-Y
pensar que dormiría tan bien.- suspiró Hanna.
-¿A
qué hora llegaste a casa?- preguntó su padre.
-Kurse... (Pues...)-
le sonrió- Tarde seguro que no.
-Bueno.-
se colocó la chaqueta- Hoy tomatelo con calma. Deja que el equipo te
explique más o menos todo. Escucha lo que te digan, araji? (¿vale?) No eres
nueva en esto. Pero trabajamos de forma distinta.
-Yo
me acostumbraré a ellos, y ellos a mi. Así trabajo yo.
-No
dudo de ti.
-Con
escucharlos una hora bastará.- se rió.
-Kim
Hanna-ya...
-Confía
hombre, confía.
El
coche que los llevaba ya estaba estacionando en frente de la empresa
“Sons of Golden”. Era un gran edificio, un poco a las afueras del
centro de Seúl. Así podían crecer como la nueva empresa que iban a
ser.
Hanna
bajó sin olvidarse de lo más importante, su cámara. La llevaba
casi siempre con ella. Y en un día como hoy era necesario. No podía
tener mascotas así que todo su aprecio iba para aquella Nikon.
-¿Por
qué te has traído eso?
-Pues,
porque sí. Es mi bebé.- apretó con fuerza la cámara.
-Aigo...
-Ya,
que gracioso.- reía ella sola- Todavía me río cada vez que lo veo.
“Sons of Golden”.
-De
verdad que yo no se como te puedes parecer tanto a él. No tenéis
remedio ninguno de los dos.- hacía referencia a su tío.
-Nega? (¿Yo?) Oye, no corras tanto appa. ¿Me vas a indicar donde tengo que ir?-
intentaba ponerse a su altura.
-Annyo.
-Annyo?
-Kim
Hanna-ya, voy apurado, muy apurado. Pregúntale a alguien.
-What?
¿Pero qué tienes que hacer a las siete de la mañana?
-Aquí
se trabaja. Se giró indignado al escucharla.
-Bla,
bla...- Kim Moonsik paró en secó.
-Oye
tú, joven.- se dirigía a un chico de gafas que pasaba por ahí un
poco apresurado también.- ¿Trabajas aquí, no?
-Dee?-
él joven se quito uno de sus auriculares muy rápido al ver quien le
estaba hablando- Sí, jefe.
-¿Trabajas
en el equipo número tres?
-Omo,
dee...- se quedó sorprendido, como sabía tanto de un empleado, se
preguntaba. Pero era todo pura casualidad.
-Hanna-ya.-
lo interrumpió. Él joven se tapo la boca como señal de que no
tenía que hablar más de la cuenta.- Este joven es de tu equipo.
¿Cómo te llamas?
-Geum
JongDong-ibnida. (Soy Geum Jongdong)- se acercó Hanna algo cansada de perseguir a su
padre con todos los bártulos.
-Hanna-ya te presento a Geum JongDong-shi te guiará hasta el equipo.
-Omo, jongmal? Nega? (¿De verdad? ¿Yo?)
-Dee.
Bueno, buenos días. Y a trabajar muy duro.
-Dee.-
dijeron los dos. JongDong además le hizo una reverencia.
Ella
miraba como se iba su padre, mientras JongDong intentaba poner una
pose interesante, que dejo en cuanto ella lo miró.
-Nugu... (Quién...)-
no pudo acabar la frase.
-Kim
Hanna-ibnida (Soy Kim Hanna). Trabajaré muy duro.- hizo una pequeña reverencia.
-Omo.-
se sorprendió y le dedicó una sonrisa muy tierna- Dee, tú... ¿tú
también trabajas en el equipo 3?
-¿Equipo...?-
se rasco la cabeza- La verdad es que no se de que equipo soy, llegué
antes de ayer a Corea y la verdad es que voy un poco perdida.- le
sonrió.
-No
pasa nada mujer. Ya veremos como encontramos tu equipo.
