Abrió
sus ojos de nuevo. Se sentía tan mal. Quería recuperar a aquella
persona de anoche y no sabía como. Ni como lo haría. Le llevó unos
segundos, pero la inspiración invadió su cabeza. Y empezó a
componer con todo lo que tenía. Pasó toda la mañana componiendo
aquella canción. Era triste, pero era sincera. Él aún no entendía
muy bien la letra que escribía, pero sentía que era lo correcto.
Que era para ella. Que ella se sentiría identificada, porque es lo
que su corazón quería transmitirle de verdad. Acabó el último
acorde de esta y algo lo interrumpió, pero no le dio importancia.
Alguien lo estaba llamando.
Cogió el teléfono
en seguida. Era su padre. Iban a tener que explicar su relación esa
misma tarde a las siete, en la agencia de “Sonf of Golden”. Lo
habían arreglado todo para que fueran los dos allí y para que
empezaran los preparativos de la boda. Boda a la cual ya le habían
puesto fecha. Sería el 8 de junio. Era todo muy pronto y muy
precipitado, pero nadie dijo que no. Todo estaba bien redactado en el
contrato. Ya no se podía modificar.
Joonchae fue rápido
a vestirse para ir a la agencia. Eran pasadas las cuatro de la tarde
y aún tenía que hablar con Kim Hanna. Kim Hanna. Le tenía que
devolver el bolso a aquella torpe descuidada, que ni si quiera se
había atrevido a reclamarlo en ningún momento. Fue a mirar su
móvil por si tenía alguna llamada importante. Su móvil tenía
clave. “¿Cuál será?”, pensó. Por suerte, en los iphones no
era necesario desbloquear el móvil para ver si había recibido
mensajes. Aunque él no lo sabía en ese momento, los dos tenían la
misma contraseña para desbloquear su teléfono. “18/04/10” la
fecha de lanzamiento del primer CD de Choi Joonchae. Joonchae se fijó
en los mensajes que tenía. No conocía a ninguno. Estaban todos en
otro idioma, pero uno lo pudo leer. Estaba en un coreano un poco
horrible, pero se entendía: "Te echo mucho de menos, tengo muchas
ganas de besarte aunque no pueda". Choi se quedó boquiabierto y
anonadado.
-WEO? WEOOOOOO? (¿QUÉ? ¿QUÉEEEEEE?)-
leyó su nombre, Cris ponía- ¿Quién coño es este tal Cris?- se
enfureció de repente y guardó el móvil con rabia.
Fue a su habitación
corriendo para vestirse. Tenía que encontrar a Kim Hanna para que le
explicase quién se supone que era ese tal Cris. “¿Y POR QUÉ QUIERE BESARTE?”, pensaba.
Se vistió de forma
arreglada con una americana negra con estampado, debajo una camiseta
blanca básica de pico y unos vaqueros negros. Iba a toda prisa en el
coche para llegar a la agencia y buscarla. Entró rápido a preguntar
en recepción. Le dijeron que seguramente se podía encontrar o en su
nuevo despacho o en el estudio tres, aunque ninguno estaba muy
seguro. Kim Hanna se movía por allí como si fuese un laberinto, ella
era la única que encontraba siempre la salida, pero los demás la
perdían siempre de vista. Prefirió ir al despacho, por si había
mucha gente en el estudio, o estaban trabajando y no quería
molestar. Aunque, de todas maneras debía molestarla, el asunto era
muy importante. Y lo de la entrevista a las siete también lo era.
Estaba muy cerca de
su despacho cuando vio salir alguien de allí. Achinó sus ojos para
visualizar mejor quien podría ser ese joven. Era Geum Jongdong.
“¿Pero qué no se cansan de estar todo el rato juntos?”, pensaba
mientras lo miraba con asco desde lejos. Jongdong no lo vio, tomó
otro camino. No sabía aún si Kim Hanna se encontraría dentro pero
no pasaba nada. Cuanto más se acercaba, más escuchaba la música
que salía de dentro del despacho. Sabía que canción era. Era
“VENUS” de un grupo llamado Shinhwa. Se escuchaba también la voz
de alguien más, que cantaba muy emocionada, imitando la voz de cada uno de los
cantantes. Joonchae dejó de escuchar a hurtadillas. Debía parar
aquel escándalo, aquella aberración para el oído humano. Y entró
de repente.
