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Capítulo 2 - Ya no solo cuentas tú



Choi JoonChae llevó a su amigo a su casa aquella mañana, le ayudó a desempacar y estuvo una rato con él. No tenía el día libre, pero las tareas u obligaciones que tenía en ese momento que hacer no le parecían de gran importancia: "una reunión en la agencia a las diez de la mañana", no iba a ir, eran las nueve y media y según él, no le iba a dar tiempo, y no tenía ganas de tratar asuntos vinculados con la situación de la agencia; y la otra "una entrevista sobre el nuevo dorama que iba a protagonizar con Ok JiYoung, Lee HyunMin y Im SooRi", a esta debía de ir, iba a ser breve, y antes de esta, les darían indicaciones sobre como iba a ser, ver el guión, exponer las fechas del rodaje y las primeras fotos, básicamente finalizarían el contrato, y comenzaría la acción.

A las diez menos cuarto, Choi JoonChae salía disparado del departamento de su amigo para dirigirse al suyo. Cuando Byun HyunDae lo dejó en su casa, JoonChae aprovechó para decirle, mientras salía del vehículo, que no hacía falta que pasara a por él esa tarde. Él iría directamente a la reunión, y si eso, se encontrarían allí.

-¿Cómo que "si eso"? ¿Pero y la reunión que tenía usted ahora?- preguntó apurado su manager.
-Choi JoonChae esta apagado o fuera de cobertura si necesita comunicarle algo no estará disponible hasta las seis de la tarde.- le sonrió falsamente.- Que tenga buen día.
-Pero, pero...
-Pero nada.- le dijo ya entrando por la puerta del edificio.- Puff, ya es demasiado tarde,- se concienciaba- y me tengo que quitar el café del pelo... que asco...

Dispuesto a esperar al ascensor, para de nuevo, subir aquellas tres plantas tan eternas y aburridas, y llegar a nada. Su casa. Colocó el código en la puerta "2408" y entró despacio. Como si al entrar en la casa se le colocaran pesas en los pies que le impedían andar correctamente. JoonChae aún no tenía claro si su piso le producía agobio o tranquilidad, siempre esa pregunta rondaba por su mente, pero cada vez que entraba por aquella puerta el sueño parecía invadirle. Por ese motivo siempre andaba de un lado a otro sin pisar aquel lugar, hasta que terminaba su jornada. Pero aquel día fue un día distinto. Parecía que el sueño se desvanecía poco a poco.

Se comenzó a quitar la ropa. Primeramente desabrochando el único botón de la americana azul, que se había puesto para tapar la mancha de la camisa; también cada botón de esta, de arriba a bajo, a la vez que se quitaba los zapatos con la ayuda de los pies. Andaba hacía el aseo mientras dejaba caer en el suelo la ropa que se iba quitando, formando así un raro camino. Antes de llegar se quito todo lo demás. Se le marcaba, muy definitivamente, cada parte de su cuerpo, se notaba el duro entrenamiento de siete años. Entró a la ducha, y permaneció allí una hora. El agua lo tranquilizó, aunque no dejaba de estar abrumado por lo que le venían encima. Salió, y colocó una toalla en su cintura, y otra en la cabeza.

Se volteó, y miró el espejo. Empañado. Intento quitar el “vaho” con una toalla. Se miró nuevamente. “¿Qué sucede?”, se sentía ahogado entre esas cuatros paredes, y le venía a la cabeza la cara de Kim Hanna. “Está tan diferente”, se dijo. “¿Habrá venido por el contrato?”. “Ahora que lo pienso, debería haber ido a la reunión”, pensó. Empezaban nuevamente las preocupaciones. Él no quería unirse a ella, pero era lo mejor para la empresa, o eso era lo que su padre siempre le recordaba.

Hasta las cinco y media que comenzó a vestirse, no hizo otra cosa que componer y comer; se saltó la dieta por esa semana. Y apagó el móvil para que nadie le molestara.

