Se
escuchaba el andar de aquellos zapatos negros grandes, que sobre todo
sonaban a recién estrenados. Caminaba con paso firme hacia el
estudio número 3. Como si cada pisada fuera más decidida que la
siguiente. Llevaba puesta una camisa remangada de camuflaje
transparente, por la que se veía su sujetador negro de encaje, iba
metida por dentro de unos pantalones vaqueros cortos. Tapaba parte de
su cara con unas gafas de sol redondas. Para ella las gafas de sol
eran como las corbatas para su padre, podría tener cientas, y fuese
el día que fuese siempre llevaba unas consigo. Estas en particular
eran negras, un negro mate que ella adoraba. El pelo lo llevaba
suelto y algo despeinado, y como no, sus labios tenían ese tono
carmín apagado, como siempre.
Se
acercó poco a poco a aquellas puertas. Y seguido las abrió con
fuerza. En aquel estudio había gente en movimiento, y una sonrisa
orgullosa iluminó su cara. Todos la saludaban e iban detrás de ella
explicándole los pocos avances que habían conseguido en aquella
corta media hora. Quedaba una hora de reloj para que empezaran a
llegar los modelos, que en este caso eran los protagonistas del
dorama “Como tú/Like you”. Así que, decidida, dejó su gran
bolso en la mesa de la esquina, se hizo un moño en el pelo, y
continuó dando ordenes.
-De
acuerdo.- revisaba papeleo- ¿Falta alguien por llegar?
-Creo
que no.- respondió JongDong.
-¿Maquilladores,
técnicos... Todos?
-Dee. (Síi)-
dijeron las cuatro personas que la acompañaban.
-Vale,
pues coloquemos el decorado. Creo que hay una parte que no se hace...
¿aquí? Fue la que pedí ayer, ¿no?
-Sí,
cuando terminen aquí irán a terminar lo poco que queda.- comentó
una de las ayudantes.
-Vale, perfecto. Pues vamos a trabajar. Fighting.- alzó su puño. Todos se
quedaron sorprendidos, pero con una sonrisa respondieron igual.
Todos
corrían apurados por el estudio, JongDong repasaba el guión,
mientras Hanna preparaba las cámaras. El decorado estaba quedando
perfecto. Era un escenario rodeado de luces, después estaba la otra
parte, donde empezarían a grabar el dorama al día siguiente.
-Lo
bueno de este trabajo es que podremos seguir el dorama de cerca.-
comentaba una chica del equipo de Hanna.
-Sí,
va a ser divertido ayudar a grabar escenas del dorama.- le sonrió-
Por cierto, ¿tu nombre?
-Kwon
Yori-imnida. (Soy Kwon Yori)
-Encantada.
Poco a poco iré aprendiéndome los nombres de todos.
-Con
el tiempo te harás con todos.
-Eso
espero. Se colocó las gafas de sol en la camisa.
La
hora pasó muy rápido, casi sin que se dieran cuenta. Y fueron
llegando algunas personas. La primera fue Lee HyunMin, iba a ser la
protagonista del dorama. Era muy estricta con su trabajo, pero por
ella no se tenía que preocupar.
-Annyoohaseyeo.
Lee Hyunmin-ibnida. (Hola, soy Lee Hyunmin) ¿Quién va a ser el fotógrafo hoy?- dijo
quitándose las gafas de sol y dejando caer su chaqueta en las manos
de la que parecía su manager.
-Pues
creo que yo.- le extendió la mano- Mannaso pangapsumnida. Kim
Hanna-ibnida. (Encantada de conocerla. Soy Kim Hanna.) Creo que nos vamos a ver mucho últimamente.
-Dee.-
dijo un poco extrañada y estrechó su mano.
-Bueno,
creo que los demás no tardaran en venir, así que. Por favor
acompañar a Lee Hyunmin-shi para que se cambie... y esas cosas.-
hacía gestos con las manos.
-Por
aquí por favor.- acompañaron a la actriz hacia los camerinos y
Hanna se quedó embobada con el papeleo.
-Ya,
Hanna-shi.
-Omo, dee?
-Parece
que estés en otro mundo.- sonrió.
-Aigo,
me había quedado embobada, lo siento.- se echó la mano a la cara
con un sonrisa.
-¿Tienes
sueño?
-Annyo. (No)-
Hanna se giró y vio como se acercaba.- Pero creo que estoy en uno.
-¿Cómo?-
JongDong no entendía nada. Hanna le dejó los papeles en la mano y
salió disparada hacia él.
-Ya.
¿Qué haces aquí?- este se quitó las gafas.
-Eso
mismo te pregunto yo a ti. Parece que me vas a tener hasta en la
sopa. Enhorabuena por tu nuevo trabajo por cierto.
-Ya.
¿Tú trabajas en el dorama? JongDong-ni, ¿cómo se llama el
dorama?- le reclamaba.
- "Like
you".- respondió desde lejos. Joonchae se acercó a ella.
-Si
te molesta... te vas...- le dijo al oído.
-Tsk.-
ella lo empujó- Mejor no te acerques mucho. ¿No dijimos
profesionalidad? Dudo que haya alguien más profesional que yo.
-La
verdad es que eres muy terca, eso seguro.
-¿Y
eso ahora a qué viene?
En
ese momento el peso de la gafa y la débil costura que sujetaban los
botones de la camisa, más la ayuda de la gravedad, cedieron, y
dejaron gran parte de la camisa de Hanna abierta. Permitiendo ver el
escote del sujetador de la fotógrafa. Joonchae pasó de estar
desafiante con ella a ruborizarse hasta llegar a colores
inexistentes. Su cara era un cuadro rojo y boquiabierto que no podía
articular ninguna palabra.
