba sin
aliento. No podía respirar cuando bajaba esas escaleras, porque ese
día no recuerda respirar en ningún momento. Y seguía bajando y
bajando. Nunca acaban aquellas malditas escaleras, igual que ese
maldito día.
Abrió con fuerza la puerta y siguió corriendo hasta llegar a la calle. Pero siguió corriendo por la calle. Parecía estar experimentando ese mismo día. Corría y corría, no sabía dónde parar. Pero por desgracia algo la hizo detenerse. Tropezó con una roca. Cayó de cara en el suelo, estuvo unos segundos en la misma posición lamentándose de su torpeza. Cuando fue a moverse el dolor recorría todo su cuerpo. Se dio la vuelta y se quedó mirando el cielo. Estaba en el suelo de tierra de un parque que le resultaba familiar.
Abrió con fuerza la puerta y siguió corriendo hasta llegar a la calle. Pero siguió corriendo por la calle. Parecía estar experimentando ese mismo día. Corría y corría, no sabía dónde parar. Pero por desgracia algo la hizo detenerse. Tropezó con una roca. Cayó de cara en el suelo, estuvo unos segundos en la misma posición lamentándose de su torpeza. Cuando fue a moverse el dolor recorría todo su cuerpo. Se dio la vuelta y se quedó mirando el cielo. Estaba en el suelo de tierra de un parque que le resultaba familiar.
“-Ella o yo.- sonaba en su cabeza una voz femenina que no era la suya.
-Baekshi-ni...- Joonchae se quedó pensativo.
-Por dios. ¿Me
lo dices enserio? ¿Te lo estas pensando?- él no respondía-
Patético...- decía bajito Hanna- ¡Eligela a ella venga!- él la miró
sorprendido- Porque estas demasiado ciego como para darte cuenta de
lo sucio y rastrera que es.
-¡Kim Hanna!
-WEO!? (¡¿QUÉ?!) ¿Digo
mentiras?
-Dee! La única
sucia, rastrera y mentirosa aquí eres tú niñata. Que lo único que
has hecho siempre es intentar que Joonchae-ni se quedara sin amigos.
-Weo? (¿Qué?) Pero si ese
siempre ha sido tu plan no el mió.- las jóvenes cada veces se
acercaban más y más cabreadas.
-Omo, ¿cómo
permites qué diga eso Joonchae-ni? Estas obsesionada con Choi
Joonchae. Todos lo sabemos, pero él es demasiado bueno como dejarte
sola. Pero ya estoy cansada de que lo manipules y que lo utilices a
tu antojo. ¡Déjalo en paz! Este plan tuyo ya ha ido demasiado
lejos.
-¿Has sido tú?-
le preguntaba Joonchae furioso aunque triste.
-ANNYO! (¡NO!) Pero
como... ¿Enserio te la crees?- lo miraba a él buscando un ápice de
confianza. Pero en los ojos de Joonchae ya no había nada. Su mejor
amigo ya no estaba.
-Seguro que
convenció a su padre, y sobornaron al señor Choi para tener parte
de la empresa.- intervenía una de
las amigas de Oh Beakshi.
-¿Pero
qué locura es esa?
-Hanna-ya,
explícate.- sentenciaba Choi Joonchae. Kim Hanna lo miraba
sorprendida no sabía que tenía que explicarle, porque ella no había
hecho nada.
-Joonchae, no sé de están hablando, te lo juro...- se acercaba a él para
cogerle de la mano.
-Como
siempre, haciéndote la inocente y la niña buena, delante de él. No
ves que no vas a conseguir su amor.- se colocaba rápidamente Oh
Beakshi entre él y ella.
-Cállate de una vez víbora venenosa.- se lanzaba hacia ella mientras decía
esas palabras. La cogía muy fuerte del pelo al mismo tiempo que la
otra joven gritaba y se quejaba.
-YA!
KEUMANE! (¡ESTATE QUIETA!)- gritaba Joonchae mientras cogía a Hanna del brazo para
separarla de Oh Baekshi. Pero la separó con tanta fuerza que la tiró
al suelo.
Se
hizo un silencio en ese momento. Hanna no sentía dolor físico. Solo
estaba en shock. Pero nunca se esperaba lo que le dijo él después.
-Me
– das – asco... olvídate de mí. Ya he aguantado muchos
berrinches tuyos Kim Hanna. Kaja. (Vamos)- cogió a Oh Beakshi y se fue.”
Hanna cerró los
ojos y respiró fuerte. Igual que hizo aquella vez. Se levantó del
suelo y siguió su camino sin rumbo, sin importarle ni un poco el ir
completamente manchada de tierra. Que más daba. Se sintió como en
ese mismo instante que recordaba. Sin dignidad.
. . .
-Jeobo (Cariño), ven aquí.-
la perseguía con las maletas.
-Annyo. (No.)- decía
enfadada. Aunque su voz sonaba como la de una perrito abandonado por
lo que no podía tomarla enserio- Siempre me haces lo mismo Jihoo-ni.
En mi luna de miel también. Te vas a tener que trabajar mejor la
disculpa si quieres que te perdone esta vez.
-Araa, araa,
mianhada. (Lo sé, lo sée, lo siento)- le ponía puchero. Park Yoona le pegó en la cabeza.
-Llama a un taxi, y
lleva las maletas, palli (rápido).
-Aigooo, jeoboo. (cariñooo)- se
quejaba el susodicho.- Pero si sabes que no se pueden aplazar los
juicios.
