Se sentía una brisa
suave con aroma natural por todo aquel paraje. La barca en el agua,
firme y lenta, seguía el curso que marcaba el guía. No había otro
sitio igual para concebir la calma y la tranquilidad. Hasta la
naturaleza se puso de acuerdo para que aquel viaje fuera perfecto.
La pareja se
abrazaba muy fuerte, reflejando en cada gesto todo el amor que
sentían el uno por el otro, sin recurrir a las palabras. Pero dentro
de ese gran momento de paz, amor, serenidad y otras muchas
sensaciones, había un problema.
-Omo, omo, omo...
JiHoo-nii, jebal, jebal. (por favor, por favor)- se tapaba la nariz.
-Chs, chss, YooNa
amu maldohaji ma jebal. (No digas nada, por favor)- le tapaba la boca.
El guía, al frente
de la barca, los miraba un tanto insólito. Pues la pareja hacía
menear la barca con sus continuos movimientos.
-Omo,-la cogía Kang
JiHoo- es insoportable.- le venían arcadas.- ¿Qué has comido?
-Amugeodo amugeodo,
yasokhae.(Nada, nada, te lo prometo) Mmm, para de moverte, jeebal. (por favor)
Ella consiguió
deshacerse de aquel abrazo infernal, que más que intentar que dejara
de decir una palabra, la ahogaba aún más, porque aquel olor
nauseabundo perseguía a JiHoo a donde fuera.
-Aiiigo, okay,
okay...- se colocó la ropa.- ¡Pero no lo vuelvas a hacer!-
dictaminó.
-Dee, dee, ...
mianhae-o jeobo. (Lo siento, cariño)
Terminaron el largo
y grato paseo por aquel hermoso paraje de Sri Lanka. Y continuaron la
noche, su primera noche, en el restaurante del hotel donde estaban
alojados.
-YooNa.- ella lo
miró ojiplática y con una gran sonrisa.- kumane, jogi... (para, oye...) te
tengo que decir una cosa que me dejó muy intranquilo la última vez.
-Mmm, wae kure
jeobo? (¿qué pasa cariño?)
-Te acuerdas que
antes de irnos hacia el aeropuerto estuve hablando con Lee KiBum.
-Dee... ¿Y qué
pasó? Estuvisteis mucho rato hablando los dos solos.
-Me dijo algo que
fue raro... como que no se sentía cómodo con la situación en la
que estábamos ahora.
-¿Quién?
¿Nosotros?
-Eh? Annyo (No)... El
grupo.
-Mmm... ¿No será
por Kim Hanna?- JiHoo alzó sus hombros un poco en señal de no saber
muy bien lo que le quiso decir su amigo.- Puede que sea por lo de la
boda, o porque JoonChae y él discutieron en la comida... mullao... (No lo sé...)
-Y también me habló
de un mensaje... no se a que se refería.- jugaba con el tenedor y un
trozo de carne del plato.
-¿Mensaje?
Mensaje...- a YooNa no le hizo falta mucho tiempo para tener una
ligera idea de lo que había pasado, aunque solo era una suposición.-
Jeobo, jeobo, ¿qué te dijo oppa respectó al mensaje?
-Mmmm... Pues, me
dijo si habría que celebrar otra ceremonia pronto, y yo me quedé un
poco asustado, por lo de Hanna, claro, y le solté que tendríamos
que celebrar el cumple de JoonChae cuando estuviéramos todos, a parte
de la fiesta de mañana.
-¿Otra
ceremonia?... Kang JiHoo...
-Dime.
-Déjame tu móvil un
segundo.- JiHoo le dio el móvil, y se puso a buscar entre los
distintos mensajes que había mandado el día de la barbacoa.- Jeobo!- se sobresaltó JiHoo.
-Weo? (¿Qué?)
-Chaj-a bwa! (¡Mira!) Te
equivocaste al mandar el mensaje.- JiHoo se llevó la mano a la
cabeza.- aiigoooo, si lo sabía, no te puedo dejar las cosas a ti.