Para ir a la entrevista se arregló demasiado, o eso le diría Kibum. Se puso una americana negra con los botones grisáceos ancha, que lo hacía ir un poco más informal. Aunque esta parecía más un abrigo que lo dicho anteriormente. Se puso debajo de esta una camisa mitad blanca, del pectoral para arriba; y mitad bronce oscuro con motas negras, un pantalón ajustado de vestir negro, y unos zapatos también negros de vestir. Siempre con un "pelín" de tacón. Cuando se dispuso a salir eran las seis y encendió el móvil para poder tenerlo activo, al terminar de cargarse empezaron a venirle muchísimos mensajes.

-¿Qué es esto?

El móvil se estaba bloqueando. Tenía mensajes de su padre, de su hermana, llamadas perdidas de Im Soori, una compañera del rodaje del dorama, y también de su manager y su madre. Parecían todos muy preocupados. “Exagerados”, pensó.

Podía entender que su padre lo hubiese llamado, porque no había asistido a la reunión, pero le dijo a su manager que no lo hiciera, y tampoco era tarde para que Im Soori se empezará a preocupar por si no llegaba, por otra parte su madre y su hermana... Estaba claro, algo había pasado. Abrió el mensaje de su hermana: “Joonchae! Michin?! (¿Estás loco?) Kkk ¿Qué hiciste para que una turista te tirara el café a la cabeza?” “Eh? Contesta.”, decía otro mensaje. Se quedó extrañado.

-Mierda... el aeropuerto.- se dijo, echándose la mano a la cara, y estirándose el cuello de la camisa.

Cogió un abrigo más grande, se lo colocó en los hombros, y unas gafas de sol. También las más grandes que hubiesen. Le echó mucho coraje para poder salir del edificio y que nadie le viese. Bajo habían demasiados periodistas, e intento esquivarlos lo más rápido posible para poder llegar a la agencia.

"-Joonchae, Joonchae ¿qué sucedió con la joven del aeropuerto?
-¿La conoces?
-Joonchae, por favor contesta. ¿Por qué te tiró el café?"

Él intentaba no escuchar nada, no existían. Aunque a lo mejor no responderles era peor. Se subió al coche, arrancó y evitando el tráfico llego lo antes posible a la CJS Entertaiment. Aparcó tranquilamente en el parking, y subió corriendo a la sala de espera de las ruedas de prensa, que se encontraba antes del gran salón, donde ya se escuchaban los murmullos de todos los periodistas y fotógrafos que habían ido media hora antes para prepararlo todo.

En aquella sala se encontraban Im Soori, Ok Jiyoung, el otro actor principal del dorama; Park Hyunshi, otra actriz; Byun Hyundae, el director del dorama, Kim Moonsik, el empresario con quien se iban a fusionar, más conocido como el padre de Kim Hanna; y su padre, Choi Jungsoo. “Estarán esperándome para acribillarme a preguntas”, pensó.

-Buenas tardes.- dijo mientras se colocaba la chaqueta y se quitaba las gafas de sol.- ¿Llegó tarde?
-No. Llegas muy justo.
-Corre, corre, siéntate.- le dijo Byun Hyundae muy bajito mientras Im Soori le hacía señas  demasiado efusiva para que se sentará al lado suyo.
-Te he guardado el sitio.- le dijo dulcemente, a lo cual le respondió con una sonrisa. Lo que él no sabía es que mató con la mirada a más de uno para que él se sentará ahí.

A todos se les presentaron las condiciones de los contratos, les presentaron las fechas de los reportajes de fotos y de los rodajes, ya que empezarían a grabar lo más pronto posible. Con esto les dieron también sus respectivos guiones.

El dorama se iba a llamar “Like you”, trataba sobre la vida de un grupo, que se disuelve por un escándalo, y que todo el mundo comienza a rechazar. Pasan de estar en lo más alto, a ser una persona cualquiera. Iba a haber romance y esperaban que fuese muy dramática aunque con muchas risas.