-Dee,
gamsanmida. (Sí, gracias)- él se quedó embobado sonriendole hasta que cayó en la
cuenta de algo.
-Omo,
omo, ¡que tarde es! Ya, date prisa, sígueme. Después te ayudaré a
encontrar tu equipo, okay?
-Dee,
claro, ¿pero qué pasa?
-Hoy
llega también la “jefa” del nuevo equipo. Y nos dijeron que es
muy, muy estricta.- le decía asustado- Y como ves llegamos tarde,
que desastre soy.
-Oh,
vaya. Sí, tranquilo. Aja. (Vamos)- le asentía con la cabeza.- Gwiyeo. (Que lindo)- dijo
bajito Hanna. Le había parecido el chico más “cute” de toda
Corea.
Él
salió disparado. Corría un tanto raro, y a Hanna le hacía cada vez
más gracia. Ella lo seguía un poco agobiada, ya que llevaba la
cámara, pero seguía corriendo tan rápido como siempre. Pasaron por
el gran hall como locos hasta recorrer uno de los pasillos centrales
y acabar en una de las salas donde se realizaban los reportajes.
Llegaron fatigados. Los dos respiraban muy fuerte. Cuando JongDong
abrió la puerta, todos los que allí se encontraban se giraron
abrumados. Pero al ver que solamente era el tardón de Geum JongDong
respiraron tranquilos. Ella pasó por detrás de él sin que nadie se
diera cuenta.
-¡Ya!¡¿Quieres
morir?!
-Ais,
que susto.
-Si
llega a estar aquí, mueres JongDong-shi.- le decían sus compañeros.
-Dee.
Jaesonghabinida, jaesonghabinida,... (Sí, lo siento, lo siento)- repetía con reverencias. Él
dejó su bolsa en una mesa que había en una esquina.
-Ya,
Geum JongDong-shi.
-Dee?-
se giró- Omo, me había olvidado de ti, mianhae-seo. (Lo siento)
-No
pasa nada tranquilo. ¿Todavía no ha venido?
-Anny...-
se sentó en la mesa, Hanna dejó su cámara y se sentó a su lado-
¿Tampoco te han dicho de que vas a trabajar?
-Pues
me dijo que me encargaría de varios proyectos.
-Omo,
¿eres buena con la cámara?
-De
las mejores.- presumía ella, los dos rieron.
-Yo
también.- puso una pose de victoria.
-¿Tú
te encargas del equipo?
-Annyo.-
se echaba las manos a la cabeza- No soy tan tan bueno. De momento a
cabo de entrar.
-Yo
me tendría que ocupar de algún equipo.
-Omo,
¿cómo jefa?
-No,
solamente como fotógrafa.
-¿No
es lo mismo?
-¿Sí?
Entonces no trabajáis igual que yo.
-¿De
dónde vienes?
-De
España.- le dijo con una sonrisa.
Alguien
abrió la puerta de aquella sala. Y todos dejaron de hacer lo que
estuvieran haciendo. Geum JongDong se bajó de un salto de la mesa.
Por la puerta solo entró Park Yoona. Todos la miraron con ansia,
esperando a que detrás suya hubiese alguien más. Y, efectivamente,
así era, pero no era lo que ellos se esperaban.
-Buenos
días chicos.- dijo Yoona muy amable.
-Dee.-
dijeron todos.
-Os
presento a Park EunJi-shi. Es la nueva becaría. Y va a entrar en vuestro
equipo hoy también.
-Trabajaré
muy...
-Ya,
ya, Park Yoona-shi.- interrumpieron a la pobre, que agachaba la cabeza-
¿Se puede saber donde esta la nueva jefa?
-¿Quién?
-¡Yoona!-
dijeron todos.
-Era
broma.- reía ella sola- Pues debería haber llegado hace tiempo al
estudio. O eso me ha dicho él jefe.- dijo esta última parte más
flojito, mientras miraba el móvil.
