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Capítulo 6 - Un día largo y duro


Se escuchaba el andar de aquellos zapatos negros grandes, que sobre todo sonaban a recién estrenados. Caminaba con paso firme hacia el estudio número 3. Como si cada pisada fuera más decidida que la siguiente. Llevaba puesta una camisa remangada de camuflaje transparente, por la que se veía su sujetador negro de encaje, iba metida por dentro de unos pantalones vaqueros cortos. Tapaba parte de su cara con unas gafas de sol redondas. Para ella las gafas de sol eran como las corbatas para su padre, podría tener cientas, y fuese el día que fuese siempre llevaba unas consigo. Estas en particular eran negras, un negro mate que ella adoraba. El pelo lo llevaba suelto y algo despeinado, y como no, sus labios tenían ese tono carmín apagado, como siempre.
Se acercó poco a poco a aquellas puertas. Y seguido las abrió con fuerza. En aquel estudio había gente en movimiento, y una sonrisa orgullosa iluminó su cara. Todos la saludaban e iban detrás de ella explicándole los pocos avances que habían conseguido en aquella corta media hora. Quedaba una hora de reloj para que empezaran a llegar los modelos, que en este caso eran los protagonistas del dorama “Como tú/Like you”. Así que, decidida, dejó su gran bolso en la mesa de la esquina, se hizo un moño en el pelo, y continuó dando ordenes.
-De acuerdo.- revisaba papeleo- ¿Falta alguien por llegar?
-Creo que no.- respondió JongDong.
-¿Maquilladores, técnicos... Todos?
-Dee. (Síi)- dijeron las cuatro personas que la acompañaban.
-Vale, pues coloquemos el decorado. Creo que hay una parte que no se hace... ¿aquí? Fue la que pedí ayer, ¿no?
-Sí, cuando terminen aquí irán a terminar lo poco que queda.- comentó una de las ayudantes.
-Vale, perfecto. Pues vamos a trabajar. Fighting.- alzó su puño. Todos se quedaron sorprendidos, pero con una sonrisa respondieron igual.
Todos corrían apurados por el estudio, JongDong repasaba el guión, mientras Hanna preparaba las cámaras. El decorado estaba quedando perfecto. Era un escenario rodeado de luces, después estaba la otra parte, donde empezarían a grabar el dorama al día siguiente.
-Lo bueno de este trabajo es que podremos seguir el dorama de cerca.- comentaba una chica del equipo de Hanna.
-Sí, va a ser divertido ayudar a grabar escenas del dorama.- le sonrió- Por cierto, ¿tu nombre?
-Kwon Yori-imnida. (Soy Kwon Yori)
-Encantada. Poco a poco iré aprendiéndome los nombres de todos.
-Con el tiempo te harás con todos.
-Eso espero. Se colocó las gafas de sol en la camisa.
La hora pasó muy rápido, casi sin que se dieran cuenta. Y fueron llegando algunas personas. La primera fue Lee HyunMin, iba a ser la protagonista del dorama. Era muy estricta con su trabajo, pero por ella no se tenía que preocupar.
-Annyoohaseyeo. Lee Hyunmin-ibnida. (Hola, soy Lee Hyunmin) ¿Quién va a ser el fotógrafo hoy?- dijo quitándose las gafas de sol y dejando caer su chaqueta en las manos de la que parecía su manager.
-Pues creo que yo.- le extendió la mano- Mannaso pangapsumnida. Kim Hanna-ibnida. (Encantada de conocerla. Soy Kim Hanna.) Creo que nos vamos a ver mucho últimamente.
-Dee.- dijo un poco extrañada y estrechó su mano.
-Bueno, creo que los demás no tardaran en venir, así que. Por favor acompañar a Lee Hyunmin-shi para que se cambie... y esas cosas.- hacía gestos con las manos.
-Por aquí por favor.- acompañaron a la actriz hacia los camerinos y Hanna se quedó embobada con el papeleo.
-Ya, Hanna-shi.
-Omo, dee?
-Parece que estés en otro mundo.- sonrió.
-Aigo, me había quedado embobada, lo siento.- se echó la mano a la cara con un sonrisa.
-¿Tienes sueño?
-Annyo. (No)- Hanna se giró y vio como se acercaba.- Pero creo que estoy en uno.
-¿Cómo?- JongDong no entendía nada. Hanna le dejó los papeles en la mano y salió disparada hacia él.
-Ya. ¿Qué haces aquí?- este se quitó las gafas.
-Eso mismo te pregunto yo a ti. Parece que me vas a tener hasta en la sopa. Enhorabuena por tu nuevo trabajo por cierto.
-Ya. ¿Tú trabajas en el dorama? JongDong-ni, ¿cómo se llama el dorama?- le reclamaba.
- "Like you".- respondió desde lejos. Joonchae se acercó a ella.
-Si te molesta... te vas...- le dijo al oído.
-Tsk.- ella lo empujó- Mejor no te acerques mucho. ¿No dijimos profesionalidad? Dudo que haya alguien más profesional que yo.
-La verdad es que eres muy terca, eso seguro.
-¿Y eso ahora a qué viene?
En ese momento el peso de la gafa y la débil costura que sujetaban los botones de la camisa, más la ayuda de la gravedad, cedieron, y dejaron gran parte de la camisa de Hanna abierta. Permitiendo ver el escote del sujetador de la fotógrafa. Joonchae pasó de estar desafiante con ella a ruborizarse hasta llegar a colores inexistentes. Su cara era un cuadro rojo y boquiabierto que no podía articular ninguna palabra.
