Choi JoonChae llevó a su amigo a su casa aquella mañana, le ayudó a desempacar y estuvo una rato con él. No tenía el día libre, pero las tareas u obligaciones que tenía en ese momento que hacer no le parecían de gran importancia: "una reunión en la agencia a las diez de la mañana", no iba a ir, eran las nueve y media y según él, no le iba a dar tiempo, y no tenía ganas de tratar asuntos vinculados con la situación de la agencia; y la otra "una entrevista sobre el nuevo dorama que iba a protagonizar con Ok JiYoung, Lee HyunMin y Im SooRi", a esta debía de ir, iba a ser breve, y antes de esta, les darían indicaciones sobre como iba a ser, ver el guión, exponer las fechas del rodaje y las primeras fotos, básicamente finalizarían el contrato, y comenzaría la acción.
A las diez menos
cuarto, Choi JoonChae salía disparado del departamento de su amigo
para dirigirse al suyo. Cuando Byun HyunDae lo dejó en su casa, JoonChae aprovechó para decirle, mientras salía del vehículo, que
no hacía falta que pasara a por él esa tarde. Él iría
directamente a la reunión, y si eso, se encontrarían allí.
-¿Cómo que "si eso"?
¿Pero y la reunión que tenía usted ahora?- preguntó apurado su manager.
-Choi JoonChae esta
apagado o fuera de cobertura si necesita comunicarle algo no estará
disponible hasta las seis de la tarde.- le sonrió falsamente.- Que
tenga buen día.
-Pero, pero...
-Pero nada.- le dijo
ya entrando por la puerta del edificio.- Puff, ya es demasiado
tarde,- se concienciaba- y me tengo que quitar el café del pelo...
que asco...
Dispuesto a esperar
al ascensor, para de nuevo, subir aquellas tres plantas tan eternas y
aburridas, y llegar a nada. Su casa. Colocó el código en la
puerta "2408" y entró despacio. Como si al entrar en la
casa se le colocaran pesas en los pies que le impedían andar
correctamente. JoonChae aún no tenía claro si su piso le producía
agobio o tranquilidad, siempre esa pregunta rondaba por su mente,
pero cada vez que entraba por aquella puerta el sueño parecía
invadirle. Por ese motivo siempre andaba de un lado a otro sin pisar
aquel lugar, hasta que terminaba su jornada. Pero aquel día fue un
día distinto. Parecía que el sueño se desvanecía poco a poco.
Se comenzó a
quitar la ropa. Primeramente desabrochando el único botón de la
americana azul, que se había puesto para tapar la mancha de la
camisa; también cada botón de esta, de arriba a bajo, a la vez que
se quitaba los zapatos con la ayuda de los pies. Andaba hacía el
aseo mientras dejaba caer en el suelo la ropa que se iba quitando,
formando así un raro camino. Antes de llegar se quito todo lo demás.
Se le marcaba, muy definitivamente, cada parte de su cuerpo, se notaba
el duro entrenamiento de siete años. Entró a la ducha, y permaneció
allí una hora. El agua lo tranquilizó, aunque no dejaba de estar
abrumado por lo que le venían encima. Salió, y colocó una toalla
en su cintura, y otra en la cabeza.
Se volteó, y miró
el espejo. Empañado. Intento quitar el “vaho” con una toalla. Se
miró nuevamente. “¿Qué sucede?”, se sentía ahogado entre esas
cuatros paredes, y le venía a la cabeza la cara de Kim Hanna. “Está
tan diferente”, se dijo. “¿Habrá venido por el contrato?”.
“Ahora que lo pienso, debería haber ido a la reunión”, pensó.
Empezaban nuevamente las preocupaciones. Él no quería unirse a
ella, pero era lo mejor para la empresa, o eso era lo que su padre
siempre le recordaba.
Hasta las cinco y
media que comenzó a vestirse, no hizo otra cosa que componer y
comer; se saltó la dieta por esa semana. Y apagó el móvil para que
nadie le molestara.