En toda la conversación sobre el dorama, Im Soori intentaba sacarle algo a Joonchae sobre lo que había pasado en el aeropuerto.

-Ya, Joonchae-ni, ¿quién era la chica esa?- le preguntó muy bajito, acercando su silla cada vez más a él.
-Nugu? (¿Quién?)- le respondió sin interés.
-Ais, no te hagas el bobo conmigo.
-Ya, ¿sabias que ha llegado Kibum de su viaje?- le cambió de tema.
-Dee? (¿Sí?)- le miró.- ¡Ya!- todos la miraron.
-¿Tienes algún problema Im Soori-shi?- le dijo Oh Jiyoung con cara de cínico.
-Anny... (No...)- bajó la cabeza avergonzada.- Ya... ¿te crees que soy tonta?- si hubiese sido Byun Hyundae-shi el que le hubiese tenido que responder habrían sido un sí rotundo.- ¿Qué pasó?
-Nada, no quiero hablar.- le pasó su guión.
-Pues que sepas que de mi no te escapas.- se colocó recta.
-Que pesada es, ¿verdad?- le dijo Byun Hyundae al oído, lo cual hizo que recibiera una mirada fulminante de Joonchae, que hizo que se retirara.

Se levantaron todos y se dieron la mano para finalizar el contrato. Ya estaba todo hecho. Con esto salieron hacía el salón de prensa, donde se encontraban impacientes todos los periodistas. Los flashes inundaban la sala. Todo lleno de brillo. Se sentaron cada uno en sus respectivas sillas, arriba de un escenario, para comenzar lo que sería una corta rueda de prensa.

-Tengo una pregunta para Choi Joonchae-shi.- se puso de pie uno de los periodistas. Lo que hizo que él levantara la cabeza.- ¿Podría explicarnos el numerito que protagonizó esta mañana en el aeropuerto internacional de Incheon?

Todo el mundo empezó a alborotarse. No podía creer que ese tema le persiguiese hasta en la rueda de prensa del nuevo dorama. Se quedó en blanco. Pero Kim Moonsik apareció rápidamente. Le quitó el micrófono y contesto por él.

-Señoras y señores, esta entrevista está destinada al dorama, las preguntas deben estar relacionadas con este tema. Muchas gracias, y por favor, ceñirse al tema. Se resolverá ese asunto en otro momento.

Choi Joonchae se quedó trastocado mirándolo, sentía muchísima vergüenza por aquella pregunta. Sus compañeros, que lo miraban algunos extrañados, algunos más avergonzados que él, y otros con desprecio. Porque la primera pregunta de la entrevista tenía que ser de él dando un numerito, “Que deshonra para el dorama”, pensaban algunos. Por otra parte, se moría por dentro porque fue el padre de Kim Hanna el que salió en su defensa, ya que su lengua, no se la comió el gato, pero si un periodista toca pelotas.

-Por supuesto...- prosiguió el periodista algo irritado.- Bueno Choi Joonchae, entonces, ¿nos podrías decir la historia de tu personaje y el de Boo Hoseok en el dorama “Como tú”? Ya que vas a ser el protagonista junto con tu compañero Ok Ji Young-shi.

Ok Jiyoung al ver que seguía en shock, más enfadado de lo normal cogió el micrófono que estaba delante suya y respondió él a la pregunta. Contó un poco la historia por encima de los dos personajes, como se conocen y que les ocurren, pero sin llegar a revelar mucho más. Las preguntas y respuestas seguían rodando en aquel salón, y el pobre Choi Joonchae solo podía contestar "sí" o "no" a las pocas preguntas que desde ese momento le hicieron. Era el protagonista pero no estaba actuando como tal.



. . .