-Ki... Kim... aigo...- le hacía señales con las manos. Intento aproximar las manos para hacer algo, pero Hanna le pegó en la mano.
-¿Qué haces? ¿Qué quieres?- miro para abajo- ¡Ais!- se tapó rápidamente, él se dio la vuelta dándose en la cara para olvidar lo que había visto.
-Oppa!- dijo alguien a lo lejos.
-Oh, Im Soori-ni, annyeong. (Hola)
-Oppa, oppa, ¿qué tal vas con lo de los rumores?
-Bi...- no lo dejo contestar.
-¡Ah! ¿Y el otro día en la cena? La verdad es que estuve mala, y no he visto aún a Soodae-ni.
-Im Soodae?- dijo Hanna.
-Ya, Hanna-ni, gwenchana? (¿estás bien?)- le preguntó JongDong. Hanna miró a JongDong cómplice y fue a colocarse al lado de Joonchae.
-Así que, claro, no se que hicisteis en la cena.- seguía comentándole Soori a él. Cuando se fijo en que Hanna se ponía al lado de Joonchae. La miró de manera descarada y cuando fue a seguir con la conversación se quedó en blanco. La volvió a mirar- ¡Tú!
-Yo.- le respondió con chulería Kim Hanna.- Oye sabes que es de mala educación señalar a la gente.- lo señaló. Soori miró su dedo, y lo apartó en seguida, colocándose en jarras frente a ella.
-¡Ya!- dijo con un pitido de voz potente, tanto que los tres se sorprendieron- ¡Niñata insolente, como pudiste atreverte si quiera a llamarme eso!
-Kim Hanna-ya! ¿Qué has hecho?- preguntó Joonchae. Hanna los miró a los dos con cara de asco y se llevó la mano a la boca.
-Mira... creo que lo mejor va a ser que...
-Oppa! ¿Por qué conoces el nombre de la niñata esta?- miraba a Joonchae alterada.
-Me... ¿me ha interrumpido?- le decía a JongDong que se encontraba a su derecha ojiplatico. Él le contestaba con la cabeza- No me lo creo...
-Soori-ni, tranquilízate, jebal. (por favor)- la cogió del brazo. Hanna seguía flipando con la situación en la que se encontraba. “Y el otro se pone de su parte, bueno, es lógico. Huevón, huevón.”, pensaba Hanna.
-Oppa! ¡Me llamo “little slut”!- le comentaba indignada. Joonchae miró a Hanna sorprendido y enfadado. No llevaba aquí ni una semana y ya se estaba metiendo en líos con todos sus amigos.
-Significa “pequeña puta”, para que lo sepas.- respondió Kim Hanna por la cara que le había puesto Joonchae.
-¡Ja!- Soori fue directa a pegarle una bofetada a Hanna.
Pero Hanna no recibió la bofetada. Geum JongDong se colocó en medio de las dos y recibió el golpe. Cuando Im Soori se dio cuenta, apartó al joven entre susurros inquietos.
-¡Ya, Tú! ¡Voy a llamar al encargado de todo esto! ¡Voy a hacer que te despidan!
-Omo, gwenchana JongDong-ni? (¿estás bien?)- fue Hanna a ver cómo estaba Jongdong, acaricio su mejilla muy suavemente. Joonchae se quedó petrificado.
-¿"Ni"?- dijo flojito. El traqueteo del brazo que sostenía a Soori y las sandeces que estaba diciendo lo hicieron reaccionar.- Ya, ya, Soori-ni, tú no sabes quién es ella, cálmate, arasseo? (¿de acuerdo?)
-¡Oppa, suéltame! ¡Tú niñata no pases de mi!- Hanna seguía mirando preocupada a JongDong, o lo hubiese seguido haciendo, pero la impertinente de Soori no dejaba de repetir esa palabra que a ella tanto le molestaba.
-Señorita debería tener más cuidado con quien se esta dirigiendo.- le dijo JongDong dejando detrás de él con el brazo a Kim Hanna, como si la intentara protegerla.
Joonchae soltó desafiante el brazo de Soori, y miraba enfadado a JongDong. Hizo el amago de querer apartarlos a los dos. Hanna estaba muy sorprendida de como había actuado JongDong, se le veía tan frágil que no sabía de donde había podido salir esa pizca de masculinidad. Pero ella no se podía quedar de brazos cruzados. No podía permitir que Soori siguiera montando ese escándalo en el estudio, y tampoco que otros le solucionaran sus problemas. Así no era ella.
-Gwenchannha, Geum JongDong-ni. (Tranquilo.)- salió de detrás de él- Mira, voy a ser la persona cordial que intento ser en el trabajo, y te voy a pedir que te salgas del estudio. Y a poder ser fuera de la agencia.- Soori no se lo podía creer.- Allí chillas todo lo que tú quieras. Y cuando te tranquilices y seas una persona más racional podrás pedirme disculpas.
-¿Pero vosotros estáis escuchando lo que me esta pidiendo esta niñata?
-A ver, disco rayado.- se estaba empezando a enfadar de verdad- Sal ahora mismo de mi estudio. O te juro que te sacó de los pelos.