Pero
como si de otro mundo paralelo se tratara, Geum JongDong y Kim Hanna,
apartados de los demás y sin enterarse de lo que estaba pasando, se
reían y comentaban lo que les acababa de pasar. El pobre JongDong al
saltar de la mesa había tropezado con el cableado y acabó tirando
un equipo de luz. Ellos estaban recogiéndolo todo mientras todos
los demás prestaban atención a Yoona. Cuando, de repente, el móvil
de Kim Hanna comenzó a sonar. Todos los presentes, menos JongDong,
giraron su cabeza al escuchar la música del teléfono. Hanna
mientras intentaba no reírse tirada en el suelo cogió la llamada.
-Yobuseyo? Dee? (¿Diga? ¿Sí?)- se reían los dos. Yoona al verla se fue acercando a donde
estaban.
-¿Dónde
estas?
-Aquí.
-¿Dónde?
-En
la agencia.- Yoona estaba a un paso de ella, y detrás de esta todo
el equipo. Observaban a los dos energúmenos de las luces. JongDong
cuando se dio cuenta tocó el hombro de Hanna avisándole de que todos
la estaban mirando.
-¡Kim
Hanna! ¿Qué haces aquí?
-¡Ah!
Yoona-ya, que susto.
-Ya...
¿Qué haces en el suelo?- le ofreció la mano. Hanna la cogió y se
levantó.
-Se
habían caído unas cuantas luces.- señaló JongDong.
-Bueno,
no pasa nada. Te presento a Park EunJi-shi, la chica de allí. Señaló a
lo lejos, sin saber muy bien a donde porque había demasiada gente
detrás suyo.
-Ah...
Pues hola.- dijo chistosa Hanna.
-Hola...-
se escuchó un hilo de voz. Lo que hizo que se quedaran todos un poco
extrañados.
-Yoona-shi,
¿quién es?- preguntó alguien.
-Ella
es vuestra nueva fotógrafa.
-What?-
dijo Hanna.
-¿Cómo?-
dijo JongDong apartándose y colocándose las gafas.
-Jinjja? (¿En serio?)
-Dee.
-Vaya,
que bien, ¿no?- dijo mirando a JongDong, aunque él todavía tenía
cara de estar muy asustado.
-Ella
se encargará de revisar los expedientes con vuestra ayuda. Coordinara
cada paso vuestro, y los reportajes. Así que por favor ponerla al
corriente de todo... es poco, pero de algo. Por cierto, os
encargaréis vosotros del reportaje del nuevo dorama de Ok JiYoung-shi.-
les dio unos papeles.
-¡Bien!-
dijeron todos muy alegres.
-Tiene
que ser muy buena, sino no nos lo hubiesen dado.- cuchicheaban.
-¿Y
cuando empezamos?- preguntó uno de ellos.
-¡¿A
las diez?!- se alarmó él que tenía los papeles.
-Dee.
-¿Pero
estamos locos?- se quejaban.
-¡Ya,
ya! A mi no me miréis.- les dijo Yoona- Apartaros.- todos se quitaron.
-Pero
si tú eres la que lleva los horarios Yoona-shi.
-Queréis
mirar lo que os he dado. Y para de quejaros. Bueno Hanna-shi espero que
te apañes con esta panda de quejicas. Que al parecer no les gusta
trabajar con grandes oportunidades.- todos comenzaron a quejarse de
nuevo.- Callaros ya, pesados.
-Tranquila
unni.
-Pero
Yoona-shi...
-Ya,
ir a hablar con Kim Moonsik-shi si queréis cambiarlo.- se colocó bien la
falda tras saltar indignada y se fue con una sonrisa de aquel
estudio. Como era pequeñita muchas veces no la tomaban enserio.
-Encantada.-
le dijo Hanna a la nueva becaria.
-Trabajaré
muy duro.- dijo con la cabeza agachada. Hanna le dio unos golpecitos
en la espalda para que se tranquilizara.