Para ir a la
entrevista se arregló demasiado, o eso le diría Kibum. Se puso una
americana negra con los botones grisáceos ancha, que lo hacía ir un
poco más informal. Aunque esta parecía más un abrigo que lo dicho
anteriormente. Se puso debajo de esta una camisa mitad blanca, del
pectoral para arriba; y mitad bronce oscuro con motas negras, un
pantalón ajustado de vestir negro, y unos zapatos también negros de
vestir. Siempre con un "pelín" de tacón. Cuando se
dispuso a salir eran las seis y encendió el móvil para poder
tenerlo activo, al terminar de cargarse empezaron a venirle muchísimos mensajes.
-¿Qué es esto?
El móvil se estaba
bloqueando. Tenía mensajes de su padre, de su hermana, llamadas
perdidas de Im Soori, una compañera del rodaje del dorama, y también
de su manager y su madre. Parecían todos muy preocupados.
“Exagerados”, pensó.
Podía entender que
su padre lo hubiese llamado, porque no había asistido a la reunión,
pero le dijo a su manager que no lo hiciera, y tampoco era tarde para
que Im Soori se empezará a preocupar por si no llegaba, por otra
parte su madre y su hermana... Estaba claro, algo había pasado.
Abrió el mensaje de su hermana: “Joonchae! Michin?! (¿Estás loco?) Kkk ¿Qué
hiciste para que una turista te tirara el café a la cabeza?” “Eh?
Contesta.”, decía otro mensaje. Se quedó extrañado.
-Mierda... el
aeropuerto.- se dijo, echándose la mano a la cara, y estirándose el
cuello de la camisa.
Cogió un abrigo
más grande, se lo colocó en los hombros, y unas gafas de sol.
También las más grandes que hubiesen. Le echó mucho coraje para
poder salir del edificio y que nadie le viese. Bajo habían
demasiados periodistas, e intento esquivarlos lo más rápido posible
para poder llegar a la agencia.
"-Joonchae, Joonchae
¿qué sucedió con la joven del aeropuerto?
-¿La conoces?
-Joonchae, por favor
contesta. ¿Por qué te tiró el café?"
Él intentaba no
escuchar nada, no existían. Aunque a lo mejor no responderles era
peor. Se subió al coche, arrancó y evitando el tráfico llego lo
antes posible a la CJS Entertaiment. Aparcó tranquilamente en el
parking, y subió corriendo a la sala de espera de las ruedas de
prensa, que se encontraba antes del gran salón, donde ya se
escuchaban los murmullos de todos los periodistas y fotógrafos que
habían ido media hora antes para prepararlo todo.
En aquella sala se
encontraban Im Soori, Ok Jiyoung, el otro actor principal del dorama;
Park Hyunshi, otra actriz; Byun Hyundae, el director del dorama, Kim
Moonsik, el empresario con quien se iban a fusionar, más conocido
como el padre de Kim Hanna; y su padre, Choi Jungsoo. “Estarán esperándome para acribillarme a preguntas”, pensó.
-Buenas tardes.-
dijo mientras se colocaba la chaqueta y se quitaba las gafas de sol.-
¿Llegó tarde?
-No. Llegas muy
justo.
-Corre, corre, siéntate.- le dijo Byun Hyundae muy bajito mientras Im Soori le hacía
señas demasiado efusiva para que se sentará al lado suyo.
-Te he guardado el
sitio.- le dijo dulcemente, a lo cual le respondió con una sonrisa. Lo
que él no sabía es que mató con la mirada a más de uno para que
él se sentará ahí.
A todos se les
presentaron las condiciones de los contratos, les presentaron las
fechas de los reportajes de fotos y de los rodajes, ya que empezarían
a grabar lo más pronto posible. Con esto les dieron también sus
respectivos guiones.
El dorama se iba a
llamar “Like you”, trataba sobre la vida de un grupo, que se disuelve por
un escándalo, y que todo el mundo comienza a rechazar. Pasan de estar
en lo más alto, a ser una persona cualquiera. Iba a haber romance y
esperaban que fuese muy dramática aunque con muchas risas.