-Hanna-ya. Tranquilízate tú también, jebal. (por favor)- dijo Joonchae.
-¿Qué me tranquilice? Cuando la saquen lo estaré. Así que cállate.- Esa última frase cayó en el estómago de Joonchae como plomo.
-Ya, ya, ¿qué son todos esos gritos?- salió del camerino Lee HyunMin.
-La falta de respeto es lo que pasa.- comentó Soori señalando a Hanna. Pero esta no se dio cuenta, ya que ella y Joonchae se habían quedado mirándose fijamente. Esas miradas mataban.
-Im Soori-shi, ¿acabas de llegar y ya te pones a pelear con la fotógrafa?- se reía la actriz.
-¡¿La fotógrafa?¿Enserio?!- ponía cara de diva angustiada, esta sin decir nada siguió a Lee HyunMin al camerino.
Hanna miró avergonzada a su alrededor. Todos los del estudio se quedaron mirándolos y comenzaron a cuchichear.
-Podemos hablar.- Joonchae la cogió del brazo y la saco fuera del estudio. Su manager que entraba se quedó con la palabra en la boca al ver la mirada de Joonchae. Pararon de andar en un lugar donde nadie podía escucharlos.
-¡Ya! ¿Crees qué esta es forma de tratarme?
-¿Y tú? ¿Después te llamas profesional? Insultando a la gente.
-Perdona. Pero si no sabes lo que pasó el otro día mejor te tragas esas palabras. Y dejas de decir tonterías.
-Conociéndote seguro que esas palabras no fueron las únicas.
-Pues no, fíjate, le dije que era una retrasada, en pocas palabras. Y que su ego ocupaba toda la maldita agencia. Básicamente lo que pasó contigo en el maldito aeropuerto.
-Puedes dejar de ser tan cría.
-¡¿Cría? ¿Yo?! Yo debería haberle pegado la bofetada a ella, y no que la diva de tu amiga. “¡Oppa! ¡Oppa!”- la imitaba- Le ha pegado a Geum JongDong-shi. Además me he comportado en todo momento. Pero se ve que el tinte, a parte de dejarte tonto, también te ha dejado ciego.
-¿Otra vez con lo mismo, no te cansas?
-¿Y tú? ¿No te cansas de ser así de impertinente?- los dos se quedaron en silencio y un tanto ajitados.
-¡¿Y... y el chico ese?! ¿Qué?
-¿Qué pasa?
-¿Qué hacia ahí? ¿Quién es?
-Y a ti que te importa.
-¡Ja!
-Es mi mano derecha. Y la única persona honrada que había en ese estudio.
-Honrada dice.
-Pues sí. Ha sido él único que ha hecho algo. Lo que pasa es que a los idols como vosotros os echan demasiadas flores, pero la mayoría de veces es para que la gente no vea lo feos que sois por dentro.
-Hanna-shi.- se escuchó a lo lejos- Ya ha llegado el último actor.
-Y ahora, si me disculpas.- dijo ella- Tú deberías ir a cambiarte o algo.
Joonchae se carcomía por dentro de la rabia, “¿Por qué es así?”, pensaba. Hanna corrió desesperada para atender al último actor. Y menos mal, pensaba ella. Rezaba para que Ok JiYoung fuese más normal que aquella panda de pijos con los que le tocaba trabajar, y con los que tenía que pasar mucho tiempo.
-Annyonghaseyo. (Hola)- le dijo exaltada, mientras se reprimía las ganas de chillar como la gran fan que era.
-Omo.- lo tomó por sorpresa- Annyonghasehyo, Ok JiYoung-ibnida. (Hola, soy Ok Jiyoung) Encantado. ¿Tú eres la fotógrafa, no?- le dijo con una enorme sonrisa, lo que destrozó todas las barreras que Hanna se había puesto.
-Dee...- casi se le caía la baba.
Mientras, fuera de aquel estudio, seguía Choi Joonchae. Se tiraba muy fuerte del pelo por toda aquella situación. No sabía ya como reaccionar, que decirle, su boca y su cuerpo iban por su cuenta. Pero seguía pensando que la que estaba obrando mal era ella. Se tomó un respiro. Sabía que lo que le esperaba tras esas puertas no iba a ser un camino de rosas. Cuando se decidió a entrar se chocó con alguien.
-Lo siento mucho.- se agachó el muchacho.
-Anny, anny.- le dijo tranquilizándolo.
-¡Oh! ¡Choi Joonchae-hyung!
-¿Jason?- dijo asombrado- ¿Qué haces en esta agencia?
-Decidí probar suerte en las pruebas de aquí, nunca se sabe. Además, siempre he pensado que soy muy versátil, y no está de más.
-Bueno, básicamente va a ser la misma empresa...
-¿Cómo?- Joonchae se llevó la mano a la cabeza.
-Annya, no me hagas caso.- rió nervioso.
-Dee..- le sonrió extrañado.
-Pues... ¡Suerte!- se fue corriendo hacía la puerta del estudio.
-¿Este chico es muy raro o soy yo?- se preguntaba el joven mientras se dirigía hacia su entrevista.