-Ki...
Kim... aigo...- le hacía señales con las manos. Intento aproximar
las manos para hacer algo, pero Hanna le pegó en la mano.
-¿Qué
haces? ¿Qué quieres?- miro para abajo- ¡Ais!- se tapó
rápidamente, él se dio la vuelta dándose en la cara para olvidar lo
que había visto.
-Oppa!-
dijo alguien a lo lejos.
-Oh,
Im Soori-ni, annyeong. (Hola)
-Oppa,
oppa, ¿qué tal vas con lo de los rumores?
-Bi...- no lo dejo contestar.
-¡Ah!
¿Y el otro día en la cena? La verdad es que estuve mala, y no he
visto aún a Soodae-ni.
-Im
Soodae?- dijo Hanna.
-Ya,
Hanna-ni, gwenchana? (¿estás bien?)- le preguntó JongDong. Hanna miró a JongDong
cómplice y fue a colocarse al lado de Joonchae.
-Así
que, claro, no se que hicisteis en la cena.- seguía comentándole
Soori a él. Cuando se fijo en que Hanna se ponía al lado de
Joonchae. La miró de manera descarada y cuando fue a seguir con la
conversación se quedó en blanco. La volvió a mirar- ¡Tú!
-Yo.-
le respondió con chulería Kim Hanna.- Oye sabes que es de mala
educación señalar a la gente.- lo señaló. Soori miró su dedo, y
lo apartó en seguida, colocándose en jarras frente a ella.
-¡Ya!-
dijo con un pitido de voz potente, tanto que los tres se
sorprendieron- ¡Niñata insolente, como pudiste atreverte si quiera
a llamarme eso!
-Kim
Hanna-ya! ¿Qué has hecho?- preguntó Joonchae. Hanna los miró a los
dos con cara de asco y se llevó la mano a la boca.
-Mira...
creo que lo mejor va a ser que...
-Oppa!
¿Por qué conoces el nombre de la niñata esta?- miraba a Joonchae
alterada.
-Me...
¿me ha interrumpido?- le decía a JongDong que se encontraba a su
derecha ojiplatico. Él le contestaba con la cabeza- No me lo creo...
-Soori-ni, tranquilízate, jebal. (por favor)- la cogió del brazo. Hanna seguía
flipando con la situación en la que se encontraba. “Y el otro se
pone de su parte, bueno, es lógico. Huevón, huevón.”, pensaba
Hanna.
-Oppa!
¡Me llamo “little slut”!- le comentaba indignada. Joonchae miró
a Hanna sorprendido y enfadado. No llevaba aquí ni una semana y ya
se estaba metiendo en líos con todos sus amigos.
-Significa
“pequeña puta”, para que lo sepas.- respondió Kim Hanna por la
cara que le había puesto Joonchae.
-¡Ja!-
Soori fue directa a pegarle una bofetada a Hanna.
Pero
Hanna no recibió la bofetada. Geum JongDong se colocó en medio de
las dos y recibió el golpe. Cuando Im Soori se dio cuenta, apartó
al joven entre susurros inquietos.
-¡Ya,
Tú! ¡Voy a llamar al encargado de todo esto! ¡Voy a hacer que te
despidan!
-Omo, gwenchana JongDong-ni? (¿estás bien?)- fue Hanna a ver cómo estaba Jongdong,
acaricio su mejilla muy suavemente. Joonchae se quedó petrificado.
-¿"Ni"?-
dijo flojito. El traqueteo del brazo que sostenía a Soori y las
sandeces que estaba diciendo lo hicieron reaccionar.- Ya, ya, Soori-ni,
tú no sabes quién es ella, cálmate, arasseo? (¿de acuerdo?)
-¡Oppa,
suéltame! ¡Tú niñata no pases de mi!- Hanna seguía mirando
preocupada a JongDong, o lo hubiese seguido haciendo, pero la
impertinente de Soori no dejaba de repetir esa palabra que a ella
tanto le molestaba.
-Señorita
debería tener más cuidado con quien se esta dirigiendo.- le dijo JongDong
dejando detrás de él con el brazo a Kim Hanna, como si la intentara
protegerla.
Joonchae
soltó desafiante el brazo de Soori, y miraba enfadado a JongDong.
Hizo el amago de querer apartarlos a los dos. Hanna estaba muy
sorprendida de como había actuado JongDong, se le veía tan frágil
que no sabía de donde había podido salir esa pizca de masculinidad.
Pero ella no se podía quedar de brazos cruzados. No podía permitir
que Soori siguiera montando ese escándalo en el estudio, y tampoco
que otros le solucionaran sus problemas. Así no era ella.
-Gwenchannha, Geum JongDong-ni. (Tranquilo.)- salió de detrás de él- Mira, voy a ser la persona
cordial que intento ser en el trabajo, y te voy a pedir que te salgas
del estudio. Y a poder ser fuera de la agencia.- Soori no se lo podía
creer.- Allí chillas todo lo que tú quieras. Y cuando te
tranquilices y seas una persona más racional podrás pedirme
disculpas.
-¿Pero
vosotros estáis escuchando lo que me esta pidiendo esta niñata?
-A
ver, disco rayado.- se estaba empezando a enfadar de verdad- Sal
ahora mismo de mi estudio. O te juro que te sacó de los pelos.
-Hanna-ya.
Tranquilízate tú también, jebal. (por favor)- dijo Joonchae.
-¿Qué
me tranquilice? Cuando la saquen lo estaré. Así que cállate.- Esa
última frase cayó en el estómago de Joonchae como plomo.