A las diez y veinte de esa mañana Kim Moonsik cruzaba las puertas de su despacho, y detrás de él como buena hija le seguía Kim Hanna. Él iba de traje normal, como siempre, lo único de destacaba era la corbata amarilla a rayas negras. Todas las corbatas que llevaba eran completamente diferentes las unas de las otras y cada una más llamativa o estridente que la otra. Ella iba con un pantalón negro imitación cuero hasta la cintura, una camisa de manga corta anchita, con pájaros dibujados, en color azul turquesa y un tacón del mismo color que esta, con un bolso negro grande.

Dejó el bolso en la silla que había delante de la mesa del despacho. Se sentó al lado de su padre en unos sillones que se enfrentaban en forma de círculo. Cuando se sentó no llegó a decir la primera palabra cuando por la puerta entró Park Yoona sosteniendo la puerta para dejar entrar al empresario y presidente de “CJS Entertaiment”, Choi Jungsoo.

Kim Hanna se levantó de un salto al ver a su amiga, y sin que ninguno de la sala, incluida Park Yoona, se dieran cuenta saltó encima de ella.

-¡Unni! (Hermana mayor)- le grito casi al oído, Yoona se apartó sorprendida, y después la miró bien.
-¡Ah!- gritaron a la vez pegando saltitos.
-¡Dongsaeng! (Hermana pequeña)

Estaban y se miraban como si el tiempo no hubiese pasado, muy muy felices. Y por eso saltaban en círculos como niñas de preescolar.

-Como se nota cuando pasa el tiempo, ¿verdad?- comentó Choi Jungsoo, con su sonrisa apacible en el rostro.
-Muy cierto.- le extendió la mano con una sonrisa, su amigo Kim Moonsik.- Por favor, toma asiento.

Aún con más de treinta años de amistad aquellos dos hombres eran formales entre sí. La edad les había hecho más amigos y las circunstancias más fuertes. Las dos jóvenes volvieron a tomar la compostura entre risitas y bromas.

-Unni, te veo después, arasseo? (¿de acuerdo?)
-Dee. (Sí)- le guiño el ojo. Hizo una reverencia y se fue.

Park Yoona era la mejor amiga de Kim Hanna, desde que ellas pueden recordar. Aún siendo un año mayor que Hanna ni eso les impidió estar juntas. Se lo contaban todo, eran como hermanas, y ahora Yoona se había convertido en la mano derecha de los hermanos Kim, y en futura, muy no tan futura esposa de Kang Jihoo, un celebre abogado que estuvo enamorado de Park Yoona desde los seis años.

Kim Hanna se sentó nuevamente con una sonrisa y una reverencia hacia Choi Jungsoo, ya que había pasado mucho tiempo desde que lo vio por última vez. Se le veía igual de feliz de como lo recordaba.

-Oh... Kim Hanna-ya, se te ve muy cambiada.- ella le asintió con la cabeza.
-Y más guapa.- añadió su padre.
-Appa... (Papá...)- le dijo avergonzada.
-Tú siempre poniéndola en un compromiso.- rió amablemente.
-Sino no sería un buen padre.- rieron.- Bueno, ¿sabes dónde esta Choi Joonchae?

A ella se le abrieron los ojos, no le habían comentado que se iba a encontrar con él. Y seguro que tendría que enfrentarlo, y esta vez para hablar de su futuro juntos.

-Debería estar aquí.- dijo extrañado Choi Jungsoo.

Cogió su teléfono y marcó el número de su hijo. Nadie lo cogió. Llamó esta vez a su manager, pero tampoco hubo respuesta.

-Aigoo, este muchacho me va a volver loco.- se llevó las manos a la cabeza.
-Gwenchanha (Esta bien), a lo mejor ha tenido un imprevisto. ¿Comenzamos?- “Imprevisto sí, pequeño y pringoso imprevisto”, pensó Kim Hanna.
-Kunde (Entonces)... será lo mejor.