En toda la
conversación sobre el dorama, Im Soori intentaba sacarle algo a
Joonchae sobre lo que había pasado en el aeropuerto.
-Ya, Joonchae-ni,
¿quién era la chica esa?- le preguntó muy bajito, acercando su
silla cada vez más a él.
-Nugu? (¿Quién?)- le
respondió sin interés.
-Ais, no te hagas el
bobo conmigo.
-Ya, ¿sabias que ha
llegado Kibum de su viaje?- le cambió de tema.
-Dee? (¿Sí?)- le miró.-
¡Ya!- todos la miraron.
-¿Tienes algún problema Im Soori-shi?- le dijo Oh Jiyoung con cara de cínico.
-Anny... (No...)- bajó la
cabeza avergonzada.- Ya... ¿te crees que soy tonta?- si hubiese sido
Byun Hyundae-shi el que le hubiese tenido que responder habrían sido un
sí rotundo.- ¿Qué pasó?
-Nada, no quiero
hablar.- le pasó su guión.
-Pues que sepas que
de mi no te escapas.- se colocó recta.
-Que pesada es, ¿verdad?- le dijo Byun Hyundae al oído, lo cual hizo que recibiera
una mirada fulminante de Joonchae, que hizo que se retirara.
Se levantaron todos
y se dieron la mano para finalizar el contrato. Ya estaba todo hecho.
Con esto salieron hacía el salón de prensa, donde se encontraban
impacientes todos los periodistas. Los flashes inundaban la sala.
Todo lleno de brillo. Se sentaron cada uno en sus respectivas sillas, arriba de un escenario, para comenzar lo que sería una corta rueda
de prensa.
-Tengo una pregunta
para Choi Joonchae-shi.- se puso de pie uno de los periodistas. Lo que
hizo que él levantara la cabeza.- ¿Podría explicarnos el numerito
que protagonizó esta mañana en el aeropuerto internacional de
Incheon?
Todo el mundo
empezó a alborotarse. No podía creer que ese tema le persiguiese
hasta en la rueda de prensa del nuevo dorama. Se quedó en blanco.
Pero Kim Moonsik apareció rápidamente. Le quitó el micrófono y
contesto por él.
-Señoras y señores,
esta entrevista está destinada al dorama, las preguntas deben estar
relacionadas con este tema. Muchas gracias, y por favor, ceñirse al
tema. Se resolverá ese asunto en otro momento.
Choi Joonchae se
quedó trastocado mirándolo, sentía muchísima vergüenza por aquella
pregunta. Sus compañeros, que lo miraban algunos extrañados,
algunos más avergonzados que él, y otros con desprecio. Porque la
primera pregunta de la entrevista tenía que ser de él dando un
numerito, “Que deshonra para el dorama”, pensaban algunos. Por
otra parte, se moría por dentro porque fue el padre de Kim Hanna el
que salió en su defensa, ya que su lengua, no se la comió el gato,
pero si un periodista toca pelotas.
-Por supuesto...-
prosiguió el periodista algo irritado.- Bueno Choi Joonchae,
entonces, ¿nos podrías decir la historia de tu personaje y el de
Boo Hoseok en el dorama “Como tú”? Ya que vas a ser el
protagonista junto con tu compañero Ok Ji Young-shi.
Ok Jiyoung al ver
que seguía en shock, más enfadado de lo normal cogió el micrófono
que estaba delante suya y respondió él a la pregunta. Contó un poco
la historia por encima de los dos personajes, como se conocen y que
les ocurren, pero sin llegar a revelar mucho más. Las preguntas y
respuestas seguían rodando en aquel salón, y el pobre Choi Joonchae
solo podía contestar "sí" o "no" a las pocas preguntas que desde ese
momento le hicieron. Era el protagonista pero no estaba actuando como
tal.
. . .