-Omo... Mianhae-o
Yoona... (Lo siento...) Me equivoque... como los tengo con nombre parecidos.- "Tonto
uno" y "Tonto dos".- Debí de darle a los dos a la
vez... Sorry?
-Sorry? SORRY?-
YooNa comenzó a pegarle en medio del restaurante.- Aigooo.
-Omo, nae salang,(mi amor) aigo, ouch, ouch...
. . .
Bajó del taxi como
si hubiese llegado al peor destino del mundo, y aunque desde pequeña
le encantó ese sitio, ahora no lo podía mirar con otros ojos,
porque dio la casualidad de que él la estaba esperando en la misma
puerta.
-Buenos días.- dijo
intentando ser un poco cortes.
Ella se quedó a
escasos metros de él, y bajando sus gafas, para poder verlo mejor,
lo examinó de arriba a abajo. Con un pantalón pitillo vaquero, muy
normalito, vestía una camisa de rayas ancha, acompañada de una
cazadora y sus siempre preciadas gafas.
-¿Qué eres un
detector de seguridad?
-Déjalo, JoonChae,
tus comentarios no son graciosos.
-Habló la que tiene
el máster en el club de la comedia.
-De... de verdad,
que me minas la moral de buena mañana...- le recriminaba mientras
visualizaba a JongDong correr cual condenado hacia ella.
-Hanna-shi, Choi
JoonChae-shi, la reunión es dentro de cinco minutos...- les comunicaba
sofocado- la han debido de adelantar.- se colocaba las gafas.
-WEO? (¿QUÉ?)- dijeron a la
vez mirando a JongDong desafiantes. JongDong se asustó, los dos
tenían la misma cara de locos.
Los tres comenzaron
a avanzar hacia la sala de juntas lo más rápido posible.
-Creo que alguien ha
solicitado que cambiaran la reunión.
-Omo, de verdad, si
no llegamos a estar temprano en la empresa todo el proyecto y la
presentación...
-JoonChae.- dijo
seria- ¿Viste la presentación que te pasó JongDong?- él asintió
con la cabeza- Pues por favor... no la cagues.
No sabía que
responderle, parecía que era la semana de quedarse en blanco con los
comentarios de Hanna. A lo mejor todavía estaba abrumado por su
llegada.
-Confió en ti
JoonChae-ah.- o a lo mejor era que todavía no sabía como sentirse con
su presencia.
Llegaron como
pudieron a la puerta de la sala de juntas, tomaron aire durante unos
segundos y decidieron entrar con el fin de llevar a cabo su
sueño.
-Detrás de estas
puertas puede estar mi sueño.- miraba perdida Hanna la manivela de
la puerta.
-Fighting!- le
animaba JongDong con una gran sonrisa.
Hanna lo miró
asustada, y se centró otra vez en la manivela, hizo amago de cogerla
y abrir, pero JoonChae se le adelantó y abrió la puerta con la mano
izquierda mientras que con la otra la arrastraba a ella hacia el
interior de la sala. Todo aquello creó una sensación extraña en el
interior de Kim Hanna, ¿era seguridad?, ni ella misma lo sabía.
Entraron los dos a
la vez, debido al atrevimiento de Joonchae, y detrás de ellos un
asombrado y un tanto boquiabierto JongDong, que miraba descarado el
brazo de Joonchae. Aunque aún más asombrada y asustada resultaba
estar Kim Hanna, que cuando supo reaccionar se dirigió rauda hacía
la mesa, dejando atrás a JoonChae, a lo que había sucedido, y a lo
que pensaba o creía ella que desgraciadamente había sentido.
JongDong fue a su
lado rápidamente y le estiró de la camisa como llamando su
atención, ella le apartó la mano en señal de que no quería saber
nada.
-Concéntrate.- le
dijo flojito mirándole con los ojos muy abiertos. JongDong se mordía
los puños de la rabia.