Kim Moonsik cogió unos documentos que se encontraban encima de una mesa redonda al lado de aquel círculo de sillones. Le dio unas cuantas hojas a Hanna, que comenzó a leer enseguida. Para ella las clausulas del contrato parecían razonables. Todo en general parecía estar bien. Menos dos cosas, dos pequeñas cosas por las que suspiraba. Miró a Choi Jungsoo preocupada.

-¿Como se encuentra usted?
-Dee? (¿Si?) Todo va mejor.- él sonrío, y ella le respondió igual, pero su preocupación aún perduraba.
-¿Alguna pega?
-Anny (no), sabes que yo lo hago por vosotros. Ya he vivido mucho. Ahora me toca ser responsable.- decía con un poco de sarcasmo.
-Muchas gracias Kim Hanna-ya. Tus palabras me dan tranquilidad.- Kim Moonsik puso su mano en el regazo de su hija- Espero que todo vaya bien.
-Por favor, ajhussi (señor), cuídese mucho.
-Hanna-ya, no te preocupes por mi, vas a tener mucho trabajo a partir de ahora.

Los dos hombres se levantaron a la vez, y a continuación ella.

-Bueno, no nos preocupemos ahora del contrato.
-¿Podríais venir a cenar a casa? Seguro que allí si que va a ir él.
-De acuerdo, hace tiempo que no vemos a Choi Seungchae.- decían mientras salían del despacho.
-Esa es otra que me saca de mis casillas, pero me hace más caso.
-Wua... Seungchae? Tiene que estar super guapa y super mayor.- dijo Kim Hanna.

No se acordaba de esa niña. La última vez que la vio, llevaba coletitas y jugaba con las muñecas entre las flores que su madre plantaba con tanta delicadeza en el jardín de detrás de su casa.

-Se va a alegrar mucho de verte.
-Yo también.
-Park Yoona.- dijo Kim Moonsik.
-Dee, sabonim. (Sí, jefe.)
-¿Estas muy ocupada?
-A...nny.- dijo ordenando su mesa.
-¿Te importaría enseñarle las instalaciones a la nueva fotógrafa?
-Annyo, ¿quién es?
-Kim Ha...
-¡TADA!- dijo ella saltando en frente de Yoona.

Volvieron a chillar como niñas, pero esta vez los que se encontraban en esa sala trabajando las miraron. Park Yoona la cogió de la mano y la llevó con los demás trabajadores.

-Chicos, os presento a la nueva fotógrafa.- Kim Hanna se apartó el pelo de la cara para dar buena impresión- Espero que tenga una buena bienvenida.
-Annyoghaseo! (Hola)- Hizo una reverencia- Che irumun Kim Hanna inmida. Mannaso pangapsumnida. Chal butak hamnida. (Mi nombre es Kim Hanna. Encantada de conoceros. Cuiden bien de mí.) Daré mi mayor esfuerzo en esta empresa.

Todos la saludaron muy simpáticos y sorprendidos, porque no esperaban a un empleado nuevo; pero ahí solo se encontraba una pequeña parte de la plantilla de “Sons of Golden”, la agencia de su padre y su tío.

Se despidieron de los dos hombres de negocios, y ellas se fueron a visitar la agencia, como Kim Moonsik le había ordenado a Park Yoona. Aunque Kim Hanna se conocía ese lugar como la palma de su mano, aunque había cambiado mucho en ocho años. Nuevas construcciones, diseños diferentes, aparatos más modernos en cada una de las salas de grabación, etc.

-Hay poco que te pueda enseñar. Pero las mejoras en los programas, las instalaciones, los equipos, puff son muy buenas.- le iba comentando Yoona mientras se recorrían la agencia de arriba a bajo- Con la nueva unión también se esta haciendo un nuevo pabellón de salas de música, baile, etc. Se hizo también varios contratos con programas para grabar en nuestras instalaciones cuando precisaran. La verdad estoy muy emocionada, todo esta yendo como la espuma.
-No. Si al final lo mío si que va a ser un simple tramite.