A las diez y veinte
de esa mañana Kim Moonsik cruzaba las puertas de su despacho, y
detrás de él como buena hija le seguía Kim Hanna. Él iba de traje
normal, como siempre, lo único de destacaba era la corbata amarilla
a rayas negras. Todas las corbatas que llevaba eran completamente
diferentes las unas de las otras y cada una más llamativa o
estridente que la otra. Ella iba con un pantalón negro imitación
cuero hasta la cintura, una camisa de manga corta anchita, con
pájaros dibujados, en color azul turquesa y un tacón del mismo
color que esta, con un bolso negro grande.
Dejó el bolso en
la silla que había delante de la mesa del despacho. Se sentó al
lado de su padre en unos sillones que se enfrentaban en forma de
círculo. Cuando se sentó no llegó a decir la primera palabra cuando
por la puerta entró Park Yoona sosteniendo la puerta para dejar
entrar al empresario y presidente de “CJS Entertaiment”, Choi
Jungsoo.
Kim Hanna se
levantó de un salto al ver a su amiga, y sin que ninguno de la sala,
incluida Park Yoona, se dieran cuenta saltó encima de ella.
-¡Unni! (Hermana mayor)- le grito
casi al oído, Yoona se apartó sorprendida, y después la miró
bien.
-¡Ah!- gritaron a
la vez pegando saltitos.
-¡Dongsaeng! (Hermana pequeña)
Estaban y se
miraban como si el tiempo no hubiese pasado, muy muy felices. Y por
eso saltaban en círculos como niñas de preescolar.
-Como se nota cuando
pasa el tiempo, ¿verdad?- comentó Choi Jungsoo, con su sonrisa
apacible en el rostro.
-Muy cierto.- le
extendió la mano con una sonrisa, su amigo Kim Moonsik.- Por favor,
toma asiento.
Aún con más de
treinta años de amistad aquellos dos hombres eran formales entre sí. La edad les había hecho más amigos y las circunstancias más
fuertes. Las dos jóvenes volvieron a tomar la compostura entre risitas y bromas.
-Unni, te veo
después, arasseo? (¿de acuerdo?)
-Dee. (Sí)- le guiño el
ojo. Hizo una reverencia y se fue.
Park Yoona era la
mejor amiga de Kim Hanna, desde que ellas pueden recordar. Aún siendo
un año mayor que Hanna ni eso les impidió estar juntas. Se lo
contaban todo, eran como hermanas, y ahora Yoona se había convertido
en la mano derecha de los hermanos Kim, y en futura, muy no tan futura
esposa de Kang Jihoo, un celebre abogado que estuvo enamorado de Park
Yoona desde los seis años.
Kim Hanna se sentó
nuevamente con una sonrisa y una reverencia hacia Choi Jungsoo, ya
que había pasado mucho tiempo desde que lo vio por última vez. Se
le veía igual de feliz de como lo recordaba.
-Oh... Kim Hanna-ya, se
te ve muy cambiada.- ella le asintió con la cabeza.
-Y más guapa.-
añadió su padre.
-Appa... (Papá...)- le dijo
avergonzada.
-Tú siempre poniéndola en un compromiso.- rió amablemente.
-Sino no sería un
buen padre.- rieron.- Bueno, ¿sabes dónde esta Choi Joonchae?
A ella se le
abrieron los ojos, no le habían comentado que se iba a encontrar
con él. Y seguro que tendría que enfrentarlo, y esta vez para
hablar de su futuro juntos.
-Debería estar
aquí.- dijo extrañado Choi Jungsoo.
Cogió su teléfono
y marcó el número de su hijo. Nadie lo cogió. Llamó esta vez a su
manager, pero tampoco hubo respuesta.
-Aigoo, este
muchacho me va a volver loco.- se llevó las manos a la cabeza.
-Gwenchanha (Esta bien), a lo
mejor ha tenido un imprevisto. ¿Comenzamos?- “Imprevisto sí,
pequeño y pringoso imprevisto”, pensó Kim Hanna.
-Kunde (Entonces)... será lo
mejor.
Kim Moonsik cogió
unos documentos que se encontraban encima de una mesa redonda al lado
de aquel círculo de sillones. Le dio unas cuantas hojas a Hanna, que
comenzó a leer enseguida. Para ella las clausulas del contrato
parecían razonables. Todo en general parecía estar bien. Menos dos
cosas, dos pequeñas cosas por las que suspiraba. Miró a Choi
Jungsoo preocupada.