-Eso
espero. Bueno, pues compañeros. Estoy muy contenta... De que este
sea... mi... tsk.- nadie le estaba prestando atención, hasta la
becaria estaba demasiado nerviosa como para escucharla- ¡YAA!-
chilló fuertemente Kim Hanna- ¡¿Alguien me va a prestar algo de
atención?!- todos dejaron al instante lo que estaban haciendo-
¡Bien... Gracias! Tanto no costaba...- se giró- ¡Tú, deja de
comer!- señaló a una chica que se encontraba escondida detrás de
uno de los altavoces comiendo galletas. Se colocó el pelo y
prosiguió.- Tú, dame el documento.- lo cogió un poco demasiado
enfadada, aunque nerviosa. Todos la miraban asustados, sobre todo
Geum JongDong. No se esperaba que de esa niñita tan linda, al
principio, pudiera salir tanto mal genio. Y tampoco se esperaba que
fuera tan buena como ella le había dicho.- Ya... ¿Qué es lo que os
pasa?- nadie le quería responder- Ais... Tú, dime, ¿por qué os
quejáis tanto?- los compañeros lo empujaron para delante, este trago
saliva e intentó responderle.
-Que
no tenemos suficiente tiempo para organizarlo todo...
-¿Solo
eso?¿Y por qué no hacéis lo que os a dicho Yoona-ni?
-"Ni"?-
se preguntaban todos.
-Porque
Kim... Kim Moonsik-shi seguramente dirá que no.- agachó la cabeza.
-Ah,
de acuerdo. Vale, ahora que veo que me vais a escuchar os comento.
Uno, la que dice ahora si podemos preparar algo o no soy yo. Dos,
cada uno me va a explicar cada una de las cosas que tenéis que hacer
y soléis hacer.
-Eso
nos va a llevar un rato...
-¡Ya!
Shut up. Me tenéis que explicar en que estabais trabajando antes,
para poder terminarlo, y si se puede mejorarlo. Y tres, ¿qué
queréis tiempo? Os daré tiempo. Pero la próxima vez, actuar. Y no
os quejéis tanto. Odio, odio mucho que la gente se queje del trabajo. Arasseo? (¿De acuerdo?)
-Dee,
sansenim. (Jefa)
-Geum
JongDong-shi.- lo llamó Hanna- Ven.
-Dee.-
fue corriendo.
-Acompáñame.
Los demás.- la miraron todos- Dejar todo lo que estáis haciendo y
empezar a preparar el proyecto. No quiero que después falte tiempo.
Venga, venga.
Los
dos salieron del estudio dejando detrás suya una gran revolución de
personas nerviosas que chocaban entre sí para poder poner las cosas
en su sitio, y seguir el guión marcado.
-Ya...
¿No estas contento? Al final vamos a trabajar juntos.- le dio un
codazo, él joven no sabía que hacer, se quedaba a su lado recto
como un palo, más nervioso que de costumbre.
-Disculpa
si antes te he ofendido.
-Tranquilo
hombre.- lo zarandeo un poco para que dejara de estar tenso- Creo que
hasta es verdad y todo.- se colocó el pelo.
-Entonces
vas a ser mi jefa.- le cambió la cara al decirlo, estaba blanco.
-Espera,
espera, a ver... Aunque me haya comportado así de ruda, soy una
persona muy normal, con un humor también muy normal, creo... Y no me
gusta eso de jefa. Solo Kim Hanna. Hanna, arasseo? (¿vale?)
-Dee...-
dijo avergonzado.
-Ya,
lo digo enserio.
-¿Seguro?-
ella asintió con la cabeza- Bueno... entonces te puedo decir que me
has dado un poquito de miedo.
-Mianhae... (Lo siento...)-
sonrió avergonzada.
-Pasaste
de ser muy linda, a ser un ogro.- lo representó.
-Bueno,
no te pases.- le puso mala cara.