En frente suya,
mientras tanto, se encontraban tres de los socios de SONS OF GOLDEN,
más importantes, y recorriendo toda la mesa otros muchos más
socios, varias personas de CJS Entertaiment, el padre de Choi
JoonChae y el padre de Kim Hanna. Solo faltaba una persona. ¿Quién?
¿Y dónde estaba?
De repente la
puerta principal de la sala de juntas se abrió de par en par,
provocando el giro de cabezas instantáneo de todos los allí
presentes.
-Gooooooooooood
Mooorning!- se le escuchaba gritar a un tono medio, su siempre y
característico tono; al individuo que ocupaba la puerta con los
brazos estirados y la cabeza agachada.
La mayoría de las
personas reaccionaron de asombro, solo tres de ellas, quienes lo
habían reconocido a la primera tenían cara de vergüenza ajena. El
individuo ruidoso llevaba unos mocasines marrones, que siempre
prefirió llevar sin calcetines; unos pantalones de pinza azul
marino, con un toque muy delicado de una especie de purpurina; una
camisa blanca con algunos bordados en azul, y un horroroso pañuelo
de colorines, que le regaló su sobrina cuando era pequeña. Así
que, a parte de ruidoso, también se le consideraba una persona un
tanto llamativa, y ya no solo por su forma de vestir; era todo él el
que llamaba la atención.
Levantó
su cabeza cual anunció de "pantene",
con una visión de él a cámara lenta. Se quitó las gafas
rápidamente; era un "sex-symbol" en potencia, pero ninguno
de los presentes, que lo conocían desde hace muchos años, lo iba a
admitir. Conforme se quitó las gafas las dejó caer al suelo. Al
segundo, una muchacha las cogió antes de que estas lo tocara. Más
que una simple secretaria, eran dos, dos despampanantes modelos, las
personas que lo acompañaban. Eran altísimas y delgadas, las dos
vestidas iguales, con un recogido alto, la única diferencia, su
nacionalidad.
Cada vez más
abrumados, y más avergonzados los presentes, se acomodaban en sus
sillas esperando a que acabará su numerito.
-Ooh! Bienvenidos,
bienvenidos, y muchas gracias por no quejaros de mi cambio de horario
tan taaan repentino.- caminaba hacía su asiento mientras los
murmuros de la gente se iba haciendo más notorios.- Espero que esas
miradas sean de cariño, y los murmuros palabras bonitas, si no... no
entendería porque lo estáis haciendo.
-¿Este hombre es
real?- le comentaba flojito JongDong a Hanna.
-Sí, ya lo se, a
veces tiene una hostia en la cara.- respondía ella, lo quería matar
en ese mismo momento, saber que él había sido el culpable de ese
cambio de horario le enervaba aún más.- Maldita diva...
-Please, accionista
Geum YooNa si me sigue mirando así voy a tener que besarla.- le dijo
a una de las accionistas más importantes, cuya edad sobrepasaba los
sesenta.
La mujer apenada no
sabía como reaccionar de tanta indignación que llevaba dentro.
-Pero hay otras
veces que se merece un gran aplauso.- sonreía Hanna con el
comentario de dicho individuo.
-Pido disculpas.- se
levantó Kim MoonSik.
-¿Disculpas?- se
dio por aludido.
-Annya, annya, (No, no,) siéntate, Kim MoonSik-shi. Ya conocemos de sobra a Kim MoonSoo-shi. Podemos
comenzar la reunión cuando deseéis.
-Jaesuneo(Lo siento)...- dijo
bajito desde su sitio. Era una diva, pero siempre debía respetar a
sus mayores. Kim Hanna echó a reír.
-Patético.- dijo
ella con una sonrisa.
Kim MoonSoo la
buscaba desesperado por toda la sala, hasta que la encontró a tres
asientos más hacia su derecha frente a él. Sus cejas se levantaron
con asombro, y le dedicó una sonrisa ladina para sacarle otra a
ella. Pero lo único que salió de ella fue escribirle en una hoja:
"Fuck You". Lo cual él respondió alzando sus manos en
forma de corazón. JoonChae sin ton ni son paró las miradas entre
ellos cogiendo de la mano a Hanna.