-¿Como se encuentra
usted?
-Dee? (¿Si?) Todo va
mejor.- él sonrío, y ella le respondió igual, pero su preocupación
aún perduraba.
-¿Alguna pega?
-Anny (no), sabes que yo
lo hago por vosotros. Ya he vivido mucho. Ahora me toca ser responsable.- decía con un poco de sarcasmo.
-Muchas gracias Kim
Hanna-ya. Tus palabras me dan tranquilidad.- Kim Moonsik puso su mano en
el regazo de su hija- Espero que todo vaya bien.
-Por favor, ajhussi (señor), cuídese mucho.
-Hanna-ya, no te
preocupes por mi, vas a tener mucho trabajo a partir de ahora.
Los dos hombres se
levantaron a la vez, y a continuación ella.
-Bueno, no nos
preocupemos ahora del contrato.
-¿Podríais venir a
cenar a casa? Seguro que allí si que va a ir él.
-De acuerdo, hace
tiempo que no vemos a Choi Seungchae.- decían mientras salían del
despacho.
-Esa es otra que me
saca de mis casillas, pero me hace más caso.
-Wua... Seungchae?
Tiene que estar super guapa y super mayor.- dijo Kim Hanna.
No se acordaba de
esa niña. La última vez que la vio, llevaba coletitas y jugaba con
las muñecas entre las flores que su madre plantaba con tanta
delicadeza en el jardín de detrás de su casa.
-Se va a alegrar
mucho de verte.
-Yo también.
-Park Yoona.- dijo
Kim Moonsik.
-Dee, sabonim. (Sí, jefe.)
-¿Estas muy
ocupada?
-A...nny.- dijo
ordenando su mesa.
-¿Te importaría
enseñarle las instalaciones a la nueva fotógrafa?
-Annyo, ¿quién es?
-Kim Ha...
-¡TADA!- dijo ella
saltando en frente de Yoona.
Volvieron a chillar
como niñas, pero esta vez los que se encontraban en esa sala
trabajando las miraron. Park Yoona la cogió de la mano y la llevó
con los demás trabajadores.
-Chicos, os presento
a la nueva fotógrafa.- Kim Hanna se apartó el pelo de la cara para
dar buena impresión- Espero que tenga una buena bienvenida.
-Annyoghaseo! (Hola)- Hizo
una reverencia- Che irumun Kim Hanna inmida. Mannaso pangapsumnida. Chal butak hamnida. (Mi nombre es Kim Hanna. Encantada de conoceros. Cuiden bien de mí.) Daré mi mayor esfuerzo en
esta empresa.
Todos la saludaron
muy simpáticos y sorprendidos, porque no esperaban a un empleado
nuevo; pero ahí solo se encontraba una pequeña parte de la
plantilla de “Sons of Golden”, la agencia de su padre y su tío.
Se despidieron de
los dos hombres de negocios, y ellas se fueron a visitar la agencia,
como Kim Moonsik le había ordenado a Park Yoona. Aunque Kim Hanna se
conocía ese lugar como la palma de su mano, aunque había cambiado
mucho en ocho años. Nuevas construcciones, diseños diferentes,
aparatos más modernos en cada una de las salas de grabación, etc.
-Hay poco que te
pueda enseñar. Pero las mejoras en los programas, las
instalaciones, los equipos, puff son muy buenas.- le iba comentando
Yoona mientras se recorrían la agencia de arriba a bajo- Con la
nueva unión también se esta haciendo un nuevo pabellón de salas de
música, baile, etc. Se hizo también varios contratos con programas
para grabar en nuestras instalaciones cuando precisaran. La verdad
estoy muy emocionada, todo esta yendo como la espuma.
-No. Si al final lo
mío si que va a ser un simple tramite.