-Ya,
ya, ¿qué son todos esos gritos?- salió del camerino Lee HyunMin.
-La
falta de respeto es lo que pasa.- comentó Soori señalando a Hanna.
Pero esta no se dio cuenta, ya que ella y Joonchae se habían quedado
mirándose fijamente. Esas miradas mataban.
-Im
Soori-shi, ¿acabas de llegar y ya te pones a pelear con la fotógrafa?-
se reía la actriz.
-¡¿La
fotógrafa?¿Enserio?!- ponía cara de diva angustiada, esta sin
decir nada siguió a Lee HyunMin al camerino.
Hanna
miró avergonzada a su alrededor. Todos los del estudio se quedaron
mirándolos y comenzaron a cuchichear.
-Podemos
hablar.- Joonchae la cogió del brazo y la saco fuera del estudio. Su
manager que entraba se quedó con la palabra en la boca al ver la
mirada de Joonchae. Pararon de andar en un lugar donde nadie podía
escucharlos.
-¡Ya!
¿Crees qué esta es forma de tratarme?
-¿Y
tú? ¿Después te llamas profesional? Insultando a la gente.
-Perdona.
Pero si no sabes lo que pasó el otro día mejor te tragas esas
palabras. Y dejas de decir tonterías.
-Conociéndote
seguro que esas palabras no fueron las únicas.
-Pues
no, fíjate, le dije que era una retrasada, en pocas palabras. Y que
su ego ocupaba toda la maldita agencia. Básicamente lo que pasó
contigo en el maldito aeropuerto.
-Puedes
dejar de ser tan cría.
-¡¿Cría?
¿Yo?! Yo debería haberle pegado la bofetada a ella, y no que la
diva de tu amiga. “¡Oppa! ¡Oppa!”- la imitaba- Le ha pegado a
Geum JongDong-shi. Además me he comportado en todo momento. Pero se ve
que el tinte, a parte de dejarte tonto, también te ha dejado ciego.
-¿Otra
vez con lo mismo, no te cansas?
-¿Y
tú? ¿No te cansas de ser así de impertinente?- los dos se quedaron
en silencio y un tanto ajitados.
-¡¿Y...
y el chico ese?! ¿Qué?
-¿Qué
pasa?
-¿Qué
hacia ahí? ¿Quién es?
-Y
a ti que te importa.
-¡Ja!
-Es
mi mano derecha. Y la única persona honrada que había en ese
estudio.
-Honrada
dice.
-Pues
sí. Ha sido él único que ha hecho algo. Lo que pasa es que a los
idols como vosotros os echan demasiadas flores, pero la mayoría de
veces es para que la gente no vea lo feos que sois por dentro.
-Hanna-shi.-
se escuchó a lo lejos- Ya ha llegado el último actor.
-Y
ahora, si me disculpas.- dijo ella- Tú deberías ir a cambiarte o
algo.
Joonchae
se carcomía por dentro de la rabia, “¿Por qué es así?”,
pensaba. Hanna corrió desesperada para atender al último actor. Y
menos mal, pensaba ella. Rezaba para que Ok JiYoung fuese más
normal que aquella panda de pijos con los que le tocaba trabajar, y
con los que tenía que pasar mucho tiempo.
-Annyonghaseyo. (Hola)-
le dijo exaltada, mientras se reprimía las ganas de chillar como la
gran fan que era.
-Omo.-
lo tomó por sorpresa- Annyonghasehyo, Ok JiYoung-ibnida. (Hola, soy Ok Jiyoung) Encantado.
¿Tú eres la fotógrafa, no?- le dijo con una enorme sonrisa, lo que destrozó todas las barreras que Hanna se había puesto.
-Dee...-
casi se le caía la baba.
Mientras,
fuera de aquel estudio, seguía Choi Joonchae. Se tiraba muy fuerte
del pelo por toda aquella situación. No sabía ya como reaccionar,
que decirle, su boca y su cuerpo iban por su cuenta. Pero seguía
pensando que la que estaba obrando mal era ella. Se tomó un respiro.
Sabía que lo que le esperaba tras esas puertas no iba a ser un
camino de rosas. Cuando se decidió a entrar se chocó con alguien.
-Lo
siento mucho.- se agachó el muchacho.
-Anny,
anny.- le dijo tranquilizándolo.
-¡Oh!
¡Choi Joonchae-hyung!
-¿Jason?-
dijo asombrado- ¿Qué haces en esta agencia?
-Decidí
probar suerte en las pruebas de aquí, nunca se sabe. Además,
siempre he pensado que soy muy versátil, y no está de más.
-Bueno,
básicamente va a ser la misma empresa...
-¿Cómo?-
Joonchae se llevó la mano a la cabeza.
-Annya,
no me hagas caso.- rió nervioso.
-Dee..-
le sonrió extrañado.
-Pues...
¡Suerte!- se fue corriendo hacía la puerta del estudio.
-¿Este
chico es muy raro o soy yo?- se preguntaba el joven mientras se
dirigía hacia su entrevista.
Dentro
del estudio número 3 ya estaba comenzando la acción. Hanna ya había
comenzado con el reportaje de Lee HyunMin, y todo parecía ir bien.
Ni una queja, ni una riña. Hanna trasmitía seriedad cada vez que
apretaba ese botón, que por desgracia ya estaba un poco desgastado.
Toda esa seriedad desaparecía cuando se desprendía de la cámara
para comentar las fotos con la actriz. Los demás actores se
colocaron detrás de las pantallas donde salían reflejadas las
fotos, viendo así el resultado de tanta magia.