Dentro del estudio número 3 ya estaba comenzando la acción. Hanna ya había comenzado con el reportaje de Lee HyunMin, y todo parecía ir bien. Ni una queja, ni una riña. Hanna trasmitía seriedad cada vez que apretaba ese botón, que por desgracia ya estaba un poco desgastado. Toda esa seriedad desaparecía cuando se desprendía de la cámara para comentar las fotos con la actriz. Los demás actores se colocaron detrás de las pantallas donde salían reflejadas las fotos, viendo así el resultado de tanta magia.
-Wuaa, gwiyeo... (que linda)- dijo una joven del staff.
-La verdad es que son fotos muy buenas.- comentó Ok Jiyoung.
-Gomawoyo. (Gracias)- se acercó Hanna a ver el resultado en la pantalla.
-Chonmanayo. (De nada.)- le sonrió.
-Aunque no lo creas, no todas están perfectas.
-Jinjja? (¿En serio?)- dijeron Im Soori y Lee Hyunmin a la vez.
-Dee, hay una de las luces que no me gusta en varias fotos.
-A mi me encanta.- sugirió HyunMin- Salgo genial.- no tenía abuela aquella actriz.
En ese momento todos rieron, resultaba raro que una chica como Lee HyunMin alagará el trabajo de los demás, aunque después siempre su ego eclipsara la sala. Hanna siguió con el reportaje. El ambiente aún seguía un tanto gris. Parecía que Im Soori no podía comportarse adecuadamente. Pidiendo esto, interrumpiendo lo otro. A Hanna la llevaba loca. Todo lo contrario que con Ok JiYoung. Todas las mujeres de la sala lo adoraban. Era guapo, y lo que más destacaba de él, su hermosa sonrisa. Era el único que le sacaba una sonrisa a Hanna. Pero lo malo era que cuanto más disfrutaba ella, antes pasaba el tiempo.
-Choi Joonchae-shi, te toca.
Se aproximó poco a poco. Cuando estuvo frente al objetivo levantó la cabeza rápidamente, y el flash cegó su mirada.
-Ya, ya.- se dirigió Hanna a él.- ¿Qué haces?
-¿Cómo que qué hago?- se sorprendió.
-¿Me puedes decir por qué tan serio?
-¿En serio?- abrió los ojos como platos. “¿Quiere hablar de esto aquí?”, pensó.
-Se supone que tú papel es el de amigo alegre, y vaya cuadro de foto. Más serio y me deprimes.
-Ya, con que me digas “sonríe” me vale.
-Sonríe.- él se quedó parado y le dedicó la sonrisa más falsa que pudo- Ya... Tomatelo con ganas. Quiero acabar cuanto antes...
-Hanna-shi no seas tan dura con él.- alguien le dio unos golpecitos en el hombro- Parece estar un poco agobiado, eso es todo.
-Pues podría agobiarse fuera de mi estudio.- intentó hacerse la graciosa ante JiYoung, pero en el fondo lo decía muy cabreada.
-¿Quieres que te traiga algo de beber?
-Oye, ¿Seguimos o qué?- Joonchae se indignaba porque no le estaba prestando atención.
-No, muchas gracias. Voy a seguir, sino el gallinero se me revoluciona.- intentó sacar su mejor sonrisa de enfadada. JiYoung le asintió y le dedicó una sonrisa.
El rato que estuvieron juntos fue más que desastroso. Kim Hanna se quejaba de las poses de él, él de las fotos desenfocadas que esta sacaba. “Más maquillaje.”, se escuchaba, “Taparle como sea esa cara de amargado.”, se le escapaba. Él no dudaba en responderle. Todos los del equipo se sentían incómodos, tenían miedo de meterse en la pelea que esos dos se tenían entre manos. Aunque habían pausas de tranquilidad y trabajo en equipo, que se rompían con comentarios que no venían al caso. Aún así, el reportaje salió perfecto. Hanna cogió mucha más confianza con su equipo, aunque no con Joonchae, y menos aún con su ahora enemiga número uno Im Soori. El odio aumentaba por ambas partes. Cuando el reportaje terminó todos intentaron recoger lo más rápido posible, para ir a casa a descansar.
-¿Ya son las nueve?- le preguntó Hanna a JongDong.
-Dee.- le sonrió mientras recogía el último cable que quedaba.- Waeo? Meoggo sip-eo? (¿Por qué? ¿Quieres comer?)
-¡¿Doce horas hemos estado?!- lo miró ojiplatica.
-Dee...- se reía el joven, la cara de Hanna era muy graciosa.
-¿Significa qué soy invencible?
-Mollao. (No lo sé) Qué exagerada.
-Exagerada dice.- rompió a reír como una loca- Eso siempre, por favor.
-Que divertida.
-Bueno, un placer trabajar contigo Kim Hanna-shi.- les interrumpió Ok JiYoung.
-Gamsahamnida. (Gracias)- le hizo una reverencia- El placer es mutuo entonces.
-Espero verte pronto.
-Eso esta hecho.- se despedía con la mano mientras veía como se alejaba.
-Oye... ¿a ti te gusta o qué?- le dijo JongDong.
-What?- se puso roja.
-No intentes ocultarlo, que ya todo el staff se ha dado cuenta.
-Por favor, si no te gusta ese hombre es para pegarte un tiro.
-Como sois las tías...
-Yo solo digo la verdad. Pero no te deprimas por eso, jebaal. (pooor favor)- le dijo burlona pegandole en el hombro. JongDong la miró triste, y Hanna le sacó la lengua.
-Nos vemos el sábado.- dijo Joonchae pasando de largo.