-Parar.- le dijo al
oído.- Lo último que quiero es que nos vean inmaduros y echen para
atrás todo lo que has conseguido.
Hanna admiró su
comportamiento, a la vez que le repateaba lo que le había dicho.
Tenía razón, pero siempre que estaba MoonSoo delante era imposible
no captar su esencia idiota de diva malcriada. En cambio, a MoonSoo
no lo hizo gracia esa falta de respeto, según calificó en su mente.
Lo miró fulminante de abajo arriba, hasta darse cuenta de quien era.
Tapó su boca del asombro. "Lo último que me faltaba. ¿Y
encima la esta tocando? ¿Es una broma?", pensaba el preocupado
Kim MoonSoo, que durante toda la reunión no le quitó ni un ojo de
encima a Choi JoonChae. Corriendo cogió su móvil, mientras Kim
MoonSik daba comienzo a la reunión, señalando los puntos claves de
esta, y presentando como es debido a los dos nuevos integrantes, cada
día más y más importantes en la empresa.
Cogió el móvil
para enviarle un mensaje a Hanna.
"-Extranjeraaaaa!!!!"
- decía uno de los primeros mensajes.
MoonSoo no vio
respuesta por parte de la susodicha y tras unas cuantas señales que
no surgieron efecto y caras de enfado, prosiguió con su intento de
comunicación.
"-Ya!! Du!!"
"-Respondeme!"
"-No me ignores
maldita"
Tras varios
mensajes seguidos Hanna cogió el teléfono para apagarlo
completamente, pero le resulto curioso que fueran de su tío los
mensajes. Los leyó extrañada, y lo miraba desde el otro lado de la
sala con cara de: "¿Qué coño quieres?". Y efectivamente
eso le respondió.
"-Me puedes
explicar que hace la cosa esa aquí?????"
"-Weo? (¿Qué?) No te
entiendo, que cosa oppa?"
"-El maldito
gilipollas que tienes al lado!!!!"
Hanna no llegó a
leer el último mensaje porque JoonChae le preguntó una cosa y
seguido se levantaron para presentarse a los activistas y presentar
su respeto con una reverencia. Kim MoonSoo se mordía el labio y
cerraba los puños fuertemente de la rabia, siempre haciendo el mayor
drama de la mayor tontería. La señora Geum YooNa le toco el hombro
tras preguntarle si se encontraba bien. Él reaccionó como cualquier
caballero colocándose el cabello y tragándose las ganas de matar a
JoonChae, con un simple:
-Anny...
Gwenchanna... (No... Estoy bien...)- marcó una sonrisa falsa.
Empezó rápidamente
la presentación del nuevo proyecto que llevarían acabo las dos
compañías. Por parte de SONS OF GOLDEN, Kim Hanna iba a realizar la
presentación. A parte de que había sido ella la que trajo al mundo
este nuevo proyecto. Y en representación de CJS Entertaiment, Choi
JoonChae era el que acompañaría a Hanna, era la primera vez que
asumía tan grato y alto cargo en la empresa, y parecía que podía
estar a la altura de cualquiera de los que estaba allí.
Asistieron a la
presentación personificando lo que conllevaría ese proyecto. Y
básicamente era lo nuevo. La moda. Las ideas perdidas que fusionaban
edades y las ideas que marcan edades aún no conocidas. Fueron horas
de explicaciones y preguntas de los directivos allí presentes. Todos
sabían que no era fácil decir: vamos a llevarlo todo fuera. Pero lo
que hacía ver Hanna parecía tener sentido.