-Wuaa,
gwiyeo... (que linda)- dijo una joven del staff.
-La
verdad es que son fotos muy buenas.- comentó Ok Jiyoung.
-Gomawoyo. (Gracias)-
se acercó Hanna a ver el resultado en la pantalla.
-Chonmanayo. (De nada.)- le sonrió.
-Aunque
no lo creas, no todas están perfectas.
-Jinjja? (¿En serio?)-
dijeron Im Soori y Lee Hyunmin a la vez.
-Dee,
hay una de las luces que no me gusta en varias fotos.
-A
mi me encanta.- sugirió HyunMin- Salgo genial.- no tenía abuela
aquella actriz.
En
ese momento todos rieron, resultaba raro que una chica como Lee
HyunMin alagará el trabajo de los demás, aunque después siempre su
ego eclipsara la sala. Hanna siguió con el reportaje. El ambiente
aún seguía un tanto gris. Parecía que Im Soori no podía
comportarse adecuadamente. Pidiendo esto, interrumpiendo lo otro. A
Hanna la llevaba loca. Todo lo contrario que con Ok JiYoung. Todas
las mujeres de la sala lo adoraban. Era guapo, y lo que más
destacaba de él, su hermosa sonrisa. Era el único que le sacaba una
sonrisa a Hanna. Pero lo malo era que cuanto más disfrutaba ella,
antes pasaba el tiempo.
-Choi
Joonchae-shi, te toca.
Se
aproximó poco a poco. Cuando estuvo frente al objetivo levantó la
cabeza rápidamente, y el flash cegó su mirada.
-Ya,
ya.- se dirigió Hanna a él.- ¿Qué haces?
-¿Cómo
que qué hago?- se sorprendió.
-¿Me
puedes decir por qué tan serio?
-¿En serio?-
abrió los ojos como platos. “¿Quiere hablar de esto aquí?”,
pensó.
-Se
supone que tú papel es el de amigo alegre, y vaya cuadro de foto.
Más serio y me deprimes.
-Ya,
con que me digas “sonríe” me vale.
-Sonríe.-
él se quedó parado y le dedicó la sonrisa más falsa que pudo-
Ya... Tomatelo con ganas. Quiero acabar cuanto antes...
-Hanna-shi no seas tan dura con él.- alguien le dio unos golpecitos en el
hombro- Parece estar un poco agobiado, eso es todo.
-Pues
podría agobiarse fuera de mi estudio.- intentó hacerse la graciosa
ante JiYoung, pero en el fondo lo decía muy cabreada.
-¿Quieres
que te traiga algo de beber?
-Oye,
¿Seguimos o qué?- Joonchae se indignaba porque no le estaba
prestando atención.
-No, muchas gracias. Voy a seguir, sino el gallinero se me revoluciona.-
intentó sacar su mejor sonrisa de enfadada. JiYoung le asintió y le
dedicó una sonrisa.
El
rato que estuvieron juntos fue más que desastroso. Kim Hanna se
quejaba de las poses de él, él de las fotos desenfocadas que esta
sacaba. “Más maquillaje.”, se escuchaba, “Taparle como sea esa
cara de amargado.”, se le escapaba. Él no dudaba en responderle.
Todos los del equipo se sentían incómodos, tenían miedo de meterse
en la pelea que esos dos se tenían entre manos. Aunque habían
pausas de tranquilidad y trabajo en equipo, que se rompían con
comentarios que no venían al caso. Aún así, el reportaje salió
perfecto. Hanna cogió mucha más confianza con su equipo, aunque no
con Joonchae, y menos aún con su ahora enemiga número uno Im Soori.
El odio aumentaba por ambas partes. Cuando el reportaje terminó
todos intentaron recoger lo más rápido posible, para ir a casa a
descansar.
-¿Ya
son las nueve?- le preguntó Hanna a JongDong.
-Dee.-
le sonrió mientras recogía el último cable que quedaba.- Waeo? Meoggo sip-eo? (¿Por qué? ¿Quieres comer?)
-¡¿Doce
horas hemos estado?!- lo miró ojiplatica.
-Dee...-
se reía el joven, la cara de Hanna era muy graciosa.
-¿Significa
qué soy invencible?
-Mollao. (No lo sé) Qué exagerada.
-Exagerada
dice.- rompió a reír como una loca- Eso siempre, por favor.
-Que
divertida.
-Bueno,
un placer trabajar contigo Kim Hanna-shi.- les interrumpió Ok JiYoung.
-Gamsahamnida. (Gracias)-
le hizo una reverencia- El placer es mutuo entonces.
-Espero
verte pronto.
-Eso
esta hecho.- se despedía con la mano mientras veía como se alejaba.
-Oye...
¿a ti te gusta o qué?- le dijo JongDong.
-What?-
se puso roja.
-No
intentes ocultarlo, que ya todo el staff se ha dado cuenta.
-Por
favor, si no te gusta ese hombre es para pegarte un tiro.
-Como
sois las tías...
-Yo
solo digo la verdad. Pero no te deprimas por eso, jebaal. (pooor favor)- le dijo
burlona pegandole en el hombro. JongDong la miró triste, y Hanna le
sacó la lengua.
-Nos
vemos el sábado.- dijo Joonchae pasando de largo.
-Dee.-
respondió seria.
-Hanna-ni...
¿Puedo preguntarte algo? Aunque no estoy muy seguro...
-Claro,
gwenchannha. (no pasa nada)
-¿Qué
tipo de relación tenéis tú y Choi Joonchae?