Las dos rieron sin saber por qué, tal vez Park Yoona porque se sentía incómoda con ese tema y a la vez feliz de verla, y ella porque trataba de no darle importancia. Sin poder llegar a reaccionar, Kim Hanna, en ese descuido gracioso se chocó con alguien. Otra vez. Ya iban dos veces el día de hoy, parecían señales, el “karma”, o simplemente que era torpe.

-¡Ya! Ten cuidado por donde andas.

No podía creérselo. La joven con la que se choco agachó sus gafas para mirarla y soltó un suspiro de diva presumida, la apartó con la mano y siguió su camino. Parecía que hoy solo se iba a chocar con gente impertinente. “¿Qué ha pasado?”, pensó Kim Hanna con su cara de “poker”.

Hanna se giró en ese momento con el puño en alto, para “decirle algo”. Park Yoona reaccionó enseguida, y la llevó un tanto lejos. Pero cuando la supuesta joven “educada” llevaba recorrido la mitad del pasillo central de la agencia escuchó la voz de Kim Hanna gritando.

-YOU! LITTLE SLUT!(¡Tú! ¡Pequeña zorra!) ¡Puede ser que tu ego llene toda la sala, pero tu pequeño cerebro no te rellena esa cabezota que tienes!- la joven se quedó mirándola indignada con la boca abierta y sin poder pronunciar ninguna palabra.

Kim Hanna la miraba satisfecha tras la reacción que había tenido, con lo que se giró descarada y empezó con paso de reina a caminar hacía la puerta principal. Park Yoona se lamentaba por no haber sacado a Hanna de allí a tiempo, y pedía desde lejos perdón a la joven a la vez que seguía a Hanna.

-¿Kim Hanna-ya sabes quién es esa?- trataba de llegar a ella.
-Ni lo se, ni me importa.- sonrío- Pero me he quedado muy agusto.
-Aigoo... Espero que no nos metamos en ningún lío por esto.
-Tú, tranquila. ¿Qué? ¿Me van a despedir cuando ni he empezado a trabajar? ¿Y tú? Si no has hecho nada. ¡Ai señor que me meo!- se reía a carcajadas- Aigoo, tienes que admitir que ha sido muy divertido.- su amiga río inocente.
-Tienes razón. Además, es muy prepotente, alguien tenía que decirle algo.
-¿Te cae mal?
-Mmmm... un poco.- indicaba con la mano. Y rieron las dos.

Se cogieron del brazo, se sonrieron y fueron directas a buscar un restaurante. Una comida entre amigas, lo mejor que puede haber. Se alejaron lo suficiente de la agencia para no toparse con nadie, se sentaron en el restaurante y pidieron sus platos, esperando el tiempo necesario para no morir de hambre.

-¿Qué tal llevas los preparativos de la boda?- le preguntó Hanna cogiéndola de la mano.
-Muy bien.- sonrió- Ya queda muy poquito, estoy muy nerviosa.
-Y tan poquito, como que es la semana que viene.
-¡AH!- dijeron a la vez.
-Que contenta estoy.
-Deseo que todo te vaya genial, y no te caigas de camino al altar.- le puso cara maliciosa, con sonrisa de malo de película- Menos mal que voy a estar ahí para grabarte.
-QUE MALA.
-Soy graciosa. Pero no te me vayas a sulfurar, que te van a salir granos.- Yoona se tocaba la cara.- ¿Dónde vais a ir de luna de miel?
-Jihoo-ni me dijo que le gustaría ir a Sri Lanka, y pues para Sri Lanka que vamos.
-Vaya... espero que te guste mucho... la isla, y eso...- Yoona le pegó flojito en el brazo como avergonzada- Bueno, bueno, ¿Y la despedida de soltera?
-¿Cómo? Nada de eso, que vergüenza dongsaeng.
-Pero unni, por lo menos salir a cenar, y después... no se, ir a algún local o cualquier sitio.
-Ya veré... Bueno. ¿Qué tal el viaje? ¿Muy largo?
-Eso seguro. Pero muy normal, doce horas seguidas en el mismo avión, mismo asiento y sola, resultado: o te vuelves loca o te lo tomas con calma. Intente hacer lo segundo, porque lo primero ya sabemos. ¿Ya estoy loca no? Así que.
-Como te echaba de menos dongsaeng.- comenzó a reír otra vez.
-Y yo a ti.