-Me da igual. Palli (Rápido),
venga.- le ordenaba con voz de pito mientras se sentaba en una de las
maletas a esperar a que su ahora marido llamase un taxi.- Aissh,
maldito Jihoo-ni. Me va a hacer trabajar antes de lo previsto.
. . .
-¿Dónde esta?- se
movía nervioso por la habitación- ¿Por qué no me contesta al
maldito teléfono? Esta niña me va a volver loco. AIIIHS!- decía
alterado a la vez que preocupado. Se revotó y se tiró al suelo- ¿Me
habré pasado...? - pensaba mientras miraba a la puerta- Debería
pedirle perdón...
Mientras seguía en
el suelo lamentándose por su comportamiento alguien tocó a la puerta.
-¡¿Es ella?!- se
emocionó por unos segundos. Pero levantándose rápido para abrir su pensamiento cambió- Oh, se va a enterar. ¿Qué es esto de irse pegando portazos?
¿Eh?- abrió la puerta.
-OPPA!- gritaba feliz y emocionada.
-Kamjakhia! (¡Que susto!)- se
hacia hacía atrás del susto. No era Hanna, era Park Yoona.- ¿Qué
haces aquí?- ella entraba sin ser invitada tras empujarlo hacia un
lado.
-Aigoo, oppa, tu
maldito amigo que tenía hoy un juicio por la tarde y hemos tenido
que cancelar nuestra luna de miel... aish- pataleaba mientras se
sentaba en el sofá.
-Claro siéntate...-
decía bajito.
-Siempre está
igual, con sus malditas cosas de abogado perfecto.
-¿Y te sorprendes
ahora después de dos años en ese bufete?
-Anny... kunde... (No... pero...) ¿dónde esta Kim Hanna? ¿Hoy trabaja?
-Hanna... no esta...
Esta mañana hemos discutido.- se estiraba.
-YA!- le levantaba
la mano- ¡¿Qué has hecho?!
-NEGA?! (¡¿YO?!)
-DEE! Siempre eres
tú. Voy a llamarla.- buscaba su móvil en su bolso.
-Anny...- le cogió
la mano para que dejara de hacerlo- No te lo va a coger... Ya lo he
intentado yo. Lo tiene apagado.
-¿Pero se puede
saber qué has hecho para enfadarla tanto que no quiera hablar con
nadie? ¿EH? Explícate.
-¡Nada! ¡Te lo
juro!- se ponía de rodillas, pero a Yoona no le convencían sus
palabras, por lo que recibió un golpe contundente en la cabeza.- Ya!
Que soy mayor que tú.
-Pues no lo parece.
Cuando te comportes como tal, te trataré así.
-Sois igualitas...
-Calladito estas más
guapo. Aigoo... os dejo unos días solos y solo os falta mataros.
-Todo iba
relativamente bien, hasta que ha aparecido el maldito “Cris”.-
decía su nombre con asco.
-¿Cris? Nugu? (¿Quién?)
-¡El ex-novio de
Kim Hanna-ya!- la miraba alterado.
-Aaah, Crisu.- Yoona
sonreía.
-Ya. ¿Tú lo
conoces?- preguntaba curioso, y un poco furioso, aunque lo intentaba
disimular.
-Dee, siempre que
hemos ido a visitar a Kim Hanna-ah a España estaba con Cris. Es muy
buen chico.- la cara de Joonchae era un cuadro. Claramente a Yoona le
encantaba verlo así, que sufriera un poco. Y sobre todo, porque
estaba notando algo que hacía mucho que no veía en él. Los celos.-
Es muy guapo. Y muy musculoso.
-Okay, arasseo. (Vale, de acuerdo.) No
me interesa saber nada más.- se cruzaba de brazos- No me interesa lo
que haga con su vida.
-¿No te importa? Ah
pues entonces te dará igual saber que Kim Hanna-ah estaba muy
enamorada de él.
-SARANG?! (¡¿AMOR?!)- se le
escapó de la rabia.
-Dee, sarang. (Sí, amor)-
sonreía pícara por haber conseguido lo que quería.
-Oh, oh, kure (claro), mmm
me da igual. Que haga con su vida lo que quiera.- volvió a cruzarse
de brazos como si la cosa no fuese con él.
-Oppa!- lo volvió a sorprender- No seas niño. Haz las cosas bien. Da igual lo que le
hayas dicho hoy, o ella haya dicho. Los dos sois iguales. Os decís
cosas para molestaros y después os arrepentís. No lo vuelvas a
hacer, otra vez no. Mide tus palabras cuando estés celoso- él la
miró atónito “¿Yo celoso? Por favor, ¿qué dice?”, pensaba
él.- o cabreado. Araji? (¿Entendiste?)
-Ara, ara. (Lo sé, lo sé)- le decía
para que se callase, aunque lo había captado todo, pero no con
indiferencia.
-Kamda. (Me voy)
-Omo, ijen? (¿Ahora?)
-Dee, voy a ver
dónde esta nuestra pequeña rebelde. Creo que me puedo hacer una
idea.
-Dee? (¿Sí?)- se le
iluminaron los ojos por un segundo.
-Pero tú no vienes.
Te quedas aquí castigado.- sentenciaba con la voz fina pero con mano
firme. Él se volvió a sentar con pucheros.- Anniong oppa. Tto bayo. (Adiós. Nos vemos.)
Joonchae solo se
quedó callado mientras veía irse a Park Yoona.
-Aigo...- se
acostaba en el sofá- Esta chica... jiltu? Nega? (¿celoso? ¿yo?) Aigoo, ¡NUNCA!-
se levantó de repente mirando enfadado a la puerta.- Michin. (Loca)
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