-Solo
es una ínfima idea, pero puede llegar a ser muy grande si las
personas que están en ella lo son. He conocido a modistas buenísimos
de pequeñas escuelas de España, Francia, Japón, Estados Unidos,...
muchos, muchos... patrocinar a los que valen, a las nuevas marcas
tiene potencial. Corea por ejemplo tiene muy buenas nuevas marcas. Y
otras que lo eran y ya no se ven tanto. Es oportunidad para aquellos
diseñadores que puedan verse por fin reconocidos, trabajando codo
con codo con las dos agencias. Es una idea simple, pero si logramos
expandir nuestras metas todos salimos ganando. Nuestros fotógrafos,
estilistas, modelos... infinidad de personal. Porque estas empresas a
parte de producir beneficios, también producen gente competente en
lo que les gusta. Y se puede ver perfectamente en nuestros modelos.
Vienen de muchas partes, hay mayor cantidad de asiáticos, pero... se
nota el potencial aunque sea con un 15% de personas extranjeras. Y
si nos ponemos a contar lo polifacéticos que son nuestros idols,
bailarines, actores,... No se si me estoy explicando bien, pero el
K-POP es cada vez más conocido, hacerme caso. Es un fácil
bombazo... Detrás de esto... solo hará falta tiempo y esfuerzo,
como todo en esta vida. Solo tenemos que estar dispuestos a dar el
paso. Y saber expandirse de una manera comercial nueva. Nuestro
estilo llevarlo a lo grande. Y eso es para mi WORLD. Muchas gracias.
Todos comenzaron a
aplaudir, ese discurso último de Hanna no había sido mucho, pero
era sincero, sabía lo que quería llevar a cabo con su proyecto;
muchas veces ya había soñado con como se sentiría detrás de esas
sillas, dirigiendo la tan preciada herencia de su familia. Pero
aunque no se podía comparar a la felicidad de entonces, estaba
orgullosa con lo que estaba contribuyendo, solo por ver los feliz
ella era feliz.
Allí, y después
de unas cuantas palabras más por parte de Kim MoonSik y Choi JungSoo
acabó la reunión de presentación. Todos los accionistas se
levantaron a felicitar a los jóvenes, que se mostraban agradecidos y
un tanto avergonzados. Comentando que siguieran teniendo buenas ideas
para los días venideros. No toda la gente estaba conforme con lo que
se iba realizar, pero según lo que eligiese la mayoría así iba a
ser.
Fuera del circulo
de accionistas que se había montado al rededor de ellos, Kim MoonSoo
los observaba acechante. Miradas que se clavaban en la nuca de
JoonChae como navajas, mientras saludaba a los accionista y comentaba
brevemente lo que les había parecido la reunión de presentación.
En uno de esos saludos este se escabulló como el viento, preocupando
a Hanna, ya que lo estaba vigilando para que no hiciese ninguna de
las suyas, y de repente presentía un mal augurio.
Alguien, sin más,
la cogió por detrás arrastrándola, amordazada con una mano, hasta
un cierto lugar apartado de los oídos de las demás personas. Mordió
la mano de su opresor con toda confianza, produciendo en este un leve
chillido de nena que contuvo al final.
-Ya! ¡¿Me tenías
que morder!?- le comentaba bajito pero enfadado aún así.
-Tu te lo has
buscado. ¿Qué es eso de coger a la gente como si la estuvieras
raptando?
-SSHHHHHHHH! Te
quieres callar- siguió al mismo tono de voz- no puedes ser más
cautelosa, te puede escuchar cualquiera.
-Lo que puede ver
cualquiera es como haces el ridículo.
-SHHHH!- le tapaba
la boca.
-Vale, vale. ¿Me
quieres responder? ¿O qué?
-Solo quería hablar
contigo de una cosa...
-Pues venga dime,
hay gente esperándome, y tengo mucho trabajo por delante.- se daba la
vuelta visualizando a cada uno de la sala, y chocando sus ojos con
JoonChae; lo que provocó otro giro instantáneo y un escalofrío.
-Ya, ya lo se, la
niña ocupada que no le puede dedicar ni un misero minuto a su tío
desamparado que hace mucho tiempo que no ve porque ella todavía no
se ha dignado en visitarlo.
-Respira, hombre,
respira.- le dio unos golpecitos en la espalda, él le puso morritos
para dar a conocer lo disgustado que estaba y lo infantil que era- No
me mires así, que ya no tengo diez años para caer en tus trucos
baratos.