-¡Ya!- chillaba
mientras entraba en el despacho para que dejara de cantar.
-¡YAAAAA!- chilló
ella mucho más fuerte.
Pues, además del
susto tan gratuito que este le proporcionó, Kim Hanna se estaba
cambiando de ropa. Se encontraba bajándose los pantalones. Lo cual
hizo que a Joonchae se le tiñera la cara de un color rojo tomate. Y
esta subiera rápidamente su pantalón.
-MICHOSS!? (¡¿ESTÁS LOCO?!)-
gritaba ella enfadada.
Él nervioso y
avergonzado cerró la puerta para que nadie más la pudiese ver,
actuaba muy nervioso y torpe. Se tapaba la cara. La volvía a mirar.
Se quejaba. Se volteaba.
-¿¡Pero qué haces cambiándote aquí!?- le decía alterado.
-¿¡Y tú por qué
no llamas antes de entrar, PERVERTIDO!?
-¡Ya!- se volvió a
girar. Kim Hanna se estaba colocando torpemente el pantalón en la
silla.- Omo.
-¡YAAA!- se subió
rápido el pantalón y le arrojó lo primero que encontró por la
mesa del despacho.
-¡Que me das,
michin (loca)!
-¡Es lo que
pretendo, PERVERTIDO!
-AIS...- la miró
con rabia y se cruzó de brazos. Se dio cuenta de que llevaba su
bolso.- Ya. Toma tu estúpido bolso.- se lo lanzó.
-Eish.- lo miró
ella con asco- ¿No sabes dar las cosas bien?
-¡¿Pero si eres tú
la primera que va tirando proyectiles por ahí a la gente?! Omo.
-Shut up. Yo no voy
entrando donde no me llaman, sin tocar a la maldita puerta.- le decía
señalandole con el dedo enfada.
Mientras, miraba lo
que había en el bolso. Cogió su móvil. Joonchae la miraba atento
con cara de pocos amigos. Ella entraba para revisar todos los
mensajes.
-Ya, ya. Ahí tienes
tú estúpido móvil, con tus estúpidos mensajes, de tu estúpido
amigo...- decía entre dientes mientras se emparejaba la chaqueta.
Hanna le volvió a tirar otro proyectil. Esta vez acertó en su
cabeza.- ¡Ya! Kumanee! (¡Para!)
-Ya...- lo miró
desafiante- ¿Has mirado mis mensajes?- el abrió sus ojos
sorprendido, y después intento disimular.
-Anny, annyo...(No, no...)-
miraba a otro lado. Ella iba acercándose poco a poco. Él retrocedía
hasta que se topo con la pared.
-¡YA!- Joonchae
pegó un salto asustado chocándose otra vez- ¿Quién te crees para
mirar mis mensajes? ¿EH?- Kim Hanna en ese momento le daba mucho
miedo, pero ella no lo podía notar.
-Y... y... ¿y tú?-
le empujó con el pecho- ¿Qué... qué haces ligando por ahí?- dijo
nervioso, casi tartamudeando, pero cabreado. Ya se lo había dicho.
-WEO? (¿QUÉ?)- Hanna lo miró
aún más cabreada.- ¿Qué hago qué?
-Pue... PUES...- lo
ojos penetrantes de Hanna lo observaban con rabia- ¡YA! ¡¿Por qué
alguien te quiere besar?!
-WTF?! ¿BESAR?
-¡DEE, DEE! Kissu.-
se cruzaba en jarras mientras su mirada era de un loco celoso. Hanna
empezó a reír sin control alguno. Su carcajada se escuchaba fuera de
aquel despacho y retumbaba las paredes.- Ya...- la miraba extrañado-
Ya, Kim Hanna-ya. Respondeme.- le decía, pero esta seguía con su risa.