Por fin trajeron los platos, aunque parecía que de tanta charreta a las dos amigas se les había quitado el hambre. Pero ninguna era de dejarse un plato que les gustase mucho. Y básicamente eso hicieron, por poco no dejan ni el plato. Las dos no paraban de hablar, eran dos cotorras en potencia, y sus risas se escuchaban por todo el restaurante. La gente las miraba, pero daba igual.

-Aún me acuerdo en el karaoke de Gangnam disfrazas de gorilas bailando. Eso si que merece repetición.
-Sí, sí y Jihoo-ni y Choi Joonchae iban disfrazados de mujer.- Kim Hanna se río, pero su risa fue cesando al escuchar su nombre.- Oh, mianhe. (Lo siento)
-Anny, tranquila, es que no me acordaba de que él también protagoniza mis recuerdos.
-¿Lo echas de menos?- le preguntó con delicadeza.
-Nado molla... (Tampoco lo sé)- le daba vueltas con la cuchara a la sopa- Puede... que eche de menos a mi mejor amigo, al que me pegaba en las manos para que no me mordiese las uñas, o el hablador que siempre inventaba historias extrañas de época, o el que me cantaba cuando estaba triste...
-Puede ser... que tu amigo siga siendo el mismo... de antes.
-Sí... ya... ¿Y por qué me trató así?
-Un error lo tiene cualquiera, ¿no?- la intentaba convencer.
-Park Yoona-ya. Me empujó al suelo delante de todos como un trapo. Tirando trece años de amistad al garete. Y como tonta fui a buscarle.
-Pero lo del despacho no lo dijo de verdad.
-Unni...- el puño que sujetaba la cuchara cada vez lo estaba apretando más y más- No quiero hablar de eso.
-Dee, mian, (Sí, lo siento) no pasa nada... Pero son dos años Kim Hanna, no seas tonta. Ni seas dura con él.

Kim Hanna la miraba y sabía que ya no iba a ser como antes. Él parecía haberse convertido en una nenaza oxigenada que lo único que sabía hacer bien era cantar.

-Bueno, ¿qué te pareció el contrato?
-JA! Sabes que lo hago por ellos, pero... eso de tener que irme a vivir con él. ¿Estamos locos? ¿No puedo vivir sola? Soy ya mayorcita. ¿Y durar tanto tiempo? Es la peor condena del mundo.- se cruzaba de brazos enfadada- Pero claro, como buena chica que soy, sonreí y asentí con la cabeza.
-Mujer, ten en cuenta que os vais a casar.
-Ya! No digas eso, es un mero y cochino contrato.
-Exagerada.- le decía indignada.
-¡De eso nada!- saltó mirándola con ojos de loca.
-Exagerada.- insistió- Tú.. piensa que es como... actuar.
-No tranquila, si el "paripe" lo voy hacer, pero bien. Después de esto me van a dar el "oscar".
-Aigooo... me estas volviendo loca y todavía no has empezado.

Las dos siguieron hablando del tema, y aunque Park Yoona se preocupaba por el futuro de su amiga no veía lógico su comportamiento. La veía muy pasota, y presentía que debía tener más cuidado con los medios sino quería que se descubriese el pastel. Aunque por otra parte se sentía orgullosa y feliz. Orgullosa, por verla tomar ese tipo de decisiones que aunque a ella no le convenían sabía que ayudan a otras personas, y siempre intenta dar lo mejor de si misma. Y feliz, porque de una manera u otra aquellos dos tontos iban a estar juntos, no como ella se lo imaginaba, pero juntos al fin y al cabo.