A
Hanna le hubiese gustado abstenerse de contestar esa pregunta, pero
le contesto con un misero “Ni yo misma lo sé.”. JongDong quedó
extrañado, pero no quería meterse mucho más. Desde fuera parecía
una relación de muchos años, que estaba rota desde la primera
palabra que cruzaban hasta la última. Pero de la que parecía salir
un rayo de luz a veces.
Cuando
terminaron de recoger JongDong le propuso a Hanna ir a cenar a un
sitio: “Wua que sitio”, lo describía él. Y echaron a andar con
paso rápido. Tenían mucha hambre. Llegaron a una tiendecita muy
mona y antigua.
-Hey, Noona! (Hermana mayor)- se acercó JongDong a una de las camareras muy entusiasmado.
Kim
Hanna se quedó unos pasos más atrás de él. No quería interrumpir
aquel saludo tan intenso por parte de la noona de Geum JongDong. Ella
lo cogió con el brazo arrastrándolo hacía una de las mesas vacías
que habían. Y JongDong girando el cuello intentaba hacerle señas a
Hanna para que fuera a sentarse con él. Cuando se dio cuenta los
persiguió, hasta sentarse finalmente en uno de los tres taburetes
que rodeaban la mesa.
-Omo,
que lugar más bonito.
-Gomawo,
gomawo. (Gracias, gracias)- saltó la noona de Geum JongDong.
-Noona,
tenemos mucha hambre. ¿Qué tienes esta noche?
-¡Uh...!
Hicimos bibimbap. Y vaya bibimbap. Esta deliciooooso.
-Wuaaa, mogo-sipeo! (Quiero comer)- a Hanna se le caía la baba al escuchar bibimbap.
JongDong se reía de ella.
-Bibimbap
entonces. Y soju.
-Mucho
soju, por favor.- estaba desesperada.
-Perfect!-
dijo en un inglés un tanto extraño- Ya os lo traigo.
-Dee!-
dijeron a la vez.
Estaban
sentados uno en frente del otro y allí se comenzó la primera de
muchas conversaciones raras que tendrían a lo largo de su amistad en
aquel pequeño restaurante de barrio, en aquella mesa redonda. La
comida llegó rápido, igual de rápido que la agudeza de Hanna para
abrir la botella de soju y beberse sus dos primeros vasos, aún si no
tenía comida. Solo quería olvidarse de ese día largo y duro.
-Ummm,
qué bien huele noona.
-Espero
que os guste.- dijo orgullosa.
-Dee!-
respondió JongDong- ¡Ya! ¿Qué haces?
-Esta
delicioso JongDong-ni. Come un poco, ¿no?- JongDong estaba atónito.
-¿No
me esperas? Que fuerte...- dijo bajito.
-Ais...
Mogo, mogo y calla. (come, come)- él sonrió.
-Parece
que tienes hambre.- se llenaba la boca de comida.
-Nega? (¿Yo?)- no se le entendía con la comida.
-¿Qué?
¿Más relajada?- trago fuerte Hanna.
-Dee,
mucho mejor que con esos monstruos de antes.- se llevó la mano a la
cara, mientras con la otra metía más comida a su boca- Esto esta
delicioso.
-Aigo,
si sigues así, lo tiraras todo en vez de comértelo.
-Son
las malas costumbres de los coreanos.
-Hablando
de Joonchae-shi... ¿qué te ha dicho antes que te molestase?
-Su
presencia me molesta. Con eso te lo digo todo.
-Que
dura.
-No
soy dura.- bebió un vaso de soju con ansias- Tengo que tener la
mente fría.
-Fría...-sonrió-
Bueno jefa, con que no tengas problemas.
-Tú
tranquilo JongDong-ni.- se sorprendió- Y no me llames jefa.-
dictaminó con otro trago de soju.
-Oh,
dee, es verdad, mianh. (Lo siento)
La
conversación siguió, igual que siguieron acabándose la comida, y
sobre todo el soju. Cada vez más borrachos, aunque ella era la más
afectada. Y él lo sabía. Pero era divertido. Estaban criticando a
aquellos “monstruos”, como los había calificado Hanna. Bueno,
más bien los criticaba ella, y él solamente asentía y se reía con
las ocurrencias que tenía.
Hanna le contaba a JongDong, como Im Soori, muchas veces, en su infancia, la había dejado en ridículo. Y le contaba como antes se divertía con todos sus amigos. También como conoció a Yoona, y como unió a Yoona y a Kang Jihoo, le contaba que hacían una hermosa pareja y lo orgullosa que estaba de ellos. Eran lo que ella nunca podría tener. Y a veces cuando contaba algo sobre Joonchae se le escapaba una sonrisa. Una tierna y corta o efímera sonrisa, que JongDong disfrutaba. Él vio que Joonchae no era cualquier persona para ella, y que un día fue muy importante en su vida.
Hanna le contaba a JongDong, como Im Soori, muchas veces, en su infancia, la había dejado en ridículo. Y le contaba como antes se divertía con todos sus amigos. También como conoció a Yoona, y como unió a Yoona y a Kang Jihoo, le contaba que hacían una hermosa pareja y lo orgullosa que estaba de ellos. Eran lo que ella nunca podría tener. Y a veces cuando contaba algo sobre Joonchae se le escapaba una sonrisa. Una tierna y corta o efímera sonrisa, que JongDong disfrutaba. Él vio que Joonchae no era cualquier persona para ella, y que un día fue muy importante en su vida.
A
JongDong le gustaba como Hanna contaba las cosas, parecía que con
cada trago de soju se volvía aún más niña, y se la veía feliz
recordando. Ni pensó en ningún momento molestar aquel relato. Pero,
se preguntaba varias cosas. “Con el odio que dice tenerle, y lo
bonito que lo nombra”, pensaba él. Y de su boca curiosa salió una
pregunta.