-Chss... antes
molabas...
-Mian (Lo siento)... la gente
madura. Prueba tu con eso, a lo mejor te funciona.- echó a andar.
-Bla, bla, bla...
Ven aquí renacuaja.- la cogió del brazo produciendo un chillido
agudo en Hanna.- No hemos terminado de hablar.
Tras ese chillido
varias personas se giraron, para saber que pasaba, y que o quien lo
había producido, entre ellas JoonChae, al que le había sonado
familiar aquel pitido.
-Jogi (Disculpa), Choi
JoonChae-shi.- le preguntó Guem JongDong algo confundido.- ¿Ha visto
usted a Kim Hanna?
-Esta...- lo miro de
arriba a bajo, nunca se había fijado en que tendría JongDong para
que Hanna estuviese todo el rato con él. En el trabajo, en la
calle...- JongDong...
-Jebal (Por favor), necesito
entregarle estos papeles, son muy importantes. Estamos llevando el
proyecto del dorama, y tenemos que acabarlo muy pronto. Ahora que
Hanna-shi es tan importante,- se le iluminaban los ojos entre
aquellos grandes lentes- Tiene muchas cosas de las que encargarse.
Pero sus viejos proyectos, todavía están en vigor, por eso...
"Por dios...
como habla... Parece una cacatúa, vaya chaval. Definitivamente
Hanna-ni, esto, Kim Hanna-shi esta con él por lastima", pensaba
JoonChae mientras el pobre JongDong le hablaba emocionado.
-Jogi. (Disculpa)- paró su
continua habla- Kim Hanna esta en una importante reunión.
-Omo! Jeongmal-iya? (¿Deverdad?)-
sonó con una voz finita.
A Joonchae se le
pusieron los pelos de punta, y volvió a sobre saltarse gracias a
otro chillido que venía detrás de él.
-Hanna-shi!?- dijo
JongDong- ¿No me dijiste que estaba en una reunión muy importante?
-Y, y lo esta, lo
esta.- tartamudeaba un poco.
Geum JongDong salió
disparado hacía Hanna, algo que JoonChae trató de evitar pero no
consiguió.
-Yas! Se pasa el día
la lado de ella.- fue a echar un paso hacía delante cuando escucho
la voz de su padre llamándolo.- Dee, appa. - tuvo que acudir a su
llamada.
. . .
-Ya, ajeossi... (señor) Creía que mi padre en su día te había hablado sobre el tema.
-AJEOSSI??
AESAEKKI!! (Maldita)
-YA! No empecemos,
siempre acabamos igual, no podemos hablar normal tu y yo. AAAIS!
-Eiis... no te
enfades tanto... HAJIMAN (DE TODAS FORMAS)... no me vuelvas a llamar así...
-Aigoo... dee, dee,
mianhae-eo. (Lo siento)
-Sniff... Bueno,- se
puso recto, y sacudió las solapas de su chaqueta- no... tu padre no
me comentó nada sobre tu cosa. Me enteré por ti el día que me
llamaste y ya. A nadie le interesa mi opinión en esta empresa, ni mi
paradero si quiera...
-¿Pero a caso tú
te has preocupado por lo que le pase a la empresa?
-Yo la guío en el
extranjero.
-Oppa...- lo miro de
reojo.
-Bueno... me
preocupo más por mis negocios, sí. Pero dichos, dichos, están
dentro de la empresa y... y...- intentaba acabar la frase, pero no le
salían las palabras.
-¿Y...? Soy toda
oídos.
-Y... si mis
negocios van bien beneficia a la empresa. Por lo tanto...
-Hanna-shi.-
interrumpió JongDong a Kim MoonSoo.