Las dos rieron sin
saber por qué, tal vez Park Yoona porque se sentía incómoda con ese
tema y a la vez feliz de verla, y ella porque trataba de no darle
importancia. Sin poder llegar a reaccionar, Kim Hanna, en ese
descuido gracioso se chocó con alguien. Otra vez. Ya iban dos veces
el día de hoy, parecían señales, el “karma”, o simplemente
que era torpe.
-¡Ya! Ten cuidado
por donde andas.
No podía creérselo. La joven con la que se choco agachó sus gafas para
mirarla y soltó un suspiro de diva presumida, la apartó con la mano
y siguió su camino. Parecía que hoy solo se iba a chocar con gente impertinente. “¿Qué ha pasado?”, pensó Kim Hanna con su cara de
“poker”.
Hanna se giró en
ese momento con el puño en alto, para “decirle algo”. Park Yoona
reaccionó enseguida, y la llevó un tanto lejos. Pero cuando la
supuesta joven “educada” llevaba recorrido la mitad del pasillo
central de la agencia escuchó la voz de Kim Hanna gritando.
-YOU! LITTLE SLUT!(¡Tú! ¡Pequeña zorra!) ¡Puede ser que tu ego llene toda la sala, pero tu pequeño cerebro
no te rellena esa cabezota que tienes!- la joven se quedó mirándola indignada con la boca abierta y sin poder pronunciar ninguna
palabra.
Kim Hanna la miraba
satisfecha tras la reacción que había tenido, con lo que se giró
descarada y empezó con paso de reina a caminar hacía la puerta
principal. Park Yoona se lamentaba por no haber sacado a Hanna de
allí a tiempo, y pedía desde lejos perdón a la joven a la vez que
seguía a Hanna.
-¿Kim Hanna-ya sabes
quién es esa?- trataba de llegar a ella.
-Ni lo se, ni me
importa.- sonrío- Pero me he quedado muy agusto.
-Aigoo... Espero que
no nos metamos en ningún lío por esto.
-Tú, tranquila.
¿Qué? ¿Me van a despedir cuando ni he empezado a trabajar? ¿Y tú?
Si no has hecho nada. ¡Ai señor que me meo!- se reía a carcajadas-
Aigoo, tienes que admitir que ha sido muy divertido.- su amiga río
inocente.
-Tienes razón.
Además, es muy prepotente, alguien tenía que decirle algo.
-¿Te cae mal?
-Mmmm... un poco.-
indicaba con la mano. Y rieron las dos.
Se cogieron del
brazo, se sonrieron y fueron directas a buscar un restaurante. Una
comida entre amigas, lo mejor que puede haber. Se alejaron lo
suficiente de la agencia para no toparse con nadie, se sentaron en el
restaurante y pidieron sus platos, esperando el tiempo necesario para
no morir de hambre.
-¿Qué tal llevas
los preparativos de la boda?- le preguntó Hanna cogiéndola de la
mano.
-Muy bien.- sonrió-
Ya queda muy poquito, estoy muy nerviosa.
-Y tan poquito, como
que es la semana que viene.
-¡AH!- dijeron a la
vez.
-Que contenta estoy.
-Deseo que todo te
vaya genial, y no te caigas de camino al altar.- le puso cara
maliciosa, con sonrisa de malo de película- Menos mal que voy a
estar ahí para grabarte.
-QUE MALA.
-Soy graciosa. Pero
no te me vayas a sulfurar, que te van a salir granos.- Yoona se
tocaba la cara.- ¿Dónde vais a ir de luna de miel?
-Jihoo-ni me dijo
que le gustaría ir a Sri Lanka, y pues para Sri Lanka que vamos.
-Vaya... espero que
te guste mucho... la isla, y eso...- Yoona le pegó flojito en el
brazo como avergonzada- Bueno, bueno, ¿Y la despedida de soltera?
-¿Cómo? Nada de
eso, que vergüenza dongsaeng.
-Pero unni, por lo
menos salir a cenar, y después... no se, ir a algún local o
cualquier sitio.
-Ya veré... Bueno.
¿Qué tal el viaje? ¿Muy largo?