No podía parar de reír.- Yaaa.- la cogió por los brazos. Hanna
seguía riéndose sin hacerle caso.- ¡KIM HANNA!- esta paró en seco
su risa, lo que asustó más aún a Joonchae.
-Eish... Si estas
celoso no es mi problema, arasseo? (¿Vale?)
-ANNY! Annyo. (¡NO! No.)- la
soltó bruscamente.
-El mensaje que has
leído era de mi ex-novio.- se colocaba las gafas.
-¿Ex... novio?- lo
miraba atónita.
-Sí. ¿Qué pasa?
¿Una no puede relacionarse con nadie?- se giró para terminar de
ponerse las lentillas. Joonchae se sentía muy tonto en ese momento-
No todo el mundo me odia como tú.- la miró dolido. “¿La odio?”,
pensaba él.- Algunos me quieren por como soy.
-¿Cómo alguien va
a querer a alguien tan desastre?- se intentó defender. Ella le
volvió a tirar otro proyectil- KUMANEEE! (¡QUE PARES!)
-¿Por qué te duele
tanto aceptar qué alguien me quiere besar?- Joonchae se ruborizó.
Ella se lo decía simplemente para fastidiar, porque no creía que
realmente a él le importara siquiera si a ella le pasara algo.
-Anny-a... A mi me
da igual. Me da completamente igual.- se giró para que ella no notara su
nerviosismo. Aunque ni el mismo sabía porque sentía todo aquello.
¿Estaba celoso? ¿Le daba igual? “Dee, dee, me da igual, me da
igual.”, se repetía en su cabeza.
-¡Pues sal de mi
despacho!
-¡Ya! Deja de
chillarme y vístete. Que pareces un vagabundo. Si vas así vestida
normal que dude de que te pueda querer alguien.
-¡PUES SAL DE MI
DESPACHO PERVERTIDO!- le volvió a chillar otra vez con el bolso en
la mano en señal de que se lo iba a lanzar.
Joonchae asustado
salió corriendo de allí. Se escuchó como el bolso chocaba contra
la puerta cerrada.
-¡Salvaje!- asomó
de nuevo la cabeza para provocarla. Esta volvió a tirar otra cosa,
pero le dio tiempo a cerrar.- OMO. Michin. (Esta loca)
-MICHIN. SI NO SALE
DE MI DESPACHO COMO PIENSA QUE ME VOY A CAMBIAR DE ROPA.- se le
escuchaba gritar a Hanna desde dentro del despacho.- Y ENCIMA HA SIDO
ÉL EL QUE ME HA INTERRUMPIDO PRIMERO. MALDITA RUBIA OXIGENADA.-
Joonchae se llevó la mano a la cabeza indignado y salió de allí
hasta la sala de juntas dónde se celebraría la entrevista.
Ya eran las siete
menos cinco y no se habían parado a hablar tranquilamente sobre lo
que iban a decir en la entrevista. Porque cada vez que se veían
siempre estaban igual. Se peleaban por lo que fuese. Joonchae se
paseaba intranquilo por la habitación contigua a la sala de prensa
esperando a que ella entrara por la puerta. Alguien abrió. Miró
fulminante la puerta, pero su expresión cambio al instante. Hanna
entraba decidida, con el pelo algo alborotado y un vestido blanco
ceñido hasta la rodilla, que marcaba toda su esbelta figura. Iba
ahora más maquillada y sin las gafas. Con los ojos bien arreglados y
unos labios rojos que destacaban sobre todo lo demás. Joonchae,
después de quedar boquiabierto, cruzó un instante sus ojos con
ella.
-No la cagues.- le
dijo ella sacándolo del trance.
-¿Estáis ya?-
entró unos segundos más tarde Kim Moonsik.