-Dee.- respondió seria.
-Hanna-ni... ¿Puedo preguntarte algo? Aunque no estoy muy seguro...
-Claro, gwenchannha. (no pasa nada)
-¿Qué tipo de relación tenéis tú y Choi Joonchae?
A Hanna le hubiese gustado abstenerse de contestar esa pregunta, pero le contesto con un misero “Ni yo misma lo sé.”. JongDong quedó extrañado, pero no quería meterse mucho más. Desde fuera parecía una relación de muchos años, que estaba rota desde la primera palabra que cruzaban hasta la última. Pero de la que parecía salir un rayo de luz a veces.
Cuando terminaron de recoger JongDong le propuso a Hanna ir a cenar a un sitio: “Wua que sitio”, lo describía él. Y echaron a andar con paso rápido. Tenían mucha hambre. Llegaron a una tiendecita muy mona y antigua.
-Hey, Noona! (Hermana mayor)- se acercó JongDong a una de las camareras muy entusiasmado.
Kim Hanna se quedó unos pasos más atrás de él. No quería interrumpir aquel saludo tan intenso por parte de la noona de Geum JongDong. Ella lo cogió con el brazo arrastrándolo hacía una de las mesas vacías que habían. Y JongDong girando el cuello intentaba hacerle señas a Hanna para que fuera a sentarse con él. Cuando se dio cuenta los persiguió, hasta sentarse finalmente en uno de los tres taburetes que rodeaban la mesa.
-Omo, que lugar más bonito.
-Gomawo, gomawo. (Gracias, gracias)- saltó la noona de Geum JongDong.
-Noona, tenemos mucha hambre. ¿Qué tienes esta noche?
-¡Uh...! Hicimos bibimbap. Y vaya bibimbap. Esta deliciooooso.
-Wuaaa, mogo-sipeo! (Quiero comer)- a Hanna se le caía la baba al escuchar bibimbap. JongDong se reía de ella.
-Bibimbap entonces. Y soju.
-Mucho soju, por favor.- estaba desesperada.
-Perfect!- dijo en un inglés un tanto extraño- Ya os lo traigo.
-Dee!- dijeron a la vez.
Estaban sentados uno en frente del otro y allí se comenzó la primera de muchas conversaciones raras que tendrían a lo largo de su amistad en aquel pequeño restaurante de barrio, en aquella mesa redonda. La comida llegó rápido, igual de rápido que la agudeza de Hanna para abrir la botella de soju y beberse sus dos primeros vasos, aún si no tenía comida. Solo quería olvidarse de ese día largo y duro.
-Ummm, qué bien huele noona.
-Espero que os guste.- dijo orgullosa.
-Dee!- respondió JongDong- ¡Ya! ¿Qué haces?
-Esta delicioso JongDong-ni. Come un poco, ¿no?- JongDong estaba atónito.
-¿No me esperas? Que fuerte...- dijo bajito.
-Ais... Mogo, mogo y calla. (come, come)- él sonrió.
-Parece que tienes hambre.- se llenaba la boca de comida.
-Nega? (¿Yo?)- no se le entendía con la comida.
-¿Qué? ¿Más relajada?- trago fuerte Hanna.
-Dee, mucho mejor que con esos monstruos de antes.- se llevó la mano a la cara, mientras con la otra metía más comida a su boca- Esto esta delicioso.
-Aigo, si sigues así, lo tiraras todo en vez de comértelo.
-Son las malas costumbres de los coreanos.
-Hablando de Joonchae-shi... ¿qué te ha dicho antes que te molestase?
-Su presencia me molesta. Con eso te lo digo todo.
-Que dura.
-No soy dura.- bebió un vaso de soju con ansias- Tengo que tener la mente fría.
-Fría...-sonrió- Bueno jefa, con que no tengas problemas.
-Tú tranquilo JongDong-ni.- se sorprendió- Y no me llames jefa.- dictaminó con otro trago de soju.
-Oh, dee, es verdad, mianh. (Lo siento)
La conversación siguió, igual que siguieron acabándose la comida, y sobre todo el soju. Cada vez más borrachos, aunque ella era la más afectada. Y él lo sabía. Pero era divertido. Estaban criticando a aquellos “monstruos”, como los había calificado Hanna. Bueno, más bien los criticaba ella, y él solamente asentía y se reía con las ocurrencias que tenía.

Hanna le contaba a JongDong, como Im Soori, muchas veces, en su infancia, la había dejado en ridículo. Y le contaba como antes se divertía con todos sus amigos. También como conoció a Yoona, y como unió a Yoona y a Kang Jihoo, le contaba que hacían una hermosa pareja y lo orgullosa que estaba de ellos. Eran lo que ella nunca podría tener. Y a veces cuando contaba algo sobre Joonchae se le escapaba una sonrisa. Una tierna y corta o efímera sonrisa, que JongDong disfrutaba. Él vio que Joonchae no era cualquier persona para ella, y que un día fue muy importante en su vida.
A JongDong le gustaba como Hanna contaba las cosas, parecía que con cada trago de soju se volvía aún más niña, y se la veía feliz recordando. Ni pensó en ningún momento molestar aquel relato. Pero, se preguntaba varias cosas. “Con el odio que dice tenerle, y lo bonito que lo nombra”, pensaba él. Y de su boca curiosa salió una pregunta.