-Y...
¿cómo conociste a Joonchae-shi?
-Dee?
Mollao... (No lo sé) Muchas veces también me pregunto eso. No sé como deje de
conocerlo...
-¿Cómo?-
se desconcertó al ver que no respondió a lo que él le estaba
formulando.
-Pero
no quiero hablar de eso...
La
cara de Kim Hanna se veía tan triste, y sus ojos daban la sensación
de haber llorado, aunque no lo habían hecho. Pero seguramente si lo
hizo su corazón. “¿Qué le habrá pasado?”, se preguntaba él
ingenuo JongDong que estaba sentado en frente suya, viendo como
aquella que decía ser fuerte, estaba destrozada. Ella de repente le
sonrió, pero la preocupación de Geum JongDong no cesó a causa de
eso, solamente la aumentó. Hanna se llenó de nuevo el vaso, y dejó
que entrara de nuevo por su garganta ese alcohol, aquella “colonia”,
como él la llamaba.
-Aa...-carraspeó
Hanna- ¿Qué? ¿No vas a beber?- le sirvió otro vaso.
-Dee...-
bebió a su salud.
-Uff...
cada vez se me van más los ojos.- se reía mientras se aguantaba la
cabeza.
-Va
a ser hora de dejar de beber...
-¡¿Estamos
locos?! ¡Todavía queda soju en la botella!- JongDong se reía a
carcajadas, parecía como si hubiese revivido, como si hubiese
olvidado la sensación de antes y volviese a ser feliz- Weo? (¿Qué?) - ella
lo miró de reojo- ¿Te has enamorado de mí?- él solo podía reír.
Su cara borracha era de lo más divertido- ¿Tan rápido? Jope, si
que tengo que ser guapa.- empezó a hacerle morritos y caras, que
aunque ella creía, no eran sexys.
-Para,
para por favor...- reía como un niño pequeño.
-Kiss-uuu! (Besooo)-
le ponía morritos.
-Ya
eres tú de nuevo.
-¿Me
había ido?- le dijo graciosa.
-Anny.-
le correspondió- ¿Qué? Ahora dejaras de beber.
-Annyo!
Eso no entraba en mis planes.
-Pues
entonces sirveme otra copa.
-Y
después soy yo la borracha, ¿sabes?- se dirigió a una pareja que
se encontraba a su lado cenando.
-Ya,
ya...
-Sonríe,
Jongdong-ni, sonríe.
-Dee.
¿Oye y tú como es que bebes tanto?- le preguntaba mientras ella le
servía otra copa.
-Me
gusta su sabor. Y cuando tienes que despertarte y dejar de ser. Es lo
mejor.- le guiñó un ojo.
-¿Dejar
de ser?
-Dee,
dee, ¿nunca te ha pasado?- le cogió de la mano- Cuando estas, y de
repente, ¡ya no!- saltó de la silla.
-¿Cómo?-
se asustó.
-A
mi... lo que pasa es que es un secreto, ¿sabes? Pero como he
decidido que eres mi ¡super chingu! (super amigo)- alzó los brazos por encima de
su cabeza uniendo los puños como si de una postura rara se tratara-
Te lo cuento.- se colocó seriamente, aproximando su silla.
-Que
graciosa.- Jongdong se divertía muchísimo con ella, si que era
verdad que era en el fondo muy buena persona.
-Lo
que ocurre es que el alcohol lleva una especie de... cosa...- no
sabía mentir- Que cuando me la bebo...- hizo una pausa interesante-
¡PAM! Me convierto en catwoman.
-Jinjja? (¿En serio?) No me lo creo.- respondió el compañero medio ebrio siguiéndole la
corriente.
-Te
lo juro.- zarandeo la copa tirando la mitad del soju a la mesa.
-Pero...
¿y tú luchas contra el mal?
-¿Qué
dices tío? No, no, no... Yo soy de esas que van a saco.
-A-saco...-
repetía confundido.
-Soy
de las que se quitan el pelo de la cara.- hacía los gesto que le iba
diciendo- Mira fijamente a su presa.- lo miró- Aquel chico de la
barra que nada más entrar en el garito ya te ha llamado la atención.
Así que voy decidida hacia él.- se levantó de la silla. Las chicas
que se encontraban en la mesa contigua la empezaron a mirar raro- Y
me pongo a dos centímetros suyos.- se colocó muy cerca de Jongdong-
y...- él tragó saliva. Hanna comenzó a reírse, dejando caer todo
su peso en él. El pobre Jongdong tenía el pulso más acelerado de
lo normal.
-Daebak... (Increíble...)-
soltó sorprendido y aliviado. Hanna se sentó en su sitio riéndose a
carcajadas, y tambaleándose un poco hasta coger algo de estabilidad.
-Ais.-
se limpió los ojos- En verdad cuando suelo beber mucho, sufro como
una especie de lapsus...
-¿Lapsus?-
dijo mientras observaba como las dos chicas que estaban al lado, los
miraban y cuchicheaban.
-¡Yes!
No me acuerdo de nada al día siguiente... es una lastima.
En
ese momento una de ellas se percató de que Jongdong las estaba
mirando, y convenció a su compañera para dejar de hacerlo. Hanna
seguía a su rollo. Parecía que le hubiesen dado cuerda, aunque más
bien era el alcohol el que lo hacía.