-Eso seguro. Pero
muy normal, doce horas seguidas en el mismo avión, mismo asiento y
sola, resultado: o te vuelves loca o te lo tomas con calma. Intente
hacer lo segundo, porque lo primero ya sabemos. ¿Ya estoy loca no?
Así que.
-Como te echaba de
menos dongsaeng.- comenzó a reír otra vez.
-Y yo a ti.
Por fin trajeron
los platos, aunque parecía que de tanta charreta a las dos amigas se
les había quitado el hambre. Pero ninguna era de dejarse un plato
que les gustase mucho. Y básicamente eso hicieron, por poco no dejan
ni el plato. Las dos no paraban
de hablar, eran dos cotorras en potencia, y sus risas se escuchaban
por todo el restaurante. La gente las miraba, pero daba igual.
-Aún me acuerdo en
el karaoke de Gangnam disfrazas de gorilas bailando. Eso si que
merece repetición.
-Sí, sí y Jihoo-ni
y Choi Joonchae iban disfrazados de mujer.- Kim Hanna se río,
pero su risa fue cesando al escuchar su nombre.- Oh, mianhe. (Lo siento)
-Anny, tranquila, es
que no me acordaba de que él también protagoniza mis recuerdos.
-¿Lo echas de
menos?- le preguntó con delicadeza.
-Nado molla... (Tampoco lo sé)- le
daba vueltas con la cuchara a la sopa- Puede... que eche de menos a
mi mejor amigo, al que me pegaba en las manos para que no me mordiese
las uñas, o el hablador que siempre inventaba historias extrañas de
época, o el que me cantaba cuando estaba triste...
-Puede ser... que tu
amigo siga siendo el mismo... de antes.
-Sí... ya... ¿Y
por qué me trató así?
-Un error lo tiene
cualquiera, ¿no?- la intentaba convencer.
-Park Yoona-ya. Me
empujó al suelo delante de todos como un trapo. Tirando trece años
de amistad al garete. Y como tonta fui a buscarle.
-Pero lo del
despacho no lo dijo de verdad.
-Unni...- el puño
que sujetaba la cuchara cada vez lo estaba apretando más y más- No quiero hablar de eso.
-Dee, mian, (Sí, lo siento) no pasa
nada... Pero son dos años Kim Hanna, no seas tonta. Ni seas dura con
él.
Kim Hanna la miraba
y sabía que ya no iba a ser como antes. Él parecía haberse
convertido en una nenaza oxigenada que lo único que sabía hacer
bien era cantar.
-Bueno, ¿qué te
pareció el contrato?
-JA! Sabes que lo
hago por ellos, pero... eso de tener que irme a vivir con él.
¿Estamos locos? ¿No puedo vivir sola? Soy ya mayorcita. ¿Y durar
tanto tiempo? Es la peor condena del mundo.- se cruzaba de brazos
enfadada- Pero claro, como buena chica que soy, sonreí y asentí con
la cabeza.
-Mujer, ten en
cuenta que os vais a casar.
-Ya! No digas eso,
es un mero y cochino contrato.
-Exagerada.- le
decía indignada.
-¡De eso nada!-
saltó mirándola con ojos de loca.
-Exagerada.-
insistió- Tú.. piensa que es como... actuar.
-No tranquila, si el "paripe" lo voy hacer, pero bien. Después de esto me van a dar el "oscar".
-Aigooo... me estas
volviendo loca y todavía no has empezado.
Las dos siguieron
hablando del tema, y aunque Park Yoona se preocupaba por el futuro de
su amiga no veía lógico su comportamiento. La veía muy pasota, y
presentía que debía tener más cuidado con los medios sino quería
que se descubriese el pastel. Aunque por otra parte se sentía
orgullosa y feliz. Orgullosa, por verla tomar ese tipo de decisiones
que aunque a ella no le convenían sabía que ayudan a otras
personas, y siempre intenta dar lo mejor de si misma. Y feliz, porque
de una manera u otra aquellos dos tontos iban a estar juntos, no como
ella se lo imaginaba, pero juntos al fin y al cabo.