-Y... ¿cómo conociste a Joonchae-shi?
-Dee? Mollao... (No lo sé) Muchas veces también me pregunto eso. No sé como deje de conocerlo...
-¿Cómo?- se desconcertó al ver que no respondió a lo que él le estaba formulando.
-Pero no quiero hablar de eso...
La cara de Kim Hanna se veía tan triste, y sus ojos daban la sensación de haber llorado, aunque no lo habían hecho. Pero seguramente si lo hizo su corazón. “¿Qué le habrá pasado?”, se preguntaba él ingenuo JongDong que estaba sentado en frente suya, viendo como aquella que decía ser fuerte, estaba destrozada. Ella de repente le sonrió, pero la preocupación de Geum JongDong no cesó a causa de eso, solamente la aumentó. Hanna se llenó de nuevo el vaso, y dejó que entrara de nuevo por su garganta ese alcohol, aquella “colonia”, como él la llamaba.
-Aa...-carraspeó Hanna- ¿Qué? ¿No vas a beber?- le sirvió otro vaso.
-Dee...- bebió a su salud.
-Uff... cada vez se me van más los ojos.- se reía mientras se aguantaba la cabeza.
-Va a ser hora de dejar de beber...
-¡¿Estamos locos?! ¡Todavía queda soju en la botella!- JongDong se reía a carcajadas, parecía como si hubiese revivido, como si hubiese olvidado la sensación de antes y volviese a ser feliz- Weo? (¿Qué?) - ella lo miró de reojo- ¿Te has enamorado de mí?- él solo podía reír. Su cara borracha era de lo más divertido- ¿Tan rápido? Jope, si que tengo que ser guapa.- empezó a hacerle morritos y caras, que aunque ella creía, no eran sexys.
-Para, para por favor...- reía como un niño pequeño.
-Kiss-uuu! (Besooo)- le ponía morritos.
-Ya eres tú de nuevo.
-¿Me había ido?- le dijo graciosa.
-Anny.- le correspondió- ¿Qué? Ahora dejaras de beber.
-Annyo! Eso no entraba en mis planes.
-Pues entonces sirveme otra copa.
-Y después soy yo la borracha, ¿sabes?- se dirigió a una pareja que se encontraba a su lado cenando.
-Ya, ya...
-Sonríe, Jongdong-ni, sonríe.
-Dee. ¿Oye y tú como es que bebes tanto?- le preguntaba mientras ella le servía otra copa.
-Me gusta su sabor. Y cuando tienes que despertarte y dejar de ser. Es lo mejor.- le guiñó un ojo.
-¿Dejar de ser?
-Dee, dee, ¿nunca te ha pasado?- le cogió de la mano- Cuando estas, y de repente, ¡ya no!- saltó de la silla.
-¿Cómo?- se asustó.
-A mi... lo que pasa es que es un secreto, ¿sabes? Pero como he decidido que eres mi ¡super chingu! (super amigo)- alzó los brazos por encima de su cabeza uniendo los puños como si de una postura rara se tratara- Te lo cuento.- se colocó seriamente, aproximando su silla.
-Que graciosa.- Jongdong se divertía muchísimo con ella, si que era verdad que era en el fondo muy buena persona.
-Lo que ocurre es que el alcohol lleva una especie de... cosa...- no sabía mentir- Que cuando me la bebo...- hizo una pausa interesante- ¡PAM! Me convierto en catwoman.
-Jinjja? (¿En serio?) No me lo creo.- respondió el compañero medio ebrio siguiéndole la corriente.
-Te lo juro.- zarandeo la copa tirando la mitad del soju a la mesa.
-Pero... ¿y tú luchas contra el mal?
-¿Qué dices tío? No, no, no... Yo soy de esas que van a saco.
-A-saco...- repetía confundido.
-Soy de las que se quitan el pelo de la cara.- hacía los gesto que le iba diciendo- Mira fijamente a su presa.- lo miró- Aquel chico de la barra que nada más entrar en el garito ya te ha llamado la atención. Así que voy decidida hacia él.- se levantó de la silla. Las chicas que se encontraban en la mesa contigua la empezaron a mirar raro- Y me pongo a dos centímetros suyos.- se colocó muy cerca de Jongdong- y...- él tragó saliva. Hanna comenzó a reírse, dejando caer todo su peso en él. El pobre Jongdong tenía el pulso más acelerado de lo normal.
-Daebak... (Increíble...)- soltó sorprendido y aliviado. Hanna se sentó en su sitio riéndose a carcajadas, y tambaleándose un poco hasta coger algo de estabilidad.
-Ais.- se limpió los ojos- En verdad cuando suelo beber mucho, sufro como una especie de lapsus...
-¿Lapsus?- dijo mientras observaba como las dos chicas que estaban al lado, los miraban y cuchicheaban.
-¡Yes! No me acuerdo de nada al día siguiente... es una lastima.
En ese momento una de ellas se percató de que Jongdong las estaba mirando, y convenció a su compañera para dejar de hacerlo. Hanna seguía a su rollo. Parecía que le hubiesen dado cuerda, aunque más bien era el alcohol el que lo hacía.
Las dos amigas de la mesa contigua, comenzaron a brindar, a Kim Hanna no parecía molestarle, estaba en su mundo, pero a Geum Jongdong le empezaban a parecer muy ruidosas. Las miraba de reojo, para no hacerle el feo a Hanna. Una de ellas se levantó chillando.