Las
dos amigas de la mesa contigua, comenzaron a brindar, a Kim Hanna no
parecía molestarle, estaba en su mundo, pero a Geum Jongdong le
empezaban a parecer muy ruidosas. Las miraba de reojo, para no
hacerle el feo a Hanna. Una de ellas se levantó chillando.
-¡Ah!
¡Por fin han salido TaeYeon-ah!
-¡A
ver!- dijo la amiga.
La
joven se levantó de su silla efusivamente. Mientras se levantaba
tiró uno de los platos que había en su mesa. Y por desgracia, Hanna
no cesó en ningún momento de balancearse en el taburete, y la
cercanía de las mesas no evitó la catástrofe. Kim Hanna cayó al
suelo segundos después que el plato, incrustándose poco a poco en el
antebrazo izquierdo, si no todos, la mayoría de los cristales rotos.
Ella cayó sin darse cuenta de lo que había pasado, y al pobre
Jongdong no le dio tiempo a reaccionar para cogerla, porque en ese
momento toda su atención estaba centrada en el plato.
-A...
u...- se le escuchó decir desde el suelo.
-Kim
Hanna! Gwenchana?! (¿Estás bien?)- se levantó preocupado Jongdong. En un
segundo también apareció a socorrerla la noona de Jongdong.
-Gwenchana? (¿Está bien?)-
le dijo ojiplatica.
-Dee...
dee...- se encontraba un poco en shock. Hanna miró su brazo
preocupada, y nada más ver las primeras heridas estas empezaron a
dolerle- Creo que el alcohol amortiguo la caída.- miró a Jongdong
con una sonrisa forzada.
-Gwenchana? (¿está bien?)-
preguntaron las dos jóvenes a la vez. Hanna las miró desafiantes.
-A
ver.- estiro su brazo izquierdo, viendo que le dolía estiro el otro.
Hizo un gesto con la mano para que la joven le diera el móvil. Miró
detenidamente la noticia, por la que aquellas dos estaban tan
emocionadas- ¿Enserio?- miró a su compañero muy enfadada.
-Wae? Waeo? (¿Por qué?)-
se acercó para ver cual era la noticia.
Jongdong
se quedó blanco. Tras la larga conversación y aquel largo día de
estrés, comprendió en un instante su la cara de enfado de Hanna. Se
trataba de las fotos del dorama. Alguien había filtrado algunas de
las fotos en las que salían sobre todo Ok JiYoung y Choi Joonchae.
La foto que vio Hanna, en especial, era de Joonchae.
-¡Ais!-
hizo amago de tirar el móvil.
-¡No,
no!- se lo dio bruscamente.
-¡¿Por
eso te emocionas? ¡Y, y rompes un plato! ¿Pero cuantos años
tienes?- la cara de la joven cambió, se había sentido ofendida.
-¡Ya!
¡Tratalo con más respeto! Ajhumma... (Señora mayor)- dijo bajito.
-Ajhu...
ajhu?- miraba a todo el mundo- Weo? Ajhumma?! (¿Qué? ¿Señora mayor?)
-Dee! Ajhumma!
-¡Ya!-
la amenazó con la mirada- Yo la mato.
Hanna
saltó para poder llegar hasta ella y cogerla de los pelos. Pero
Jongdong esta vez estuvo preparado, y la cogió de la cintura para
llevársela a la otra punta del pequeño restaurante.
-¡Ais!-
dijo quitándose de encima a Jongdong- ¡Ya! Sonyeo!- dijo de mala
gana- Que sepas que por mucho que colecciones sus CD's y tengas sus
fotos no vas a tener nada con él.- las dos amigas se quedaron
desconcertadas. Hanna se sacudió la ropa, y optó por salir de allí.
-Michin... (Loca...)-
dijo una de ellas.
Hanna
se giró rabiosa, y no logró de nuevo su objetivo, porque, a parte
de que las jóvenes salieron corriendo, los reflejos de Jongdong
parecían mejorar con el tiempo, y la cogió al vuelo. La sacó del
local, mientras Hanna las insultaba y destrozaba sus sueños.
-¡Pues
que sepáis que es un déspota, un engreído, nunca vais a poder estar
con él, porque sois una niñatas, y seguro que el dorama es una
mierda! ¡Acordaros de mi cara! ¡A la próxima no os escapáis!
-Noona...-
intentaba comunicarse Jongdong, mientras Hanna forcejeaba- mañana
vengo, araji? (¿vale?)
-Dee,
dee, vete, aja.
A
unos metros del puesto la dejo en el suelo por fin.
-¡Ah!-
chilló Jongdong.
-Miahn... (lo siento) te he pellizcado.- el otro frotaba con fuerza su brazo- Au, au...-
comenzó a dolerle otra vez el brazo.
-Omo,
se me había olvidado por un segundo tu herida.
-Ya,
a mi también.- la miró con detenimiento- Ais... y todo por culpa de
esas dos. ¡Ais!- le pegó al aire cabreada- Au, au.- se quejaba.
-Quieres
parar.- le cogió el brazo- Creo que lo tienes peor.
-¿Tú
crees?-comentó irónica.
-Voy
a llamar un taxi.
-¿Y
por qué no vamos andando?- se intentaba sacar los cristales del
brazo.
-¿Qué
haces? ¿Qué dices?- le decía histérico.
-Así
se te pasa un poco la borrachera.
-¿A
mi?- la miró. Ella se estaba sentando en el suelo cerca de la
carretera. Se echó las manos a la cabeza y se sentó a su lado.- En
todo caso a los dos.
A
los minutos un taxi paró justo en frente suya, tras las repetidas
señas que los dos compañeros no dejaban de hacer.
-Al
hospital más cercano, por favor,
-Dee.-
confirmo el conductor.