Cuando salieron del
restaurante Park Yoona miro el móvil, por si la había llamado Kang
Jihoo. Pero en vez de una llamada, en su móvil se le reflejaba la
última noticia. Era sobre Choi Joonchae y Kim Hanna, aparecían
varias fotos de ellos discutiendo y una donde Hanna le derramaba el
café a él en cabeza.
-Ibwa! (Mira esto)- le dijo
Yoona con cara de asombro señalando el móvil.
-Waeo? (¿Por qué?) Omo... ¿Ya
lo han hecho noticia? Pero que entrometida es la gente de verdad... ¿Y
ahora que me invento...?
-¡Pero como no me
has dicho que lo has visto!
-¿Y que quieres que
te diga? ¿Qué un gilipollas maleducado se ha cruzado en mi camino, se
ha chocado, y como me ha hablado borde le he tirado el café encima? Y después, mágicamente, ¡PUF!- exageraba con las manos- de casualidad, ha
resultado ser Choi Joonchae-shi.
-¡Pues sí!
¡Claramente venía implícito en el “¿Cómo te ha ido el viaje?”!
-Pues... ya te lo he
contado.- Yoona la miraba con la boca abierta, estaba en shock- Que
fuerte eh, y yo no me he dado ni cuenta. Ais... Es que ha sido tan
prepotente. Y ya sabes, por eso le he tirado el café... Además creo
que él tampoco sabía que era yo....
-¿Cómo no lo has
sabido?
-¡Lleva el pelo
rubio! ¿Cómo quieres que lo reconozca? Pero bueno, que no pasa
nada, los paparazzi se han puesto un poco pesados pero no más de lo
normal con un idol.
-Espero que esto no
afecte a nada.- se echaba las manos a la cabeza.
-Tú siempre con tu
angustia, se inventa cualquier cosa y ya.
-Tú siempre tan
pasota.- Hanna al escucharla sacó la lengua a modo de burla.
Cuando llegaron
otra vez a la agencia eran las seis menos algo y le pidió a Park
Yoona que la llevase a su casa, quería descansar un poco, porque
parecía que el espacio-tiempo se le echaba encima.
Llegó a su casa, y
se despidió de Yoona. Mañana la volvería a ver. Cruzó el umbral
de la casa despacio. En el sofá, estaban su madre y su abuelo viendo
la televisión.
-Hello.- les dijo.
-Omo, Hanna-ya,
ppaleun, ppaleun. (rápido, rápido)- dijo su madre mientras golpeaba suavemente el
hueco vacío del sofá, para que tomara asiento.
Estaban viendo la
entrevista de un nuevo dorama que iba a salir, y el abuelo mientras
tanto refunfuñaba.
-Mira, tu padre.
-¿Cómo?- se sentó.
Era el nuevo dorama
que iba a protagonizar Choi Jooncahe. La verdad estaba pensando en
levantarse he irse. No sabía porque su madre le había dicho de
sentarse a verlo, y lo hizo. Pero escucho una frase que le hizo pararse en seco: “Tengo una pregunta para Choi Joonchae. ¿Podría
explicarnos el numerito que protagonizó esta mañana en el
aeropuerto internacional de Incheon?”. Se giró enseguida, vio como
ponían una foto de ellos dos discutiendo en el aeropuerto. La cara
de su madre y su abuelo cambiaron totalmente. La imagen desapareció,
y las cámaras enfocaban al rostro de Choi Joonchae blanco y sin
saber que responder. Viendo que tuvo que salir Kim Moonsik a sacarlo
de la situación, y que seguía y siguió toda la entrevista con esa
cara de ido por la situación, le hizo recordar a Hanna la última
vez que lo vio en Corea.
-Hanna-ni, ¿esa
eras tú?- le preguntó su abuelo.
-Dee. (Sí)- no tenía
muchos argumentos en ese momento.
-¿Cómo? ¿Solamente
nos vas a contestar con un sí?
-Es una historia muy
larga. Appa (Papá) te lo explicará.- le dijo subiendo las escaleras hacía
su habitación.
Comentarios
Publicar un comentario