-¡Ah! ¡Por fin han salido TaeYeon-ah!
-¡A ver!- dijo la amiga.
La joven se levantó de su silla efusivamente. Mientras se levantaba tiró uno de los platos que había en su mesa. Y por desgracia, Hanna no cesó en ningún momento de balancearse en el taburete, y la cercanía de las mesas no evitó la catástrofe. Kim Hanna cayó al suelo segundos después que el plato, incrustándose poco a poco en el antebrazo izquierdo, si no todos, la mayoría de los cristales rotos. Ella cayó sin darse cuenta de lo que había pasado, y al pobre Jongdong no le dio tiempo a reaccionar para cogerla, porque en ese momento toda su atención estaba centrada en el plato.
-A... u...- se le escuchó decir desde el suelo.
-Kim Hanna! Gwenchana?! (¿Estás bien?)- se levantó preocupado Jongdong. En un segundo también apareció a socorrerla la noona de Jongdong.
-Gwenchana? (¿Está bien?)- le dijo ojiplatica.
-Dee... dee...- se encontraba un poco en shock. Hanna miró su brazo preocupada, y nada más ver las primeras heridas estas empezaron a dolerle- Creo que el alcohol amortiguo la caída.- miró a Jongdong con una sonrisa forzada.
-Gwenchana? (¿está bien?)- preguntaron las dos jóvenes a la vez. Hanna las miró desafiantes.
-A ver.- estiro su brazo izquierdo, viendo que le dolía estiro el otro. Hizo un gesto con la mano para que la joven le diera el móvil. Miró detenidamente la noticia, por la que aquellas dos estaban tan emocionadas- ¿Enserio?- miró a su compañero muy enfadada.
-Wae? Waeo? (¿Por qué?)- se acercó para ver cual era la noticia.
Jongdong se quedó blanco. Tras la larga conversación y aquel largo día de estrés, comprendió en un instante su la cara de enfado de Hanna. Se trataba de las fotos del dorama. Alguien había filtrado algunas de las fotos en las que salían sobre todo Ok JiYoung y Choi Joonchae. La foto que vio Hanna, en especial, era de Joonchae.
-¡Ais!- hizo amago de tirar el móvil.
-¡No, no!- se lo dio bruscamente.
-¡¿Por eso te emocionas? ¡Y, y rompes un plato! ¿Pero cuantos años tienes?- la cara de la joven cambió, se había sentido ofendida.
-¡Ya! ¡Tratalo con más respeto! Ajhumma... (Señora mayor)- dijo bajito.
-Ajhu... ajhu?- miraba a todo el mundo- Weo? Ajhumma?! (¿Qué? ¿Señora mayor?)
-Dee! Ajhumma!
-¡Ya!- la amenazó con la mirada- Yo la mato.
Hanna saltó para poder llegar hasta ella y cogerla de los pelos. Pero Jongdong esta vez estuvo preparado, y la cogió de la cintura para llevársela a la otra punta del pequeño restaurante.
-¡Ais!- dijo quitándose de encima a Jongdong- ¡Ya! Sonyeo!- dijo de mala gana- Que sepas que por mucho que colecciones sus CD's y tengas sus fotos no vas a tener nada con él.- las dos amigas se quedaron desconcertadas. Hanna se sacudió la ropa, y optó por salir de allí.
-Michin... (Loca...)- dijo una de ellas.
Hanna se giró rabiosa, y no logró de nuevo su objetivo, porque, a parte de que las jóvenes salieron corriendo, los reflejos de Jongdong parecían mejorar con el tiempo, y la cogió al vuelo. La sacó del local, mientras Hanna las insultaba y destrozaba sus sueños.
-¡Pues que sepáis que es un déspota, un engreído, nunca vais a poder estar con él, porque sois una niñatas, y seguro que el dorama es una mierda! ¡Acordaros de mi cara! ¡A la próxima no os escapáis!
-Noona...- intentaba comunicarse Jongdong, mientras Hanna forcejeaba- mañana vengo, araji? (¿vale?)
-Dee, dee, vete, aja.
A unos metros del puesto la dejo en el suelo por fin.
-¡Ah!- chilló Jongdong.
-Miahn... (lo siento) te he pellizcado.- el otro frotaba con fuerza su brazo- Au, au...- comenzó a dolerle otra vez el brazo.
-Omo, se me había olvidado por un segundo tu herida.
-Ya, a mi también.- la miró con detenimiento- Ais... y todo por culpa de esas dos. ¡Ais!- le pegó al aire cabreada- Au, au.- se quejaba.
-Quieres parar.- le cogió el brazo- Creo que lo tienes peor.
-¿Tú crees?-comentó irónica.
-Voy a llamar un taxi.
-¿Y por qué no vamos andando?- se intentaba sacar los cristales del brazo.
-¿Qué haces? ¿Qué dices?- le decía histérico.
-Así se te pasa un poco la borrachera.
-¿A mi?- la miró. Ella se estaba sentando en el suelo cerca de la carretera. Se echó las manos a la cabeza y se sentó a su lado.- En todo caso a los dos.
A los minutos un taxi paró justo en frente suya, tras las repetidas señas que los dos compañeros no dejaban de hacer.
-Al hospital más cercano, por favor,
-Dee.- confirmo el conductor.