-Mianhamnida. (Lo siento.)-
se posicionó recto.
-Gwiyeo. (Que lindo)-
se sonrojo- Aunque no me olvido de la que has liado en el estudio.
-Lo
siento, si he roto algo juro que lo pagaré.- Hanna empezó a reírse.
-JongDong-shi era broma, tranquilo.
Los
dos continuaron andando hacía la oficina de Kim Moonsik. Cuando
llegaron pararon junto la mesa de Park Yoona.
-¿Qué?
¿Ya te vas a retirar?
-¡Ja!
Eso nunca. Vengo a hablar con el ogro.- se río.
Geum
JongDong estaba pasmado, no se podía creer que se tutearan tanto. Y
que ya el primer día llamara ogro al jefe jefazo, como solía
llamarlo. Aunque lo que más le sorprendía es porque tenía que
hablar con él directamente y no con Oh ShinHyon. Que era el
encargado de todo ese tipo de problemas con las agendas, y demás
cosas que ni él mismo sabía. Y eso que ya llevaba un tiempo
trabajando allí.
-Dee,
pero yo de ti me daría prisa, porque ahora mismo tiene una reunión.
-Okay.
Oye unni, al final eso de la despedida de solteras nada, ¿no?
-Anny.
-Unni?-
dijo JongDong.
-Quita
esa cara chico.- le dijo Hanna- Que voy a entrar yo a hablar con él.-
JongDong solo le asintió, estaba en shock.
Hanna
tocó a la puerta del despacho. No se escuchó nada, pero ella la
abrió. Su padre estaba sentado en la mesa del despacho.
-¿Qué
haces?
-¿Qué
haces tú? ¿Cómo es que no estas con tú equipo?
-Puff,
si te contará.- se río Kim Moonsik.- Ya, appa. Me puedes hacer un
favor.
-¿Ya?
¿El primer día? ¿Qué pasa ahora?
-¿Cómo
que qué pasa? ¿Te parece normal ponerles a un equipo que no ha
preparado nada, ni saben de que va, un reportaje para dentro de dos
horas?
-Pensé
que eras buena.- repasaba papeleo.
-Ja...
Soy buena, pero no dios.- se cruzó de brazos.
-Veré
lo que puedo hacer.- la miró de reojo.
Hanna
se quedó mirándolo unos segundos, y levantando su ceja dio por
supuesto el cambio. Le daba igual el día o la hora. Pero tanto ella
como él sabían que era imposible hacerlo en tan poco tiempo.
-¿Qué...
qué pasa?- apretó fuertes sus manos.
-Pues...
¡Pues que soy la puta ama!- se puso a saltar.
-Compórtate, por favor.- le dijo flojito Yoona.
-Sí
mamá...- le sacó la lengua. JongDong respiró aliviado.
-¿Y
para cuando será?
-Kurse... (No sé...)-
el joven se sorprendió- Para hoy no, eso es lo único que se, y lo
único importante, ¿no?- le sonrió- Unni, nos vamos.
-Dee...
perderos de mi vista.
Los
dos salieron de la planta de despachos y bajaron de nuevo al estudio
para avisar a sus compañeros. Cuando llegaron y escucharon las
buenas noticias respiraron todos mucho más tranquilos. Pero aún
tenían que seguir preparando el reportaje. Esta vez, pusieron más
empeño cada uno en su trabajo, no querían quedar mal ante Kim
Hanna, al igual que ella no quería decepcionarlos. Aunque acababa de
salvarles de llevar a cabo el mayor desastre del mundo.
Entre
todos debían conseguir ser uno y tratar de hacer el mejor trabajo
que había visto esa agencia en mucho tiempo. Y aunque Hanna era
exigente, se podía ver que dentro del equipo podían tener
complicidad para llegar a ser buenos compañeros y amigos.
.
. .
Alguien
tocó el timbre.