-Ya! Aessaekki!(Maldito) Estaba hablando YO primero.- al pobre ayudante se le quedó cara de
pasmado que solo quería que se lo tragase la tierra. Y por el otro
lado Hanna se reía de su cara de perrito abandonado, "Gwiyeo (que bonito)",
pensaba.- Bueno... POR LO TANTO, Yo salgo ganando, SONS OF GOLDEN
sale ganando, Kim MoonSik sale ganando, hasta tú sales ganando.- se
cruzó de brazos con una gran sonrisa en cara.- Es perfecto.
-¿Esta intentando
convencerte de algún negocio?- preguntó curioso JongDong.
-¿¿Pero qué??- lo
miró fulminantemente MoonSoo mientras lo hacía a un lado para poder
hablar tranquilamente con Kim Hanna.- ¿Tú me has entendido?
-Dee, oppa. Claro
que te entiendo.
-Vale, vale. ¿Y
quién coño es este chico? De verdad, viene aquí de entrometido.
-A-annyeoghaseyo... (Ho-hola)-
dijo bajito. Andaba muy asustado.- Geum JongDong-ibnida... (Soy Geum Jongdong...)
-Él es como mi mano
derecha.
-¿Tú mano
derecha?- le preguntó alterado.- ¿Qué eres un chupa culos?- se
giró seriamente hacía JongDong.
-Annyo. Juyohan-shi. (No, señor mayor)
-Juyohan?- dijeron
los dos a la vez.
-A caso me veo muy
mayor.- preguntaba MoonSoo mientras se miraba en el reflejo de su
teléfono.
-Annyo (No), oppa. So
perfect.- él le sonrío.
-Joesonghabnida,
joesonghabnida. (Perdóneme, perdóneme)- repetía el pobre JongDong un tanto avergonzado por
su comportamiento.
-Anny (No), JongDong-ni,
levanta. Mi tío siempre es así, no te lo tomes muy a pecho.
-¿Tú tío?- mostró
sorpresa.
-¿Pero y a este
chico de dónde lo has sacado? No se entera de nada.- recriminaba su
tío.
-Dee, él es Kim
MoonSoo.
-Y claramente, si
soy Kim MoonSoo, uno de los grandes accionistas y dueño- El dueño
más sexy, de esta empresa. Por si no te habías dado cuenta. Seré hermano de Kim MoonSik. Y si no sabes que Kim Hanna-
remarcaba- es hija de Kim MoonSik. Siendo su mano derecha. Tienes un
grave retra...- Hanna lo miraba fulminante mientras el pobre Jongdong intentaba asimilar todo aquello- problema, problema,
claro.
. . .
Cuando
todos los accionistas habían terminado de hablar con todos y había
dejado la sala de juntas, Kim MoonSik decidió llamar a Kim Hanna y
Choi JoonChae a su despacho. Kim MoonSoo que la acompañaba decidió
entrar, para poder aclarar toda esa situación, y hablar con los dos
hombres que estaban manejando los hilos detrás de este plan malévolo, como calificaba él.
-Me
podéis explicar un poco de que va el tema.- dijo Kim MoonSoo cerrando
la puerta detrás de él.
-Kim
MoonSoo.- dictamino Moonsik.
-No,
no. No me vengáis con que no me meta. Y con que yo no tengo
importancia. O con que soy un cero a la izquierda en todo esto. Otra
vez no.
Hanna
y Joonchae agacharon la cabeza. Esta vez ninguno iba a protestar por
lo que estaba ocurriendo, ya que los dos sabían que saldrían
perdiendo y sus sueños no se cumplirían.
-Os
parece normal, que en pleno siglo veintiuno se tengan que estar dando
estas circunstancias. No había otra forma de resolver todo esto, ¿o
qué?- MoonSoo estaba realmente enfadado, Hanna era la segunda vez
que veía a su tío de esta manera, y no le gustaba.
-Kim
MoonSoo, esto es una decisión de todos. Que hay que sacar a la luz
cuanto antes.- defendió Choi Jungsoo a su amigo.
-¿Cuánto
antes? ¿Pero queréis agobiarlos más?
-Cuanto
antes, porque sus encuentros fortuitos, cada vez son más difíciles de explicar, porque aún se comportan como niños.- Kim MoonSik los
miraba desafiante intentando decirles que maduraran.