-Ppalli,
ppalli, (rápido, rápido) me desangro ajhussi. (señor)
-Dee,
dee.- dijo preocupado el taxista.
-Si
no llegamos ya me duermo.- le dijo al oído a Jongdong.
-¿Pero
si acabamos de entrar?
-Pues
mira si tengo sueño.
Llegaron
al hospital en tan solo diez minutos. Un corto trayecto tras estar
entretenidos con las luces de colores de los distintos edificios que
habían pasados. Ni si quiera sabían que hospital era.
-Gamsanmida,
ajhussi. (Gracias, señor)- le dijo Hanna al conductor mientras Jongdong terminaba de
pagarle.
-Ppalli,
ppalli. (rápido, rápido)
-No
tengo ganas de correr Jongdong-ni.- la cogió del otro brazo y
arrastro de ella hasta llegar a la entrada de urgencias.
Cuando
entraron por la puerta de urgencias una de las enfermeras los
atendió. Jongdong se quedó explicándole todo con detalles, hasta si
le dolía o no, y donde. Se le veía un poco agobiado. Hanna se
sentó, por su cuenta, en una de las camillas que habían libres.
-¿Dónde
esta la paciente?- preguntó el doctor que acababa de unirse les a la
conversación. Todos la buscaban.
-Allí,
allí, esa es.- la encontró Jongdong.
-Señorita, ¿me permite?- Hanna se reclinó sorprendida.
-Kim
Hanna-shi?
-Omo,
Kibum-ni. ¿Te puedo llamar Kibum-ni?
-¿Qué?-
dijo desconcertado- ¿Qué te ha pasado?- cogió un taburete y se
sentó al lado de la camilla.
-Pues
nada, mi yo alcoholizada cayó al suelo. Con la mala, mala, mala
suerte de que unas fans ¡locas!, habían tirado un plato al suelo, y
mi brazo fue a parar justo... ahí.- le sonrió. Él solo pudo
reírse.
-Veo
que sigues teniendo la misma suerte. Bueno, aunque la mayoría de las
peleas te las buscabas tú solita.
-Ei...-
le sonrió- no siempre estaba metida en líos, lo que pasa es que tu
aparecías en esos momentos. Seguro que lo hacías aposta.- se
rieron.
-Doctor
que se desangra.- intervino un Jongdong un tanto, demasiado,
preocupado.
-Tranquilo.
Si ha podido aguantar hasta ahora es porque no será tan grave.
-Eso,
eso, tranquilo Geum Jongdong-ni. Si no me duele.- este se echó las
manos a la cara.
-Bueno
por lo menos las heridas no tienen mucha profundidad.
-Solo
un dedo.- exageró Hanna.
Jongdong
se llevó las manos a la boca en señal de que si seguía mirando
vomitaría allí mismo.
-Voy
a darme un paseo... cerca del baño.
-Dee,
dee. Pobrecito, esta blanco, ¿eh? Que fuerte. Que malo es el
alcohol.
-Y
creo que no ha sido lo único.
-Crees
bien. Además de doctor, que eres... ¿Sherlock Holmes?
-No
hay que ser Sherlock Holmes para oler ese gran aroma a destilería.
-Entonces,
¿el perro, no? Aunque tú de perro tienes poco. Para eso ya tengo a
otro.- empezó a hablar entre dientes.
-A
lo mejor te duele un poco. Por cierto, tu amigo esta tardando un
poco.
-Lo
lógico es que no me digas que me va a doler, sino me duele el doble.
-Bueno,
pues intenta distraerte.
-Uff,
que difícil.
-Cuéntame,
¿qué tal el día?
-¿El
día? Au, duele, duele...- empezó a curarla.
-No
mires.
-El
día una mierda.- miraba de reojo- Esta mañana empecé con mal pie y
así hasta ahora como podrás comprobar. Enserio, a sido pésimo. Que
si Joonchae-ya me lleva la contraria, que si la otra es una loca...
-Choi
Joonchae-hyung?
-Dee.
Esta loco si cree que las cosas van a ser igual que antes.- Hanna ya
no podía medir sus palabras. Kibum se quedó callado, sin hacer el
mínimo ruido- Ais... y encima estaba de morros y se negaba a
colaborar...¡Pero, ja! La otra es mucho peor. No, no, no, esta si
que se negaba, si, si. Que... zo... zorra es.
-Hanna.shi,
tranquilízate, se me están saliendo los puntos.
-Aigoo...
Lo único bueno del día es que te he visto. Y que me he puesto como
una cuba, pero es secundario.
-En
realidad ya son las doce y media.- le señaló el reloj.
-Vaya.
Pues entonces empezamos bien el día.
-Ya
casi termino, si me dejas.
-Dee.
Oye... ¿Te han dicho hoy lo guapo que vas?- Kibum no pudo contenerse
la risa- Que afortunada soy por ser la primera, ¿eh, eh?
Los
dos comenzaron a reírse, y el rato en el que termino de curarla
estuvieron hablando fluidamente, hasta se olvidaron del pobre
Jongdong, que se encontraba en el baño, intentando salir de una
pieza.
-Pues
señorita, usted ya esta lista para irse.
-Por
favor, doctor, tuteéme.- le dio flojito en el brazo- ¿Alguna
recomendación?
-Mmm...
cúrese la herida todos los días, si tienes algún problema no dudes
en llamarme. Y deja de beber...
-Creo
que lo que me pide es imposible. Más que nada porque ni tengo su
número, ni puedo evitar dejarlo.
-No
se diga más.- le escribió su teléfono en un papel.
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