Cuando salieron del restaurante Park Yoona miro el móvil, por si la había llamado Kang Jihoo. Pero en vez de una llamada, en su móvil se le reflejaba la última noticia. Era sobre Choi Joonchae y Kim Hanna, aparecían varias fotos de ellos discutiendo y una donde Hanna le derramaba el café a él en cabeza.

-Ibwa! (Mira esto)- le dijo Yoona con cara de asombro señalando el móvil.
-Waeo? (¿Por qué?) Omo... ¿Ya lo han hecho noticia? Pero que entrometida es la gente de verdad... ¿Y ahora que me invento...?
-¡Pero como no me has dicho que lo has visto!
-¿Y que quieres que te diga? ¿Qué un gilipollas maleducado se ha cruzado en mi camino, se ha chocado, y como me ha hablado borde le he tirado el café encima? Y después, mágicamente, ¡PUF!- exageraba con las manos- de casualidad, ha resultado ser Choi Joonchae-shi.
-¡Pues sí! ¡Claramente venía implícito en el “¿Cómo te ha ido el viaje?”!
-Pues... ya te lo he contado.- Yoona la miraba con la boca abierta, estaba en shock- Que fuerte eh, y yo no me he dado ni cuenta. Ais... Es que ha sido tan prepotente. Y ya sabes, por eso le he tirado el café... Además creo que él tampoco sabía que era yo....
-¿Cómo no lo has sabido?
-¡Lleva el pelo rubio! ¿Cómo quieres que lo reconozca? Pero bueno, que no pasa nada, los paparazzi se han puesto un poco pesados pero no más de lo normal con un idol.
-Espero que esto no afecte a nada.- se echaba las manos a la cabeza.
-Tú siempre con tu angustia, se inventa cualquier cosa y ya.
-Tú siempre tan pasota.- Hanna al escucharla sacó la lengua a modo de burla.

Cuando llegaron otra vez a la agencia eran las seis menos algo y le pidió a Park Yoona que la llevase a su casa, quería descansar un poco, porque parecía que el espacio-tiempo se le echaba encima.

Llegó a su casa, y se despidió de Yoona. Mañana la volvería a ver. Cruzó el umbral de la casa despacio. En el sofá, estaban su madre y su abuelo viendo la televisión.

-Hello.- les dijo.
-Omo, Hanna-ya, ppaleun, ppaleun. (rápido, rápido)- dijo su madre mientras golpeaba suavemente el hueco vacío del sofá, para que tomara asiento.

Estaban viendo la entrevista de un nuevo dorama que iba a salir, y el abuelo mientras tanto refunfuñaba.

-Mira, tu padre.
-¿Cómo?- se sentó.

Era el nuevo dorama que iba a protagonizar Choi Jooncahe. La verdad estaba pensando en levantarse he irse. No sabía porque su madre le había dicho de sentarse a verlo, y lo hizo. Pero escucho una frase que le hizo pararse en seco: “Tengo una pregunta para Choi Joonchae. ¿Podría explicarnos el numerito que protagonizó esta mañana en el aeropuerto internacional de Incheon?”. Se giró enseguida, vio como ponían una foto de ellos dos discutiendo en el aeropuerto. La cara de su madre y su abuelo cambiaron totalmente. La imagen desapareció, y las cámaras enfocaban al rostro de Choi Joonchae blanco y sin saber que responder. Viendo que tuvo que salir Kim Moonsik a sacarlo de la situación, y que seguía y siguió toda la entrevista con esa cara de ido por la situación, le hizo recordar a Hanna la última vez que lo vio en Corea.

-Hanna-ni, ¿esa eras tú?- le preguntó su abuelo.
-Dee. (Sí)- no tenía muchos argumentos en ese momento.
-¿Cómo? ¿Solamente nos vas a contestar con un sí?
-Es una historia muy larga. Appa (Papá) te lo explicará.- le dijo subiendo las escaleras hacía su habitación.


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