-¿Pero
vosotros sois humanos? ¿Cómo podéis hacerle esto a Kim Hanna?-
Joonchae lo miró fijamente atónito.
-¡Ya!
¡Kim MoonSoo, no te permito que me digas como cuidar a mi hija!
-¿Acaso
no te acuerdas como sufrió Hanna? ¿Eh?- los dos hermanos se
pusieron frente a frente con tal de comenzar lo que hubiese podido
ser una pelea.
-Kim
MoonSoo.- Hanna se puso entre ellos mirando a su tío fijamente.
Joonchae se sintió responsable de todo aquello, y sin saber porque.-
Creo que es responsabilidad mía hacer o tomar las decisiones que
estoy tomando. Todo esto lo hago por mi bien, y el bien de todos los
que están en la empresa. Jebal (Por favor)... no juzgues mis decisiones...
-Parece
que te hayan lavado el cerebro...- comentó bajito Kim MoonSoo
sorprendido y apenado de lo que acababa de decir su sobrina.- Kim
Hanna...
-Kim
MoonSoo. Jeongmal gomawo-yo. (De verdad, gracias)- inclinó todo su cuerpo hacia delante
dejando caer su pelo frente a su cara, no dejando ver como caían sus
lagrimas, y recorría todo su rostro.
Los cuatro hombres
quedaron anonadados, tendría que haber sido mucho esfuerzo el que
Kim MoonSoo dedicó a su sobrina para ayudarla a salir la primera vez
de esta situación. Y por ello Kim Hanna se lo agradecía, pero sabía
que ya no había vuelta atrás, y menos después de firmar el
contrato. MoonSoo aguantó sus lagrimas y levantó a Hanna. Ella pasó rápidamente la mano por su cara, quitándose las lagrimas. MoonSoo la
acercó a él y la abrazó fuertemente para que nadie más se diera
cuenta de lo que le pasaba. No contó con que Joonchae estaba detrás
suya y sabía porque la había abrazado. Las miradas de los dos se
cruzaron. Hanna tenía todo el rostro lleno de lagrimas. Joonchae no
podía parar de mirarla, quería hacer algo pero de nuevo su cuerpo
estaba completamente paralizado. Lo invadió una sensación de querer
huir con ella para que nadie más la viera llorar. Dio un paso hacia
delante. Pero Hanna se apartó de los brazos de su tío.
-Ajik...
jaesuneao... (Ahora.... discúlpenme...) pero me tengo que ir.- Kim Hanna volvió a inclinarse
ante los cuatro hombres que la miraban apenados y salió del
despacho.
Joonchae los miró a
los tres, y tras ver sus caras de enfado decidió que irse también
era la mejor solución.
-Kim Hanna.- corrió
a tocar su hombro. Ella lo apartó con la mano. Él se echó hacia
atrás.- Otton... kaji? (¿Qué vamos hacer?)
-Wae? (¿Por qué?) Pues haremos
lo que tengamos que hacer. Yo soy la primera que esta dando problemas
con esto. Pero no puedo hacer como si nada hubiese pasado. Ante los
demás me será más fácil, pero mirarte ahora es muy difícil.
-Nunca se lo que me
quieres decir...
-Naeil... (Mañana...)
-¿Mañana qué?
-Mañana es tú
cumpleaños.- Joonchae se sorprendió y entendió lo que quería
decir. Hanna colocó su pelo y lo dejó atrás.- Mañana hablamos
Joonchae-ah.
Joonchae miraba
como se iba decidida hacía el ascensor, que la llevaría otra vez a
la realidad, mientras él seguía en una nube de indecisiones. “Se fue
por mi... no fui un buen amigo... y sufrió... aunque yo también
sufrí y nadie lo tuvo en cuenta. Nadie estuvo allí para escucharme,
ni darme un consejo, ni curar mis heridas...” Un recuerdo vino a su
memoria. “Siempre era ella la que hacía todo eso...”.
. .
.
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