Hanna asintió con
la cabeza, y su padre le indicó el camino. Al ver que Choi Joonchae
seguía en su mundo de pensamientos lo cogió de la mano arrastrándolo hacia la rueda de prensa. Cuando cruzaron las puertas
los curiosos periodistas, que allí se encontraban, comenzaron a
sacarles fotos. Los dos se sorprendieron. Pero aún de la mano,
siguieron hasta llegar a la mesa dónde tendrían lugar las
preguntas. Todas aquellas fotos estarían dentro de unos minutos en
las redes sociales, en todo internet, y más de uno se llevaría una
sorpresa con las noticias que estas anunciaban.
Se sentaron, pero
antes Hanna le soltó la mano. Él se sintió extraño y la miró.
Ella se estaba colocando bien en la silla, y cuando terminó lo miró. Se sorprendió al ver su cara de perdido. Un flash la hizo reaccionar, y le sonrió dulcemente. Aunque no le sonreía a él.
Sonreía a la cámara que tenía delante de ella, y se giró para que
esta pudiera tomar otra perspectiva de la pareja. Joonchae seguía
desconcertado. “¿Por qué está tan segura? Cuando lo hace parece
tan real...”, pensaba.
-Una foto de
pareja.- dijo uno de los periodistas que se encontraban en la sala.
Lo que hizo que Joonchae reaccionara. “No es real. Es un papel.”,
se decía.
-Dee.- dijo con una
sonrisa complaciendo a los periodistas.
Joonchae se acercó
a Hanna apoyando su cabeza en la de ella, mientras cerraba sus ojos y
sacaba una dulce sonrisa poniendo a la vez sus dedos en “V”, cómo
siempre hacía. Ella se estremeció, pero reaccionó dándoles a las
cámaras su mejor sonrisa, y cogiendo dulcemente con su mano
izquierda la cara de Joonchae. Nadie pudo olvidar esa imagen desde
entonces. Hicieron varias fotos más y empezaron a entrevistarles.
-¿Cuándo os
conocisteis?- comentó uno de los periodistas. Los dos se miraron.
¿Quién debía responder?
-Kunde...(Pues...)- dijeron
los dos.
-Omo, a los dos les
interesa la pregunta.- dijo de nuevo el periodista, y la sala comenzó
a reír.
Ellos sonrieron
también algo incómodos. En verdad, no era para nada eso.
Simplemente no habían preparado nada. Iban más perdidos que un
pollo sin cabeza. Hanna abrió sus ojos para darle pasó a que él
contestara.
-Kunde... Nos
conocemos desde que Kim Hanna-ya tenía tres años. Que fue cuando llegó
a Corea.- se hizo revuelo entre los periodistas.
-¿Tenéis una
relación desde entonces?
-Annyo! (¡No!)-
contestaron de nuevo los dos, ahora muy alarmados. La sala se echó a reír de nuevo.
-Parece qué estáis muy compenetrados.
-Nuestras familias
son muy cercanas. Desde que me adoptaron siempre hemos estado juntos.
Como amigos.- remarcó.
-¿Usted es
adoptada?
-Dee... Creo que se
nota un poco.- dijo sarcástica. El periodista se disculpo y
prosiguió.
-Quería decir... cuéntenos algo más.
-Mis padres me
adoptaron en España. Mi madre creyó conveniente adoptar a alguien
de otra nacionalidad, para que supiera en todo momento que no
importaba lo de fuera, sino lo que yo llevaba por dentro. Por eso me
siento coreana y española al mismo tiempo.
-Aunque eso también
le trajo muchos problemas de pequeña...- soltó Choi Joonchae
creando curiosidad entre los periodistas. Ella lo miró atónita.
-¿Tuvo una infancia
difícil?
-Annyo. Kunde...(No. Pero...)- lo
miraba enfadada.- Todos hemos pasado por malos momentos. Pero eso
siempre nos hace más fuertes.
-Estaba siempre pelándose. Tooodo el rato. Siempre la tenía que estar sacando de
todos los apuros.- comentó él chistoso.
-¡Ya!- se giró
ella a mirarle. “JUGULE (ESTÁS MUERTO)”, decían sus ojos. Los periodistas se
asustaron, pero rieron al mismo tiempo.