-Ppalli, ppalli, (rápido, rápido) me desangro ajhussi. (señor)
-Dee, dee.- dijo preocupado el taxista.
-Si no llegamos ya me duermo.- le dijo al oído a Jongdong.
-¿Pero si acabamos de entrar?
-Pues mira si tengo sueño.
Llegaron al hospital en tan solo diez minutos. Un corto trayecto tras estar entretenidos con las luces de colores de los distintos edificios que habían pasados. Ni si quiera sabían que hospital era.
-Gamsanmida, ajhussi. (Gracias, señor)- le dijo Hanna al conductor mientras Jongdong terminaba de pagarle.
-Ppalli, ppalli.  (rápido, rápido)
-No tengo ganas de correr Jongdong-ni.- la cogió del otro brazo y arrastro de ella hasta llegar a la entrada de urgencias.
Cuando entraron por la puerta de urgencias una de las enfermeras los atendió. Jongdong se quedó explicándole todo con detalles, hasta si le dolía o no, y donde. Se le veía un poco agobiado. Hanna se sentó, por su cuenta, en una de las camillas que habían libres.
-¿Dónde esta la paciente?- preguntó el doctor que acababa de unirse les a la conversación. Todos la buscaban.
-Allí, allí, esa es.- la encontró Jongdong.
-Señorita, ¿me permite?- Hanna se reclinó sorprendida.
-Kim Hanna-shi?
-Omo, Kibum-ni. ¿Te puedo llamar Kibum-ni?
-¿Qué?- dijo desconcertado- ¿Qué te ha pasado?- cogió un taburete y se sentó al lado de la camilla.
-Pues nada, mi yo alcoholizada cayó al suelo. Con la mala, mala, mala suerte de que unas fans ¡locas!, habían tirado un plato al suelo, y mi brazo fue a parar justo... ahí.- le sonrió. Él solo pudo reírse.
-Veo que sigues teniendo la misma suerte. Bueno, aunque la mayoría de las peleas te las buscabas tú solita.
-Ei...- le sonrió- no siempre estaba metida en líos, lo que pasa es que tu aparecías en esos momentos. Seguro que lo hacías aposta.- se rieron.
-Doctor que se desangra.- intervino un Jongdong un tanto, demasiado, preocupado.
-Tranquilo. Si ha podido aguantar hasta ahora es porque no será tan grave.
-Eso, eso, tranquilo Geum Jongdong-ni. Si no me duele.- este se echó las manos a la cara.
-Bueno por lo menos las heridas no tienen mucha profundidad.
-Solo un dedo.- exageró Hanna.
Jongdong se llevó las manos a la boca en señal de que si seguía mirando vomitaría allí mismo.
-Voy a darme un paseo... cerca del baño.
-Dee, dee. Pobrecito, esta blanco, ¿eh? Que fuerte. Que malo es el alcohol.
-Y creo que no ha sido lo único.
-Crees bien. Además de doctor, que eres... ¿Sherlock Holmes?
-No hay que ser Sherlock Holmes para oler ese gran aroma a destilería.
-Entonces, ¿el perro, no? Aunque tú de perro tienes poco. Para eso ya tengo a otro.- empezó a hablar entre dientes.
-A lo mejor te duele un poco. Por cierto, tu amigo esta tardando un poco.
-Lo lógico es que no me digas que me va a doler, sino me duele el doble.
-Bueno, pues intenta distraerte.
-Uff, que difícil.
-Cuéntame, ¿qué tal el día?
-¿El día? Au, duele, duele...- empezó a curarla.
-No mires.
-El día una mierda.- miraba de reojo- Esta mañana empecé con mal pie y así hasta ahora como podrás comprobar. Enserio, a sido pésimo. Que si Joonchae-ya me lleva la contraria, que si la otra es una loca...
-Choi Joonchae-hyung?
-Dee. Esta loco si cree que las cosas van a ser igual que antes.- Hanna ya no podía medir sus palabras. Kibum se quedó callado, sin hacer el mínimo ruido- Ais... y encima estaba de morros y se negaba a colaborar...¡Pero, ja! La otra es mucho peor. No, no, no, esta si que se negaba, si, si. Que... zo... zorra es.
-Hanna.shi, tranquilízate, se me están saliendo los puntos.
-Aigoo... Lo único bueno del día es que te he visto. Y que me he puesto como una cuba, pero es secundario.
-En realidad ya son las doce y media.- le señaló el reloj.
-Vaya. Pues entonces empezamos bien el día.
-Ya casi termino, si me dejas.
-Dee. Oye... ¿Te han dicho hoy lo guapo que vas?- Kibum no pudo contenerse la risa- Que afortunada soy por ser la primera, ¿eh, eh?
Los dos comenzaron a reírse, y el rato en el que termino de curarla estuvieron hablando fluidamente, hasta se olvidaron del pobre Jongdong, que se encontraba en el baño, intentando salir de una pieza.
-Pues señorita, usted ya esta lista para irse.
-Por favor, doctor, tuteéme.- le dio flojito en el brazo- ¿Alguna recomendación?
-Mmm... cúrese la herida todos los días, si tienes algún problema no dudes en llamarme. Y deja de beber...
-Creo que lo que me pide es imposible. Más que nada porque ni tengo su número, ni puedo evitar dejarlo.
-No se diga más.- le escribió su teléfono en un papel.

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