-Seguro
que es Joonchae-ah.- se dijo así mismo Jihoo.
Fue
a abrir la puerta mientras se desaflojaba la corbata. Él también
acababa de llegar a casa. Cuando abrió se apartó de la puerta para
que pudiera pasar. Efectivamente era Joonchae. Habían quedado para
hablar. Joonchae lo necesitaba. Pero ya que estaba por allí
comentarían lo del contrato nuevamente. Como otras veces ya
hicieron. Entró por la puerta con su camisa vaquera desabrochada
dejando ver una camiseta banca y unos pantalones negros. Se quito sus
vans de camuflaje y las dejó en aquel pequeño rellano. Entró
confiado aunque un tanto nervioso.
-¿Qué
tal ayer?
-¿Ayer?...-
se llevó las manos a la cara.
-¿Quieres
una cerveza?
-Por
favor.- se sentó en uno de los sillones.
-¿Cómo
la vistes?
-Mejor
de lo que la vi la última vez. Puedes creer que solo me acuerdo de
ella subiendo a aquel coche.- manoseaba la cerveza- ¿Tú recuerdas
porque se fue?
-¿Nunca
se lo preguntaste?
-Su
respuesta no fue lo que me esperaba. ¿A caso hice algo mal?
-Y
a mi que me dices.- se levantó.
-Ya.
No hay quien hable contigo, de verdad.
-Oye,
considérate satisfecho.- Joonchae resopló.
-Ayer
me pidió perdón... No entiendo nada.
-Yo
si que no te entiendo.
-¿Esta
enfadada? ¿No lo esta?
-¿Y
tú?
-¿Yo?
¿Enfadado? ¿Por qué debería? ¿Porque se fue sin darme
explicaciones? ¿Porque huye prácticamente de mí? ¿Porque no para
de decirme acertijos indescifrables? ¿Porque coqueta con Kibum-ni?
-¿Cómo?
-Eh,
annya... Puede ser que este obviando algo... No me acuerdo bien de lo
que me dijo la última vez que hablamos.
-Y
porque no tratas de olvidarte de eso. Haz como si fuera alguien
desconocido. O como si no hubiese ocurrido nada entre vosotros dos.-
se volvió a sentar.
-¿Tú
crees que ella haya podido olvidar, y hacer como si nada?
-¿Quieres
que te sea sincero?- se acercó. Joonchae terminó de tragar- Pues
no... Digamos que... Te odia.- rápido e indoloro, pensó.
-¿Cómo?-
se sorprendió.
-Da
gracias a que Yoona-ni sigue siendo tu amiga.
-La
verdad, es que al principio de irse, Yoona-ni estaba muy rara. Les pedí
perdón.
-Hanna-ni nunca acepto tus disculpas.- comentó Jihoo.
-Gracias
por el apunte. ¿Me odia?- se preguntó bajito- Puede que sea mutuo.-
se recostó en el sillón.
-Pues
dejaros de tonterías y hacer bien las cosas. Cuando os vean juntos
ahora tenéis que ser... más cercanos.
-Con
que me odia...- se quedó pensativo.
-¡Ya!
No seas crío.- Joonchae le sonrió y cruzó los dedos de las manos
colocándose en una posición malvada- Solo te falta soltar una risa
malévola.- él se puso a hacerla, pero alguien entró por la puerta.
-¿Qué
haces diabólico?- dijo Yoona sorprendida mientras dejaba sus cosas en
la mesa de la cocina.
-Aquí.
Que parece que no sabe pasar un día sin hacer el payaso.
-Ais,
no es cierto Yoona-ya. No le hagas caso.
-Aigoo
oppa, ya nos conocemos demasiado.- Joonchae le sonrió- ¿De qué
hablaban?- se sentó al lado de Jihoo congiendole la mano.
-Que
tengo un amigo más rayado que las piedras.
-Annyo.-
protestó Joonchae- Solo intentaba recordar.
Comentarios
Publicar un comentario