-Vemos que tienes
mucho carácter.- Hanna se llevó las manos a la cara avergonzada, y
pidió perdón con una reverencia.
-Demasiado.- le
acariciaba Joonchae la cabeza a Hanna, mientras ella por dentro lo maldecía.
-Ahora nos hacemos
una idea de qué pasó en el aeropuerto de Incheon.- dijo un
periodista gracioso.- ¿Una pelea de pareja?
-Dee, dee.- contestó
Joonchae muy rápido.- No me avisó de que llegaba a Corea ese día.
Yo estaba allí recogiendo a un amigo. Cuando la torpe de Kim Hanna-ya se chocó conmigo, y me tiró todo el café que tenía en la camisa.-
todos echaron a reír. La única que no se reía era ella, que
solamente hizo una sonrisa de asco hacía él.
-Sí, una que no
puede dar ni una sorpresa a la gente.- lo miró con desprecio.- Pero
que conste, que tú tampoco colaboraste en el cabreo del
aeropuerto.- sonrió a los periodistas.
-Perdona si
reaccioné como cualquier persona lo haría.- le contestó con la
misma sonrisa falsa. Los dos se miraron.
-Entonces, ¿cuándo
empezasteis a salir oficialmente?- prosiguieron.
-¿Oficialmente?
Oficial, oficial, ayer.- dijo una sincera Kim Hanna. Todos se quedaron
raros.
-Pero...- le decía
Joonchae.
-Pero, peeeero...
nosotros empezamos una relación hace...- lo miraba dubitativa- seis
meses.- lo miró como que no sabía que responder.
-Dee...- “¿Pero
qué coño estamos haciendo?”, se preguntaban los dos.- Pero... No
nos hemos podido ver mucho.
-Digamos que...
nosotros hablábamos aunque yo estuviera en España.- se miraban los
dos y asentían aprobando la historia del otro.- Y un día...-
gesticuló con las manos efusivamente y se quedó callada. Él la
miró.
-Y un día... weo? (¿qué?)-
le sonrió, tenía ganas de saber que iba a inventar esta vez.
-Pues... me dijo que
quería estar conmigo.
-¿Y ya?- preguntó
él serio.
-Me dijo que me
amaba demasiado como para dejarme ir otra vez.- ella lo miró
convencida de su historia, y él la miró con repelús y rabia.
Expresión que tuvo que quitar.
-Dee, dee. La quiero
taaaaanto.- la abrazó con fuerza, tanto que casi la deja sin
respiración.- Nae ma-um. (Mi corazón)
-Omo, littel dino.-
le pellizcó en la pierna para que dejara aquel abrazo efusivo a la
vez que mortal.
-¿Cuánto tiempo
estuviste viviendo en España?- le preguntaron a Hanna.
-He estado viviendo
allí ocho años más o menos. Me fui muy joven para aprender Español
y audiovisual, pero sobre todo fotografía. La verdad es que estuve
todo el tiempo estudiando. Aún con la pequeña empresa que monté
con una amiga, lo demás ha sido todo el tiempo estudiar.- Joonchae
puso atención a lo que ella contaba con tanta pasión y delicadeza.-
Disfrute mucho de España. Lo voy a echar de menos...- él la miró
triste. “¿Qué echará de menos? ¿A quién?”, pensaba él.
-¿No piensa volver
a España? ¿Eso es por qué tiene compromisos aquí en Korea?
-Mmmm, mollao. (No lo sé) Algún
día me gustaría volver... pero ahora es imposible. Dee, digamos que
tenemos un gran compromiso entre manos.- todos los allí presentes
empezaron a murmurar de nuevo.
-¿Juntos? ¿Habrá
boda?- toda la sala que estaba llena de periodistas empezó a
alterarse. Y ellos dos se miraron sorprendidos. ¿Lo podían decir?
-Dee...- dijeron a
la vez avergonzados. Todos empezaron a murmurar otra vez.
-¿Cuándo será?-
preguntaban ansiosos.
-El ocho de junio.-
dijo una Kim Hanna decidida.
Era de lo único
que se acordaba de ese maldito contrato, ya que sería el mismo día
que llevarían a WORLD al mundo. Todos los periodistas estaban
emocionados e impactados por la respuesta.
-Puede parecer un
poco pronto... pero nosotros lo preferimos así. Son muchos años los
que hemos estado juntos, como amigos o no. Lo único que nos importa
es estar juntos.- había vuelto otra vez el Joonchae lerdo que no
tenía palabras para contestar a todo lo que ella estaba soltando por
esa boca.
Él todavía no
podía creer lo buena que era como actriz. Todos la creían con
facilidad. Sus ojos de verdad que trasmitían ternura y amor. Un amor
que parecía verdadero. Hasta a él mismo le confundía la mayoría
de veces. Algo vino a su cabeza. “...saranghae...”, recordaba lo
que Kim Hanna dijo cuando dormía en su cama. “¿Esta enamorada de
verdad? ¿De quién?”, se preguntaba curioso y triste.
-Una última
pregunta.- Kim Hanna asintió con la cabeza- ¿Entonces pensáis vivir juntos?
-Ya estamos viviendo
juntos.- sentenció ella.
Él volvió de su
inopia bruscamente. Sus ojos parecían que iban a salirse de sus
cuencas de un segundo a otro. Pero no dijo nada. No podía
contradecirla en esos momentos.
. . .
Abrió la puerta
con fuerza. Se quitó los zapatos muy rápido y fue directo al sofá.
Se lanzó con fuerza y comenzó a chillarle a uno de los cojines y a
patalear con rabia.
-Ais... ¿no vas a
parar? Ya te he dicho que lo siento... Estaba tan metida en el
papel.- decía mientras arrastraba su maleta dentro del piso. Él
levantó su mirada y la fulminó con ella- ais... mianheyo...
Kunde... (Lo siento... pero...) ¿acaso crees qué yo quiero vivir contigo? ¿Eh? Annyo.
Siro, siroooo. (No, no quiero, no quierooo)- se cruzó de brazos.
Kim Hanna se sentía
incómoda. No sabía dónde meterse. Todo esto había sido culpa
suya. Ahora le tocaba vivir con él antes de tiempo, y todo por
contestar sin pensar. Se pegaba golpes el la cara. Intercalaba entre
la cabeza y la boca, maldiciendo lo que había hecho.
-Ais, michin. (Loca)- se
sentó en el sofá.
-¡Ya!- le gritó.
Lo que provocó que se levantara del sofá.
-Ais, me has
asustado. No te lo decía a ti, rey del camino. Eis... Ottokhae...? (¿Qué hago...?)-
pataleaba.
A los dos le vino
la imagen de Kim Moonsik. “Todo lo que habéis dicho tenéis que
mantenerlo. No vale ir de locos y decir lo primero que se me ocurre.
Que por lo que he podido ver, es lo que ha pasado ahí.” Los
dos se miraron con cara de perrito abandonado. Joonchae se llevó las
manos a la cabeza y fue a buscar un poco de agua para refrescarse las ideas. Ella seguía con la misma expresión. Él decidió irse a
su habitación. La única habitación de toda la casa. Y cerró de un
portazo detrás suyo. Ella se sobresaltó.
-Omo, michin,
michin.- alzó su puño- Cómo si él hubiese dicho algo...
Kim Hanna miró a
su alrededor. Se sentía incómoda. Incluso más que cuando salió
corriendo esa misma mañana. Se cruzó de brazos, y se sentó en el sofá esperando a que Joonchae saliera de la habitación. Miraba su
maleta. La observaba.
-¿Y dónde voy a
dejar mi maleta? Omo... ¿dónde voy a dejar mis cosas? OMG! ¿Dónde
voy a dormir?- miró el sofá de reojo.
Se acercó poco a
poco a la puerta de la habitación. Estaba dubitativa. ¿Debía o no
entrar? Tocó suavemente. Nadie contestó, así que decidió abrir
poco a poco.
-Joonchae...- nadie
le contestaba- Choi Joonchae...- seguían sin contestar- ¿Estas
dormido?- decidió abrir del todo la puerta.
Estaba tumbado en
la cama. Daba vueltas de un lado para otro. Él cerraba los ojos con
fuerza mientras se intentaba tranquilizar con la música que se había
puesto. No la llegó a escuchar debido a que tenía los cascos. Hanna
al percatarse de que los llevaba se acercó poco a poco y tocó su
pierna.
-Jogi... (Disculpa...)
-¡AAAAAAH!- comenzó
a gritar Joonchae del susto que le había propiciado Hanna. Ella se
echó hacia atrás asustada.- WEO? WEO? WEOOOO? (¿QUÉ? ¿QUÉ? ¿QUÉEEE?)
-Anny (Nada)...
-Weo?! Wae? Bara,
bara. (¡¿Qué?! ¿Por qué? Dilo, dilo)- se quitó los cascos y se levantó de la cama.
-Jogi... ¿dónde
voy a dormir yo?- Joonchae se tiró de espaldas en la cama y se puso la almohada en la cara para poder chillar. Kim Hanna lo miraba
asustada. Dejó de repente de gritar y apartó la almohada.
-Ya... Duerme en el
sofá.- sentenció.
-Weo? Annyo. (¿Qué? No.) Duerme
tú.- le desafió.
-¡Esta es mi casa!
-¡Y a mi me da
igual! Se un caballero y ve a dormir tú al sofá.- le señaló la
salida.
-ANNYO!(NO) ¡Esta es
mi cama, MI CAMA TE DIGO!
-Ais. No se puede
hablar contigo.- lo miró con asco- Ya, ya, y si...
-¡Y si nada! ¡Tú
al sofá!
-Kunde, ¿y sí
separamos la cama? ¿mm?
-¿Y si te vas a
dormir al sofá?
-Aigooo, mira
hombre.- puso la almohada en la mitad de la cama.
-Ni miro ni nada.
Estate quieta.
-Pero así tú
tienes tu mitad y yo la mía.
-¡Que no!- la
empujaba hacia la salida.
-Aigoo, jeeeeeebal.(por favoooor)-
Hanna se escapó y se lanzó sobre uno de los dos huecos que había
hecho en la cama.
-¡Ya! ¡Levántate!
¡Ahora mismo te digo!
-Annyo! Siro! (¡No! ¡No quiero!)-
Joonchae empezó a estirarle de la pierna.
-¡Que te muevas!- ejercía fuerza.
-¡Siro, siro,
sirooooo! (¡No quiero, no quiero, no quieroooo!)- ella se agarraba fuertemente al colchón.- Omo. Lo acabo
de manchar de pintalabios. Mianhae. (Lo siento)- Joonchae agotado por todo
aquello la soltó con fuerza.
-No puedo contigo.-
se tiró al otro lado de la cama. Se hicieron unos segundos de
silencio.
-Mianhae (Lo siento), mañana lo
lavo.- dijo con voz tierna.
Él solo puedo
responderle con un gruñido. Kim Hanna se colocó en la cama,
cogiendo la posición con la que iba a dormir. De repente se levantó.
Fue al baño a quitarse el maquillaje y las lentillas. Cuando entró
en la habitación se había cambiado de ropa y se volvió a acostar
otra vez en la cama. Él levantó su cabeza. Llevaba un pijama
diminuto para el frío que hacía pensaba. Se dio la vuelta, dándole la espalda.
-Gomawo. (Gracias)- le dijo
ella.
-Ya. Cállate.
Intento dormir.
-Estúpido...
-Te he escuchado.
-Dee, eso quería.-
se hizo de nuevo un silencio. Los dos seguían con los ojos
abiertos, muy incómodos por aquella situación.
-¿Me llamaste
“littel dino”?- se levantó mirándola muy extrañado aún por la
entrevista.
-Aigo.- Hanna lo
miró atónita- Duérmete ya Joonchae-ah.- apagó la luz.
-Sirooo! (¡No quiero!)
-Ulgima (No llores). Duérmete.
Comentarios
Publicar un comentario